Cierre del Congreso Provincial de Salud (CO.SA.PRO.) en Mar del Plata
Fer, primero, que lindo estar en Mar del Plata, que lindo volver a Mar del Plata, que lindo venir a Mar del Plata, que lindo sentirse ya parte de Mar del Plata, muchas gracias, Fer. Segundo, bueno, ustedes están ahí sentados, yo la verdad que ya pasé por esta experiencia, este es el tercero, el tercer CoSaPro, bueno, el tercer congreso, consejo, al que asisto y la verdad que sentados cada uno en su lugar, en su silla, seguramente no llegan a apreciar lo que se ve desde acá, una multitud de trabajadores y trabajadoras de la salud de la provincia de Buenos Aires, con entusiasmo, con alegría, pero sobre todo con compromiso, laburando, pensando, reflexionando, construyendo el sistema de salud de la provincia de Buenos Aires. Así que cada vez más, Nico, no sé cómo haces, cada vez más compañeros y compañeras, la verdad que impresionante. Impresionante saber que no es llenar un estadio, es un encuentro de reflexión, de trabajo, un encuentro de pensamiento, de compartir, me contaba Nico recién, de debatir, algo importantísimo. A uno que le tocó muchas veces, no desde este lugar, pero exponer ideas y exponer pensamientos a veces la respuesta es pasiva, ¿no? se escucha y nada más. Lo valioso es cuando se abren los espacios de participación, de debate, de discusión. Es un momento donde lo necesitamos muchísimo.
Y bueno, estaba viniendo para acá, hablando e intercambiando con Nico a ver qué mensaje darles. Ustedes recordarán el primer encuentro que hicimos, yo busqué ahí un poco, estuvimos hablando más bien de la pandemia, de lo que la pandemia nos dejó sería, de lo que experimentamos y vivimos. Yo exagero cuando digo eso, porque es cierto que uno recorrió hospitales, estuvo en aquel momento, estaba cada uno en su lugar y en su trinchera. Pero yo aprovecho, aprovecho esta oportunidad para agradecerles de nuevo en nombre del pueblo de la Provincia lo que hicieron. Lo que hizo el sistema de salud, el Estado provincial, lo que hicieron los trabajadoras y trabajadores de la salud en aquel momento. Quiero agradecerles también, y pedirles un reconocimiento para los intendentes e intendentas que nos acompañan porque eso también va construyendo una provincia distinta. Así que, sé que hay asistencia prácticamente perfecta, así que muchísimas gracias a todos por venir, por estar, por compartir. Yo llegué ya al final de aquella reunión, me hubiera gustado estar, pero leí el comunicado, leí la conclusión a la que se llegó y, bueno, la verdad que lo que nos impone, además de reflexiones, posiciones, son tareas. Eso es lo importante del día de hoy, que no nos vamos solamente, o no me voy yo, ¿no? con una serie de pantallazos, flashes, de ‘qué bien, cómo se discutió, cómo se hizo’. Me voy de este CoSaPro, con un mandato. Así que muchas gracias por haber trabajado en elaborarlo, democrática y participativamente.
