3° Encuentro del Programa Puentes en General Pueyrredon

Buenas tardes a todos y todas. La verdad que estamos en el tercer encuentro del programa Puentes. Yo es el primero al que puedo concurrir y no saben la alegría, el orgullo y la tranquilidad que me da que en la República Argentina y en la provincia de Buenos Aires esté tan vivo ese espíritu de la universidad pública, gratuita, de calidad. Que a pesar de los presupuestos, y a pesar de las políticas del Gobierno nacional sobrevive, resiste por sus docentes, por sus investigadores, por sus estudiantes, sus autoridades, por la democracia, por la autonomía universitaria y que nos permite, a pesar de todos los embates, a pesar de ese odio que se descargar sobre el sistema universitario argentino, que nos permite contar con uno de los elementos centrales, uno de los corazones, una de las válvulas que mantiene viva a la Argentina y a nuestra provincia de Buenos Aires. 

Así que, primero agradecerles a todos ustedes, a todas ustedes porque hoy estamos llevando adelante, han visto una prolongada firma de convenios, con muchísimos intendentes e intendentas de nuestra provincia de Buenos Aires. Ya son 81 municipios que se han adherido al programa Puentes, que tienen centros universitarios, que tienen carreras. 81 municipios, es prácticamente todo el interior y alguna parte del conurbano, y son universidades que hasta ahora eran universidades nacionales con asiento en la provincia de Buenos Aires, universidades bonaerenses, universidades provinciales, pero hoy se agregan, y quiero agradecerlo especialmente, nueve universidades nacionales de otras provincias a este programa, convirtiéndolo en una experiencia federal al interior y federal también en todo el país. 

El programa Puentes es producto de una decisión que hemos tomado, de una política nueva, novedosa, innovadora en la Provincia y que surge, como todas las políticas que finalmente tienen esta raigambre, este acompañamiento, permitime Carli, llamarlo este éxito, este reconocimiento. Esto surge de un proceso que consiste en recorrer la provincia de Buenos Aires, en hablar con cada una de las autoridades de cada uno de los 135 municipios. También de hablar con las familias, con los pibes, las pibas, con los estudiantes secundarios, con el sector productivo. Ir armando y articulando un plan estratégico que tiene que ver también con ver cuáles son las demandas de carreras. 

Recién escuchábamos, porque el Programa alcanza, si me permiten, 255 carreras que estamos dictando a través del programa Puentes. Así que lo que escuchamos recién es una pequeña muestra de la diversidad de demandas, de necesidades planteadas y planeadas con los municipios, con su sistema educativo municipal, con el Ministerio de Educación de la Provincia, el propio programa Puentes, nuestro sistema científico provincial y nacional, nuestras universidades. La verdad que es producto de un trabajo muy serio, y además el éxito o el reconocimiento se mide también en que se abre la oferta de carreras y que hay cada vez más inscriptos en el programa. 

La verdad que en tres años haber alcanzado 11.000 alumnos es verdaderamente un indicador de cómo el programa ha hecho carne en toda la Provincia. El programa surge, y es en sí mismo, llamémoslo, una suerte de refutación de una buena parte de las premisas con las que actúa Milei y el Gobierno nacional, en sí mismo. La sola existencia del programa Puentes refuta buena parte de los prejuicios, de los ataques, del odio que descargan sobre la universidad pública desde el Gobierno nacional. 

Como bien dijo Alberto, políticas de ajuste tuvimos muchas veces pero el goce en ver a las víctimas mismas del ajuste, señalarlas, verlo como algo bueno, como la gente en nuestra provincia y en la Argentina va perdiendo derechos, va perdiendo oportunidades, les parece que es un avance para ellos. Lo llaman ‘libertad’. Lo que está avanzando es la restricción, la pérdida de derechos, la mayor desigualdad y, sobre todo, el intento del Gobierno nacional de ir pinchando y achicando los sueños y las miras de buena parte de nuestro pueblo. Eso es lo que va avanzando.

