Apertura del Congreso IDERA en el Teatro Argentino
Muchas gracias por la efervescencia, quién hubiera dicho en unas jornadas de infraestructuras de datos espaciales. Pero bueno, acá estamos, en el espacio. Muchas gracias a todos, a todas por venir. Muchas gracias, Jorge, por participar, por dar apertura a esta mesa, a esta jornada. Quiero decirles que, bueno, para agregar a lo que ya se ha dicho, hablar dos segundos del lugar donde estamos reunidos, como si fuera una suerte de metáfora que simboliza lo que nos pasó en la provincia de Buenos Aires y también simboliza, ¿por qué no? el resultado de políticas públicas, de ajuste, de vaciamiento, de motosierra se llamaría hoy. Estamos hoy en la capital de la provincia de Buenos Aires, la ciudad de La Plata, estamos hoy en el Teatro Argentino, estamos hoy en esta sala hermosa, bellísima, Ginastera. Cuando asumimos, allá por 2019, era una ruina. Tuve lo que hoy constituye una suerte de momento, de hito histórico, por lo menos para la gestión y para la Provincia, para su gestión cultural. Tuve una recorrida a comienzos de la gestión por esta sala tan importante, tan prestigiosa, una de las más importantes obviamente de Argentina, de América Latina. Y que por decisiones del gobierno que me precedió, básicamente financieras, económicas, presupuestarias, fue sometido, primero, a la decadencia, al abandono, luego el cierre y a una situación que ya llevaba años y años, que hubiera hecho, de seguir transcurriendo el tiempo, imposible -creo yo- su reapertura.
Porque, como ustedes saben, las cosas que se abandonan, se desfinancian, se deterioran, con el tiempo la posibilidad de reactivarlas se hace no sólo más difícil, sino más costosa económicamente. Esta sala, que fue un orgullo siempre para la ciudad de La Plata, para la provincia de Buenos Aires, como digo, se convirtió en ruinas.
Hoy estamos acá, después de haber llevado adelante una enorme inversión que permitió, primero, hacerla transitable porque había, además, en el teatro, volquetes, containers de basura acumulada, de patrimonio histórico de la Provincia. Así que se realizaron los trabajos, se realizó la inversión y hoy esta sala de nuevo volvió a albergar a miles y miles de bonaerenses, a miles y miles de argentinos, para disfrutar de la cultura nacional, de la cultura propia. Así que esto simplemente lo digo para que quede claro que estamos acá como producto de una política de Estado, que tiene que ver con poner en valor nuestra cultura, nuestro patrimonio, recuperarlo. Y también como una especie de parábola que diría lo siguiente: por más que destruyan y que rompan, lo vamos a volver a reconstruir.
Y lo digo a sabiendas de que esta jornada tan importante reúne a autoridades del Gobierno nacional, pero también a representantes de provincias argentinas y de la región. Obviamente, tener una reunión, tener un espacio para discutir, para aportar, para analizar y para planificar en una materia tan importante. obviamente importante como es la cuestión de los datos, de la información georeferenciada, del acceso a redes y a datos espaciales, simplemente hoy sirve para mostrar que en la provincia de Buenos Aires hemos hecho enormes inversiones también en este período. Yo no voy a abundar en esto porque seguramente se va a comentar. Son inversiones que tienen que ver con diferentes áreas del Estado.
Siempre a mí me gusta recalcar que las políticas públicas, las políticas gubernamentales a veces se encuentran artificialmente parceladas dentro de lo que es el organigrama de un gobierno, ¿no? Que se divide en ministerios, luego en secretarías, acá en subsecretarías, y así sucesivamente, en áreas distintas, disjuntas. Así que muchas veces se puede tener una política exitosa proveniente de un área, que tiene que ver con sus incumbencias y con sus posibilidades, pero hay un segundo nivel de complejidad cuando las políticas públicas requieren la coordinación entre diferentes áreas del Estado. Porque a veces el Estado tiene, no sé si una tendencia, pero una predisposición o simplemente algo que se observa, que es que la diferenciación entre las diferentes áreas, ministerios, lugares de gestión, tiende a fosilizarse y a profundizarse. Entonces, a veces cuesta mucho coordinar políticas entre áreas distintas.