Estuvimos hablando, entonces, aquella vez, en el primero que vine, de la pandemia sobre todo. Luego estuvimos hablando, bueno hoy me permití la segunda, mi segunda asistencia, estuve hablando un poco algo así como economía de la salud. Una discusión que me parece que era importante, tal vez algo tedioso, en aquel momento me fui con la sensación de que les había gustado, pero ahora cuando miro mis apuntes de aquel momento, no entiendo cómo me animé a venir a dar una clase de economía de la salud. Reflexiones que a veces son un poco farragosas y complejas, pero que tienen una conclusión sencilla. Sencilla. Aunque, digámoslo hoy, un poco a contramano de lo que baja, lo que se dice y lo que, tal vez por repetición, tal vez por empuje, tal vez por las redes, tal vez por todo ese aparato comunicacional, parece que hoy es el sentido común y el pensamiento dominante, ¿no? Porque la máxima autoridad del país, el Presidente de la Nación, anda diciendo lo contrario a lo que dije. No, por favor. (gritos)
Pero vinimos acá a discutir y a reflexionar sobre la naturaleza, sobre la naturaleza de lo que, desde el sistema de salud de la Provincia y de la salud en general, la naturaleza de lo que se hace, de lo que se transfiere, de cómo se produce, de cómo se consume. Y un poco, creo que la síntesis, si a alguien le quedó algo de lo que dije, es que la salud, los bienes y servicios para decirlo así, las prestaciones de la salud, no pueden equipararse de ninguna manera a una mercancía. No porque uno tenga una visión, uno dirá, ideológica o un posicionamiento político, o determinadas convicciones y dogmas en lo que cree y entonces viene a decir ‘no, che, esto no se puede tomar como’. Sería desalando, sería feo, sería cruel pensar que lo que ocurre al interior del sistema de salud y con la salud de la población es equiparable a un mercado, a una mercancía, que puede tener un precio único y que entonces funcionan las leyes del mercado. Lo que intenté transmitirles es que directamente cuando uno estudia, cuando un intenta analizar y comprender lo que pasa con la salud, se da cuenta rápidamente que es un error y es una gran mentira, y más bien, un maniobra y un procedimiento ideológico, y yo diría comercial también, tratar de convencer a todo el mundo que esto debe estudiarse con la oferta y con la demanda, que funciona como un mercado y que, por tanto, los mercados tiende a la eficiencia, los mercados tienden a posición óptimas. Todo el lenguaje de economista. Pero lo que traté de demostrar es que los bienes, los servicios, la prestaciones, el trabajo, los medicamentos, los estudios, las prácticas, todo eso no tiene nada que ver con un mercado convencional. Y que hay un intento muy grande, desde determinadas usinas, de hacernos creer que la compraventa de los bienes y servicios y las prácticas de salud es equiparable a la compraventa de cualquier otro bien, cualquier otra mercancía, un pulóver, una cartera, un par de zapatos, o un choripán. Y entonces que lo mejor que se puede hacer, dice ese discurso, es dejar las cosas en libertad y que entonces la mano invisible va a tender a la eficiencia y va a generar la mejor distribución posible, el precio más barato y la mejor calidad.
Lo que traté de mostrar, y pueden recurrir a esa exposición, es que todo esto es mentira, son paparruchadas ideológicas encaminadas a convencernos de que el Estado, y más precisamente, más que el Estado, la sociedad como un colectivo, no tiene que hacer nada. Esto es lo mejor que puede pasar, es que funcione solo, fije precios y resuelva. Que cualquier otro intento de modificar, regular e intervenir, o incluso prestar de manera pública alguno de estos bienes y servicios, lo único que hace es generar ineficacia, costos, encarecer. Traté de demostrar que todo esto es mentira, desde el punto de vista práctico, desde el punto de vista empírico en términos estadísticos, y desde el punto de vista conceptual y teórico. Y que esa mentira, no es una mentira cualquiera, sino que tiene un propósito. El propósito es hacer un enorme negocio, un gigantesco negocio con la salud y que por eso, es un discurso que tanto empuja y que tanto penetra, porque si es sólo una teoría que bueno, que se puede discutir, vaya y pase, pero está convertida y es una punta de lanza de un proceso por el cual algo que todo el mundo necesita, que divide la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, que todo eso lo tiene que resolver el mercado. Y por tanto, nos quiere convertir en sujetos pasivos que están sometidos a fuerzas que nada tienen de invisible, y menos todavía de eficiente.
Por eso lo que vine a decirles es que no, que es mentira, que la salud es un derecho y que es un derecho de los pueblos. Y que nada tiene que ver con un mercado de un bien cualquiera, que ni en su oferta, ni en su demanda, ni en su producción, ni en su distribución, ni en su provisión se puede equiparar a todo eso. A eso nos dedicamos aquella vez. Yo pensaba que, bueno, para qué ponerme con este tipo de cosas. Bueno, pero ahora veo en perspectiva que fue, de alguna manera, premonitorio. Que fue útil en el sentido de que hoy se vuelva a discutir de nuevo todo y que ese discurso viene no sólo con fuerza, sino con una inusual violencia, donde se pretende hacer un desparramo y una destrucción de todas las capacidades, de todas las modalidades que había encontrado el pueblo para defender eso tan precioso como es la salud, a través de la organización y a través, también, de la forma que toma esa organización social, que no es ni más ni menos que el Estado, el Gobierno.
