Acto de ascenso de Comisarios Generales de la Policía provincial

Bueno, muchas gracias a todos, a todas. La verdad que un hermoso acto, un acto muy emotivo. Le quiero agradecer al ministro, a Javier Alonso, a todo el equipo del Ministerio de Seguridad, por supuesto también a Javier, a Leandro, a los jefes de la Policía, porque estamos haciendo algo que no se hizo nunca. Empiezo por ahí.

La verdad que me comentaban algunos generales, algunos comisarios generales que habían recibido su ascenso en un escritorio o lo habían recibido de manera absolutamente casi, no digo clandestina, pero sí poco pública. Para nosotros era muy importante, hoy estamos en un acto que representa una modificación sustancial en la cúpula de la Policía, que tiene que ver con la designación, el ascenso a comisario general de 23 oficiales de la Policía de la provincia de Buenos Aires, forma parte de una importante renovación de la cúpula policial; y tiene que ver con una serie de políticas, con un trabajo que estamos llevando adelante hace seis años desde el Ministerio de Seguridad, desde el Gobierno provincial junto con la Policía de la provincia de Buenos Aires.

¿Qué es la novedad? Que se hace, creo que, por primera vez en la historia, este acto en el Salón Dorado de la Casa de Gobierno, y que se hace, lo más importante de todo, con presencia no sólo de quienes ascienden, de otros oficiales de la Policía, sino también de todos los familiares, amigos, para quienes pido un aplauso.

No me quiero extender mucho porque nos dedicamos a lo más importante, a poder celebrarlo, a poder dejarlo plasmado en fotografías, a poder dejar un recuerdo de este momento tan importante. Le pregunté a casi todos los oficiales que ascienden, los hoy comisarios generales y la comisaria general, hace cuánto están en servicio, hablamos de carreras muy prolongadas, 29 años, 30 años, 32 años, 33 años.

La verdad que es el resultado de un trabajo muy intenso, de un trabajo que lleva mucho tiempo, de un esfuerzo muy largo y que requiere un sacrificio enorme, no sólo de ustedes, a los que estamos hoy reconociendo, también de quienes los acompañan en momentos, muchas veces por el tipo, por lo que representa el trabajo policial, por lo que representa llevar en los hombros una responsabilidad tan grande, una responsabilidad tan grande, donde está en juego la seguridad, la vida, los bienes del pueblo de la provincia de Buenos Aires. En una provincia tan inmensa, ¿no? Porque obviamente que los más altos grados de las fuerzas policiales siempre son relevantes, pero en la provincia de Buenos Aires, con sus características, con su dimensión, con su naturaleza también, con la naturaleza social y territorial que tiene la Provincia, la verdad es que es un enorme mérito. Está cuidando la Policía de la provincia de Buenos Aires a más de 17 millones de ciudadanos de nuestra Provincia, a un pueblo que es enorme, que es nutrido, que es heterogéneo, en un territorio, además, también sumamente extenso, 300.000 kilómetros cuadrados.

Yo a veces veo, y lo deben sentir también ustedes, que les gusta a algunos comunicadores, a la prensa, sobre todo a la llamada prensa nacional, la prensa porteña realmente, comparar la provincia de Buenos Aires con otras jurisdicciones, ¿no? Somos 40% del país, somos casi medio país, y podríamos ser, porque lo somos también, somos, en términos poblacionales y territoriales, más grandes que muchos países completos. Así que el desafío, la problemática, la complejidad no tiene comparación, no tiene comparación en la República Argentina y tiene poco punto de comparación también a nivel regional.

Entonces, creo que el desafío de nuestra Policía, el desafío de nuestro Gobierno, cuidar, proteger, dar tranquilidad, dar confianza a 17 millones y medio de bonaerenses todos los santos días y sus noches, porque esto la verdad que a veces se pasa por alto, es un trabajo complicado.

