Inauguración del Espacio Jauretche en la Casa de la Provincia
Buenos días, buenas tardes. En primer lugar, agradecerle a todos los que se acercaron, este es un evento importante para nosotros. La verdad que el 25 de Mayo estábamos viendo si había pacto, acto, o algo y no sabíamos si podíamos conmemorar los 50 años de Jauretche, así que lo dejamos para esta semana. Al final no hubo ni pacto, ni acto, hubo una vergüenza y un papelón. Pero, bueno, me parece que valió la pena sostener este encuentro hoy, sostenerlo en la Casa de la provincia de Buenos Aires.
Quería agradecerle también a Cristina, al Cuervo, a Kato, a Juan, por supuesto, a la Inca, a Marcelo, por participar de este panel. Y yo también voy a ser breve, porque me demoré por lo del camión este que se cayó. Así que se nos retrasó un poco el cronograma de hoy.
Primero, muy acertado, Cris, que en este panel se abordarán diferentes perspectivas, diferentes costados, diferentes aspectos de la obra de Jauretche y de la persona Jauretche ¿no?, del político Jauretche. Me parece muy acertado porque es difícil resumir o encasillar a Jauretche en una sola categoría. Así que, hablar sobre Jauretche, a lo que ya todo el mundo sabía, se le agregó esta suerte de descubrimiento que uno había pasado por alto, lo de presidente del Banco de la Provincia, porque además fue una presidencia también marcada por la gobernación de Mercante, que luego entra en varios conflictos.
Así que yo primero aprovechar también para tomar lo de Juan, que hay que seguir trabajando, difundiendo el pensamiento de Jauretche, pero también lo de Marcelo, que es que hay que homenajear y darle su lugar a Mercante en la historia de la Provincia, porque fue un hombre que por varias cuestiones que tuvieron que ver también con la evolución política. Yo desde que soy gobernador, debería decir un poco antes, me dedico a leer biografías -que era un género que odiaba- pero la verdad que estando en un lugar, en un sillón, en un puesto, en una función que tiene tanta historia y tanta prosapia y tantos antecedentes, vengo leyendo mucho de biografías de gobernadores. Me parece que, no sé si por una cuestión de brevedad yo agregaría a esa lista por supuesto que a Dorrego, de gobernadores que hay que… pero, bueno, es muy larga.
Y el último casillero, me parece que no puedo ni abordar la comparación, pero sí quiero decir que hay mucho de Mercante y mucho de Jauretche en nuestra gestión. Así que por lo menos, no sé si estar a la altura, pero recordarlos, honrarlos y homenajearlos desde el mejor lugar, que es con los hechos, ¿no? con las políticas.
A veces se ha tratado de distinguir entre política y gestión, ¿no? hablando de Jauretche y sus varios papeles, bueno, en este caso es política, literatura, batalla cultural, lo llamó la Inca, y gestión. Y yo insisto en que es muy difícil separar una cosa de la otra, me parece que es muy difícil pensar que puede haber política sin gestión o gestión sin política, sobre todo siendo oficialismo.
Ahora, claramente, si todos decimos que hacemos política para transformar la realidad, bueno, yo creo que también Néstor y Cristina después de una época de mucho desprecio sobre el papel del Estado, la potencia del Estado, la capacidad del Estado, como territorio de lucha, de disputa, ¿no? porque el Estado, también hay mucho para hablar de la teoría del Estado, pero lo que quedó muy claro es que después de los noventa, que esto no sé si es un revival, pero tiene un sabor o un aroma a noventa, aparecen los personajes estos, vuelven a importunarnos los mismos de siempre y los que pasaron por esa experiencia, pero creo que después de los noventa, donde hubo, en los noventa, un desprecio muy grande, ¿no? creo que además una sacralización de un papel del Estado como instrumento de opresión, como instrumento de dominación, el Estado como un instrumento unilateralmente de ajuste, el Estado como decía Marx, ¿no? Esto sale en La Nación mañana seguro, esto ya me lo aseguré, pero que decía ‘la junta de negocios de la clase burguesa en su conjunto’, una caracterización del Estado como un instrumento de los sectores dominantes, de los sectores de poder, del poder económico.
Yo creo que algo que aprendimos, por lo menos mi generación, aprendió con Néstor y Cristina es que el Estado es, para empezar, un territorio de disputa y de lucha, y en segundo lugar, un instrumento de transformación de la sociedad. Me parece que esa enseñanza es no menor, es no menor en el marco de esas discusiones, en el marco histórico, pero sobre todo creo que esa enseñanza es un imperativo para quienes estamos en el Estado.