Así que nos dedicamos aquella vez a hablar de eso. Yo, por eso, creo que nunca, en realidad, en retrospectiva, más oportuno, conjugado con lo que hicimos la vez siguiente, que habíamos hablado con Nico que valía la pena dejar acá y compartir con ustedes algunas apreciaciones, algunas ideas acerca del proceso de planificación.
Hablamos de planificación, otro tema que no es estrictamente un tema que se hable en sí dentro de un congreso como este, pero que entendíamos que era muy importante explicar a qué nos referíamos en nuestro gobierno con la planificación, con la idea de planificar. Y decíamos que planificar no es un proceso técnico de escritorio, de torre de marfil, menos todavía un ejercicio conceptual, abstracto, de iluminados, de especialistas, que entonces agarran el problema como si fuera un sistema de ecuaciones, lo ponen en el pizarrón y dicen ‘acá hay que hacer esto, esto y esto’. Y yo comentaba, también, que uno de los pasos centrales y primordiales para poder planificar era conocer, y el sistema de salud de la provincia de Buenos Aires es uno de los objetos de estudio, por poner así, más complejos que puede existir por su dimensión, por sus características, por las oleadas hablábamos entonces, de avances, retrocesos, modificaciones. No es un mapa, no es el producto de programas, proyectos, sino a veces de marchas y contramarchas, de agujeros, de financiamiento, de irrupción de negocios, de diferentes lógicas que tienen que ver tanto con el equipamiento como con la organización, como también con las conciencias y con la cultura vinculada a ese sistema de salud.
Y la conclusión, así como la otra, es que esto no es una mercancía, la salud no es un mercado, ni sus productos, ni sus resultados. Mercancía de compraventa, que no funciona así, que está mal, que es otra cosa. Bueno, de la misma manera yo traté de transmitirles cuando hablamos de planificación, que para planificar decíamos primero hay que analizar, conocer y penetrar en lo que se quiere, la materia sobre la que se quiere trabajar. Y que eso, el conocimiento real, concreto, efectivo del sistema de salud de la Provincia de Buenos Aires, es algo que solamente ese conocimiento, solamente alguien tiene, y esos son los trabajadores y trabajadoras de la salud, que son ustedes los que lo conocen, que no hay otro experto, otro especialista que quienes viven, quienes transcurren, quienes apechugan al interior del sistema de salud, quienes lo disfrutan, quienes lo hacen, quienes lo sufren, quienes lo padecen.
Así que eso de un lado, y que por otro lado, ¿para qué planificar? ¿Por qué planificar? Bueno, porque uno puede decir algo bueno, mejorable, no, no, acá se trataba de otra cosa, que me parece que es lo fundamental por lo que charlábamos recién con Nico de la reunión de hoy. El objetivo es transformarlo. Y no se puede transformar sin conocer, no se puede transformar lo que se desconoce, no hay forma, no hay manera, se le puede tratar de imponer un molde, un modelo, agarrar un lecho de Procusto, cortarlo, achicarlo, agrandarlo, como los que vienen a hacer el ajuste. Entonces miran una sola variable, es mucha guita, pongamos menos guita y arréglense, y ese tipo de cosas, pero transformarlo, mutarlo en su naturaleza, mejorarlo interiormente. Bueno, es algo que se puede hacer de una sola manera, nosotros decíamos, planificándolo, no es algo de un día, no es algo meramente ni financiero, ni operativo, ni material en términos de infraestructura, ni siquiera de procedimiento, de conocimiento, de saber, es un conjunto, un conjunto de aspectos que para transformar hay que poder moldear y modificar. Y hay solamente un sujeto, un actor de esa transformación que puede hacerlo de manera poderosa y permanente, que son los trabajadores y trabajadoras del sistema de salud. Si vamos a transformar la salud de la Provincia de Buenos Aires, es a través de un proceso de planificación democrático, abierto, participativo. ¿Tenemos un Plan Quinquenal? Sí ¿Qué importancia tiene? Que es de todos, que se discute, que se analiza, que se modifica, que se miden en sus avances, que se observa y además, para que quede claro, para los que vienen de afuera, para los que ajustan, no se transforma algo que no se conoce y no se ama.
