Congreso de Salud Mental en la Universidad Nacional de Lanús

Bueno, impresionante, el otro día en la jornada, bueno, en el encuentro de salud en general de La Plata, en el Club Atenas, pensé que el movimiento sanitario argentino y bonaerense ya me había sorprendido hasta el límite de la sorpresa. Y creo que hoy ver a 1.500, 2.000 compañeros y compañeras, trabajadores y trabajadoras del sistema de salud, pero de salud mental superó, rompió el termómetro. Muchísimas gracias, muchísimas gracias, además a días del otro encuentro de toda la provincia de Buenos Aires, de toda la provincia de Buenos Aires. Reunirse, obviamente que esto tiene por la cuestión coyuntural por la fecha, por las discusiones que se están dando en la sociedad, que esto tiene un carácter obviamente de reunión, de discusión con muchos ribetes políticos, pero quiero decir que esta es una, políticos, en el sentido partidario electorales.

Pero esta es una jornada Provincial de Salud Mental donde se presentan trabajos, se discuten. Hoy es una jornada de trabajo del sistema de salud y de la salud mental en la provincia de Buenos Aires. De la jornada de hoy se van a compartir experiencias, dar discusiones, sacar conclusiones, lo digo siempre, la escuchaba recién a Julieta comentando sobre las tareas que tenemos por delante, así que más allá de lo que podamos decir en esta apertura multitudinaria, hermosa, en esta universidad. Muchísimas gracias a vos y por tu intermedio a la rectora, Ana Jaramillo, quiero un aplauso para Ana que hoy no está, pero, una intelectual, una pensadora, una científica y una dirigente política de la provincia de Buenos Aires y de la Argentina de una envergadura enorme.

Pero más allá de eso me contaba Julieta sobre la dinámica que le habían planteado: 250 trabajos y me encantó, te la tomo. Los trabajos me contaba Julieta que tienen, no sé si universalmente todos digamos, pero sí muchos son trabajos que se hacen en base a la experiencia, en base a lo que está ocurriendo en la provincia de Buenos Aires y después son comentados por especialistas, por más académicos. Y me pareció interesante porque en general también en las jerarquías del saber viene el que sabe, expone y los que laburan, el vulgo escucha. Me parece muy importante también como práctica para la construcción de un modelo distinto en la salud mental, en la salud y en la provincia de Buenos Aires en general que sean los que están ahí en la trinchera, los que están en la práctica los que traen sus experiencias, sus saberes, que son los que los que pueden hablar con mayor conocimiento de lo que está ocurriendo, describir mejor la realidad que tenemos y después al resto, obviamente también desde su lugar, pero poder escuchar, poder aportar y con eso ir generando nuevos conocimientos sobre la realidad, sobre las nuevas experiencias, sobre las políticas y sobre las nuevas políticas que tenemos que llevar adelante.

Decía Julieta que es importante lo que hicimos, comentaba el otro día Nicolás todo lo que se ha hecho, pero lo que se ha hecho es una plataforma sobre todo que nos permite hablar, que nos permite discurrir y que nos permite construir lo que va a venir en base a lo que falta construir lo que va a venir. Hoy estamos hablando del futuro de la provincia de Buenos Aires

Y ahora dicho esto, bueno, venía con un plan de exposición y cambió, así que esperemos, tengo otro. Después de escuchar a Daniel, después de escuchar a Julián sobre lo que ocurre acá en Lanús, después de escucharla a Julieta y a Nico se me se me ocurrió hablar de varias cosas que me parece que son importantes y que vale la pena dejar plantadas acá, aunque sea provisoriamente en esta apertura.

Voy a empezar por hablar de Lanús y del hospital de Lanús, del Evita. Asociado también a, si me permiten este giro individual, a mi historia personal. Porque le comentaba a Julián cuando entrábamos que mi viejo, mi papá trabajó en el Evita en la época de Mauricio Goldenberg. Esa experiencia, repasando un poco, no sé si los años están bien, es en mi recuerdo, creo que Goldenberg se pone a cargo del servicio de Psicopatología acá en el hospital de Lanús en el año ‘56. Y como mi viejo laburó acá hay muchos de los colegas de mi viejo psicoanalistas de aquel momento tenían la experiencia de Lanús, del servicio en psicopatología de Lanús como una cuestión mítica, yo la tengo muy presente de historias familiares también. No voy a ahondar en eso porque somos demasiados para que empiece terapia hoy acá. Así que hay bastante, pero sin ponerme tan individual y tan autorreferente, quiero decir que eso formaba parte de las conversaciones entre los pioneros del psicoanálisis en la Argentina porque fue una experiencia donde un hospital público, un hospital provincial, tenía un servicio lleno de profesionales, de trabajadores y trabajadoras de la salud mental. No era tan habitual, era muy poquito.

