Jornada “Derecho al Desarrollo” en la Universidad Nacional de La Plata

Buenas tardes a todos y a todas, primero agradecerte, Andrea y a Flor, en su doble o triple rol acá. Agradecerle a Julio, también hoy con Flor y con Julio, con Julio un rato más, también con Estela estuvimos recorriendo diferentes obras que estamos llevando adelante acá en la ciudad de La Plata. Solo hoy estuvimos allá por.. decía Julio que es una zona que es demasiado grande para ponerle un nombre, son varios barrios pero tiene que ver con las obras que llevamos adelante para concluir lo que empezamos con el Arroyo El Gato.

Quiero decirlo porque hubo una suerte de polémica después de la inundación trágica del 2013, esta es una ciudad que tiene características por sus costas, porque está sobre una planicie, por varias cuestiones donde es necesario realizar trabajos importantes vinculados al drenaje del agua ¿no? Eso era naturalmente así, más todavía, y como ocurrió en los últimos años sin ningún tipo de control y por un apego a los negocios inmobiliarios siguieron expandiendo la ciudad sin una planificación, sin una lógica, ni ambiental, ni de infraestructura.

Así que bueno, ahí por la zona de Los Hornos estuvimos viendo lo que son las obras que van a permitir drenar, más o menos, el agua para 250.000 personas de La Plata. Decía esto porque la verdad que hoy recordábamos cómo se inició después de la trágica inundación, la obra del Arroyo del Gato. Es una obra que al ser estructural, al ser tan costosa, y al tratarse de cuestiones hidráulicas, son esas obras que son difíciles de hacer, que se postergan, que son muy incómodas desde el punto de vista ciudadano, que además requiere mucha plata, que tarda mucho tiempo y que van enterradas. Típica obra que en general se posterga y no se hace.

Por eso, yo quería hoy, que estuvimos por ahí, pero adelante de ustedes decir que después de 2013 hubo una tarea, de la que lateralmente y humildemente participé, porque era una obra de 1.700 millones de dólares que requería un financiamiento, no ya que excede a un municipio por supuesto, ni siquiera una provincia. Piensen que el Canal Magdalena, para tomar proporción serán 200 millones de dólares. O sea, que estamos hablando de una obra estructura inmensa, histórica, que no se había hecho durante mucho tiempo. Fuimos en aquel momento -también lo veo a Pablo López que era secretario de Hacienda- fuimos a FONPLATA, un organismo multilateral, un organismo multinacional y conseguimos el crédito de 1.700 millones de dólares.

La obra se inicia durante el gobierno de Cristina, se avanza hasta el año 2015, luego continúa en el gobierno siguiente, no logran ni siquiera terminarla con el financiamiento anterior. Fue empezada en aquel gobierno de Cristina y terminada ahora desde la provincia de Buenos Aires en el gobierno actual. No, digo, porque hubo algunas distracciones y algunas confusiones. Anduvo Macri por acá, como decimos, saludando con gorra ajena, así que había que dejarlo en claro. Esta es la segunda etapa que tiene que ver, de nuevo, con aliviar y bajar los riesgos en la ciudad. Así que, es una obra muy importante, 5 mil millones de pesos. Después en barrio Jardín 1 y 2, otra obra de mil millones de pesos que viene a complementar una de las obras estructurales más importantes acá en La Plata, que es la planta purificadora de agua. La planta que se está instalando en Ensenada, la recorro a menudo porque está ahí en Punta Lara. Una obra que está en deuda, bueno, no desde los tiempos de Perón, Perón hizo una pero, me decía Julio que cuándo él fue intendente teníamos 600 mil habitantes en la capital. Ahora tenemos más de 800 mil, por lo tanto la ciudad creció muy fuerte y es una ciudad que está con estos problemas, todavía, de inundaciones, está con problemas también de agua potable, está con problemas de cloacas.

Ustedes saben que vuelca sobre el río porque ya no da abasto, así que requiere muchísima, pero muchísima inversión en estas obras, digo, que en general se postergan y que hoy más allá de que estamos por la segunda etapa, que ya hemos hechos los proyectos para la etapa tres, lo que tengo que decir es que La Plata no es cualquier ciudad, lo digo porque lo dije antes de asumir -todavía no era como soy ahora un vecino de La Plata- pero digo que La Plata sufrió una época demasiado larga de mucho desprecio, de mucho desprecio. Porque esta obra hidráulica, después lo de la 520, la bajada, la bajada para el otro lado, para el puerto. Ya el proyecto para culminar la Ruta 6 y que entre por la 90 ¿No, Julio? Que entre por la 90.

