Inauguración de las obras del Jardín de Infantes N° 912 de Lincoln

Bueno, qué lindo, bueno, muchísimas gracias a todas y a todas. La verdad que una jornada, un día muy intenso. Estuvimos en Trenque Lauquen tempranito. También, te cuento, Salvador, haciendo varias cosas vinculadas con la educación, con la salud, con la producción, con la seguridad, como venimos a hacer aquí.

Estuvimos, primero, en una escuela rural, donde inauguramos una sala de faena para poder procesar ahí animales en la propia escuela, capacitar a los pibes, darle también el certificado para que puedan vender los productos que elaboran.

Así que empezamos el día con la boca, con el corazón lleno de las palabras, producción, trabajo, educación. Fuimos después también a entregar patrulleros, como lo vamos a hacer acá. Estuvimos inaugurando una escuela, por eso, por eso lo evoco, porque una escuela ahí en Trenque Lauquen que le ocurrió un siniestro similar a este.

Ahí fue total, una secundaria muy grande, que se la llevó el fuego por, primero, un desperfecto eléctrico que generó un cortocircuito y eso un incendio, la destruyó hasta las ruinas. Y después vino la tormenta y se llevó el techo, un temporal. Así que, era una escuela también perdida y a mí me gusta, obviamente, estamos acá con los chiquitos, las chiquitas del jardín de infantes, con sus familias, pero no puedo dejar de decirlo, ahí estábamos recuperando dos escuelas y había también obra parada, como hay en toda la provincia del Gobierno nacional, particularmente de educación. Digo, una escuela que se había quemado, que si uno adopta esa muletilla tan sencilla de decir, ‘no hay plata’, ¿no? Porque uno dice, ‘bueno, capaz quiere decir algo’, no quiere decir nada. Están pidiendo 20.000 millones de dólares, plata hay a montones, el problema es para qué se usa. Ahora decir, ‘no hay plata’, es como una especie de decir, ‘arreglate solo’ o ‘no me molestes’ o ‘no me preocupa’. Entonces, si había una escuela quemada y, bueno, ‘no hay plata’ era una forma muy sencilla de sacarse la cuestión de encima.

Yo creo que hay que empezar a pensar en estas cosas, porque hoy acá vamos a estar también inaugurando hoy este jardín de infantes, vamos a estar entregando una ambulancia de última generación, de alta complejidad. La ambulancia también, obviamente, sale como 160, Alexia, 170 millones de pesos. Son inversiones muy grandes, muy importantes que están arriba de la posibilidad de un municipio. Pero bueno, claro, sin el municipio no se puede hacer.

A nosotros nos pasa que hay muchas cosas arriba de las posibilidades de la Provincia, lo que pasa es que cuando miramos para arriba la verdad que no hay nada, hay indiferencia, hay a veces insulto, hay enojo, hay maltrato, pero no hay inversión, no hay obra. Por eso yo tomo tus palabras, porque esto también estaba quemado, tuvieron que arreglarse mientras tanto la comunidad académica, bueno Laura, las familias, todos con la incomodidad que significa, y con el dolor y la dificultad de ver si eso se va a recuperar. Es algo perdido que hay que recuperar.

Yo decía, es muy emotivo, muy lindo porque creo que además de estar inaugurando hoy este jardín de infantes, que quiero decir quedó precioso, le reemplazaron las aberturas, está todo equipado de nuevo y uno dice, conociendo como me toca a mí el sistema educativo provincial, el de la Ciudad de Buenos Aires, el público y el privado, digo este jardín en Lincoln no tiene nada que envidiarle a un jardín privado de los más caros de cualquier lado.

¿Y eso qué? ¿Y eso qué es, un despilfarro, es un lujo? No, es lo que corresponde. Es lo que corresponde. A nosotros nos enseñaron muy bien y ahora, que estamos lamentando la muerte del Papa Francisco, nos viene todo el tiempo a la cabeza, que primero están los pibes y las pibas, así que no hay dinero mejor gastado que el que se gasta y se invierte en educación, en salud, en producción y en trabajo. Esto es una escuela, un jardín de infantes, esto es el futuro de estos chiquitos que necesitamos que piensen en grande.