Se hizo ahí una experiencia que fue pionera decía yo, una experiencia que fue revolucionaria para el modelo de atención de la salud mental de aquella época y que tenía dos elementos, esto por lo que recuerdo de aquella época de conversaciones entre colegas de mis viejos. Mi vieja también es psicóloga, así que bueno, estoy, estoy rodeado. Y no, pero, dos elementos ya más conceptuales sobre la atención de la salud mental desde un hospital público. No era habitual, es más, era minoritario, no sé si había otro que no fuera el Evita de Lanús. Creo que era uno solo donde se hacía, donde había un servicio de salud mental que tenía atención a la comunidad, atención a la sociedad en un hospital público.

Y es por lo que dice Nico, que hay una barrera, que hay un prejuicio, que hay tal vez diferentes enfoques, diferentes abordajes entre lo que habitualmente se hace en un hospital público y la atención de la salud mental. Como que la salud mental no cabía, pero me animo a decir que no era por prejuicio de los directivos del hospital, de los médicos del hospital, del cuerpo profesional del hospital, del hospital mismo, sino que había una mutua ajenidad, una mutua ajenidad por enfoque, por abordajes, por modelos de atención. Pero no, el hospital público repelía la salud mental pero la salud mental no tenía muchas ganas de entrar al hospital público tampoco.

Así que esta fue una experiencia pionera, por supuesto la vida de Goldenberg que después del ‘56 en algún momento por los ‘60 pasa a ser responsable de salud mental en la ciudad de Buenos Aires y después en el ‘76 sufre obviamente la persecución, termina en el exilio, creo que a Venezuela, creo que se va a Venezuela como, bueno, tenía vínculos con mi familia recuerdo parte de esa historia. Y luego vuelve la democracia y si no me equivoco, personalmente el primer presidente democrático de este ciclo, Raúl Alfonsín, lo invita a Goldenberg para volver para tener una participación en ese gobierno democrático que se estaba construyendo y Mauricio decide no volver a Argentina por lo que había vivido en términos traumáticos de su exilio. Y entonces no vuelve en aquel momento pero sigue teniendo ese lugar fundacional, ese lugar pionero, ese lugar histórico en el psicoanálisis en la Argentina, que, con comienzo en esa época en los ‘60, pero ustedes saben que Argentina es una referencia internacional en materia de salud mental, de psicoanálisis, de psicología.

Así que es, se dice, uno de los países que más psicólogos, psicoanalistas hay. Y vuelvo ahora a una pastillita del presente. Psicología es una de las carreras más buscadas hoy después de la pandemia, con más inscriptos de nuevo. Fue masiva y masiva pero hay de nuevo una vuelta a la cuestión de la salud mental vinculada a la época y profundizada por la pandemia. Para qué toda esta introducción, este preludio vinculado a Lanús, vinculado a los hospitales, vinculado a la salud mental y le agrego algo porque decía cuestiones del modelo de atención, qué había de original, qué había de nuevo, seguramente algunas cosas escritas, testimonios, crónicas de aquel servicio en el hospital de Lanús. Pero creo que había dos elementos, dos elementos. Bueno, justo dos elementos no. Que traigo hoy a esta a esta jornada. El primero tenía que ver con el modelo, con el paradigma de atención en términos de que en un hospital público hubiera un servicio de salud mental que era novedoso. No sé si único, pero novedoso y disruptivo. Pero no me quiero referir a la mera existencia, me quiero referir también a que era un sistema que tenía internaciones abiertas, era ya de por sí un desafío y una ruptura con la idea anterior.