Miren, me parece importante, muy importante Nico, porque cuando uno está, como pasa ahora, transitando procesos que son vertiginosos ¿no?, que son muy cambiantes, que tienen permanentes obstáculos, problemas. Bueno, es muy importante determinar etapas, y sobre todo cada una de esas etapas, darles una presentación, un cierre, empaquetarlas. Yo creo que nosotros, en el primer mandato, yo hablaba recién de la pandemia, fue un primer mandato que tuvimos que enfrentar y, recordarán ustedes, y no quiero ponerme a revisar porque ya lo hemos dicho, pero recibimos una provincia en emergencia sanitaria. Pensábamos que eso era una emergencia sanitaria, cuando la recibimos, y sobre eso vino la peor calamidad en la historia, probablemente de la humanidad, en términos de alcance, en términos de característica, que fue precisamente sanitario donde se encontró, decía yo, me cargaban ¿no?, con dos escarbadientes, porque teníamos a Dani Gollán que está acá, junto con Nico y todo el equipo.
Pero teníamos un sistema absolutamente roto, desfinanciado. Y bueno, simplemente lo que quiero decir es que iniciamos así esa etapa, que fue una etapa, paradójicamente, paradójicamente de mucha inversión y expansión en el sistema de salud. Y fue una etapa donde cada una de las decisiones que se tomaron, nosotros teníamos un criterio porque estábamos en una emergencia por la pandemia, y acá me acompañan intendentes e intendentas que bueno, que recordarán lo que eran esos días pero que teníamos un criterio permanente, que era que teníamos que invertir, teníamos que hacer modificaciones muy grandes y muy rápidas pero el criterio era tratar de aprovechar y utilizar cada uno de los recursos empleados y cada una de las decisiones que tomáramos, de forma tal que pudiera acumularse para lo que viniera después. Ustedes saben que en medio de una tragedia como esa, no era fácil pensar en el después. Era difícil, pero creo que entre las tantas cosas que ocurrieron es que a razón de la pandemia y por esa situación, hubo una inversión histórica en el sistema de salud.
En la provincia de Buenos Aires en el medio de ese lío, no sólo en equipamiento, no sólo lo que significaba los equipos de protección personal. Bueno, todo eso que ya saben mejor que nadie y que nos costó mucho atravesar y llegar como veníamos, que no había nada. Pero además, en el medio de eso, triplicamos la cantidad de camas de terapia intensiva en la provincia de Buenos Aires. Y uno dice, fue por la pandemia. Si, pero también fue porque había un grave problema que tenía que ver con cómo estaba organizado, y cómo estaba distribuido, y cómo estaba desintegrado y fragmentado el sistema de salud en la Provincia. Hicimos, en aquel momento, un sistema, Nico. Bueno claro, nosotros todas las mañanas, a ver cómo estaba el sistema de ocupación de camas, que era un sistema integrado, público, privado, y se dió un paso relevante que para mí vale la pena recordar y tiene que ver con algo de lo que hablamos y todavía para algunos es un fantasma, para muchos un gran interrogante y para otros simplemente un demonio. Que es la integración del sistema de salud, que es simplemente eso. Uno tiene determinados recursos, los recursos están divididos en subsistemas, se dice en general, hablamos de un sistema de salud que tiene un subsistema público, y ese subsistema público tiene una parte que es municipal, otra provincial, otra nacional. Ya es farragoso contar las partes que componen el sistema de salud de la provincia de Buenos Aires. O sea, la respuesta sanitaria general de la provincia de Buenos Aires que tiene lo público, tiene el sistema de obras sociales, que es una peculiaridad de la Argentina. Prácticamente, algo que tiene todo un desarrollo histórico y luego el sistema privado.