Bueno, en este caso, la verdad que no se podría tener un resultado, un buen resultado, exitoso, si no es a través de la coordinación de áreas del propio Estado provincial. Así que yo también celebro que todo lo que hemos hecho en materia de acceso a datos georeferenciados, o a datos de origen espacial, provienen de áreas distintas. A mí me acompaña hoy el responsable de nuestra agencia de recaudación, pero también del Ministerio de Economía, el Ministerio de Gobierno. Y a través de esas 3 áreas y varias más, se ha logrado mejorar la estructura, tener hoy también una infraestructura de datos espaciales bonaerense y que ha permitido tener grandes logros y realizar fuertes inversiones.
Entre ellas, destaco el primer Data Center de la Provincia, que está acá en La Plata, fue una inversión de 9 millones de dólares, una nube bonaerense que nos permite hacer algo que, probablemente, en el Gobierno nacional no entiendan, pero que es proteger la información, proteger los datos y marcar una política de soberanía provincial en materia de preservación de la información, de uso de la información. También, como decía Pablo, de democratización, de acceso a la información de diferentes agentes y actores que no pertenecen al Estado provincial.
Evidentemente, el contenido de estas jornadas es de suma importancia para la provincia de Buenos Aires, para nuestras políticas públicas. Ustedes saben que a veces se acusa a los Estados y al Estado en general de estar atrasado tecnológicamente. Se lo acusa, también, de generar información defectuosa o carente de calidad. Pero lo que vemos es que eso, por un lado, es una acusación, pero por otro lado forma parte de una intención, de una búsqueda, ¿no?, de que el Estado esté, efectivamente, corriendo de atrás en materia de información, en materia de análisis, en materia también tecnológica. Porque si es así, cuando esto ocurre, que además, a veces son políticas deliberadas cuando gobierna la derecha, como hoy, debo decirlo, está ocurriendo a nivel nacional con el desmantelamiento de áreas importantísimas áreas del Estado nacional, cruciales, estratégicas, delicadas. Desmantelamiento que abarca desde el desfinanciamiento presupuestario, pasando por el deterioro salarial y agregando políticas directamente de persecución de quienes desempeñan sus tareas. Esto pasa en organismos tan importantes, yo quiero ser respetuoso con autoridades nacionales hoy. Pero pasa, tanto con el INTA, como con el INTI, como con el CONICET, con las universidades nacionales, que está permitiéndonos ver en tiempo real el accionar de la derecha, que consiste en desfinanciar y desarticular las capacidades del Estado. Luego, y al mismo tiempo, denunciar que el Estado anda mal, que el Estado es deficiente.
Fijense la gran paradoja, rompen el Estado cuando les toca gobernarlo y, al mismo tiempo, denuncian que el Estado no funciona. Así que yo quiero poner las cosas en su lugar. Lo que está ocurriendo hoy, este deterioro de las capacidades estatales es responsabilidad y culpa de Javier Milei. Y lo digo como opinión personal, con mucho respeto, e intentando no incomodar ni involucrar a nadie.
Así que dicho esto, desde la provincia de Buenos Aires, podemos decir que marchamos en el sentido inverso, estrictamente inverso. En este sentido, me parece que es clave mostrar que en la provincia de Buenos Aires estamos invirtiendo en educación superior, en universidades tanto nacionales y provinciales, lo estamos haciendo en nuestros organismos vinculados a la investigación científica-tecnológica, lo estamos haciendo desde el Estado mismo fortaleciendo su capacidad de gestión de datos, su acceso a datos georeferenciados y, por supuesto, nuestra capacidad de análisis. ¿Qué hacemos con esos datos? Análisis, inteligencia y, al mismo tiempo, democratización y acceso.
¿Qué pasa cuando esto no ocurre? Se privatizan las cosas, ¿no? El Estado se vuelve más débil, se vuelve un Estado tonto. No porque sus funcionarios lo sean, o porque sus técnicos lo sean, sino porque no dispone de los medios que hoy, con los avances tecnológicos además, se revolucionan permanentemente, se va volviendo débil. Y esa debilidad no tiene solamente un elemento, llamémoslo, propio, esencial, en sí, que el Estado sea débil, sino que se vuelve presa y objeto de manipulación y de apropiación por parte de poderosos intereses, que usan al Estado, terminan usando al Estado en favor propio. Lo que va pasando es que ese Estado débil termina haciéndole el juego a intereses corporativos, extranjeros, que lo utilizan para su propio favor.