Yo, la verdad que con el programa Puentes estamos dando una respuesta a una necesidad real y concreta que, para que tomen nota desde donde sea que lo hagan, desde Austria, desde el anarcocapitalismo, desde la estratosfera; pero que tomen nota de que en la provincia de Buenos Aires hay una vocación, una voluntad, un esfuerzo, un mérito de pibes y pibas de los secundarios, donde yo lo he notado recorriendo el sistema educativo. Vos le preguntas a los pibes y a las pibas qué quieren hacer al recibirse, y una enorme mayoría, seguramente muchos más lo expresan, lo dicen y lo desean que los que finalmente pueden realizar su vocación; pero tienen ganas de seguir sus estudios, quieren seguir sus estudios. Y es la verdad que un hecho notorio que no todos pueden hacerlo, en general por cuestiones económicas. A veces porque tienen que laburar, a veces porque aún siendo gratuita la universidad es un costo para la familia, es una inversión. Es gratis, pero tienen que postergar otras actividades y hay que sufragarle los estudios, aún cuando tengan otros programas que los ayuden, como es el caso del Procrear (sic). Es decir, los pibes quieren estudiar y, aún con la universidad pública y gratuita, hay muchos que no llegan a hacerlo. Y la verdad que el mercado no lo resuelve, la verdad que el privado no lo resuelve, como no resuelve tampoco la salud en el interior de la provincia de Buenos Aires y en los sectores populares, medios. 

Hoy estuve… Hoy me decían varios cuando firmaban, que me empezó a alamar, ‘tenés cara de cansado’. Y la verdad que tengo cara de cansado por el mejor motivo, que es que largamos bien tempranito ahí, en Chascomús, inaugurando un hotel sindical. Después estuvimos en San Cayetano entregando patrulleros, escrituras, también camiones para separar residuos. Y estamos ahora en Mar del Plata, en el programa Puentes. 

Pero lo cierto es que el mercado no soluciona todas las necesidades. Es una libertad rara la que plantean, ¿no? Porque la libertad que plantean vendría a ser que, si vos queres hacerlo, sos libre de hacerlo si tenes la plata. Es una libertad relativa, es una libertad proporcional a la billetera, porque hay cosas que cuestan dinero y que hay grandes sectores, y no me refiero a sectores vulnerables, populares, a sectores pobres únicamente, sino a sectores medios, medio bajo, medio alto aún, que no pueden acceder a determinadas cuestiones como salud, educación, educación universitaria. Que no pueden acceder, por supuesto, también a veces a cosas tan básicas como la alimentación a través de ese mecanismo del mercado. El mercado lo que hace es que el que tiene poder adquisitivo pueda gozar o recibir o comprar determinados bienes y que, si eso es un negocio y sólo si eso es rentable, aparezca un privado que lo ofrece. Esto no es una crítica, es una descripción de cómo funciona el sistema de la economía privada, el sistema capitalista. 

¿Cuál es la dificultad que hay? Que muchísimos, yo diría millones, simplemente a través de este mecanismo, quedaría sin salud, sin educación, quedarían sin alimentación, quedarían sin remedios oncológicos, quedarían los discapacitados sin asistencia. Para eso, el mundo civilizado, por decirle así, Occidente si quieren llamarlo así -y es más amplio todavía-, la modernidad inventó un mecanismo para suplir esta cuestión, que se llama Estado. Se llama Estado y consiste en que la sociedad en su conjunto no mire con indiferencia, no abandone, sino que acompañe al que necesita. Necesita salud, educación, alimentos, remedios, infraestructura, universidad y lo hagamos entre todos. Es muy fácil, no es egoísmo, no es individualismo. Es solidaridad, es comunidad y, también, es soberanía. 