Son tres subsistemas que han sido creados, multiplicados, achicados, distribuidos de manera absolutamente descoordinada y caótica. No es producto de una planificación ni una inteligencia que haya dicho che, ¿cómo hacemos para darle una respuesta sanitaria a 17 millones de bonaerenses? Bueno, pongamos acá una clínica privada, acá va un hospital municipal, acá va uno provincial, acá va regional, acá… ¿Cómo organizamos esto? No fue eso. Fue caótico, y como decía, producto de marchas y contramarchas. ¿Cuál es el resultado? Un sistema que está, que si uno lo tuviera que describir, está lleno de superposiciones. Hay mucha escasez, por un lado, y despilfarro en otro. ¿A qué me refiero? Hay lugares donde sobran camas, en otros donde no hay. Lo mismo con los recursos, la logística, la comunicación. Es decir, el sistema de salud se fue estableciendo como por etapas, por capas geológicas donde se fueron apilando cosas que, además, luego algo que estaba bien de pronto, y lo vimos cuando llegamos acá, después de años de neoliberalismo. Bueno, se desfinanció. No se compraron los repuestos, entonces quedó la máquina pero ahí tirada, entonces la cuidaban los laburantes. Pero después hubo que cambiar la arquitectura. Entonces, bueno, todo ese derrotero del sistema de salud generó algo mucho más difícil que el problema si fuera tabula rasa, desde cero. Mucho más difícil es cómo ordenar algo que está desordenado. Yo lo digo así y parece obvio y evidente, y sin embargo, todavía tenemos sectores retrógrados, sectores mercantilizados, grandes intereses económicos que, cuando hablamos de la integración del sistema de salud, y bueno, ponen el grito en el cielo y dicen que estamos hablando de una aberración.
Bueno, lo que venimos haciendo, les doy una mala noticia, lo que están haciendo ustedes con el Plan Quinquenal, a todos esos que critican, ven fantasmas, y tratan de producirlos, lo que venimos haciendo es trabajar intensamente en la integración del sistema de salud de la provincia de Buenos Aires. Así que ya está, está en marcha, está en marcha. Por supuesto que cuesta un montón y por supuesto que requiere permanentes recapitulaciones, recalculando diría ¿no? y a eso me quiero referir. A eso me quiero referir porque me parece muy importante no solo haber formulado el Plan Quinquenal sino tener reuniones de reflexión donde se ven los avances, son tantos los componentes que tenemos que atender, tantas las problemáticas, tantas diferencia, tanta diversidad, tal tamaño tiene nuestro sistema de salud que requiere ese trabajo permanente de reflexión. Eso es lo que estamos haciendo hoy. Pero bueno, yo decía, etapas. Como parece un continuo hay que determinar etapas, y decía empaquetarla. El primer mandato coincidió, con las alternativas de las que hablaba, coincidió con un proceso de integración, digamos, de acumulación, de gran inversión en el sistema de salud de la provincia de Buenos Aires seguramente insuficiente, porque por supuesto que falta un montón, pero se han hecho enormes inversiones. Nico recién hablaba de 321 ambulancias, de 159 Centros de Atención Primera de la Salud, que cuando uno lo dice así parecen numeritos, pero cuando uno está ahí como hacen ustedes en una ambulancia nueva, 0 kilómetro, o cuando uno está trabajando en un centro de salud en un barrio que tiene sillón odontológico, que tiene los consultorios, que tiene historia clínica digital, que le da acceso a la salud al barrio, a la comunidad donde se hace atención primaria de la salud, donde se presenta un modelo sanitarista totalmente distinto, donde se ejercita, donde se combate. Pero bueno, una etapa, así que está bien darle un carácter y llamarla así, una etapa que cambió, que cambió no porque nosotros hayamos cambiado de idea, o hayamos cambiado el rumbo, sino porque hay un cambio que ocurrió a partir del cambio del Gobierno nacional que representa para nuestro sector, para nuestra provincia, para nuestro país, una modificación sustancial, fortísima. Creo que también es difícil atajar este tema