La vez pasada que estuve acá hablé un poco de un libro que me gusta mucho, de un estudio que me gusta mucho, que es “La historia de la locura” de Foucault y que tiene que ver con modelos, con el tratamiento, con el abordaje o con el lugar de la locura en la modernidad. Viene de antes pero sobre todo con el lugar de la locura en la modernidad. Y hablábamos de ese modelo de encierro, de encierro de lo distinto y de esos modelos de realidad total, ya no me acuerdo exactamente. Instituciones totales que son la prisión, el manicomio, como modelos históricos absolutamente inhumanos, absolutamente perimidos, absolutamente inconducentes, malos modelos pero instalados como que aquel que no encaja al manicomio, al manicomio. Lo que pasó acá en Lanús en aquel momento con el servicio de salud mental de Goldemberg es que tenía un modelo de internación que era abierto. Es decir, había un padecimiento, había un sufrimiento y no se procedía inmediatamente a la exclusión, al encierro, a la segregación, a la separación y también, en ese mismo abordaje de aislamiento, ese aislamiento que es mutuo: a la persona de la sociedad, a la sociedad de la persona. Un encapsulamiento del padecimiento como locura, un rótulo y luego sacarlo, quitarlo, dejarlo afuera.

En el servicio de Lanús se empezó a aplicar este modelo también revolucionario, disruptivo de internación pero abierta. No internación cerrada, aislada y separada en una institución específica sino internación en el hospital por padecimientos vinculados a la salud mental. Novedad absoluta.

Segunda novedad cuando no requería o cuando estaba lejos de la cuestión de la internación también un abordaje que no fuera, y lo dijo Nico, exclusivamente individual. Que es un modelo de respuesta, de tratamiento por decirlo así, que tiene un origen freudiano, el encuadre de consultorio, que tiene un origen histórico y que apunta a determinadas clases sociales o nivel económico. No todo aquel que tiene un padecimiento puede pagar una sesión por privado y con el modelo de Freud, ¿no? De cuatro veces por semana para en un consultorio individual, privado, arancelado. Evidentemente las dos cuestiones las desafiaba el servicio de psicopatología del hospital de Lanús y fue una experiencia que es tan recurrida, tan referida, tan estudiada porque fue una experiencia llamémosla piloto, excepcional. Ocurrió en un hospital durante determinado tiempo y obviamente más adelante se destruyó la experiencia, se persiguió a quienes la llevaron adelante y termina Goldemberg exiliado, perseguido por la dictadura militar como no podía ser de otra manera. Porque era una concepción y una política de Estado que obviamente resultaba absolutamente no disruptiva sino contraria a la concepción de Estado que tenía la dictadura militar, que tiene la derecha argentina.

Empiezo con esto para ponerlo como preludio por eso también agradezco que nos acompañe hoy Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos, está también el compañero, el Gitano, Matías Moreno, secretario de Derechos Humanos, subsecretario de la provincia de Buenos Aires. Porque dice Cristina habitualmente: todo hace juego con todo, todo tiene que ver con todo. Bueno acá no hay que buscar tantas conexiones ocultas, tantos resortes invisibles, es muy claro que este tema de la salud mental y el abordaje de la salud mental tiene un vínculo directo, estrecho, con la cuestión de los derechos humanos.

Después voy a darle alguna lógica a esta exposición porque la tiene, créanme que la tiene, pero me lo reservo para el final voy a leer ahora un pedacito de una ley, que es la Ley Nacional de Salud Mental, que fue sancionada en noviembre de 2010. Y que voy a leer, que voy a leer el artículo 1 de la Ley, nunca pensé que leer una ley me emocionara pero bueno.

