Ampliación de la Unidad Penitenciaria Melchor Romero – La Plata
Buenas tardes a todos y a todas. Gracias Julio, en tu doble carácter casi prácticamente, ex ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, por supuesto de la Nación, hoy intendente de nuestra ciudad capital, La Plata, el municipio de La Plata.
Bueno, poder hacer esto en esta etapa, poder estar inaugurando hoy una nueva unidad penitenciaria, porque decíamos recién que esto va a cambiar de estatus entre esta ampliación y lo que había, por la cantidad de plazas, así que prácticamente estamos inaugurándola en su carácter de Unidad Penitenciaria de otro porte, de otro tamaño, pero puede hacerlo con el nuevo ministro de Justicia, poder hacerlo con el anterior ministro de Justicia que inició este plan, poder hacerlo acá en el municipio de La Plata y poderlo hacer en condiciones tan desfavorables como las que se están viviendo hoy en la Argentina, en la provincia de Buenos Aires. Porque hay un gobierno que, a nivel nacional, estas cosas, es decir, el bienestar, la salud, la educación, y por supuesto la seguridad que está tremendamente emparentada con la cuestión penitenciaria, en las provincias argentinas y en la provincia de Buenos Aires le importa, medido en pesos que ejecutó de las deudas que tenía, cero. Le importa cero a Milei cómo está el estado de las cárceles, cómo está el estado de la seguridad en la Provincia, nos cortó los Fondos de Seguridad.
Así que la verdad, Julio, un plan importantísimo, Juan Martín una proeza estar terminando hoy este mismo plan en medio de esta situación de escasez, de desinterés y de abandono.
Primero vamos a hablar de lo que estamos haciendo, de la importancia que tiene. Viniendo para acá escuchaba por enésima vez que quienes nos critican, yo en esto quiero ser democrático, porque hay quienes critican a la provincia de Buenos Aires siempre. En la provincia de Buenos Aires, desde algunos canales porteños, no quiero generalizar, pero ocurre todo lo malo, todo lo que está incompleto, todo lo que no sirve y yo creo que se pierden buena parte de la realidad que deben, minuciosa y yo diría a esta altura escandalosamente, ocultar. Y suelen decir que como gobernador no hablo de la cuestión de la seguridad, creo que es una muletilla, un lugar común que bastante cuesta arriba sostenerlo, porque hoy repasaba un poco las cuentas, hemos inaugurado en el Servicio Penitenciario Bonaerense, ahora que está esta discusión a nivel federal y municipal en la Ciudad de Buenos Aires y que están viendo dónde pueden hacer una cárcel, nosotros hemos inaugurado, con esta unidad penitenciaria, 7.130 plazas penitenciarias en la provincia de Buenos Aires.
Nunca en la historia, porque se han inaugurado, pero no con esta magnitud poblacional. Así que hay que tener ganas para decir que no hablamos de seguridad, más bien hay que tener un gran empeño, no para decirlo, sino para ocultar lo que está pasando en la Provincia, 22 bases inauguramos, Juan Martín, Julio, de la UTOI y la Fuerza Buenos Aires en la provincia de Buenos Aires, un cuerpo ya de 11.000 efectivos, hemos comprado 5.000 patrulleros. No me quiero poner a polemizar y a discutir, sino simplemente un pequeño desafío. No sé qué esperan que hagamos en la provincia de Buenos Aires para registrar los enormes esfuerzos que está haciendo el pueblo de nuestra provincia para sostener este plan penitenciario y este plan de seguridad que está haciendo historia. Así que el desafío y la gran pregunta es, ¿cuánto tiempo van a poder ocultar todo lo que se hace?, lo cual no quiere decir, sinceramente, que esté todo bien, por supuesto, ¿no?, hay una distancia enorme, pero también todo tiene una historia, por eso yo quería recuperarla brevemente.
Asumí mi primer mandato como gobernador en medio de una huelga de hambre de 16.000 presos, de 16.000 privados de la libertad, de 16.000 internos del Sistema Penitenciario Bonaerense. ¿Por qué? Porque hacía mucho tiempo, el gobierno que me precedió, no estaba ni siquiera pagando los alimentos, tampoco los medicamentos, la huelga de hambre era una especie de redundancia, porque el problema es que no había comida, entonces se respondió a eso con una huelga de hambre y esa huelga de hambre estaba enmarcada en una situación de nuestro sistema penitenciario que, para decirlo en aras de la brevedad y de la síntesis, una crisis penitenciaria que lleva muchísimo tiempo.