porque uno lo vive, también, sinceramente con angustia, porque lo que empezamos a observar, y no voy a hacer una caracterización económica de lo que estamos viendo, dar simplemente algunos puntos para atarlos con lo que tenemos acá y las problemáticas que tenemos. Y, ¿por qué hablo de otra etapa? Hablo de otra etapa donde tenemos que dedicarnos muy bien a empaquetar, a dar una narrativa de eso que se ha hecho, y también un balance y un saldo de lo que se ha hecho en la etapa anterior. Porque ahora empezó otra etapa, seguimos con los mismos propósitos pero bueno, estamos bajo fuego. Y esa es la verdad. Y eso no tiene que ver, eso no tiene que ver solamente con diferencias políticas, ideológicas, ya lo hemos dicho 20 veces, hicimos una campaña. Y dicen ‘bueno, pero ganó Milei’. Sí, es cierto, y tiene un mandato y lo votaron para hacer un ajuste, y tiene que hacer el ajuste, no hay que ponerle palos en la rueda y hay que darle las herramientas. Yo me permito disentir con esta mirada, me permito disentir con esta mirada. No es porque uno quiera entorpecer, obstaculizar, o porque sí, o ponerse en una especie de trinchera. No es ese el tema. El primer tema tiene que ver con que todos me hablan de la legitimidad y del mandato, y la plataforma de Milei que tiene que cumplir y nosotros deberíamos corrernos y dejarlo pasar y que haga todo eso. No lo que dijo, porque lo que está haciendo no es estrictamente, diría casi nada de lo que dijo, porque el ajuste no es ni para la casta, ni la desregulación de mercados ha dado resultados bárbaros, pero no quiero ponerme a discutir eso. Lo único que quiero decir es que es cierto que el Gobierno nacional es de otro signo político, es cierto que tiene otra orientación casi diametralmente opuesta por ejemplo, en la concepción de la salud, el sistema de salud, pero tantas otras cosas más: de la obra pública, la educación, la universidad, del trabajo, producción, de tantas cosas. Son distintas. Pero dicen ‘corranse porque ganó en el balotaje y tiene mandato. Yo le quiero decir a los que dicen eso que todo bien, pero acá, en la provincia de Buenos Aires discutimos estas cosas, las dijimos, fuimos a elecciones, ganamos en las PASO, ganamos en la primera vuelta y ganamos en la general. Así que acá también hay un mandato, también se pronunció nuestro pueblo y no nos dijo que la salud es un mercado: nos dijo que defendamos el derecho a la salud. Y eso tenemos que hacer. Y eso tenemos que hacer. Y es 40% del país donde vamos a defender la salud para todos, vamos a defender la educación para todos, vamos a defender el salario digno, la vivienda, los derechos laborales, vamos defender una construcción que no es nuestra, es del gobierno, de un gobernador: es la construcción de un pueblo, los derechos de un pueblo. Tenemos la obligación, que me disculpen, que me disculpen pero vamos a defender a la provincia de Buenos Aires y a su pueblo. Disculpen los amagues pero tengo un par de cosas más que compartir ya que tenemos a todo el sistema de salud acá. Bueno, bueno, muchas gracias. Tenemos que defender hoy y tenemos un mandato.
Pero, ¿por qué digo esto? ¿Por qué digo lo del mandato, lo de la legitimidad también? Cristina hablaba, la otra vez, de la legitimidad de origen y la legitimidad en el ejercicio, nosotros para colmo en esto tenemos una ventaja porque en la provincia de Buenos Aires por 20 puntos de diferencia no se votó lo desconocido o un signo de interrogación, se votó un gobierno y se votó un programa. Así que en eso tenemos mucha claridad, pero quiero decir que cuando hablábamos del sistema de salud compuesto por 3 subsistemas, lo que yo quería marcar es que la política económica del actual gobierno no es que está destruyendo el sistema de salud en abstracto: está destruyendo los 3 subsistemas. Es decir, que no sólo considerado como un todo tenemos problemas con un programa de ajuste, con un programa de desguace. Y a veces, algunos dicen, bueno, porque el Gobierno nacional no está, porque abandonó las obras, se ausentó.
