Acto por el Día de los Derechos Humanos

Buenas tardes a todos, a todas, Juan Martín, Gitano. Ahora voy a referirme un poquito a Estela, pero primero agradecerles porque, de manera muy sucinta han inventariado, comentado y compartido algunas de las políticas que llevamos adelante en estos cinco años de gobierno. Quiero decir que hoy tenemos para celebrar que se cumple un año en la gestión de Juan Martín Mena, porque después tenemos para lamentar otro año que se cumple de gestión el día de hoy. Ayer nos estuvimos refiriendo al daño de Milei, a lo que ocurrió en este año espantoso, a su boletín de calificaciones, Estela, al boletín de Milei.

Que hoy seguramente se va, a través de la cadena nacional, a referir a todos sus logros y va a ser un ejercicio de narración selectiva, ¿no? Yo sin ser ni adivino, ni tener una bola de cristal, desde ya les adelanto que no va a hablar de la caída de las jubilaciones. Hoy no va a estar en su cadena nacional, en su celebración, no va a hablar de la pobreza, no va a hablar del desempleo. Me corrijo, tal vez miente, pero de los datos reales que se están viviendo en punto al poder adquisitivo, al consumo, al cierre de empresas, a la caída de la producción nacional, a la falta de utilización de nuestras máquinas, de eso no va a decir nada.

Y yo lamento decir que seguramente va a celebrar algunas cifras que tienen que ver con la fiesta, que efectivamente se está produciendo en la Argentina, pero que lamentablemente es para muy poquitos. Es una fiesta para los sectores financieros, es una fiesta para las corporaciones y los sectores concentrados, es una fiesta para los que se dedican a extraer, sin agregar valor, recursos naturales y la verdad que es una calamidad y un desastre para el grueso, la gran mayoría de nuestro pueblo. Y la provincia de Buenos Aires, 17 millones de habitantes, 300.000 kilómetros cuadrados, 135 municipios no es una provincia donde, ni la mayoría, yo diría ni una proporción relevante, viva de la especulación, o viva de… No sé, acá en La Plata no hay petróleo en nuestro subsuelo y tampoco litio, lo cual tampoco asegura nada, porque donde lo hay se lo llevan, dejando muy, muy poquito. Entonces creo que hoy vamos a vivir un momento de simulación y de festejo de quien representa a un sector minúsculo de nuestra sociedad.

Nosotros, hoy también cumplimos no un año sino cinco, pero cinco años de gobierno y nosotros también fuimos a elecciones, como va a decir Milei que fue votado, nosotros también fuimos votados en la provincia de Buenos Aires y tenemos la obligación y el mandato de representar, yo diría, prácticamente de manera exhaustiva a las víctimas y a los que están sufriendo las políticas de Milei. Y acá, en este territorio, Milei no ganó ni las PASO, ni las generales, ni el balotaje.

Y lo digo porque si no parece que esta fuera una discusión o de trinchera, o de escritorio, o de púlpito y no es así. Si el Gobierno de la Provincia defiende la industria, si el Gobierno de la Provincia defiende la producción, el trabajo. Si el Gobierno de la Provincia, Robi, defiende la escuela pública, defiende la cultura, si el Gobierno de la Provincia defiende el derecho a la salud, pero si el Gobierno de la Provincia también defiende el cuidado del ambiente,  defiende la búsqueda de la igualdad de género y defiende los derechos humanos, no es ni por capricho ni por anteojeras ideológica ni por, menos todavía, por una cuestión personal e individual, es porque fuimos a elecciones y le dijimos muy bien al pueblo de la Provincia que votar a este gobierno era votar por más salud, más educación, más producción, más trabajo, más ambiente y más derechos humanos.

Y vale la pena aclararlo mil veces porque, obviamente que uno puede comparar, recién lo oía un poco a Juan Martín, lo oía al Gitano hablar de nuestras políticas y del abandono que estamos sufriendo todos los gobiernos provinciales, porque no es privativo, exclusivo, casi diría ni siquiera particular con la provincia de Buenos Aires. Milei está enojado con la provincia de Buenos Aires, yo creo, que porque acá perdió las elecciones y cree que la mejor forma de que le vaya bien es descargar su enojo a través de ahorcamiento y ahogamiento presupuestario, de privación de políticas y de abandono de los y las bonaerenses.