Cuando nosotros asumimos, y con esto voy a ser breve, porque no sé si a todos, pero prácticamente a todos ustedes los conozco, nos hemos cruzado en alguna ocasión en estos seis años, en las funciones que desempeñaban, pero ustedes sabrán, porque llevan tantos años de servicio, que cuando recibimos la responsabilidad de gobernar la provincia de Buenos Aires veníamos de una etapa bastante particular, una etapa donde quienes gobernaban, de la gobernadora para abajo, pero también su fuerza política, se había dedicado a decir y a hablar durante muchísimo tiempo de lo importante que era la seguridad. De que, probablemente, entre las grandes prioridades, la seguridad para el gobierno que nos precedió estaba sino primero, más o menos por ahí, entre las grandes prioridades. 

Pero veníamos de una época donde el discurso no se condecía con la práctica y con la realidad. Y me veo obligado a decirlo porque no hay que olvidarse de estas cosas. A veces resulta fácil hablar, hacer discursos grandilocuentes, tomar posicionamientos, hace poco vimos a un candidato de nuestra oposición que hablaba de ‘cárcel o bala’ como una posición, llamémosla, de dureza, punitivista, y luego se empezaron a conocer grandes, grandes diferencias entre la práctica, entre lo que se dice y lo que se hace.

Cuando yo llegué al cargo de gobernador, la verdad que me encontré una Policía de la provincia de Buenos Aires, una fuerza policial diezmada. Lo tengo que decir porque ustedes lo saben, y puedo repasar cada uno de los ítems que tienen que ver con el funcionamiento de la Policía de la Provincia, sin contar incluso enfrentamientos que hubo, recordarán en Avellaneda, armados entre nuestra Policía con las fuerzas federales, tratándose, a diferencia de ahora, de dos gobiernos del mismo signo político. Pero ahí hubo desinteligencias, hubo conflictos, hubo problemas de coordinación y, sobre todo, grandes falacias y grandes mentiras.

En el gobierno que me precedió, con un discurso muy afecto a hablar de la importancia de la seguridad, se habían bajado los sueldos de todos los empleados, de todos los trabajadores del Estado provincial, pero la que más sufrió fue la Policía bonaerense. Yo entiendo las dificultades económicas, pero castigaron especialmente a los efectivos de la Policía de la provincia de Buenos Aires. 35% de pérdida salarial había tenido y la distancia más grande entre los salarios provinciales, de la Policía de la Provincia, y los salarios de las fuerzas federales se registraron en la época en la que yo asumí como gobernador. Asumí también con un equipamiento obsoleto, abandonado, destruido, una desinversión enorme. 

Hablé de lo salarial, y no quiero ser muy extenso, podría pasarme un largo rato describiendo la situación que había cuando asumí, alguien dirá ‘es historia antigua’, pero hay que saber de dónde venimos para comparar con dónde estamos, también saber a dónde queremos ir, pero saber de dónde venimos. Venimos de una época donde teníamos 790 patrulleros para cubrir todas las cuadrículas del conurbano bonaerense, donde en el interior de la Provincia, pero también en el conurbano, no se compraban autos para la Policía, camionetas para la Policía hacía muchísimo tiempo. Un millón de kilómetros marcaban casi todos los móviles policiales en aquel entonces, y un grado de antigüedad, de obsolescencia realmente inexplicable, indefendible. 

No teníamos, no tenía la Policía de la provincia de Buenos Aires, ya dije el salario, no tenía instrumentos de trabajo. Porque la exigencia es siempre la misma, y cada vez que se comete un delito, más allá de estudiar la genealogía de ese delito, el origen de ese delito, las características, se responsabiliza a la Policía, que recibe un llamado en el 911 para tener que atender la situación cuando probablemente ya sea demasiado tarde. Simplemente nos tenemos que dedicar a resolver.