Hoy venimos de General Lavalle, y yo decía que el tema no es si está o no está, si se ausento o no se ausentó; lo que nosotros estamos defendiendo con respecto a los derechos, además de que estamos de acuerdo, obviamente, además que es parte de nuestra tradición política, del peronismo en nuestro caso, de un programa, de lo que dijimos, además está en la Constitución Nacional. Entonces no estamos hablando de algo optativo para un presidente. Porque el presidente será anarcocapitalista, o será autricaco, o será lo que quiera ser, libertario, no sé. Pero juró arriba de la Constitución Nacional y la Constitución Nacional consagra determinadas responsabilidades para cada uno de nosotros y no dice que el presidente, porque piensa lo que piensa, se puede desentender de la salud y la educación del pueblo. No dice eso, no dice eso. Así que quede claro: no está ausente, no se fue, desertó de sus obligaciones y decía, destruye de manera diferente cada uno de los subsistemas. Ustedes fijense, porque entramos a esta etapa y lo hablábamos con los intendentes, por supuesto que se habla del tema de IOMA, que se habla de tal cosa, de tal otra. Pero hablábamos con los intendentes que tienen hospitales municipales, ¿y qué es lo que les empezó a ocurrir inmediatamente? Bueno, la desregulación de precios de los remedios, de los medicamentos. Comentábamos, veíamos una lista donde los aumentos no eran comparables con la inflación de 280% que hubo al cabo de un año. Estábamos hablando de aumentos de insumos básicos para la salud y de medicamentos de 500, 700, 100%, 1600%. Es decir que se corrió todo el aparato de seguimiento, de observación, y también de regulación y control sobre ese sector, y realmente se armó un festival, se armó un festival sobre la necesidad de la gente y los problemas de la gente. Porque esto era lo que decíamos la primera vez, ¿no? la característica de los remedios. Por ejemplo, no es algo que uno elige qué color quiere, como le gusta, si le va bien o le va mal. Es algo que ni siquiera sabe de qué se trata, se lo recetan y es necesario. El remedio para los crónicos. Ha habido algo que mi me da ganas de decirlo así: dicen que el Estado es una organización criminal, dice el Presidente. Yo lo que digo es que lo criminal es haber retirado al Estado de la regulación y el control del sistema de salud, haber sacado al Estado es lo criminal. Y lo vemos, y lo observamos. Entonces, aumentan los insumos, aumentan los medicamentos, aumentan los costos, para ponerle ese nombre. Al mismo tiempo, la gente anda sin un mango. Porque hemos experimentado estos emdssas la caída del salario real de la más grande de la historia argentina comparable con el golpe de Estado del ‘76, pocas veces. En estos meses hubo una caída tan estrepitosa del salario real de los trabajadores formales y más todavía de los trabajadores informales privados. Entonces estamos ante una situación donde se perdió el poder de compra con el cual todos atendían una parte de la salud por privado porque se podían comprar un remedio y ahora no pueden más, entonces subieron los costos. Al mismo tiempo esta pérdida del poder adquisitivo vuelca, vuelca. Cada vez más necesidades sobre el sistema público. Por eso yo decía que estos que vinieron a privatizar, terminan estatizando porque cada vez más de la salud, de la educación hay que atenderla a través del Estado porque no se puede por privado los elementos que tenía. El que se cayó de la prepaga o el que ya no puede comprar un remedio. Acá lo tenemos: va al hospital municipal, lo pide, entonces nos cae con el aumento del costo y al mismo tiempo con el ataque indiscriminado sobre los recursos de cada uno de los niveles de Gobierno.
Así que el sistema público en general está en jaque con esto que ha ocurrido. El sistema privado veíamos lo de las prepagas. Veíamos la tragicomedia de las prepagas. ¿Por qué digo tragicomedia? Porque vinieron, DNU 70, desregularon el precio de las prepagas y ¿qué pasó?, se fue a cualquier lado. Se demostró algo que era evidente y obvio. Había una sola persona parece que no lo sabía, que era Milei, que es que es un sistema muy concentrado donde unos pocos jugadores determinan el precio, que no hay ni competencia ni todo ese bienestar que parece que deriva al precio que ponen a una calidad mejor sino que hay colusión, hay concentración, hay monopolio, oligopolio, todas esas formas que algunos lo llaman ‘falla de mercado’, por eso discuten eso. Bueno ahí están, se enteraron dolorosamente de que eran 7 empresas, un par de empresas que fijaban el precio y entonces fueron a la Justicia, ahora estos días, para actuar contra qué. Yo diría que deberían actuar, deberían actuar, sería una autodenuncia, sería una autodenuncia. Tiene que enterarse el Presidente, ‘fui yo el que armó este despelote, fui yo el que dejé a la gente en Pampa y la vía, fui yo’. Porque la verdad que lo que pasó es que los precios se fueron y después se dieron cuenta que eso lo fijaban unos pocos entonces fueron a la Justicia para que los precios sean lo que deberían haber sido si no actuaba el Gobierno. Así que aprovecho para pasar, pasar un anuncio: vamos a seguir peleando para que se caiga el DNU 70 porque es el culpable y el responsable de ese y tantos problemas que le ha generado un gobierno como el que tenemos al pueblo argentino, al pueblo bonaerense, porque es muy injusto porque genera esto, así que si ahora se enteraron que pasó con las prepagas, que se enteren que pasó con los alimentos, que pasó con los remedios, que pasó con tantas cosas, con las naftas. Y que si se preocupen que no se preocupen solo por las encuestas que les interesa, sino por el pueblo en su conjunto. Es lo mismo.