Yo, la verdad que si me tomo una atribución que no tengo de darle algún consejo a Milei, no sé si para esta noche, la verdad que lastimando y dañando al pueblo de la provincia de Buenos Aires dudo que conquiste su cariño, dudo que conquiste su confianza, dudo que conquiste, siquiera en un acto eleccionario, algún apoyo adicional al que ya tuvo. Para que la provincia de Buenos Aires responda, hay que ocuparse de los y las bonaerenses.

Y ahí decía Juan Martín, que es cierto, probablemente hoy no veamos en las redes sociales, miren que estamos ante un Gobierno, Estela, que prácticamente cree que gobernar es tuitear. Conocemos ya ‘gobernar es poblar’, bueno, ‘gobernar es tuitear’. Y probablemente no veamos ninguna conmemoración, ninguna referencia al Día Internacional de los Derechos Humanos que en Argentina está sobredeterminado, porque justo el 10 de diciembre es, también, el día en que se recupera, después de la noche de la dictadura, la democracia en la Argentina. Y sabemos también que no es que pasan dos cosas el mismo día, pasan prácticamente la misma, porque la lucha por los derechos humanos es uno de los resultados y uno de los motores de la recuperación de la democracia.

En aquel gobierno de Alfonsín, que también denosta e insulta el Presidente de la Nación, yo quiero decir, a mí no se me aplica esto de ‘mal de muchos, consuelo de tontos’, la verdad que le dé más duro a Alfonsín y a los radicales que al peronismo a mí la verdad que no me alegra, porque me doy cuenta de que su problema es con todos los partidos, todo el movimiento que representa el campo popular, sea radical, sea peronista, si es democrático y es del pueblo, a Milei no le gusta. Ya esto lo hemos visto aquí, en la campaña electoral que lo hizo presidente a Alfonsín, la cuestión de los derechos humanos fue central, o sea que es la recuperación de la democracia y la puesta en vigencia y la puesta en marcha de los juicios a las juntas y un cambio absoluto en materia, obviamente, de miradas sobre los derechos humanos, que resultó además en un hecho histórico y mundial.

Eso nunca hay que olvidarlo, porque a mí que me ha tocado viajar en representación de la Argentina siendo ministro de Economía, a veces, incluso dos veces fui al G20, Cristina era presidenta y tenía un problema en aquel momento para asistir y fui en representación de la Argentina, y no hay presidente del mundo, no hay figura política del mundo que no sepa el ejemplo, que no conozca lo que se hizo acá en materia de derechos humanos. Que lo vuelvo a decir, ¿por qué lo reconocen? No sólo porque tuvimos la más sangrienta de las dictaduras, sino también porque cuando ocurrieron genocidios, cuando ocurrieron hechos de persecución masiva de esta dimensión, cuando ocurrió la proscripción política, la erradicación del adversario, cuando ocurrió todo esto en otros lugares del mundo, porque pasó en muchos lugares, no ocurrió después lo que pasó en la Argentina.

A veces eso implicó la intervención o la participación de países extranjeros para resolver, después de algo tan trágico, para resolver y para no sanar, pero por lo menos exhibir y poder y aprender de eso que ha ocurrido, y castigar a los responsables, muchas veces eso requirió el concurso, la ayuda, la cooperación y, a veces, la intervención prácticamente de países extranjeros. Esa es la experiencia, por ejemplo, en el caso tremendo del holocausto, ¿no? Salvando obviamente las distancias, sin pretensión de comparar, pero como un hecho que también tuvo juicio, pero no de esta manera.

Luego, lo que decía Juan Martín. A mí que no soy abogado, que no conozco el detalle del derecho, esto siempre me impactó mucho, porque no se dictó un cuerpo legal, jurídico, un derecho, unas leyes especiales que permitieran juzgar esos delitos, porque… Y esto no es menor en términos de la legitimidad, me meto en materia de la que… Ahí miro a algunos abogados, pero que bueno, lo digo como militante, ¿no? Porque si hay que crear un cuerpo jurídico, legal, para juzgar los delitos, entonces se puede hasta discutir si esos delitos son alcanzados por nuevas leyes o nuevas disposiciones que los convierten en delitos. Aquí no, aquí se usó el cuerpo legal que tenía la Argentina, es decir, que se demostró de esa manera que ese delito se cometió contra las leyes vigentes, no que de manera retroactiva se fue a buscar. Y es importantísimo, es importantísimo que haya también sido en los tribunales ordinarios.