Artículo 1 de la Ley de Salud Mental, derechos y garantías, dice “la presente ley tiene por objeto asegurar el derecho a la protección”. Miren “derecho y protección de la salud mental de todas las personas y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que se encuentran en el territorio nacional reconocidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional sin perjuicio de la regulación es más beneficiosas para la protección de estos derechos que pueden establecer las provincias”. Repito, “asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas y el pleno goce de los derechos humanos de aquellos con padecimientos de salud mental que se encuentran en el territorio nacional”. Eso dice la ley, eso dice una ley vigente. Y entre uno de los elementos que mencionaba Julieta, de esta ley que cuando nosotros asumimos en la provincia de Buenos Aires no solo era un derecho sino también una ley vigente un derecho Abstracto en general, una ley vigente con una aplicación concreta que dice que en el territorio nacional, particularmente en la provincia de Buenos Aires, los manicomios lesionan, este artículo primero de la ley, lo lesionan en el sentido que vulneran derechos y no solo derechos vinculados a la salud mental, sino derechos humanos, lo más básico y los más generales. Teníamos en los manicomios de la provincia de Buenos Aires, hoy tenemos menos pero todavía es una tarea pendiente con la que nos comprometemos, tenemos gente que está en situación realmente que es inenarrable, que es de encierro, que es de privación de los derechos más básicos, derechos que tienen que ver con la salud pero que son derechos humanos están encerrados, están amontonados, están abandonados y no tiene que ver, lo quiero dejar bien en claro, con los esfuerzos enormes que hacen los trabajadores y trabajadoras que tienen esa responsabilidad sino porque el Estado los abandonó y cuando cerramos manicomios lo que hacemos es básicamente respetar una ley pero respetar los derechos humanos de los que viven ahí. Así que nosotros vamos a seguir aplicando esta ley y entonces lo hemos hecho en tiempo récord porque además no lo hacemos de cualquier manera, no lo hacemos de cualquier manera. Lo hacemos muchas veces encontrando otros dispositivos distintos que implican una inversión, un esfuerzo de construir viviendas específicas, que son viviendas no solo para los que estaban en condiciones de encierro adentro de un manicomio, sino también que son viviendas que en esos espacios que a veces tenían estos neuropsiquiátricos, estas instituciones, son viviendas donde no van a pasar ahora a vivir en una casa pero también aislados, sino en una casa que forma parte de un programa de viviendas para muchas más personas que tienen que ver con otros Ministerios, con otros objetivos, con otros propósitos, con otros derechos. El derecho a la vivienda y al hogar, así que creo que estos avances son muy importantes y por lo que se hizo creo que estamos en entidad, en condiciones de hablar de lo que falta y de comprometernos a hacerlo.

Dicho esto voy a dar otro salto cuántico a otro tema. Les quiero leer declaraciones públicas, no chicanas, no presunciones, no atribuciones, sino declaraciones públicas de un candidato a presidente de la Nación, en torno a la cuestión de la salud mental y hago un paréntesis. Ustedes saben que como economista, yo soy economista, como economista uno está, le pesa, pesa sobre uno una suerte de prejuicio, una suerte, digamos, sí, de mito urbano diría yo de que los economistas somos personas, bueno, voy a decir generalidades y tómese así como tales pero que tendemos a tener una forma de análisis, un abordaje de la realidad a través de la matemática que es la más natural de las ciencias sociales, pero bueno, ahí lo estoy diciendo prolijamente, que somos gente desalmada, ¿no? Que el economista mira un problema, aplica las curvas, aplica unas ecuaciones, llega a una solución y entonces lo desalmados, despiadados, insensibles es algo que pesa históricamente sobre los economistas.

Entonces yo lo que voy a hacer ahora es leer algunas declaraciones de un candidato a presidente que también es economista, así que también tiene algo de desagravio para mi profesión, de desagravio, pero le voy a leer las declaraciones textuales, primero una, primero una. Y me pongo serio porque es grave. Me pongo serio porque no se puede exagerar la gravedad de que un candidato a presidente de la Nación diga estas cosas. Y yo sé que estamos en campaña, que faltan pocos días y que vuelan por ahí chicanas, que vuelan acusaciones, que hay debates que a veces se ponen caliente, fogosos. Pero esto no se dijo en contexto de campaña electoral, se dijo con otro grado de tranquilidad, se dijo con otro grado también de posibilidades de explayarse.

Voy a leer dos declaraciones breves. Una es esta. Pará. Candidato a presidente, economista. Javier Milei. No, porque no tengo ningún problema. Javier Milei, esperen, estamos en una jornada Provincial de Salud Mental y un candidato presidente con posibilidad llamémoslo, porque fue el más votado, de llegar a ser presidente de la Nación dice lo que yo voy a leer: “Si vos te querés drogar hace lo que quieras mientras no tengas yo que pagar la cuenta”. ¿No? Atención, atención.

Segunda declaración: “Si “X” se quiere suicidar es problema de él, porque si no ¿Qué vamos a hacer? ¿Le vamos a regular la vida Daniel? ¿Le vamos a decir qué puede hacer y qué no puede hacer?”. Atención. Son textuales, no he hecho ningún comentario, no lo he calificado, son textuales de un candidato a presidente de la Nación. “Si vos te querés drogar hace lo que quieras, si “X” se que si quieres suicidar problema de él”.