Pero remito al gobierno anterior no porque tenga demasiado interés ni importancia de hablar de la gestión de la gobernadora que me precedió, sino simplemente para comentar cuál era el contexto, cuál era la situación en la que asumimos, y cuál era la política penal, porque acá nos acompañan representantes de las más altas las autoridades de nuestro sistema judicial en materia penal y de la Corte Suprema, pero ¿cuál era la política y cuáles eran las acciones que tomaba el Poder Ejecutivo?
Bueno, cuando asume la ex gobernadora había 36.000 internos privados de su libertad para un sistema que estaba preparado para 24.000 plazas, o sea tenía una sobrepoblación muy significativa, considerable. Pero, ¿qué ocurrió en los cuatro años en los que gobernó Vidal?
Bueno, se engrosó la cantidad de internos en 16.000, es decir que por motivos que bueno, que no me voy a poner a analizar, se engrosó de manera muy relevante la cantidad de presos en la provincia de Buenos Aires. Entonces, uno dice podía haber una política, o podía no haberla, o fue algo que ocurrió por diversas cuestiones, pero lo cierto es que si estaba ocurriendo, la respuesta era ampliar el sistema penitenciario que ya venía en una crisis.
No hay que ser ni Einstein ni de la Escuela Austríaca ¿no?, para entender que si uno va a generar un incremento de 36.000 a 51.000 internos y no construís el lugar para alojarlo, plazas y ni hablar de infraestructura de calidad moderna, algo.
Y debo decir, porque ahora me viene a la mente, se habían contratado unas especies containers que fueron impugnados por una cuestión de, llamémoslo en castellano, una suerte de negociado, una discusión judicial sobre la cuestión, o sea, no hicieron nada, 1.000 plazas creo que hicieron en cuatro años. Un gobierno que además endeudó a la Provincia, mientras al mismo tiempo, endeudaban a la Nación en más de 100.000 millones de dólares, o sea que no es que no había plata, es que la estaban usando para otra cosa.
Y lo que no había era una política penitenciaria, ni una política de cara a los graves problemas de inseguridad que afrontaba la Provincia. ¿Por qué? Porque todo el mundo sabe que la sobrepoblación penitenciaria genera condiciones inhumanas, genera enormes problemas para nuestro Servicio Penitenciario, pero genera más reincidencia.
Está comprobado que condiciones muy deplorables en nuestras cárceles lo que hacen no es lograr el objetivo del Sistema Penitenciario Bonaerense que marca nuestras leyes, nuestra Constitución y además en lo que creemos todos, que es que aquel que comete un delito tiene que, y si la condena lo dice, tiene que estar preso pero al estar preso no tiene que volver a cometer un delito. Esto que nosotros llamamos reinserción significa que, luego de agotar su condena y recuperar su libertad, tiene que salir en condiciones para llevar una vida distinta que la que lo llevó a la cárcel. Y obviamente un sistema penitenciario que no tiene condiciones mínimas de habitabilidad y que se ha marcado también por la Corte Interamericana, por nuestro propio sistema judicial, no que tenía problemas de infraestructura, no que era una crisis de infraestructura, era una crisis humanitaria en las cárceles de la provincia de Buenos Aires. Una cuestión que, evidentemente, debería haber movido la vocación, la voluntad, aunque sea la sensibilidad de quienes gobernaron la Provincia antes que nosotros.
Pero lo que viene a cuento es que 24.000 plazas penitenciarias había cuando asumimos, más de 50.000 internos y una sobrepoblación superando el 100%, que no había habido nunca en la historia. Lo cual redundó, entre otras cuestiones en esa huelga de hambre que comento de los internos de las cárceles, pero básicamente un problema estructural de nuestro sistema que arrastraba décadas, siglos me animo a decir. Porque para llegar a 24.000 plazas penitenciarias, mirando la historia de nuestra Provincia, fueron 200 años, sucesivos gobiernos, sucesivas administraciones, lograron construir 24.000 plazas. Y teníamos más de 50.000 internos, si contamos todo.