En la provincia de Buenos Aires, atentos a esta cuestión, hemos hecho enormes inversiones, seguimos desarrollando nuestras capacidades, pero necesitamos trabajar de manera federal. Necesitamos hacerlo, también, en conjunto y en colaboración con las demás provincias argentinas.
El federalismo es constitutivo de nuestra identidad y de nuestra unidad nacional. Cuando el Estado nacional deserta o se ausenta de sus funciones básicas, cuando incumple sus obligaciones, cuando no reconoce cuál es el papel por el cual se da lugar a un gobierno federal, que tiene que ver con la delegación de algunas facultades y con la concurrencia de otras. Cuando no lo comprende, el Estado nacional, gobernando simplemente para los intereses financieros e intereses extranjeros, se vuelve una suerte de entelequia, sin territorio, sin población, sin responsabilidades. Entonces, se va descargando sobre las provincias argentinas cada vez más el peso y las consecuencias de la crisis que se genera. Pero al mismo tiempo, a las provincias se les pide cada vez más mientras se les da cada vez menos. Por eso, ante una situación como esta, la respuesta no es atender a este ataque diciendo ‘puede ser, tienen razón’, sino al revés, fortaleciendo el federalismo en la Argentina.
Luego, a nivel regional, ocurre algo parecido, ¿no? Porque yo creo que la República Argentina, en sus relaciones exteriores, tiene que despojarse de anteojeras ideológicas de cualquier tipo y buscar aquellos vínculos, aquellas posibilidades de trabajo conjunto y colectivo con las naciones que comparten la misma historia, la misma trayectoria, las mismas problemáticas. Por eso, no es raro ver que los momentos en que mejor le fue a la Argentina es cuando logró generar instituciones y momentos de cooperación con los gobiernos de la región, con los gobiernos del sur global.
Esto no es por una cuestión ideológica, aunque puede haberla también, sino simplemente porque, al compartir trayectorias, problemáticas, algo tan amplio y tan acuciante como el subdesarrollo, la desigualdad que afecta a los países del sur global y de la región y de Latinoamérica, es obvio que al compartir las mismas dificultades, seguramente en el diseño de las soluciones vamos a estar acompañándonos con los países latinoamericanos y de nuestra región. Por eso agradezco a los representantes de la región que hoy nos acompañan. Cuenten con la provincia de Buenos Aires que cree que el punto de partida para cualquier política multilateral, internacional, de la Argentina y de nuestra Provincia por supuesto, el punto de partida, el primer escalón es llevarse bien, pero coordinar también políticas con los países latinoamericanos y en vía de desarrollo. Así que, muchísimas gracias por estar acá.
Y por último, y para terminar, la relevancia, la importancia que tienen estas jornadas para nuestra Provincia, es la comprensión de que las nuevas tecnologías, lo digital, la información, la inteligencia artificial ya está entre nosotros, obviamente. Ya comienza a ser un instrumento poderosísimo para el sector privado, para mejorar la rentabilidad, para mejorar su eficacia. Empieza a ser, también, un instrumento de comunicación y de razonamiento de nuestra sociedad, de los ciudadanos, ciudadanas que viven en nuestra sociedad.
El problema es que cuando la tecnología o las nuevas tecnologías y su acceso se concentran en determinados sectores o en determinados países, o en determinadas regiones, y en determinadas instituciones, lo que aparece como una potencialidad y un horizonte enorme de mejora, de bienestar, para los pueblos y para los países, bueno, cuando eso se empieza a concentrar y se vuelve ajeno, se vuelve, también, o se presenta la posibilidad de que se convierta, también, en un instrumento también de dominación.
Ya lo estamos viendo con las redes, ya lo estamos viendo con lo digital en general. Cuando aparecieron las redes en internet, cuando apareció internet, que a mí me tocó gran parte de mi vida manejarme sin teléfonos, no smartphone, digo, sin celulares, sin nada de eso, a lo sumo con la televisión, uno pudo atestiguar en su trayectoria vital cómo iban apareciendo estas nuevas tecnologías y cómo hoy son básicas, indispensables, prácticamente universales, no hay quién pueda estar exento o por fuera de ello. Pero cuando aparecieron las redes, se dijo ‘esto va a permitir una democratización del acceso a la información’ porque cualquiera puede emitir información, cualquiera puede con una camarita, que ahora está, forma parte, como un apéndice de nuestros cuerpos, prácticamente el teléfono celular, uno con esto va a poder, individualmente, llegar a mostrar su punto de vista de manera accesible, por todos lados. Lo que vemos es que las redes sociales han tenido una evolución muy veloz, donde se observa un proceso de, primero, de mercantilización.