Hoy estamos acá reunidos porque no creemos que si alguien se quiere drogar que haga lo que quiera y porque no queremos que si alguien se quiere suicidar problema de él.

En primer lugar, es absolutamente contradictorio con una ley vigente. Además de ser declaraciones, posiciones que bueno, que es cierto, hay libertad de expresión, libertad de prensa. Pero por supuesto que estas declaraciones, estos posicionamientos tienen y merecen y obligan a reflexiones un poco más profundas porque es un candidato a presidente, puede gobernar la Argentina alguien que piensa que si una persona se quiere drogar que haga lo que quiera. Y que si una persona se quiere suicidar problema de él.

No solo uno podría derivar de estas sentencias. Uno podría derivar muchísimas consecuencias en cualquier plano de la vida que tienen que ver con cuestiones muy básicas, muy elementales de la convivencia en sociedad. Va esto muy atrás y muy a lo profundo, más allá de nuestros programas, de nuestros planes, de nuestras políticas en cuanto a la salud mental, va mucho más allá de eso.

Entonces quiero empezar por acá: que un dirigente político que es candidato a presidente, que tiene, digamos, por la última elección posibilidad de ejercer la presidencia de la Nación piense que si te querés suicidar, si alguien, si un joven una joven bueno, si un bonaerense, una bonaerense se quiere suicidar, es un problema individual de él, porque él tiene una convicción, ese candidato tiene una convicción liberal donde cada uno hace lo que quiere y entonces si se quieren morir, como decía Macri, si se quieren morir sin vacunarse o sin cuidarse que se mueran. Si quieren hacer lo que quieran, si quieren, porque estas cuestiones, todos entendemos acá, que no son solamente problemas individuales. Creo que es obvio y se cae de maduro que si un pibe, una piba de la provincia de Buenos Aires se quiere suicidar no es problema de él, y ese es el punto de partida. Vivimos en una sociedad, los lazos de esa sociedad son lazos, además de quien quiere hacer lo que quiera de la ley de la jungla, de la ley selva, además vivimos en una sociedad que está unida por una Patria, por lazos solidarios, por una historia, por una mirada colectiva, por una soberanía, por un futuro en común.

Así que no Milei. Acá si un pibe se quiere suicidar no es problema de él, es problema de todos, de todos los y las bonaerenses. Y cada pibe y piba que al final porque fallamos se suicida es un dolor de todos. No se puede ser más allá de liberal, austríaco, más allá que economista, más allá de pagado por los grupos de poder, no se puede ser tan inhumano y tan insensible. No se puede ser tan porquería de decir que si alguien se quiere suicidar es problema de él.

¿Saben qué creo? Que estas ideas son ideas de una minoría ínfima de nuestro país y de nuestra provincia. Uno podría repasar lo que se ha dicho en la campaña y en este tiempo sobre las Islas Malvinas, sobre los desaparecidos, sobre lo que ocurrió en la Argentina. Uno podría hablar de muchos elementos que tienen que ver con un discurso, que si se tratara de un discurso minoritario y bueno, se le da la discusión, pero hay un peligro muy grave que tiene que ver con todas las consecuencias que se siguen de pensar que en Argentina no hubo terrorismo de Estado, no hubo un genocidio, sino que hubo una guerra, con excesos, que cada uno por esta idea de la libertad, que le quiero decir en favor de los liberales que estas ideas son minoritarias aún entre los liberales. Es una minoría ínfima que piensa estas cosas y una minoría todavía más pequeña que las vocifera, las grita.

Y acá llamo también la atención. Por supuesto que hablé de la libertad de prensa porque quería decir esto. Es increíble que este tipo de cosas se digan abiertamente a boca de jarro. Y no quiero hablar ni de censura, ni de limitaciones, pero también un llamado a quienes tienen la responsabilidad en los medios de comunicación. Lo puedo decir a nivel empresario. Las empresas de medios de comunicación pero lo digo también individualmente de los periodistas que escuchan estas cosas y no abren la boca, que no abren la boca con el negacionismo, que no abren la boca con lo despiadado, lo inhumano, lo espantoso de este tipo de declaraciones. Lo digo porque sino todo el debate público parece una discusión entre políticos que estamos en disputa.