Por eso, hace falta, por supuesto, que discusión teórica, economía, pero hace falta también más calle, más recorrida, más cercanía, más presencia, ver, palpar, conocer. Para comprender esto hace falta ver, experimentarlo, hablar. Nosotros, el programa Puentes, lo diseñamos porque tenemos universidad pública. Nosotros tenemos 25 universidades nacionales con asiento en la Provincia, 3 universidades provinciales. Pero, así y todo, públicas y gratuitas, así y todo, hay un montón de pibes y pibas de nuestra provincia, o sea, de nuestro territorio bonaerense, nuestro pueblo, que no pueden acceder a la universidad. Y no lo pueden hacer por el bolsillo, decía yo, porque hay que sufragarse, hay que costear los estudios y el que vive lejos, estos intendentes que están acá, la gran mayoría son de distritos que viven a 100, 200, 300, 400, 600 kilómetros a veces de un centro universitario, de una universidad. Entonces, alguien que nació ahí es igual, dice nuestra Constitución, a otro que nació a cuadras de una universidad. Ahora, en la práctica no se verifica, porque está lejos y no puede llegar. Y eso, obviamente, es una frustración, es un daño para el pibe, para su familia, para su marco de amistad. Es un daño para su comunidad, también, porque lo veíamos en los programas que hemos firmado hoy, hay necesidades en esos pueblos que superan al individuo, por eso las carreras han sido seleccionadas según el sistema productivo de cada una de las regiones. Entonces, en un lugar cuestiones vinculadas a lo forestal, a lo agropecuario, a la producción lechera. Bueno, tenemos especializaciones que se necesitan en el pueblo. Entonces, tal vez el más brillante, el que más mérito tiene, el más esforzado, el más sacrificado, se choca con un techo, se choca con un límite, con una barrera y nunca va a poder realizar lo que él necesita, lo que él desea, lo que él aspira, pero además lo que necesita es su comunidad. Y esto lo quiero dejar en claro como un error conceptual gravísimo y, digo yo, metodológico, conceptual, teórico, pero le agrego, también de sensibilidad, y de una mirada más general. Cuando un pibe va a la universidad y termina sus estudios, la teoría liberal, neoliberal o ahora ultraliberal, libertaria o como se llame, lo ve como si fuera un emprendimiento individual, cuánto costó, se hacen los cálculos, eso lo debería pagar él y luego, cuánto le reporta en ingreso superior y mayor. Se estudia a cada individuo como si se agotara ahí el problema.

Yo le quiero explicar a Milei, a sus acólitos y a todos los que andan con esas teorías del egoísmo y del sálvese quien pueda, que cada vez que un pibe se recibe en una universidad pública, también privada, lo que está haciendo, no sólo es aportar a su mayor ingreso, a su mayor felicidad y su realización, aporta a la comunidad, aporta a la sociedad en su conjunto, aporta a la Nación Argentina, aporta a la provincia de Buenos Aires. Necesitamos todos que los pibes vayan a la universidad, no cada uno como si fuera una empresa que hay que ver su rentabilidad y su ganancia. Es una mirada muy estrecha y es una mirada muy mezquina. Para entenderlo hay que recorrer, hay que ver, hay que conocer, hay que estar, hay que tener oreja, hay que comprender los problemas. Pero también, le agrego a esas teorías económicas, hay que tener un poco más de sensibilidad y un poco de corazón, para hacer las cosas que la gente necesita. Para servir al pueblo, para servir al pueblo.

Y tiene que ver con estas políticas. Nosotros, recorriendo la Provincia, pibes y pibas que querían estudiar y te decían ‘pero no puedo porque mi familia no puede costearme el viaje a La Plata, Bahía, Mar del Plata’, ahí donde hay una universidad. Entonces, bueno, frustración y una pérdida social, no sólo individual, porque tal vez ahí estaba un talentoso profesional, científico y nos lo perdimos. Entonces, es una cuestión del conjunto.