Ustedes vieron que al principio no había propaganda por todos lados, al principio no había que pagar un servicio premium o especial para sacarse esa propaganda. Luego, nos empezamos a enterar que lo que veíamos o no veíamos no era producto de los mejores contenidos o de manera horizontal y democrática, de aquellos contenidos que nos interesaban per se, si no que eran producto de sofisticados algoritmos elaborados y gestados por empresas privadas, que al mismo tiempo mezclan intereses y perfiles individuales con cuestiones que tienen que ver con generar rentabilidad, generar clicks, generar negocios. Así que, básicamente, y le pasa a cada uno de nosotros cuando accede a las redes sociales, se encuentra con que le ofrecen o le muestran algunos videos o algunos elementos o cuestiones que a simple vista no tienen nada que ver con lo que quisiéramos ver.
Y, por el otro lado, a veces uno está luchando contra el algoritmo, cual moderno Don Quijote contra los molinos de viento, ¿no? Porque insisten en mostrarte cosas que evidentemente decidió alguien en algún lado que son las que tenes que ver y que, a priori, uno no sabe si tiene que bloquearlas, pasarlas rapidito, no mirarlas, dar vuelta el teléfono. Ya no sabés qué hacer para que no te impongan unos intereses que no son tuyos. Lo estoy diciendo de una manera sencilla para que se comprenda. Digo sencilla porque es un tema complejísimo y crucial de estudio. ¿Quién nos maneja lo que vemos y para qué? ¿Qué nos quieren vender? ¿Qué quieren que veamos y qué quieren que pensemos? ¿Y quién es el que domina estas cuestiones?
Ahora con todo el episodio entre Elon Musk y Donald Trump, cuando lo echaron de su red y abrió otra red social. Y así estamos en una disputa, ahora vamos a ver cómo lo trata la red social X, Twitter, a Trump con la pelea con Musk porque el dueño… Bueno, pero todos estos episodios, fíjense, que no tienen nada que ver con la promesa de acceso irrestricto, con la democratización de la información. No tiene nada que ver. Ahora vemos que son grandes imperios transnacionales que manejan una parte, por lo menos, de nuestra percepción, de nuestra información, de nuestro conocimiento, de nuestra vida cotidiana. Y ni sabemos cuánto de lo que pensamos, de lo que creemos, de lo que entendemos que está ocurriendo. Y esto ya se ha llevado puesto a los medios de información de la etapa anterior, donde ahora hay muchos individuos en el planeta que se informan solamente a través de las redes sociales. Ya no acceden a formas, llamémoslas, tradicionales de información, que ya habían cambiado antes con el cable y varias cosas.
No soy un especialista en esto, simplemente vengo a decir que si la sociedad no se protege, si la sociedad no reflexiona sobre esto, si la sociedad en su conjunto no intercede en estas cuestiones, no es que no pasan, sino que las hace otros, otros deciden, otros planifican, otro resuelve por nosotros. Obviamente, cuando digo la sociedad, la sociedad son individuos, son pueblos, luego son naciones y su expresión en materia política, en materia de decisiones colectivas, su expresión es el Estado. Es el Estado. El Estado es eso, es lo que está por encima y como resultado de nuestras decisiones democráticas, y que entonces lleva adelante políticas que individuos, colectividades, localidades, ciudades, familias, clubes, otras organizaciones no pueden hacer.
Así que, quien tiene que cuidar y preservar nuestro acceso a la información, la calidad de la información, el carácter democrático de la información que nosotros producimos es el Estado. Por lo tanto, no vamos a dejar que ningún topo destruya al Estado para entregar esas capacidades, esas potencialidades, esos sueños a corporaciones y a intereses extranjeros o nacionales, pero concentrados, que buscan rentabilidad, ganancia o cosas más oscuras y peores.
Así que bienvenidos a la apertura de esta jornada. Muchísimas gracias a quienes lo organizaron, gracias por elegir a la provincia de Buenos Aires. Y como siempre, cuenten con nosotros. [yotuwp type=”videos” id=”ilR8aABGnhw” ]
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