Que hayan sido jueces del Poder Judicial de la Nación que juzgaron estos delitos sin tener que hacer tribunales especiales, porque la historia de las leyes especiales y los tribunales especiales a veces ha resultado en combinaciones no del todo virtuosas. Le ha pasado al peronismo, le ha pasado al campo popular, que muchas veces se han creado fueros, pasa hoy con Cristina prácticamente, donde hay jueces, el caso de Bonadío, ¿no?, que tenían un bolillero mágico donde todos los casos vinculados a la persecución judicial y a la proscripción le caían a él a través de un sorteo claramente amañado, que no fue un sorteo, entre las tantas vergüenzas y barbaridades que ocurrieron. Fue prácticamente un fuero especial dedicado a juzgar a un gobierno popular, a Cristina y a muchos compañeros también, como se hizo varias veces también en la historia argentina.

Es decir, que el caso argentino es absolutamente extraordinario, es caso de reconocimiento, de ejemplo y de estudio a nivel mundial lo que ocurrió con las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, incluso en sus diferentes momentos. En el momento del primer gobierno democrático, yo porque le estoy hablando a ustedes, son todos compañeros y compañeras que lo conocen, pero estamos hablando a quien también tal vez no lo tenga tan presente. Pero ocurrió lo que decía Juan Martín, que tuvo gusto a poco, que se quedó después con la Obediencia Debida y el Punto Final, no se completó esa tarea y después hubo que volver, y bueno, y en el menemismo después las amnistías y los perdones. Bueno, todo esto que fueron capítulos de un proceso muy largo.

Yo quiero volver sobre el tema central que nos ocupa hoy, que el Gobierno nacional, de toda esta historia que se escribió con tanta dedicación, con tanto sacrificio, con tanto esfuerzo, se escribió también con militancia diría uno, pero sobre la base de una militancia que costó vidas, ¿no?, y trayectorias personales y pérdida de identidad, que es lo que hacen las Abuelas específicamente. Así que es una historia que tiene episodios ejemplares, pero es una historia muy trágica de nuestro país. Entonces taparla, esconderla, tiene un propósito y tiene claramente el objetivo que para mí es lo que hay que señalar y denunciar. El objetivo de no contar esta historia, de tergiversarla, de llenarla de falsas noticias, de desprestigiar, atacar, perseguir, insultar a todos sus protagonistas, de devaluar y despreciar las luchas, de negar lo que ocurrió y los delitos, no puede tener otro objetivo que pavimentar el camino para que haya menos dificultad para hacer cosas de la misma índole.

Esa es la gravedad que tiene, todos sabemos, bueno, ese viejo adagio, esa frase de que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Bueno, pero si uno ve que se ensañan con algo que todo el mundo reconoce, que es algo distintivo y especial de nuestra historia argentina, y que se consiguió con tanta lucha, con tanto esfuerzo, durante tanto tiempo y que se sostuvo de esta manera, no hay duda de que el propósito es que se olvide, que se tergiverse para tener las manos libres, para tener las manos libres. Así que la gravedad de estos procesos no se puede exagerar, no se puede exagerar.

Decía Juan Martín que hoy no vamos a ver conmemoraciones oficiales ni referencias al Día Internacional de los Derechos Humanos y, sin embargo, hay tres decretos que son, de un modo perverso y horrible, una acción política y, claramente, una manifestación en la materia de los derechos humanos, ¿no? Es, de algún modo, cambiar la edad para la portación de armas, bueno, disminuirla.

Hace poquito estuvimos discutiendo si pibes de 16 años pueden o no leer una página de un libro que contiene alguna escena sexual, y los pibes de 16 años no pueden, según este Gobierno, ni siquiera como lo hacen en las escuelas de la provincia de Buenos Aires con el acompañamiento de adultos que además son maestros, maestras, especialistas, bibliotecarios. Es decir, no pueden, no pueden, para ellos eso no puede pasar, pero sí puede pasar que un pibe de 18 años este calzado, eso les parece perfecto, que no hay ninguna restricción, hay absoluta madurez, la que no hay para ver, además, o para leer o para conocer de una manera literaria, porque el problema es con esas escenas, pero es con la literatura en las escuelas.

Y ni hablar de reducir la edad de imputabilidad a los 12 años, o 13 años. O sea, ese pibe, esa piba, el que comete, el que está violando la ley se lo considera alguien cargado de total comprensión, plena conciencia y punible, como si no fuera un niño, como si no fuera…  Lo que no quiere decir que no haya que hacer algo con ese fenómeno, ahí con Javier Alonso, con nuestro ministro, con diferentes ministerios, obviamente, mirando con preocupación, más allá de la incidencia estadística menor que tiene, porque eso también obviamente tiene toda esa gravedad y tiene todo ese espanto y ese horror de un menor cometiendo un delito, obviamente que lo tiene, pero la respuesta que se está planteando es, prácticamente, el abordaje como si fuera, tuviera los instrumentos cognitivos, intelectuales, psicológicos, de comprensión de lo que está haciendo, por qué lo está haciendo, de un adulto.