Nosotros diseñamos este programa Puentes para que aún en los pueblos más lejanos y en los más pequeños de la provincia de Buenos Aires, nuestros pibes, nuestras pibas, puedan estudiar sin irse del lugar donde viven, ahí mismo. Ahí mismo. Es abrirle una puerta, darle una posibilidad y es garantizar un derecho. Porque el derecho a la educación es un derecho que nuestro pueblo siente y nuestra educación pública, gratuita y universitaria tiene un prestigio, una calidad, una particularidad que la distingue a lo largo y a lo ancho del planeta. Es muy importante nuestro sistema universitario y tiene que ver con las tradiciones políticas más importantes de la Argentina. Yo agradezco a muchos intendentes, intendentas que provienen de otras fuerzas políticas, del radicalismo, que están acá. Porque la Reforma del 18 estuvo muy vinculada a la Unión Cívica Radical, eso hizo que la universidad fuera de excelencia, de calidad, tuviera un sistema mucho más democrático internamente, tuviera libertad de cátedra, no fueran hereditarias. Bueno, abrió el sistema universitario. Permitió y acompañó a los sectores medios, que a principios del siglo XX venían pujando por tener acceso a cuestiones que antes estaban reservadas para los sectores más altos o los más vinculados a determinadas prosapias, a determinadas familias. Entonces, el radicalismo tiene mucho que ver con la universidad pública. Y después vino Perón y la hizo gratuita, y llenó las universidades de obreros. 

Y aquí quiero complementar esta discusión con los prejuicios y las mentiras que utiliza la derecha para atacar la tradición universitaria, la cultura universitaria y democrática de la Argentina, que tiene mucho que ver con nuestra universidad y nuestra soberanía, nuestra autonomía, nuestro sistema industrial, productivo, nuestra ciencia, nuestra tecnología. Pero ellos dicen que hay pibes y pibas que abandonan. Sí, es cierto, es cierto. Yo quiero decir que hay varios estudios que les convendría leer, que muestran que un pibe o una piba que va a la universidad, aún hasta 2do año, 3er año, tiene, no sólo a veces simplemente con eso, porque hay carreras, tampoco lo entenderían, que no se terminan porque hay salida laboral que requiere simplemente, como requisito, ser estudiante, no haberse recibido. Entonces, inicia su vida laboral y luego no alcanza el título. Eso pasaba en mi facultad, en Ciencias Económicas, ¿no? Buscaban estudiantes de contabilidad, después por supuesto que podés seguir, pero ya hay más laburo siendo estudiante. Computación… Bueno, muchas carreras donde la formación universitaria aporta, un año de universidad aporta, no es que tenemos que ver simplemente que no terminó. Ojalá terminen todos, puedan terminar todos y hay montones de causas. Pero cada año y cada día que un pibe o una piba está dentro del sistema universitario le aporta a él y nos aporta a nosotros como país. Es un indicador muy miope y muy chato. Por supuesto que la terminalidad tiene una significación. 

Y lo otro que agrego a los argumentos que comentaba Alberto (Sileoni) sobre que lo escuchábamos a Milei, lo había dicho en otra época Vidal, que los pobres no van a la universidad. Bueno, a mí me tocó, pero además lo dicen las estadísticas, ser docente de la UBA, pero también docente de algunas universidades públicas del conurbano bonaerense, en Quilmes, en General Sarmiento. Y preguntaba yo, pero luego lo muestran las estadísticas, si en vez de hablar con ese odio y con ese prejuicio, que a veces los hace miopes y ciegos, o lo decía Alberto, puede ser por ignorancia, puede ser por mala fe también. Tal vez conocen las estadísticas. Pero simplemente con mirar los números se van a dar cuenta de que en buena parte de las universidades de la provincia de Buenos Aires el 70, el 80, el 90% son primera generación de estudiantes universitarios. La universidad es un vehículo, un medio de movilidad social ascendente. Pero lo voy a decir más fácil: la universidad es futuro, es cumplir los sueños, la universidad es llegar más lejos como persona, como familia, como comunidad, como pueblo, como país. 

Eso es lo que nos quieren sacar, eso es lo que nos quieren sacar. No es el cálculo económico, es un modelo de país que restringe, que achica, que limita y que nos va dejando sin posibilidad de generar lo propio, lo nuestro. 