Y aprovecho para decirlo, lo digo con respeto, ahora vamos a ir también a entregar escrituras, vamos a entregar algunos patrulleros, también acá en Lincoln educación, salud, seguridad, las cosas que tenemos que hacer en un contexto muy complejo, muy complicado, en un contexto muy desfavorable a escala mundial, pero también en la Argentina, donde nos dicen enormes mentiras. Nos dicen enormes mentiras, nos dicen que la educación pública es un despilfarro, es un gasto de más, que lo que debería resolver esto es el mercado, la mano invisible del mercado, la empresa privada. Yo me pregunto, ¿cuántos prestadores de salud, cuántos prestadores de educación privados puede haber en localidades como Lincoln? Y la verdad que vale la pena reflexionar, porque hay mucha gente que eligió esa opción y que hoy se va dando cuenta lo que significa. Por eso decía, nosotros tenemos 1.000 obras paradas, yo inauguraba escuelas mientras las otras no se van a inaugurar porque ni siquiera podemos intervenirlas. El dolor que eso significa, la frustración, el techo que te pone.

Y yo decía, cuando nos dicen que todo tiene que resolverlo el mercado, los privados, la verdad que muy respetuosamente yo quiero decir que eso es mentira, que eso es un verso, que eso es una estafa, que eso es una estafa. Porque cuando uno recorre la provincia de Buenos Aires en 85, 90 distritos el único prestador que hay de salud es el Estado. El único prestador de salud que hay es el Estado. Y eso no es porque el intendente, que ni siquiera es de mi signo político, prohíba que vengan los privados a abrir hospitales, clínicas, Los Arcos o que abran colegios privados, jardines privados, no es una prohibición, no es que el Estado le pone la bota encima, es que no es negocio, es que no es rentable, es que por la cantidad de población, por su poder adquisitivo, no hay posibilidad de generar una inversión que genere un beneficio y un retorno. Y entonces, ¿el privado qué hace? Si va a invertir y perder no invierte. No está mal, pero funciona así, creo que es muy fácil de entender.

Entonces, ¿qué hacemos si privatizamos todo, desinvertimos todo, paramos todas las obras? ¿Qué hacemos? ¿Qué va a pasar como resultado? No va a haber salud, no va a haber educación.

Como en algún momento privatizaron el tren, dejó de haber el tren y entonces pueblos que se vuelven pueblos fantasma, no se puede vivir así y no va a venir ningún privado porque el que lo puede pagar. Miren, Lo quiero decir con todas las letras, una prepaga en Capital, en el AMBA sale 300, 400, 500, 600 lucas por mes. Un colegio privado, 400 lucas por mes. No lo puede pagar la gran mayoría de la población de la provincia de Buenos Aires.

Entonces, no es que estamos haciendo un capricho, no que no queremos pelear con nadie, es una convicción, una seguridad, una certeza que tenemos. Sin educación pública se quedan todos afuera, sin salud pública se quedan todos afuera. Es muy despiadado, es muy cruel y es muy feo ver cómo desde el Gobierno nacional nada. Nada, paran todo, no ponen nada y se llevan lo que había.

Y la verdad que yo quiero terminar esta intervención diciendo simplemente que en el Gobierno de la provincia de Buenos Aires también fuimos a elecciones, vamos a ir ahora y nosotros dijimos, ‘bueno, viene la derecha o los derechos, y hay que decidir’.

Y dijimos también más salud pública, educación pública, seguridad. Y bueno, acá estamos hoy, nos quieren fundir a todas las provincias, acá estamos hoy: educación pública, salud pública, seguridad, Estado presente. Haciendo un esfuerzo grandísimo y creo que esto tiene que interpelarnos a todos.

Estoy siendo muy respetuoso porque estamos en una institución educativa, pero de la misma manera digo, como dijo el Intendente, sin educación pública, sin justicia social, no hay libertad.

Entonces, yo agradezco mucho el acompañamiento. Le quiero agradecer al Intendente, a la dirigencia política porque son momentos de abrir la cabeza, de derribar prejuicios, de defender la democracia, defender la industria nacional, la producción nacional, de defender el federalismo, de defender a nuestra Provincia, de defender el futuro de nuestros pibes y pibas. Así que bueno, por eso vamos, gracias.