Y entonces el sistema de prepagas, el sistema público en todos sus niveles, el sistema de obras sociales porque caen los salarios reales y por supuesto que el financiamiento que surge de la contribución de los trabajadores a la obra social es cada vez menos en su poder de compra, así que puso en crisis los 3 subsistemas, eso es lo que quiero decir. Pusieron de manera estrepitosa en crisis cada uno de los subsistemas que componen el sistema de salud, o sea que estamos en otra etapa porque pasamos la emergencia de la pandemia, pudimos contribuir y trabajar para crecer con nuestro sistema de salud, para invertir, para mejorarlo, para integrarlo y de pronto viene una lluvia ácida que afecta a cada uno de los segmentos y cada una de las problemáticas se empieza a volver cada vez más acuciante en todos los sentidos. Así que estamos en una etapa nueva, eso es lo que hace. Bueno, salud mental, lo que se ha hecho, lo que hemos avanzado. Cada vez que vamos a un hospital y vemos que ahora hay un servicio de salud mental a mí me llena de orgullo. Cada vez que vemos cómo vamos cerrando los manicomios me llena de orgullo. Por eso, es trabajo inmenso que se ha hecho pero estamos ante esta situación. Yo para terminar quiero decirles que… (le habla una persona del público) Entonces cuando llegamos, cuando llegamos a esta situación y se nos viene, se nos viene, ya ha llegado un modelo, un programa que pone en crisis lo que hemos construido y que pone además tristemente en jaque los planes que teníamos para adelante porque decías Nico, los centros de salud, bueno han parado toda la obra en el país, en todos lados, lo mismo con las escuelas, 221 escuelas. Y hoy viniendo para acá con Nico le decía, que en este período cuando hemos inaugurado muchas escuelas y bueno, veníamos a un ritmo, lo dicen todos los intendentes. Y ahora cada una que inauguramos, yo creo que brilla un poco más. Es lo mismo, es una más pero brilla más porque estamos en un proceso de dificultad. Entonces, yo creo, con esto termino, que acá hay un elemento central: estamos transformando el sistema de salud en la provincia de Buenos Aires. Lo venimos transformando, lo venimos transformando con una planificación, con un programa de trabajo que es participativo, que es democrático, que incluye a todos, que lo venimos elaborando entre todos. Así que me parece que hoy nos encuentra esta situación un poquito mejor preparados, un poco mejor preparados. Estamos mucho más organizados, sabemos adónde queremos ir, sabemos el esfuerzo que hemos puesto, sabemos lo que hemos hecho, sabemos todo lo que falta también pero creo que la clave central es que como este trabajo ha sido realmente tan laborioso, ha sido tan masivo, como implicó a miles y miles de trabajadores en toda la provincia de Buenos Aires. Yo me animo a decir que que aunque quieran destruirlo, aunque lo ataquen, aunque lo desfinancien, aunque tiren con todo lo vamos a defender y no van a poder destruir todo lo que hemos hecho porque somos hoy guardianes de un esfuerzo colectivo, de un esfuerzo de un pueblo para estar mejor, para que se reconozcan sus derechos, para que no les falten nada,un esfuerzo además que no es un esfuerzo sólo individual sino que es un esfuerzo colectivo y un esfuerzo solidario lo hemos hecho en todos los rincones de la provincia de Buenos Aires, tenemos que ser guardianes de eso que hemos logrado, y sobre todo garantes de que siga pasando, de que podamos seguir avanzando, de que podamos seguir invirtiendo, de que podamos seguir incluyendo, de que podamos seguir transformando, de que podamos seguir avanzando, de que cada vez tengamos una provincia que esté orgullosa, de que nadie se quede sin atención médica que no importa dónde, ni cómo, ni cuánto, sino que hay un Estado presente que resuelve los problemas de su pueblo. Muchísimas gracias.