Hago un breve comentario que tiene que ver también con el ataque a la universidad, al sistema científico tecnológico. Estuve acompañando, y aprovecho porque leía hoy en el diario otra noticia en la misma dirección. Están atacando al CONICET, por supuesto, pero están haciéndolo también con el INTA y el INTI. Vaya nuestra solidaridad y nuestro acompañamiento. Porque no se dimensiona a veces el costo, ¿no? El costo de atacar, de destruir. Hoy conocemos profesores universitarios que tienen que tener, manejan un vehículo, buscar un 2do o un 3er ingreso. Bueno, va bajando y después van a decir, como siempre hace la derecha, desfinancia, achica y privatiza, y viene después y dice ‘qué mal que anda’, ¿no? Es como una cosa increíble. Lo han hecho históricamente, porque el propósito y el objetivo es ese, después el resto son excusas. 

Yo quiero decir particularmente, yo sé que acá hay rectores de muchísimas universidades, pero yo quiero hacer una defensa puntual, además de la ciencia en general, la investigación en general, de las ciencias sociales. Lo voy a hacer porque es como que hay más saña con las ciencias sociales, como bueno, tal vez que le pagamos a un físico, a un ingeniero, pero bueno, ya pagarle a un historiador, ya pagarle a un sociólogo, esas cosas. Bueno, ¿qué pasa si dejamos de tener tradición, escuelas, estudios, investigación en historia, en sociología, en literatura?¿Quién va a escribir nuestra historia, no? ¿Quién va a analizar, estudiar los problemas, las dificultades, las angustias y, sobre todo, las características de nuestra sociedad? ¿Quién va a poder reconstruir? Teniendo un país con una tradición cultural, con una tradición artística de fama internacional, de renombre, todo vinculado a la universidad, o buena parte, ¿no? Les quiero decir a estos señores que Borges, profesor universitario, que buena parte, porque a veces te agarran a uno y dicen ‘bueno, pero este no’. El sistema universitario argentino es fundamental, pero ¿quién va a hablar de nuestra literatura? ¿Quién la va a promocionar? ¿Quién la va a comprender? ¿Quién la va a explicar? Nuestro sentimiento, nuestra estructura de sentimientos, nuestra cultura. Bueno, es mucho, es mucho lo que hay en juego. Ahora, si nos cortan eso, va a venir, como siempre, alguien que lo diga, alguien que lo explique, va a venir de afuera. Va a venir con ideas, no sé si austríaca, porque no lo sé, lo ignoro, pero van a venir a hablar de nosotros, a explicarnos de nosotros. Vamos a ser como una suerte de caso de estudio de alguna fundación extranjera, de algunos estudiosos que después vienen a explicar lo que teóricamente pasa. 

Yo quiero decir que la universidad pública, la formación científica, la investigación, la producción, su vínculo con el sistema productivo, pero también su vínculo con nuestra historia y nuestra cultura, todo eso es patrimonio nacional. Todo eso es soberanía nacional. Todo eso lo vamos a defender, porque somos nosotros los que tenemos que construir nuestra historia, narrarla, comprenderla, discutirla, y también porque la universidad es cuna de pensamiento crítico, ¿no? De teorías propias, distintas, de perspectivas críticas.

Nosotros, como funcionarios, como dirigentes, somos criticados también, pero bueno, por supuesto que tiene que ser así. El pensamiento crítico en ciencias sociales, la ciencia básica, las ciencias naturales, son cuestiones que son privativas de la universidad. Buena parte, la mayoría de la investigación a escala mundial tiene que ver con el Estado, es de una incomprensión inmensa. 

Así que yo quiero decir que a nosotros el programa Puentes, su crecimiento, su existencia, su resultado nos hace ver que en la provincia de Buenos Aires no entra la motosierra. No entra a la motosierra. No entra a la motosierra porque esa motosierra va contra la universidad, esa motosierra va contra la escuela pública, esa motosierra va contra la salud pública, contra el hospital, 80 distritos que tienen un solo prestador que es el Estado; contra los patrulleros, 80 y pico patrulleros. Va contra todo lo que tiene que ver con los derechos, lo que tiene que ver con el reconocimiento de nuestro pueblo. 