No se trata de mirar al Estado como una burocracia, como las dificultades que evidentemente tiene, sino emplear al Estado para transformar la realidad. Ese aprendizaje me parece que forjó a nuestra generación que le tenía al Estado una suerte de, lo miraba como un instrumento de opresión.
Creo que al comprender que no, que teníamos que usar al Estado y, a través de la gestión, hacer lo que creemos que hacemos desde la política, que es transformarle la vida a la gente, creo que quedó saldada en la práctica, como terminan siendo las respuestas a las grandes discusiones, ese dilema.
¿Qué vendría a ser esto? ¿Para qué digo esto? Y bueno, porque Jauretche en la gestión del Banco puso en práctica lo que decía en sus escritos, lo que sostuvo toda la vida, y me parece que en ese sentido es un enorme ejemplo para nosotros. Yo puedo mencionar que el Banco está entre los primeros en el crédito a los pequeños productores, en el crédito productivo a las Pymes, a la producción y a la industria. Y también del otro lado, esto lo deben conocer, con la Cuenta DNI facilita, dinamiza el consumo y acompaña a la sociedad. O sea que creo que Juan, lo hiciste.
Después algunos comentarios sobre Jauretche en otros aspectos, ¿no? porque como decía recién es muy difícil hablar de un Jauretche.
Me parece que, en primer lugar, lo que hay que destacar es el olvido al que fue condenado, ¿no? porque no es que fue un producto natural, sino como buena parte de la teoría, de las discusiones, de la literatura proveniente del peronismo, fue directamente proscrita, perseguidos sus autores. Así que lo de Jauretche, o que Jauretche no se estudie, no sé porque yo sociales y económicas hasta ahí llego, pero no es un autor muy protagónico. Y bueno, particularmente en economía, ¿no? Jauretche es un, la verdad, que un autor sobre la historia económica argentina.
De hecho, uno, El Medio Pelo en la Sociedad Argentina es un libro de historia económica, además de muchas cosas más, pero es un libro de la historia económica argentina digno de, no sólo de destacarlo, sino también de lectura obligatoria. Y en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, al menos, está a 100.000 kilómetros de los programas de estudio. Jauretche, sus textos, su, bueno, su figura, todo, todo.
O sea que hay algo que hace Jauretche que me parece muy interesante e importante para destacar en los 50 años, que es romper con esa mitología de que el peronismo no ha producido históricamente conocimiento, ¿no? Y tal vez por algunos elementos de los que mencionaba la Inca recién, que el modo de transmitir ese conocimiento, de plasmarlo, de expresarlo, tiene una mezcla genérica, de géneros ¿no?, que no lo convierte estrictamente en un libro de facultad. Porque es un libro donde obviamente está presente lo satírico, está presente el habla popular, qué se yo, en algunos momentos parece medio Mordisquito como plantea Jauretche.
Y me parece que ahí hay una cuestión también importante, de la presunta separación entre la ciencia elevada y con sus rituales y el conocimiento popular, que Jauretche también rompe en la práctica. Jauretche hace una obra que no sólo es muy atractiva en su lectura, sino que evidentemente está dirigida, por eso está bien lo de Martín Fierro, lo de José Hernández, de hecho en el prólogo sobre el Paso de los Libres de Borges, habla de Ascázubi, La Gauchesca, ¿no? O sea que es un tipo que viene, que tiene una escritura, que tiene un manejo del lenguaje y una capacidad de transmisión realmente, dicho desde acá, envidiable. Tremendo. Tremendo.
Pero, que bueno, al romper, la idea es esta, al romper tal vez ese lenguaje más académico, ese lenguaje más críptico, ese lenguaje más presuntamente elevado, bueno, no se presta tanto para considerarlo como lo que es, que es producto de largas investigaciones, del grupo FORJA, y todo ese sector, y es parte constitutiva de la forma de ver la Argentina de manera revisionista, si se lo pondría hoy más o menos así, por fuera de la tradición liberal, pero de ver la Argentina de una mirada peronista, que falta en todos lados.
Eso es importante destacar. Yo creo que eso también Néstor y Cristina, porque me parece que una de las cuestiones que se había establecido como zoncera, como zoncera, es que entre el peronismo y la ciencia o el saber, había una distancia. Esto de ‘alpargatas sí, libros no’, etcétera, todas … increíbles. Bueno, estamos en una reunión jauretcheana, así que ¿qué voy a decir, qué voy a decir?
Pero donde se trató de establecer como una distancia o una mirada donde el peronismo no produjo ni conocimiento, ni pensadores, yo diría casi ni literatura. Y, bueno, y lo que pasó básicamente es que después de la Libertadora, el peronismo digo en su versión del primer y segundo gobierno de Perón, del primer peronismo, bueno, cuando se empezó a observar que había algo de eso, se lo persiguió, se lo proscribió, se lo asesinó.