Yo no tengo ninguna duda que todos los instrumentos que tenga el Gobierno de la provincia de Buenos Aires hay que encaminarlos a que esos hechos no se produzcan, pero me parece que una respuesta unilateral, que la pongo en línea con armar a los chicos de 18 años, no prohibir, prohibir, perdón, prohibir determinada literatura en condiciones de cuidado y en una institución educativa a los pibes de 16. O sea, permitir las armas, prohibir y después esto de la edad de punibilidad. Bueno, me parece que este es un combo que muestra un poco cuál es la cosmovisión terraplanista, ¿no? Yo lo llamo terraplanismo multidisciplinario, porque prácticamente en todo y además con frases hechas, sin soluciones, sin inversión.

Porque quiero decir otra cosa, si queremos abordar cualquiera de estos problemas se necesita, para resolverlos, eh, no para tirar un tuit o para generar una provocación o un enojo o una indignación, no para eso, sino para resolverlos, se necesita no menos Estado, le advierto a Milei, se necesita más Estado presente. Para resolver los problemas se necesita más Estado presente.

Por eso, en esto quiero ser tremendamente claro, me parece que sí hubo hoy mensajes, tal vez cifrados, sobre… Dedicados al Día Internacional de los Derechos Humanos. Lo que pasa es que este es un gobierno que yo decía que se vale de los escándalos, de la agresión, de las provocaciones.

Me salió decir es un gobierno propulsado a escándalos y provocaciones, ¿no? Es como que cada día tienen que generar una discusión nueva, a punto tal que a veces uno duda si tiene que responder cada una de las provocaciones, si tiene que detenerse o si no son más que cortinas de humo o maniobras de distracción y ocultamiento de cosas, también, gravísimas que van ocurriendo, con la estructura productiva de la Argentina, con la situación vital, con cómo viven nuestros laburantes, nuestra gente, cómo viven en nuestros barrios, qué es lo que está pasando. Bueno, a veces parece que estar todo el tiempo enganchándose en cada una de estas campañas que producen sería caer en la trampa, ¿no, Estela? Como ‘bueno, tenemos que contestar’.

Yo tengo una respuesta a esto, es provisoria, pero mi respuesta es ocuparnos y armar la agenda sobre las cuestiones más graves y más importantes, pero al mismo tiempo, no dejarles pasar una, no dejarles pasar una. Por el riesgo también de que estas cosas y de que estos discursos se naturalicen. Y acá creo que hay un punto importante, porque lo decía también el Ministro, nosotros todos los años hemos celebrado el Día Internacional de los Derechos Humanos, pero este primer año de un Gobierno de estas características, y bueno, todo cambia la perspectiva, cambia el contexto y entonces cambia también un poco de valor porque, ante tanta agresión, combinada también con una dosis de ignorancia, porque uno se da cuenta de que tampoco saben realmente de qué están hablando. Yo creo que a veces incluso las agresiones y las cuestiones más escandalosas, yo estoy seguro de que los libros que criticaron no los leyeron, por ejemplo, estoy seguro, eh. Estoy seguro.

Pero estoy seguro de algo más grave, estoy seguro de algo mucho más grave, que es que Milei, por ejemplo, no escribió la Ley Bases, eso estoy absolutamente seguro y digamos en un 98% también que nunca la leyó, que es mucho más grave.

Entonces, estamos en un gobierno donde hay también una propulsión a escándalos decía, pero que nos pone a nosotros, acá en la provincia de Buenos Aires, donde estas políticas, como narraba recién el Gitano, querellantes en los juicios, podemos narrar los resultados que hemos tenido este año o en todo el período, nuestra inversión para visibilizar los sitios y espacios de la memoria, que tenemos un proceso de trabajo donde pronto vamos a tener nuevas inauguraciones. En la provincia de Buenos Aires, lo dijiste muy bien, para el caso concreto, esto es infraestructura, en la provincia de Buenos Aires no paró la obra pública. Y esto incluye una política fundamental.