Así que, yo quería referirme a esto, la verdad que Carli, y todos los que trabajan en el programa, son varios ministerios también, todos los intendentes, los rectores, las autoridades universitarias. Bueno, esto es un esfuerzo colectivo, es un esfuerzo que incluye a diferentes actores. Nosotros vamos a convertir al programa Puentes en una política de Estado provincial, esto es lo que tiene que ocurrir. A partir de ahora, por haber nacido en el interior de la provincia, tenemos que tratar de que no te quedes sin formación universitaria.

Por eso, mientras Milei cierra universidades, baja presupuesto, en la Provincia de Buenos Aires, seguimos abriendo centros universitarios. Por eso, mientras Milei ataca la investigación, la ciencia, la tecnología, el federalismo, en la provincia de Buenos Aires llevamos adelante esas políticas, ponemos los recursos, nos ponemos de acuerdo y lo hacemos. Defendemos a un pueblo, defendemos sus anhelos, sus sueños, sus aspiraciones y ese es un trabajo cotidiano. 

Ahora, si me permiten y fuera de programa, lo voy a hacer porque no sé si voy a poder atender a la prensa. Hay mucha prensa acá porque ayer, me comentan y algo escuché, que Milei me dedicó unas palabras. Me dedicó unas palabras. Y me preguntaban recién, viniendo para acá, estuve en varios lugares, me decían ‘¿le vas a contestar?, ¿lo oíste?, ¿lo escuchaste?’. Lamentablemente escuché los cortes que circulan en las redes, sobre todo del circuito vinculado al Gobierno. Y lo que escuché son insultos, una catarata de calificaciones que expresan además de posiciones que podríamos poner a charlar y discutir, pero no vale la pena. Me preguntaban si voy a responderle a Milei. Sí, le voy a responder, pero no en esos términos. En la provincia de Buenos Aires creemos que el que insulta y el que grita es porque no tiene razón. Nosotros, tranquilamente, no me van a escuchar insultarlo, denigrarlo. Y creo que eso también permite contrastar y comprender un poco qué es lo que lo enoja también tanto a Milei con la provincia de Buenos Aires. Nosotros creemos que la mejor respuesta que le podemos dar a los insultos, a esta campaña que, yo decía, iba a ser sucia, no, roñosa, ya vemos como comienza. ¿Cómo le podemos contestar? Miren, muy sencillo: recorriendo, estando, trabajando, acompañando, defendiendo, protegiendo, resistiendo al lado de los sectores que son víctimas de la política de Milei, que a esta altura del partido no hay lugar en la provincia de Buenos Aires que nadie te pueda decir ‘a mi me está yendo mejor’. 

Fíjense, hoy escuchaba, reproduzco, ¿no? ‘No se llega a fin de mes’, pero no me lo dijo un laburante, no me lo dijo un trabajador de la economía familiar, de la informal; me lo dijo un empresario del turismo. ‘No se llega a fin de mes’, me lo dijo un comerciante que tenía un comercio que lo tuvo que cerrar. Me lo dijo un productor agropecuario, ‘no se llega, no alcanza, la plata no alcanza’. Y claro, como la plata no alcanza y no alcanza a sectores medios, a sectores vulnerables, a comerciantes, a empresarios. Estamos acá en una ciudad que se caracteriza, Gustavo, por la pesca, la pesca liquidada. Se caracteriza por el turismo, 20% menos de turismo, 30% menos de gasto turístico en este fin de semana largo. Se caracteriza por la construcción, la construcción 30% abajo, más o menos, desde que llegó Milei. Y esto es generalizado, es transversal a todos los sectores. Está todo parado. En la Argentina de Milei está todo parado. Y a mí me parece también que los insultos, la denigración, un método que ya es reiterativo y que ya creo que le tomamos el tiempo, ya cansa, ¿no? Uno ya se da cuenta de que cuando viene y sale insultando es porque quiere esconder, es porque quiere ocultar, porque hay temas de los que no pretende o no quiere hablar. Yo no sé si esto es una estrategia de marketing o es simplemente una cuestión de inmadurez personal. Porque a veces parece algo vinculado como a adolescentes. No sé, no quería decir nada raro. Pero no sé, no sé cuál es el origen de todo esto. Pero sí ya veo cuál es la cadencia, cuál es el objetivo, que es que estemos hablando de eso. Que estemos hablando de que le dijo a Lali o le dijo a Darín, ahora le dijo a Kicillof, después le va a decir al Presidente Lula, después a Pepe Mujica. Incluso el día de su funeral, estaban todos ellos insultando, tratando mal al pueblo uruguayo en su conjunto. 