Ahora, lo que quiero decir sobre esto que leí y sus derivaciones, obviamente escuchamos un poco sobre la política de salud y de salud mental en la provincia de Buenos Aires. Parte de los axiomas, de ideas, de posiciones diametralmente opuestos. Porque es eso, hay determinados valores, determinados principios, determinadas concepciones muy básicas que después tienen aplicaciones, consecuencias, derivaciones en las políticas, en las decisiones, en los posicionamientos nacionales. Esto es muy grave.

Ahora, yo digo que estas concepciones y estas ideas en la provincia de Buenos Aires, con el movimiento sanitario que tenemos, con el movimiento de salud mental, no van a pasar, esto no va a pasar. No va a pasar que los y las bonaerenses no le tendamos una mano al que está sufriendo. No va a pasar. No porque nosotros lo digamos, nos reunamos, no porque nos organicemos, sino porque el pueblo de la provincia de Buenos Aires no está de acuerdo con esta visiones, no está de acuerdo, tengo total certeza porque recorremos las escuelas, porque recorremos los barrios, porque Julián recorre Lanús y lo que encuentra es una mirada distinta, una sensibilidad distinta, y esto tiene que ver con principios muy básicos de lo que queremos, más allá de la salud mental y de la salud. Y para decirlo sintético: no nos es indiferente que un pibe, una piba esté bajo sufrimiento, que se drogue, que exponga su vida o que se quiera suicidar, no es así, porque para nosotros la Patria es el otro. Y no es una frase o un eslogan, es una forma de vida. Son principios muy profundos y que no los estamos negociando, como no estamos negociando porque es el cimiento sobre el que reposa la democracia argentina, que hubo 30.000 desaparecidos.

Por eso me parece que en estas jornadas en la que se está hablando de lo que se ha hecho en materia de salud y salud mental, en la que se está planteando también en base a esa experiencia para dónde seguir, todo lo que falta, cómo innovar. Bueno, a mí me llena de orgullo y vuelvo al principio a la experiencia acá del servicio de psicopatología de Lanús. Eso era una excepción, era algo que todos miraban como una joyita en algún momento histórico, cortado como siempre por la derecha, por gobiernos neoliberales, en ese caso por una dictadura militar. Bueno, hoy lo que pasaba acá en Lanús en un hospital público pasa en todos los hospitales públicos provinciales, hay servicios de salud mental, hay un modelo abierto de internación, se discuten las prácticas de atención, los modelos de atención para que no sean individuales, rentados y con el encuadre aquel tradicional.

Así que creo que alguna de las cuestiones que nacieron acá en Lanús, Julián, se están hoy llevando a la práctica en toda la provincia de Buenos Aires. Por supuesto, por supuesto que sometidas a la modificaciones, a las transformaciones, al paso del tiempo, pero es ese modelo: un Estado presente en materia de salud mental. Parecía imposible porque también se habla siempre de los psicólogos, los psiquiatras, como profesiones liberales, profesiones liberales, pequeñas empresas, PyMEs individuales que a través de esta práctica y repito porque lo dijo también Nico, no es una impugnación, no es una crítica. Simplemente digo, con ese modelo de atención, con esa forma de atención, hoy no nos alcanza. Después de la pandemia quedó de manifiesto pero era algo anterior y además es algo más profundo y cultural.

Antes decir que uno tenía un problema de salud mental lo convertía en una persona rara, en una persona a la que se estigmatizaba, “míralo tiene que tomar una medicación”. En algún momento hasta ir al psicólogo era algo que algunos sectores ocultaban porque entonces quería decir que uno tenía un problema. Y estas son cuestiones también de cambios culturales como ha pasado con las luchas vinculadas a los derechos de las mujeres. Que en algún momento la violencia de género era un problema de la esfera privada y del que no se podía hablar, y que si además lo ibas a denunciar y lo ponías de manifiesto, el castigado era la víctima. El castigado o la castigada era la víctima. Bueno, yo creo que sobre la base de ese cambio cultural, donde uno va a una escuela, lo hicimos con Julieta, lo hicimos con Nico, lo hicimos con Alberto, con Claudia, a mí me tocó hacerlo una vez, pero hoy es una experiencia que se ha generalizado efectivamente por una demanda. Cuando termina la pandemia reunidos con los pibes y las pibas de los centros de estudiantes de secundaria íbamos vamos a ver qué necesitaban y uno decía bueno, pedirán apoyo escolar, pedirán jornada extendida, pedirán la computadora que entre paréntesis se la sacaron Macri y Vidal porque esta derecha es la que dice algunas cosas que otra derecha piensa pero todavía no dice.