Obviamente, nos dedicamos también a la prevención, pero es importante plantear que cuando asumimos había 790 móviles en el conurbano bonaerense, que las armas, porque yo podré discutir en un canal de televisión y dirán ‘el Gobernador exagera, el Gobernador miente’, pero ustedes saben lo que pasaba. Las armas estaban viejas, no funcionaban en muchos casos, el armamento básico, las pistolas reglamentarias y, además, se había abandonado la práctica de la capacitación continua. Es decir, que quienes estaban portando un arma con responsabilidad policial no tenían, muchas veces, un reentrenamiento y muchas veces no habían tirado hacía años y años. Lo habían hecho, probablemente, en su formación, pero nunca más. Inaceptable. Tremendo, vergonzoso. Vergonzoso. Los chalecos vencidos, viejos, obsoletos. El armamento, estuvimos el otro día con el Grupo Halcón viendo el nuevo armamento que se ha comprado. Tenían todavía equipamiento de hace décadas de antigüedad, de hace décadas de antigüedad.

Entonces, dije ya, el equipamiento, armamento, chalecos, patrulleros, armamento pesado, armamento de más sofisticación también. Capacitación, se había absolutamente terminado la capacitación y la formación permanente. Sabemos que una agente de la Policía salía, como fue el caso de las policías locales, más bien de los llamados ‘pitufos’, ¿no? Que en seis meses se los formaba como policías, salían a la calle. Estábamos en una situación de desprotección y de abandono enorme. 

Sigo con la tecnología. También en materia tecnológica, la Policía de nuestra Provincia, absolutamente postergada. Con toda la exigencia que hay. Y con todo, diría, el reflector que tiene la Policía de la Provincia cada vez que hay un hecho.

En materia de laboratorios, en materia científica, en materia de investigación criminal, de inteligencia criminal, cero. Cero cuando llegamos. Cero es cero. En materia de tecnología. Bueno, no tengo que cortarle porque ustedes lo saben bien. Un llamado al 911 implicaba, prácticamente, que se abría un proceso burocrático, lento, desprolijo, mal hecho, para que acudiera la Policía de la Provincia. Recordarán ustedes que se llamaba, se decía dónde era, dónde se había producido el delito y después se empezaba a buscar si había algún patrullero a disposición, algún agente a disposición. Era así. No hay que olvidarlo. Era así.

En materia tecnológica, ahora tenemos el multiagencia que coordina a las seguridades municipales, también, con las cámaras, todo lo que dispone con la Policía provincial. En el caso del CATE, del 911, en el caso del 911, nuestra capacidad hoy, tanto de identificar a través de los ABL dónde están los vehículos, no lo tenían, como también identificar de dónde se hizo el llamado a través de la tecnificación de la asistencia telefónica, cuando suena el teléfono tiene geolocalizado el lugar.

Son enormes inversiones, por supuesto que en materia de armamento, en materia de municiones, de capacitación continua, en materia también de chalecos, de patrulleros. Dije, recibimos 790 patrulleros, tenemos hoy 7.300 patrulleros funcionando, 7.300 patrulleros; cada cuatro horas se patrulla el 75% del territorio urbano bonaerense, imposible con lo que nos dejaron.

Ha sido un proceso de acumulación, pero también un cambio en la formación. La universidad para la Policía, el Instituto Universitario, por supuesto las inversiones que se han hecho en la Vucetich, la apertura de nuevos cuerpos para la Policía o la mejora, como es el caso de la Policía rural, la capacitación específica y la búsqueda específica para los nuevos agentes de la Policía rural, los que tenemos ahí en Olavarría, pero también lo que hemos hecho en el cambio en los programas de formación de nuestros cadetes para que lleguen a ser policías con mucha más práctica. Antes era teórico, ¿quién podía pensar que se podía recibir y formar alguien como Policía con mera teoría? Ahora tenemos una formación que incluye la práctica y que incluye también el acompañamiento en territorio durante un tiempo. O sea, se extendió, se invirtió más, se modificó la formación y eso tiene que ver con la profesionalización, la creación, bueno la UTOI existía, pero era prácticamente nominal.

Las bases, las nuevas bases de la Policía de la Provincia, de sus fuerzas especiales, la compra de motos, además de la compra de patrulleros, las BMW, las que tenemos para hacer patrullaje, con dos agentes. Bueno, hemos hecho cambios históricos. Una inversión realmente histórica. Pero, ¿a qué apunta a la profesionalización de la Policía de la provincia de Buenos Aires? ¿A qué apunta?