Así que, yo creo que a esta altura tenemos que entender que no es una falta de respeto a mi persona o a aquel que se insultaba, a esta altura es una falta de respeto a todo lo que está pasando en la Argentina, a los que están sufriendo las políticas de Milei. Me gustaría que Milei en vez de andar insultando, recorra un poco, vea un poco y se ocupe, por una vez, de un problema real de cada uno de los argentinos de carne y hueso, de cada uno de los bonaerenses que tienen problemas, porque pierden el laburo, porque si laburan tienen miedo de perderlo, no les alcanza la guita, porque el que tiene un comercio no puede, no le da, porque el que tiene una industria le entran las importaciones. La industria textil liquidada también, la verdad que son situaciones que ya el otro día nos reunimos todos los gobernadores de la Argentina. No sé qué más espera para darse cuenta que tener una política contra la producción y el empleo, contra el federalismo, contra la soberanía y contra la identidad nacional, que todo eso tiene consecuencias y que va generando, cada vez más, porciones de nuestra población que lo que necesitan son respuestas y soluciones.

Nos pasamos el día intentando cuidar y solucionar a las víctimas de los problemas que genera Milei. Nos pasamos el día. Dos millones de pibes y pibas comen en las escuelas bonaerenses. No solo, 2 millones y medio en el comedor, pero además tienen un módulo especial por el problema alimentario. ¿Qué pasaría si no están estos intendentes? ¿Qué pasaría si no están estos gobernadores? Y Milei, ¿qué dice? ‘A fundirlos’, ‘a sacarle los recursos’, ‘degenerados’, empieza con todo eso. Yo lo que quiero decir a Milei es que es muy fácil. Tiene que cumplir la Constitución y las leyes, y darle a las provincias los recursos que le corresponden. Tiene que cumplir la Constitución y las leyes, y reconocer los derechos a la educación, a la salud, a la vivienda. Han parado todas las obras. 

Y yo creo que cuando hablan de que todo marcha de acuerdo al plan, sí. Pero, ¿qué es el plan? Es destruir la industria nacional. ¿Qué es el plan? Es entregar nuestra soberanía. ¿Qué es el plan? Que los trabajadores, las trabajadoras no tengan derechos, que la gente no tenga vivienda, que el que no le alcance la plata se pudra al costado del camino. 

Así que yo creo que esto ya lo vamos viendo. A mí me parece que ante un ataque de esta dimensión sobre cuestiones tan básicas, además culturalmente, porque hay que atacar la universidad pública argentina, que es un orgullo de los argentinos y las argentinas, que es un potencial inmenso que corre permanentemente la frontera para nuestro desarrollo nacional, que nos da instrumentos y elementos individuales, sociales, pero también nacionales para situarnos en un mundo cada vez más complejo. 

Así que, hoy simplemente dedico este encuentro a los trabajadores y trabajadoras de las universidades. A los estudiantes, a las estudiantes de nuestras universidades. A todo el sistema universitario, científico y tecnológico. Y les digo, cuenten con nosotros. Ahí estamos. 

A resistir, a aguantar esto que va a pasar, porque vamos a seguir trabajando incansablemente para cuidar, para defender, pero también para construir una alternativa a este modelo tan insensible. Así que, muchísimas gracias. [yotuwp type=”videos” id=”HEWYsPhc1jY” ]

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