Nuestro trabajo con el Equipo Argentino de Antropología Forense, el Archivo de la Memoria, la creación del Archivo de la Memoria de la provincia de Buenos Aires, el programa Futuro Memoria, repaso un poco algunos puntos, la Escuela Provincial de Derechos Humanos, los números son gigantescos, como todo en la Provincia, pero como todo lo que se hace bien, porque a veces es tan gigantesco que uno tiene un poco de, a veces, resquemor de abordarlo porque para llegar y para tener alcance hace falta que sea realmente de una dimensión, de una escala considerable. Todo, todo lo que hacemos acá en provincia de Buenos Aires es gigante, finalmente, porque somos 40% del país. Ahora le agregamos a esta lista sucinta de políticas de avance y de resultados, le agregamos el decreto que vamos a firmar hoy que tiene que ver con la unidad que viene a compensar, en la medida de lo posible, nunca alcanza desde la Provincia sola, pero compensar, sustituir y dar continuidad al desastre que hizo el Gobierno nacional con el cierre del CONADI. En la provincia de Buenos Aires vamos a seguir, desde el Gobierno, buscándolos. Así que, Claudia…

Y es un cambio institucional importante, así que venimos dando estas peleas. En provincia de Buenos Aires a veces dicen ‘bueno, pero lo hacen para contrastar con el gobierno de Milei’, y la verdad que no es la vocación que tenemos, porque como decía Juan Martín, no son medidas de marketing, no son medidas de marketing. Lo que pasa es que nosotros tenemos una política permanente en cada una de las áreas que es de por sí, de suyo, absolutamente en espejo invertido, contradictoria, está en la otra vereda. Está en la otra vereda. Está del otro lado de estas políticas oscurantistas, negacionistas y la verdad no lo hacemos por Milei, lo venimos haciendo en los cuatro años anteriores. Lo que sí venimos haciendo, que me parece que es importante destacarlo, es que cuando ganó Milei a mí me tocó ver cómo en algunas provincias se empezaron a aplicar, provincias incluso con continuidad del mismo signo político o incluso la misma persona a cargo, pero cómo de repente dijo ‘soplan otros vientos, ahora afuera’, y empezaron a cerrar ministerios. Pasó, ocurrió, eh, es llamativo, como que dijeron ‘bueno, ahora está de moda ajustar, está de moda…’, ‘la sociedad, la gente quiere…’, bueno, esas ideas que se forman los, a veces, los dirigentes políticos empañados o influidos por un clima de época, que a esto quería ir.

Bueno acá, en la provincia de Buenos Aires, las políticas, las prioridades, los caminos que estamos recorriendo son siempre los mismos. No es contra Milei, es a favor del pueblo de la Provincia.

El problema es que como lo que hace Milei abandona, deserta y agrede, pareciera. Y a veces sí, a veces hay políticas que abandona el Gobierno nacional, que requieren en la provincia de Buenos Aires alguna novedad, alguna creación, alguna respuesta, que yo lo digo porque si no se genera… El otro día, con estudiantes universitarios, ¿no? Milei paró las obras en las universidades públicas, guadañó 35% del presupuesto a la universidad pública. Son universidades nacionales, con lo cual no son jurisdicción del Gobierno de la Provincia, están en el territorio de la Provincia pero son jurisdicción nacional, incluso tienen autarquía, independencia, autonomía, se llama, universitaria, entonces bueno, están en ese lugar.

Nosotros resolvimos, desde la provincia de Buenos Aires, justamente por ese carácter, porque a veces una obra que empezó el Gobierno nacional y la interrumpe, no se puede continuar porque jurídicamente no hay manera, Estela,porque hay que rescindir un contrato, hay que trasladar también de jurisdicción la obra. Eso pasa, por ejemplo, con el Canal Magdalena, nosotros lo queremos hacer, pero está en aguas que no son jurisdicción bonaerense. Pasa con la autopista Presidente Perón, para tomar algunos ejemplos sobre los que estamos, que nosotros hemos propuesto tomar las obras para hacerlas o para terminarlas, pero no se puede jurídica, legalmente, por cuestiones que no se pueden resolver con simple voluntad.

En el caso de las universidades nacionales, hay obras, pero las llevaban adelante las universidades con financiamiento nacional, entonces en ese caso lo que dijimos es vamos a terminar las obras en todas las universidades nacionales que funcionan en el territorio bonaerense, eso sí lo pudimos hacer y eso está en marcha, 25 obras en las universidades. Pero lo tomo como ejemplo porque, también, puede generar una expectativa, pasó con lo de Aerolíneas que anunciamos ayer, no es que uno canta, ‘canto pri’ y ya está.