A mayor capacitación, a mayor tecnología, a mayor prestigio de nuestra Policía. Poder trabajar realmente con inteligencia criminal, prevenir, tenemos hoy mapas de delito, tenemos hoy las últimas innovaciones en materia tecnológica y las empleamos, y las utilizamos. Yo hablo en plural. Yo hablo en plural de todo lo que hemos transformado la Policía de la Provincia, pero en realidad esto no es más que agradecerles por el compromiso a todos ustedes, a sus compañeros, a los jefes policiales y al Ministerio de Seguridad.

Que no los dejen dudar, es histórico lo que estamos haciendo. Podría seguir, seguir y seguir porque he estado atento, acompañando y avalando políticamente cada una de estas inversiones, cada una de estas modificaciones, cada una de estas transformaciones, cada una de estas mejoras. Es para mí muy importante. Y mi fuerza política y mi tradición política dice con claridad ‘que mejor que decir, es hacer’.

Por eso, a veces me han visto ustedes participar de muchísimos actos, de muchísimas reuniones, de muchísimos intercambios con la Policía de la Provincia, pero es mi estilo no andar haciendo bandera de esto, no andar sobre girándose, no andar, menos todavía, trabajando con el marketing y no con la realidad.

Así que este trabajo sabíamos que iba a ser muy prolongado, sabíamos que iba a ser muy esforzado, sabíamos que iba a requerir mucha seriedad y sabíamos que iba a funcionar mejor si no nos dedicábamos todo el día a pregonarlo y a contarlo, sino simplemente a realizarlo y a llevarlo adelante. Mucho trabajo y mucho esfuerzo. Son muchas cosas juntas las que se han hecho y tienen, entre estas cuestiones lo que ocurrió hoy, antes de esta ceremonia, que es el Día de los Caídos.

Yo quería aprovechar para hacer un homenaje, pero sé que se hizo y que también es histórico. Lo estuve viendo en diferentes lugares de la Provincia, también en la Vucetich. Estamos, por primera vez, teniendo una política real y concreta para homenajear y para reconocer a los caídos de nuestra Policía.

Dos cosas más y para terminar. Primero, que esto se muestra, más allá de que los cambios en los procesos, se muestran los resultados. Le decía al Ministro, recién, que las estadísticas en materia de homicidios van a estar en su mínimo histórico probablemente este año. Casi seguramente. Vamos a tener, y lo hemos tenido hace dos años, lo volvimos a tener el año pasado, las mejores estadísticas en materia de homicidios de toda la serie que se computa en la provincia de Buenos Aires. 

Escuchábamos a la ministra de Seguridad nacional decir que las estadísticas nacionales eran muy buenas, eran las mejores de Latinoamérica. Bueno, y mientras tanto, hablar mal de ustedes, de nuestra Policía y de nuestra Provincia. Sabemos que es un imposible. Sabemos que es imposible tener buenos resultados a nivel nacional si en la provincia de Buenos Aires no se tienen, también, estadísticas positivas. Es imposible porque somos el 40% de la población del país.

Por lo tanto, me parece que se olvidaron siempre y cada vez que repiten, después de un año de asumir, que tienen las mejores estadísticas de la historia, se olvidan de decir que eso está fundamentado en el trabajo de la Policía de nuestra Provincia, la provincia de Buenos Aires. Se olvidan de decirlo.

Por eso, creo que estas enormes inversiones tienen, durante este año y supongo que durante los que vienen, durante los últimos dos años, un mérito mayor. Ustedes saben que buena parte de esta renovación del parque automotor, buena parte de este reequipamiento, buena parte de las inversiones edilicias, de todo tipo de inversiones, en tecnología, en formación, todo tuvo un fondo especial para nutrirse, que es un fondo nacional que se había obtenido, no del Gobierno nacional anterior a este, sino del Congreso nacional también.