Entonces pensábamos que nos iban a venir con demandas del estado de los edificios y lo que nos pidieron todos los pibes y las pibas de los centros de estudiantes es que nos ocupáramos de la salud mental en las escuelas de la provincia de Buenos Aires. Y fuimos a compartir una reunión e intercambiar. Porque eso también nos define como gobierno. A mí me decían colaboradores “che, te vas a meter en una escuela, el gobernador de la provincia, micrófono abierto con pibes y pibas que bueno… Qué puede pasar, que lo graben y que después armen”. Bueno, lo hemos hecho, lo hacemos permanentemente. Eso es lo que nosotros decimos, escuchar, es eso, meterse y correr el riesgo de que te digan las cosas que tal vez no querías escuchar que son duras de escuchar y que requieren cambios profundos.

Bueno, entonces tenés razón Juli. No solo cerrar los manicomios, no solo también seguir avanzando con la atención de la salud mental en los hospitales, no solo la atención primaria de la salud mental, fundamental. Juli lo que vos decías es de las cosas más graves que escuché sobre lo que está pasando en Lanús. Es fundamental que los dispositivos, que los centros de atención de salud primaria tengan también una división, una parte de salud mental. Porque cuando llegan al hospital puede haber dos problemas. O que llegan y entonces hay una descarga de demanda sobre el nivel más alto de complejidad de nuestro sistema que es el hospital, y entonces llegan casos que se deberían tratar de otra manera, de manera barrial, preventiva y comunitaria o bien por el contrario que llegan demasiado tarde. ¿Cómo se resuelve esto? Nico lo dice siempre pero tenemos que seguir trabajando en explicarlo: integrando el sistema de salud.

Que el primer nivel de atención donde se realizan las prácticas permanentes, cotidianas, barriales, donde se interactúa con las escuelas, donde se interactúa con los clubes de barrio, donde se interactúan con los problemas en el territorio: esos Centros de Atención Primaria de la Salud tengan también atención primaria de la salud mental. Por eso es importantísimo que además de 154 Centros de Atención Primaria de la Salud, se hayan abierto 19 específicos de salud mental.

Es un cambio, es un cambio de paradigma, es un cambio de política, es una transformación profunda de la concepción. Y que acá digo, es grave, pero tampoco me sorprende, porque seguro que ese punitivismo estructural con el que abordan cualquier problema obviamente se expresa también en las cuestiones de salud mental. Entonces tenemos que cambiar, tenemos que dar esa discusión y tenemos que hacerlo integrando el sistema de salud. Así que necesitamos que en Lanús haya un intendente sensible a estas cuestiones que ponga los recursos necesarios, que se ocupe de esto, necesitamos en una palabra que Julián Álvarez sea el próximo intendente de Lanús.

Para terminar creo que estas jornadas son una jornada de balance, sirven como balance de todo lo hecho, sirven también para expresar los pendientes. Políticas que ya llevamos adelante, políticas que muchas de ellas existían y reforzamos y profundizamos. Políticas que son novedosas también, y también para discutir nuevas políticas que todavía no estamos llevando adelante. Eso es lo que espero como resultado de este encuentro: un análisis, una evaluación, una puesta en común, un balance. Pero sobre todo, lo que ya hicimos acá mismo, que es un plan de salud mental: ver cuánto hemos avanzado, que es todo lo que todavía no se ha hecho y que se lleven de acá lo que fue la apertura de Julieta, el compromiso de un gobierno provincial que cree que la salud mental es un derecho. Y que como es un derecho si todavía no llegó a todo el pueblo de la provincia de Buenos Aires es una obligación seguir expandiendo la atención de la salud mental en las escuelas, en los hospitales, en los centros de salud, en los barrios, de manera transversal en todas las políticas del Estado de la provincia de Buenos Aires. Así que con esto agradecerle la presencia, sé que muchos viajaron mucho para estar acá, que vinieron hace unos días acá a La Plata, así que es desde acá que sale la fuerza para seguir transformando la salud mental en la provincia de Buenos Aires. Muchísimas gracias.