Con lo cual, la verdad que era un problema prácticamente, desde el punto de vista de infraestructura, de la situación, de la historia, una crisis terminal del sistema. Porque como alternativa lo que había que hacer era encarar algo que no habían encarado mis antecesores, yo los tengo ahí en cuadritos en la entrada de la Gobernación, nadie lo hizo, y todo el mundo sabe que el sistema penitenciario y la seguridad pública no son cosas disjuntas, por esto que digo de la reincidencia. Teníamos, cuando llegamos, un nivel de reincidencia del 46%. Es decir que aquel que entraba a las cárceles de la Provincia, uno de cada dos reincidía.
Con lo cual el objetivo primordial y principal que es que cumplan una condena, no para ser durante la condena castigados por la privación de la libertad únicamente, sino, y sobre todo por la privación de la libertad que es lo más importante que se puede perder. Pero si además esa condena implica transcurrir el tiempo de prisión en condiciones infrahumanas, la verdad que está por exceso de todo lo que marca nuestro régimen y diría también nuestros valores y nuestras ideas.
Así que acá había que agarrar el toro por las astas, como se dice, pero para hacerlo había que encarar un plan de ampliación del sistema penitenciario que no se había ensayado nunca. Porque construir cárceles, ahora se lo ha visto con el caso de El Salvador, que creo que con todas las particularidades que tiene, pero construir cárceles nunca ha sido algo muy popular, inaugurar una cárcel es algo que tiene varios problemas, lo venimos mostrando, es decir, que implica una gestión muy grande sobre todo si le agregamos otro componente. Un componente era ampliar el sistema penitenciario, el otro hacer las nuevas unidades y las alcaidías cerca de los lugares donde se cometía el delito, lo cual implica todo un trabajo de gestión y de preparación porque los propios vecinos de las áreas donde se van a radicar, los propios intendentes, era una gestión importante, Julio, conseguir, radicar nuestras nuevas unidades cerca de donde se comete el delito.
Y esto hay que explicarlo una y mil veces, porque si la familia queda muy lejos de donde está detenido aquel que comete un delito y luego queda preso, evidentemente se corta el vínculo con la familia, y está también demostrado que al cortarse la visita y el vínculo con la familia, la posibilidad de reincidir, o aún de de tener otros comportamientos al interior del servicio, son muy altas, por lo tanto, hay que acercar las unidades penitenciarias.
Después la política de construir alcaidías, 15 alcaidías, que esto es importante también, porque decía, ampliar el sistema, que estén cerca las unidades de los lugares donde mayor tasa delictiva hay, y luego, la política de las alcaidías.
Estamos construyendo alcaidías y estamos en camino de hacer algo que hoy, por eso a mí no me gustan las comparaciones pero también quejarse y no hacer nada no parece ser la mejor solución. Nosotros hemos decidido construir alcaidías y, de esta manera, comenzar una tarea de vaciar los calabozos de las comisarías de la provincia de Buenos Aires, porque habíamos convertido los calabozos de las comisarías en lugares de permanencia de quienes cometen delitos, como anexo de las cárceles. Y la verdad que no lo son. Ni son las comisarías y sus calabozos una ampliación de las cárceles, del sistema carcelario, y menos todavía, y menos todavía, los agentes de la Policía de la provincia de Buenos Aires tienen la preparación, la formación, o las condiciones para ocuparse. Por eso después se producen las dificultades, las fugas.
Pero claro, todos los problemas los conocíamos, no estaba, durante tanto tiempo, encontrándose una solución. ¿Por qué? Porque hacer todo esto a la vez, construir una cantidad significativa que mueva la aguja, que mueva la aguja, no 1.000 plazas más. 16.000 nuevos presos en el gobierno de Vidal, 1.000 plazas más, bueno, eso no es una solución. Por supuesto que no estoy diciendo cuál es la causa ni nada, simplemente en las estadísticas y en la realidad es agravar el problema, no solucionarlo, así que había que enfocar la cuestión por el fondo, y esto era un montón de trabajos preparatorios y un presupuesto inmenso con inauguraciones que claramente no tienen el mismo, la misma prensa, y a veces el mismo festejo que la inauguración de otras inversiones de una magnitud comparable.