El Congreso nacional votó y acompañó un fondo especial para la Policía de la provincia de Buenos Aires, que no era un fondo de uso discrecional, sino un fondo para seguridad que había que rendir, contando y explicando con toda precisión y con toda claridad para qué se empleaba hasta el último centavo. Y se empleó en patrulleros, se empleó en chalecos, se empleó en armamento, se empleó en infraestructura. ¿Qué ocurrió? Cambió el gobierno, otro gobierno que le gusta hablar mucho de la seguridad, pero que no invierte. 

Entonces ocurrieron varias cosas. Llevamos nuestros salarios, los salarios de la Policía de la Provincia con muchísimo esfuerzo, a niveles iguales o superiores al de las Fuerzas Federales. Eso es un hecho histórico, era un pedido justo de nuestra Policía provincial. 

Luego, nos cortaron los fondos. Hace dos años que el Fondo nacional está cortado por un incumplimiento del gobierno de Milei, por un incumplimiento ilegal. Cuando digo esto no es que quiero exagerar, sino decir simplemente que estaba enmarcado en leyes que no se verifican hoy. Entonces, fuimos a reclamar el Fondo de Seguridad junto con otros fondos que nos cortaron a nuestra Provincia y a las demás provincias a la Corte Suprema de Justicia, que es donde hay que ir. Todavía no hemos tenido respuesta, pero no podíamos quedarnos de brazos cruzados, porque entonces, todo el esfuerzo que se hizo en el primer mandato durante 4 años iba a verse amenazado. Por eso, se dispuso, aquí, en la provincia de Buenos Aires utilizar recursos propios, 170.000 millones de pesos distraídos de otras áreas de gobierno para que la Policía de la Provincia, para que la seguridad de la Provincia siga teniendo su fondo. Eso es algo que tenemos que agradecerle a todo el pueblo de la provincia de Buenos Aires.

Por eso, a pesar de la pérdida de recursos, este año seguimos comprando patrulleros para renovar la flota. La renovamos completamente, pero ahora requiere un ritmo anual, porque si no vamos a estar en la misma situación. Compramos 1.500 nuevos patrulleros, 700 motos con recursos provinciales, no ya con el Fondo nacional y seguimos trabajando también el incremento, me olvidé de decirlo.

En la gestión anterior a la mía se habían perdido 10.000 efectivos de la Policía. Nosotros ya llevamos, en cinco años, 16.000 efectivos. Estamos acelerando la sustitución y el crecimiento de nuestra fuerza policial y esto es resultado, como digo, de una decisión política. Yo sé que la palabra política a veces es objeto de discusiones, de tironeos, de filosofía. 

Pero les quiero decir, cada año y en cada mes y en cada día hay que decidir en qué se emplean los fondos. Este Gobierno provincial prioriza la seguridad y no lo hace sólo en las palabras, sino que lo hace fundamentalmente en los hechos. Yo veo hoy una policía mejor equipada, una policía mejor entrenada, una policía en la medida de lo posible con justicia remunerativa con respecto a otras jurisdicciones y veo, además, una policía que responde. Una policía que responde. Que responde, ¿a qué? Y lo he dicho varias veces, nosotros necesitamos una policía con profesionalismo. Necesitamos una policía más eficaz. Necesitamos una policía honesta, pero necesitamos, sobre todo, reconciliar a nuestro pueblo con la Policía de la Provincia. En algún tiempo se hablaba de ‘la maldita’, se hablaba de varias cosas que hemos venido a revertir.

Necesitamos, de nuevo, hermanar al pueblo con quienes lo cuidan, porque ustedes como policías no son más que parte de ese mismo pueblo, hijos de ese mismo pueblo. Por eso, no hay una diferencia y no la puede haber. Son funciones, son responsabilidades inmensas. Son quienes están armados para cuidar a los vecinos. Necesitamos una policía más cercana, necesitamos una policía más humana y digo yo, desde mi visión, lo están logrando, lo estamos logrando. Muchísimas gracias.

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