Entonces, cuando uno lee también autores de diferentes tradiciones o diferentes géneros que provienen del peronismo, siempre se encuentran las mil dificultades que tuvieron que atravesar, exilios, qué se yo. El otro día, creo que sobre Aurora Venturini, pero cualquiera, cualquiera de estos autores y creadores del peronismo.
Entonces, a mí me parece que la ruptura de esta idea, de la sacralización del conocimiento y de formas un poco anacrónicas, a veces elevadas, entre comillas, de escritura que alejan al pueblo del conocimiento, bueno, esto es lo que rompió Jauretche. Me parece que ahí tenemos una clave, lo que decía Juan.
Y tampoco llama la atención, volviendo a algunos elementos históricos, que en el Banco de la provincia de Buenos Aires había una cátedra Jauretche, ¿no? Y que esa cátedra Jauretche obviamente fue descontinuada, fue discontinuada en 2016, en el gobierno de Vidal, que había sido establecida por Aldo Ferrer, ¿no? Otro enorme pensador de la tradición nacional y popular. Y luego fue abierta de nuevo durante la gestión de Juan.
Así que, segunda cuestión, primero teoría y praxis, o conocimiento y gestión, o política y gestión, bueno, este era uno. El otro, el problema de los modos de expresión de Jauretche, o las formas de comunicación, y su lectura desde la academia, o las dificultades de la exclusión desde la academia, más allá que, como decía recién, acá no hay una cuestión de modos de lenguaje sino una persecución, una proscripción, una cancelación del pensamiento de Jauretche en la formación académica, científica y económica, cuando la verdad que es un pensador esencial sobre la economía argentina.
Después, un tercer punto al que me quería referir, que me parece que es el central, el central, que es la actualidad del pensamiento Jauretche. Yo creo que sería algo así como la terrorífica ¿no?, la escandalosa actualidad del pensamiento de Jauretche. Porque la verdad que uno revisa, ¿qué sé yo? por decir uno, porque venía para acá revisando zonceras, y la verdad que Jauretche fracasó en esa tarea. Porque esas zonceras son parte constitutivas del pensamiento convencional, del mainstream, casi diría de sentido común actual. Uno dice ‘bueno, la madre de todas’, que mencionaba Marcelo, civilización o barbarie.
Bueno ¿quién piensa en términos de civilización y barbarie, ¿no? Parece un anacronismo. Y la verdad que si algo no es, es anacrónico. Buena parte de la discusión que tenemos hoy con el gobierno de Milei, con lo que el gobierno de Milei hoy representa, expresa, y además agremia, por fuera de estrictamente la expresión de Milei, pero todo lo que participa del gobierno actual de Milei, se puede leer en clave civilización o barbarie, ¿no? Absolutamente, es lo mismo, es la misma matriz de pensamiento, ¿no? Para decirlo así, todo lo autóctono, todo lo nacional, todo lo argentino, todo lo propio es bárbaro y todo lo extranjero, todo lo externo, no sé, con algunas variaciones demenciales, porque vos decías, bueno, está bien, los (inaudible) ¿cuál es el modelo a seguir? En algún momento, época de Jauretche, o el Paraíso Perdido, del propio Milei, de ahí del centenario, donde era la mirada de lo europeo, lo francés como lo oculto, lo elevado, lo civilizado. Luego lo norteamericano, que es más del siglo XX, bueno, pero este hombre nos quiere vender Irlanda. Nos quiere convertir en Irlanda. Tiene un atractivo, porque nadie sabe qué … pasa en Irlanda. Entonces, capaz que a alguien le vende el espejito de color, ‘podemos ser Irlanda’. Nadie sabía hasta hoy que quería ser Irlanda. Yo no quiero. No es nada contra los irlandeses, pero yo quiero ser Argentina.
Pero varios elementos, eh, varios elementos. Civilización o barbarie, unitarios y federales, otro tema que sobrevuela permanentemente el pensamiento de Jauretche, en varios escritos, pero bueno, Zonceras es prácticamente, voy a decir una herejía, es un libro de tuits, ¿no? Zonceras cabe en un hilo de tuits, cada una de las zonceras. Podría ser.
Y la verdad que, cuando uno transita por las redes, termina extrañando a Jauretche porque hay… Inca, yo te sigo en las redes, pero la verdad que lo de Jauretche es formidable, es una carillita sobre temas muy profundos donde pasa, hay que revisitar Zonceras, hay que revisitar El Medio Pelo, hay que revisitar El Plan Prebisch. Yo viniendo para acá leía El Plan Prebisch y me decía para mí, el nombre está mal, debería llamarse La Ley Bases. Si uno reemplaza el título, no hay elemento que esté por fuera de esa misma corriente de pensamiento en la crítica de Jauretche al plan Prebisch, al plan de la Libertadora.