¿Por qué los gobernadores antes que yo no construían cárceles? Porque no parece algo que tenga una capitalización, una posibilidad de sacarle jugo político. Así que le digo a los canales porteños: recorran las nuevas unidades penitenciarias y vean lo que estamos haciendo en la provincia de Buenos Aires. Ocultar y mentir no sirve, es de patas cortas, además, porque en la Provincia sabemos. Entonces, el objetivo era, el objetivo que nos trazamos prácticamente imposible, era un sistema que tenía 24.000 plazas. Hablamos con Julio al principio, con Juan Martín, ¿cuánto necesitaríamos ampliar, cuánto es concebible, cuánto es realizable en un tiempo perentorio?. Él me decía por administración, cuánto se había construido, pero no movía la aguja, así que no propusimos algo muy ambicioso, algo nunca hecho, que es incrementar el sistema penitenciario en su capacidad en un 50% de lo que se había hecho en 200 años. Hacer en un plazo muy corto, la mitad de lo que se hizo en toda la historia de la Provincia, adicional.
Y bueno, nos decían ‘imposible’, imposible encontrar las locaciones y imposible encontrar el financiamiento, por supuesto en ese momento, dialogando con el Gobierno nacional también encontramos una receptividad. En ese momento, el ministro era Katopodis, el ministro de Infraestructura, entonces firmamos varios convenios para que contribuyera el Gobierno nacional en el financiamiento de esta ampliación del sistema penitenciario bonaerense.
Lo que quiero decir es que, en el primer mandato y más allá de todas las dificultades cambiarias y todo lo que sabemos que se produjo en la Argentina y la dificultad para terminar la obra pública, logramos la meta de construir 6.500 nuevas plazas penitenciarias. 6.500, 52 nuevas plazas penitenciarias. Ya con eso, aunque nos hubiéramos propuesto 12.000, ya con eso era más de lo que se había hecho nunca, así que era relevante.
Hoy estamos inaugurando y anunciando que hubo un cambio sustancial que es que Milei desertó. A mí no me gusta decir que se borró, que se ausentó, que se distrajo, que está en otra, que anda paseando, desertó de sus obligaciones, porque estos eran convenios firmados y hay, no es así continuidad jurídica del Estado, es decir, que son incumplimientos son incumplimientos del Gobierno nacional para montos, además, que comparado con un día de intereses lo que paga en dólares no le significa un problema financiero al Gobierno nacional. Era simplemente seguir contribuyendo y se lo hubiéramos agradecido, por supuesto al Gobierno nacional, si seguía contribuyendo a la culminación de nuestro plan de ampliación del Sistema Penitenciario Bonaerense.
No pudo ser, la verdad que no pudo ser. Y eso es lo que a mí me parece que también hay que resaltar, no es que estamos diciendo, ‘bueno, necesitamos recursos’, es muy concreto, es muy real.
Quiero decir que nosotros tenemos, por ejemplo, en Florencio Varela estamos construyendo en este momento 992 plazas en Florencio Varela, con un avance físico del 68%. Estamos construyendo en Moreno otras 992 plazas, con un avance del 44%. Estamos construyendo en Moreno una alcaidía de 312 plazas, con un avance del 31%. En La Matanza, otra alcaidía de 312 plazas, 47% de avance. Tenemos en Ezeiza, 34% de avance en una alcaidía de 312 plazas. En Mercedes tenemos 496 plazas, 27% de avance. En Quilmes, 312 plazas al 48% de avance. Y la Lanús, 264 plazas, recién empezada, el 9% de avance.
¿Cuál es mi compromiso? El Gobierno nacional no está más para seguridad, nos sacó el equivalente a más de 650.000 millones de pesos en materia de seguridad, no está más para infraestructura, nos paró 1.000 obras, no está más, por supuesto, en educación, no está en salud, no está tampoco en la cuestión penitenciaria. Así que nos cortó, nos cortaron los fondos, pero mi compromiso es terminar, todos, todos los proyectos que tenemos en marcha.
Esto nos permitiría, y no lo digo, no lo digo como desafío, ni con enojo, lo digo realmente con la preocupación de que es fundamental seguir mejorando nuestro Servicio Penitenciario en materia de infraestructura. Esto es solamente una parte porque la verdad que aquí estamos inaugurando un taller y una escuela dentro de los 12 pabellones, uno es taller y uno escuela. Cuando llegamos a la provincia de Buenos Aires el área de Servicios Sociales, digamos, lo que sería el área social del Servicio Penitenciario, de inclusión social no existía.