En el caso de Aerolíneas, por ejemplo, para que se produzca un traspaso de la responsabilidad de la jurisdicción, hace falta que tome acciones el Gobierno nacional. Y eso es otra cosa que está pasando en toda la Argentina. El Gobierno nacional, el Gobierno de Milei interrumpió obras, interrumpió programas con financiamiento internacional, es decir, estaban los recursos, estaba firmado y estaba en marcha la obra, la interrumpió, pero no la puede continuar nadie.

Es decir que no tiene que ver ni con el ajuste, ni tiene que ver con el déficit, ni tiene que ver con nada de ese discurso que hacen, que tampoco es verdad ni en sus formas ni en su contenido ni en sus efectos, pero lo que quiero decir es que no hace ni deja hacer. No hace ni deja hacer.

Y a veces se genera la expectativa, por eso lo estaba diciendo, que la provincia de Buenos Aires se podría encargar de todas las áreas de vacancia, de todas las ausencias, de todos los abandonos del Gobierno nacional, y la verdad que es imposible desde el punto de vista jurídico, desde el punto de vista fáctico, desde el punto de vista presupuestario, pero créanme que con estas cuestiones, con lo que anunciamos hoy que se está firmando, con estas políticas, lo que nosotros pretendemos hacer es mantener vivo y funcionando un tipo de país, un tipo de historia, una cultura y una mirada que el Gobierno nacional cree que con solo decretarla como terminada, esta terminada. Bueno, en la provincia de Buenos Aires, Milei no.

Con nosotros continúan esas políticas y ahí está el punto y con esto termino, porque me parece que esto es lo que vinimos a hacer acá y por eso le damos esta relevancia adicional en el contexto que tenemos, que es que, lo comentaba antes de venir porque me está dando vuelta esta idea, que es que a veces cuando gobierna la derecha nos intenta hacer creer que sus postulados, sus axiomas, sus campañas, sus, a veces directamente hasta sus insultos, tienen un efecto inmediatamente real. Es decir que en la Argentina, referencia internacional de los derechos humanos, porque Milei dice tal cosa o tal otra, o porque antes lo dijo Macri o Vidal, entonces toda nuestra sociedad, de pronto, como si fuera un aparatito, le cambió el chip, entonces hay otro chip.

Y se transformó, cambió, es otra, se desnaturalizó. Y a mí, entonces ellos dicen ‘estamos dando la batalla cultural’. Porque dicen, por ejemplo, ‘no hay cambio climático’. Entonces, ‘estamos dando y ganamos la batalla cultural, porque nadie nos responde, ya convencimos a todo el mundo y ganamos, estamos ganando’. Cuando dicen ‘estamos ganando’, yo digo que ni eso saben lo que significó esa frase en la Argentina. Pero, ‘estamos avanzando con la batalla cultural’, y, la verdad que no es así. Porque no es una batalla cultural lo que están dando, están dando una batalla contra nuestra cultura, que no es lo mismo. Están dando una batalla contra nuestra historia, que no es lo mismo. Están dando una batalla contra cuestiones que definen al pueblo argentino. Entonces, lo peor que nos puede pasar ante esto, es caer en la trampa y en la confusión, y creen que porque ellos insisten, porque ellos repiten, porque ellos dicen, porque ellos sostienen y postulan, bueno, es verdad, es verdad, ya está, porque lo dijeron ellos. Entonces crean esos climas de época, crean esa cosa endogámica, donde una parte, un sector de los medios de comunicación, todo comulga con lo mismo y ya nos pasó.

Ya nos pasó durante el gobierno de Macri, durante el gobierno de Vidal que perseguían a los sindicatos, que estaban en contra de los derechos humanos y decían ‘bueno, ya está ahora cambió la cultura. Esto es, el cambio, el cambio, el cambio’. Y uno puede discutir, puede mejorar lo que sea, pero lo peor que nos puede pasar es caer en la trampa de resignarnos, de inmovilizarnos, de paralizarnos porque ellos insisten y vienen degollando yvienen con esto y, bueno, creen que pasó.

Porque si dicen que pasó y nosotros creemos que pasó en el terreno simbólico, pasa en serio. Pasa en serio. Entonces acá, en la provincia de Buenos Aires hay políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Y acá en la provincia de Buenos Aires sabemos que son 30.000. Por eso, ni provocaciones, ni mentiras, ni agresiones, simplemente coherencia, trabajo, políticas, Estado, soluciones y respuestas a nuestro pueblo. Muchísimas gracias.