Primera Usina Láctea en Alem

Después de estas palabras, no sé qué puedo agregar. Primero, muchas gracias a los vecinos y vecinas de acá de Colonia. Creo que es una buena oportunidad, como recién decía Charly, nadie nos puede acusar de estar haciendo clientelismo, proselitismo, estamos laburando como lo hemos hecho durante estos cuatro años. Estamos recorriendo la Provincia, buscando qué necesidades hay, qué dificultades hay y a dónde podemos acercar una mano, una solución en la provincia de Buenos Aires.

Pero creo que con las cosas que están pasando, creo que con lo que vimos y escuchamos en el día de ayer, creo que con lo que se está observando en el Gobierno nacional desde hace siete meses aproximadamente, vale la pena compartir unas pequeñas reflexiones sobre algunas ideas, teorías, algunos discursos, que tienen muy poco que ver con la realidad y nada que ver con las necesidades que tenemos acá en la provincia de Buenos Aires.

Ayer en algunos canales de televisión me reprochaban porque yo no fui a esa foto. Tal vez algún beneficio traía, porque iba a haber un gran diario seguramente porteño que me iba a tratar mejor, iba a haber varios noticieros que me iban a elogiar por haber ido. Pero, ¿saben qué? Nosotros tenemos otros compromisos distintos. No es ni con esos diarios ni con esas grandes empresas ni con esos intereses, ni con esas potencias extranjeras.

Creo que estoy más cómodo, me siento más genuino, y estoy haciendo lo que me propuse hacer acá en Colonia con ustedes y no allá en Tucumán, arrodillándose para no recibir un reproche de los poderosos.

Y me parece que vale la pena, brevemente, agregar unas pocas palabras a lo que decían los compañeros, porque esto que estamos haciendo acá, probablemente, esté en las antípodas de ese régimen que nos dicen que nos van a salvar las vidas, que es el RIGI. El RIGI, que se aprobó con la Ley Bases, básicamente, premia sin pagar un impuesto, llevándose todo, sin ningún compromiso con nadie, a grandes inversores, básicamente extranjeros, que traigan 200 palos verdes a la Argentina.

Y yo creo que con eso dice que nos vamos a salvar todos. Veníamos de inaugurar la escuela de arte, la primera del distrito, ahí donde había una estación de tren, comentábamos cuando veníamos para acá, una estación abandonada, porque políticos con las ideas y con las conexiones con los que hoy también gobiernan cerraron todo el sistema ferroviario argentino y dejaron unos pocos ramales y privatizaron los demás. Fue un desastre, fue un verdadero genocidio de pueblos, mataron pueblos, mataron localidades, que al no tener esa conectividad, al no tener esa posibilidad de colocar lo que producen, fueron con muchas veces con muchas más dificultades desfalleciendo, y teniendo pérdidas permanente.

Fíjense que nos quieren decir que lo que pasa en Argentina es por la falta de vocación, de esfuerzo y de trabajo de nuestra sociedad, que falta meritocracia, que es un problema de cada uno y cada una. Yo creo que acá donde estamos todas las familias que viven, se esfuerzan todas las mañanas, se despiertan a una hora que ni deben conocer los que hablan con estos discursos, que ni deben saber que existe, porque están muy cómodos allá en la Capital Federal, viajando por el mundo, yéndose a ver tenis a Wimbledon. Tal vez lo que nunca vieron, lo que nunca experimentaron es tener que levantarse muy temprano para ver si podés conseguir el pan.

Y miren lo que está pasando, porque ese trabajo y ese esfuerzo está, a veces mucho más allá de lo que se puede pedir y de lo lógico y razonable. Y sin embargo me comentaban recién, el litro de leche que se paga 350 mangos, no lo pueden colocar por el volumen de la producción, por la distancia, no lo pueden colocar a ese precio, el mismo litro de leche lo terminan vendiendo a 200 mangos. Eso se llama explotación. Eso se llama explotación. Porque es el mismo trabajo pero menos pago, y un pago que no alcanza.

Y fíjense que eso es porque han funcionado muy bien, a contramano de lo que dicen las famosas leyes del mercado. Miren qué bien que funcionan, que se ha ido concentrando la industria láctea, cerrando tambos en toda la provincia de Buenos Aires y en toda la Argentina, y concentrando más del 80, 90% de la producción allá en General Rodríguez, en la planta de La Serenísima, que entonces ve si le conviene o no le conviene.

Así que fíjense, simplemente esta reflexión. Una familia, un pequeño productor hace el mismo esfuerzo y a veces le pagan más y a veces le pagan menos. Y hace lo mismo todas las mañanas. Entonces no depende del esfuerzo de él, no depende del esfuerzo de ella. Depende de cómo se organice y cómo se estructure la cosa.