Hoy tenemos cursando estudios al interior de nuestro Servicio Penitenciario 16.000 internos, lo cual significa y está también comprobado, aquel que obtiene una calificación, un título, ya sea primario, secundario, también tenemos talleres de formación laboral o incluso formación universitaria, la probabilidad de que al cumplir su condena y quedar en libertad reincida es mucho menor, es decir que es un tema estrictamente de seguridad ciudadana. Lo es porque un servicio penitenciario que cumpla la función para el que está diseñado, baja la reincidencia, lo es también porque al permitirnos desagotar los calabozos de la comisaría, ponemos a más policías en la calle, que hoy están cuidando a los presos en un lugar que no corresponde, que es riesgoso para la comunidad, que es riesgoso para ellos y que obviamente no cumple con las condiciones mínimas que debe tener.
Entonces, me parece que tengo mucho más para decir de esto, pero he sido creo que relativamente exhaustivo, siguiendo lo que decía Julio, Juan Martín. Aquí también acompañado por parte importante de nuestro Poder Judicial, para decir que esto lo tenemos que empezar, el camino a la solución es entre todas las partes, entre todos los poderes del Estado con mejores leyes. Estamos discutiendo también la cuestión del narcotráfico. Nosotros tenemos narcotráfico como delito federal, narcomenudeo como delito provincial y esto, con el paso del tiempo hemos encontrado que no es la mejor fórmula, por lo menos para la provincia de Buenos Aires, para no dar ahora dictámenes universales, pero por lo menos para la provincia de Buenos Aires estamos trabajando muy bien, tanto con la Justicia Federal como el Ministerio de Seguridad Nacional. Mucho mejor, entiendo yo, que lo que se había trabajado en el último tiempo. Estamos coordinando acciones entre el Ministerio de Seguridad, la Justicia Bonaerense y la Justicia Nacional y también en el Ministerio de Seguridad Nacional. Pero eso no alcanza, nosotros tenemos que conseguir que los delitos vinculados con el narcotráfico no se vean fragmentados en su investigación entre lo que es el consumo o la parte de la venta al minorista y las bandas, las organizaciones vinculadas al narcotráfico.
Siempre lo decimos, el otro día veía operativos en la fronteras de la Argentina, nosotros cuando se habla del narcotráfico, tenemos que dejar muy en claro que los estupefacientes que se trafican y comercializan en la provincia de Buenos Aires para llegar a los barrios de la Provincia deben penetrar por una frontera y recorrer 1.500 km de territorio argentino.
Es decir que cuando llegan al territorio bonaerense, ya tienen una larga historia en la que nosotros no tenemos injerencia. Entonces, repito, es necesario mejorar la coordinación mejorar la inteligencia, la investigación, coordinar lo más posible las acciones y todas estas cuestiones, son temas en los que nunca nos hemos escondido. Tal vez por eso dicen que no hablamos de seguridad, porque no hacemos ni marketing ni frases ampulosas con la seguridad, sino que hemos decidido ir a los hechos, no a las palabras que esto es lo que tenemos hoy. Hechos, no palabras, inaugurando, en este momento, 576 nuevas plazas, completando ya más de la mitad de nuestro plan y marcando la continuidad, esté o no esté, el recurso del Gobierno nacional.
Así que agradecerle de nuevo a nuestro Servicio Penitenciario, a su plana mayor, a sus autoridades, por supuesto a Juan Martín, a los trabajadores y trabajadoras, en eso quiero recordar a la recientemente fallecida Julia Lescano, pido, directora de Educación en Contexto de Encierro, que hizo una tarea formidable. Mandarle un saludo a sus compañeros, a su familia, a sus amigos, lo hice oportunamente pero lo quiero hacer hoy.
Y decir que vamos a seguir trabajando, que esto no se soluciona, la inseguridad no se soluciona ni a los gritos, ni con insultos, ni echando culpas, se soluciona todos los días planteándose un plan de mejora permanente, continua, haciendo las inversiones que corresponden en materia de seguridad, en materia penitenciaria, y sobre todo, tomándose el tema con la seriedad que amerita. Para combatir el delito y el crimen hay que ser, la verdad, en términos de honestidad, absolutamente intachables, y ese es el camino que vamos a seguir. Muchísimas gracias.