Y la verdad que, bueno, Los Profetas del Odio, La Yapa, ¿no? Bueno, todos textos que tienen enorme actualidad, por eso digo, este es el final. Creo que esta no es una reunión, un homenaje donde tengamos que decir ‘che, qué interesante el trabajo de arqueología, o histórico de leer a Jauretche’, sino que tiene una tremenda actualidad. Que además su capacidad, no sólo literaria porque la verdad que eso es un placer, hay que decir y reconocer que el Facundo de Sarmiento también es un texto literariamente, hay piezas políticas con un valor literario inmenso en la tradición argentina, pero en un momento empezó a haber, con honrosas excepciones, pero empezó a haber como un deterioro en ese sentido. Y sobre todo también, por la separación entre lo que es un artículo de diario, lo que es un paper académico, lo que es un discurso político. Y esa separación, la verdad que perdimos en esa separación. Yo creo que es una estrategia, voy a decir algo, imperial, ¿no? someternos a determinados formatos que muchas veces, básicamente, condicionan no sólo cómo sino qué y con qué profundidad decirlo.
En Jauretche, por eso, tenemos todos estos componentes. Son textos la verdad que literariamente o estéticamente hermosos. Son textos muy profundos, son textos de fácil lectura. Son de otra época pero más o menos, no son de otra época, la verdad que lo que habitualmente leemos suele ser anterior a Jauretche, así que no es de otra época. Es tremendamente actual por donde se lo mire.
Así que la verdad que hay una tarea importantísima pendiente, sí, de rescatarlo a Jauretche de ese olvido o de esa reclusión a la que lo condenaron, de manera absolutamente no inocente. No es que no leemos a Jauretche porque quedó viejo, o no leemos a Jauretche porque fue refutado o no leemos a Jauretche porque es antiguo. No leemos a Jauretche porque a Jauretche lo persiguieron, lo prohibieron, lo retiraron y lo sacaron de lo que es el canon, el canon convencional.
Y ahí se me quedó algo rondando, por lo que decía Juan, de los programas de formación de los economistas ¿no? Que con economía, a diferencia tal vez de otras ciencias sociales, más allá de que a la economía algunos no la conciben como ciencia social, porque quieren hacer otra cosa, otro tipo de experimento. Ahí hay algo muy lindo que hace Jauretche, que muchas veces es en las zonceras para destruirlas o para refutarlas, mostrar que se asemejan comportamiento sociales a comportamientos animales, o cuestiones de ese tipo y que entonces penetran fácilmente. Como si el argumento o darwiniano o etológico, alcanzara para explicar un comportamiento cultural o social.
Pero me parece que lo más destacable de Jauretche es esto, es su aterradora actualidad. Que leer Jauretche, lamentablemente, leer El Plan Prebisch, Zonceras, El Medio Pelo, de ninguna manera remiten a un pasado lejano. Tampoco en la época en la que escribió Zonceras se estaba discutiendo sobre el Facundo ni se estaba discutiendo específicamente a Rosas. Simplemente que era un pensamiento profundo, de raíz histórica, y que entonces trataba de enmarcar esas tradiciones y buscar sus mejores exponentes, que no eran, claramente, la del gorilismo y del antiperonismo de la época del propio Perón. Que era muy precario y primitivo en lo intelectual también. No había grandes autores en esa disputa. Era de otro tipo la disputa y lo fue todavía menos con las dictaduras posteriores y eso siguió en un franco deterioro.
O sea que, básicamente, yo creo que esto, además de un encuentro y un homenaje, nos deja una tarea que no es tan difícil, que no es tan difícil. Porque no se trata de ni siquiera, no es la única, pero esta no es tan difícil, no se trata de elaborar texto, pensamiento. Se trata de persuadir, convencer y empujar para que se lea a Jauretche hoy, para que se vuelva a leer a Jauretche, para que se visite de nuevo a Jauretche.
Y la verdad, había varios diputados, se tuvieron que retirar porque ahora tenían actividad en el Congreso algunos, otros no, acá hay dos, sí, pero alguno se retiró, tres, tres, estoy sin anteojos, olvídense, sí, todos se lo atribuyen a algún tipo de mala onda pero no, estoy sin anteojos, no veo ni el televisor.
Así que lo que digo es que, si uno quiere inspiración para discutir el DNU, la Ley Bases, el proyecto educativo del gobierno de Milei, el proyecto político, RIGI y bueno, la verdad que ya está escrito buena parte de lo que necesitamos y es Jauretche.