Y cuando dejamos que el mercado actúe libremente, y bueno, la verdad que el mercado no es ni democrático ni igualitario. El mercado es la ley de la selva. En el mercado el más poderoso, el que más tiene, ahora el que tenga 200 palos verdes va a pagar menos impuesto que cualquiera que produzca acá en el pueblo. Alguien que tenga 200 millones de dólares para venir a sacar oro, plata, para venir a sacar petróleo de la Argentina o para venir a llevarse el litio, va a pagar menos impuestos que lo que paga esta usina láctea.

Y fíjense que esa igualdad la genera, la potencia y la reproduce el sistema de la libre empresa y el mercado. Yo no me estoy poniendo en contra de eso, lo que digo es que con eso no alcanza. Y que ese sistema funcionará bien para algunos pero genera exclusión en otro lado. Y deja al costado del camino, acá y no lo estoy diciendo en el aire, a muchísimos productores que a veces no pueden ni sostenerse, ni sostener a su familia. Y hacen lo mismo de siempre.

Así que no cambió el esfuerzo del hombre y de la mujer bonaerense. Cambió esa estructura productiva y cambió para quién se gobierna. Porque el resultado de gobernar para las corporaciones de los poderosos, cerraron los trenes y privatizaron lo que era un negocio para algunos. Para armarle el negocio de las trasnacionales concentradas y a los monopolios, cerraron tambos en la provincia de Buenos Aires.

Así que yo me pregunto también qué daño hace, qué daño hace, qué problema tienen con que acá en la provincia de Buenos Aires, dirán que no estamos allá en el Pacto de Mayo, que vamos a contramano y que criticamos. Bueno, porque estamos acá en los pueblos de la provincia de Buenos Aires generando fuentes de trabajo, acompañando al que más sufre, al que más necesita, preferimos estar acá.

Preferimos estar acá, porque al día siguiente hicimos algo útil y bueno. No para los flashes, no para los medios, no para los inversores extranjeros y para la Bolsa de Valores. Para que ese litro de leche, que se produce acá cerquita, se pueda procesar acá, no a cientos de kilómetros. Porque ¿qué se vende en el supermercado? El sachet de La Serenísima, y sale 2 lucas. ¿Y cuánto pagan al productor? 200 pesos. ¿Qué hay en el medio? El mercado, el famoso mercado, la concentración, las intermediaciones, esa cadena de valor.

Y finalmente, ustedes decían, por un litro de leche genuina, en las grandes plantas hacen cuatro litros, cuatro litros para ensachetar. Pero, básicamente cuando ustedes van al supermercado  acá cerquita y compran ese sachet, lo que están comprando es el gasoil que lleva y trae el material, la materia prima, están comprando y pagando una rentabilidad altísima que es para otro y no para el pueblo.

Esto de agregar valor al origen, esto de que en cada lugar que el que labura pueda conseguir el producto de su propio trabajo a un precio mejor y reciba por lo que hace algo más. Eso es que no sea explotado o que lo sea en menor medida, que no sea esclavo de un sistema  económico que generará ganancia pero no piensa en los que más necesitan y en un conjunto.

Por eso, esto que se está haciendo acá, yo quiero agradecer al Movimiento Evita, quiero agradecerle a la cooperativa, quiero agradecerte Charly por haber puesto energía, laburo para esto, porque es virtuoso, porque es fundamental, porque es lo que necesitamos. Gobernar, gobernar para nosotros es crear trabajo. Y gobernar es crear trabajo porque el trabajo genera dignidad y genera inclusión.

Así que esto que estamos haciendo acá, parece poco tal vez comparado con esas palabras, con esas cosas grandilocuentes, con las trompetas o los desfiles militares. Pero lo que estamos haciendo acá es devolverle al pueblo su dignidad, darle posibilidades de acceder a lo que necesita. Es mucho más laburo que firmar decretos, privatizar cosas, andar vendiendo y andar entregando los bienes naturales de la Argentina a los extranjeros. Es mucho más trabajo, pero para eso estamos.

Así que muchas gracias, me llena de orgullo estar acompañando a un intendente que piensa en esto. Hoy trajimos una ambulancia, es salud. Abrimos una escuela, es educación. Estamos haciendo una usina, es trabajo y producción. Vamos a ir ahora a inaugurar una planta en Vedia, de agua potable, es condiciones de vida, de dignidad.

Así que no habremos firmado el Pacto ayer, pero cumplimos con el mandato, dedicándonos a lo que son las prioridades, a lo que dijimos en campaña. No vinimos a buscar el voto, vinimos a buscar la dignidad de la gente. Gracias.