Bueno, son muchos proyectos pero repito tienen un solo objetivo que tiene que ver con lo que vamos a hablar hoy, por eso empiezo por acá, no de demagogo, no por estar en la universidad, sino que es algo que venimos haciendo en múltiples aspectos. Tiene que ver con la provincia de Buenos Aires. Imagínense que somos la provincia más grande en volumen de población, la que tiene la proporción más importante de la producción argentina. Somos una provincia que representa el cincuenta y pico por ciento, el 52% de la producción industrial. Representa también la primer, somos la primer provincia agropecuaria, tenemos actividad también hidrocarburífera, ahora con la posibilidad del petróleo, tenemos también actividad minera. Somos una provincia productiva, somos la locomotora productiva de la Argentina, la provincia de Buenos Aires. Y sin embargo tiene una capital que está postergada y abandonada.

La Plata no es cualquier ciudad, lo decía hoy, lo entiendo así. Me parece que a tal punto se perdió está noción de capital de la provincia que, no digo por la cuestión de vivir o no en La Plata, digo porque el gobierno, durante la época donde gobernaron Macri y Vidal, ni siquiera funcionaba acá en Casa de Gobierno, además de estar abandonado, yo siempre decía, esta es la provincia ¿se dice, no? más poderosa de la Argentina, y uno recorría cualquier provincia argentina y su Casa de Gobierno es un emblema. Es un emblema no sólo del poder político que representa sino también un emblema histórico, cultural, una representación. Si tenemos la Casa de Gobierno que le crecían helechos en las paredes, que estaba toda sucia, imagínense de ahí para atrás toda la infraestructura estatal, todo lo que representa el gobierno de la provincia en un estado de abandono, postergación y creo yo, porque quiero terminar con esto y por eso empiezo por acá, que muy difícil colocar en otro lugar a la provincia de Buenos Aires sino empezamos también por recalcar el hecho de que la capital de la provincia de Buenos Aires es la ciudad de La Plata, que la provincia no se puede manejar por control remoto, menos todavía subordinar a intereses y a factores que están en la ciudad de Buenos Aires.

Hoy no me quiero poner especialmente, especialmente confrontativo con lo porteño ¿no? No quiero hacerlo. Pero me parece que es sencillo ver que lo que representa la provincia de Buenos Aires tiene una distancia muy grande con lo que representa la Capital Federal. En términos de muchas cuestiones, y de nuevo, para no generar falsos antagonismos ni nada, porque además creo que sobre esto se pueden decir un montón de pavadas, pero creo sí que la provincia de Buenos Aires tiene una identidad vinculada a la producción y al trabajo, tiene una identidad vinculada a lo fabril y también a lo rural y es completamente ajeno a lo que ocurre en la ciudad de Buenos Aires. Así que es por eso que empiezo por acá.

Debemos reflexionar y estas jornadas, ahora voy a hacer un repaso, pero debemos reflexionar un poco sobre el papel, el rol que desempeña la PBA en el concierto de las demás provincias, en la política nacional creo que se la banaliza mucho a la PBA. Cuando se habla de la PBA, se habla de la madre de todas las batallas, como si las cuestiones de la PBA se dirimieran una vez cada 2 años, o cada 4 años, por la cantidad de votos que hay en el padrón de la PBA. Me parece que el liderazgo que tiene que tener la provincia, pasa absolutamente por otro lugar. Más allá de su importancia electoral, más allá de la relevancia que tenemos en términos poblacionales, creo que hace falta pensar un poco más profundamente, con perspectiva histórica, con perspectiva política, cuál es el rol y el papel de nuestra Provincia. Y en ese sentido hay una definición que me parece importante hacer, lo dije desde el comienzo con esta cuestión de la identidad de la PBA.

Yo creo, no con problema de identidad, con Florencia desde el Instituto Cultural lo venimos hablando hace mucho, pero si con la necesidad de redefinir y actualizar la identidad de la PBA. En ese sentido, en ese sentido creo que hay una primera discusión y una primera cuestión definicional que hace al proyecto político para la provincia y que tiene que ver con estas charlas, este ciclo de derecho a, ¿no? Y yo creo que esa primera definición es la siguiente. El país suele dividirse en la capital y el interior ¿no?. Y ahí surge la incógnita sobre la PBA. Porque están las provincias que son el interior, y la Capital Federal que bueno, es el centro. Esta discusión viene desde tiempos inveterados, digamos que la propia discusión entre unitarios y federales, la conformación, la génesis, la creación de nuestra patria tiene que ver con cómo articular estas dos cuestiones. Pero ahí, la PBA estaba en un no lugar, en un no lugar. Y tiene que ver también con la cuestión de la identidad, ¿no? Porque no es la capital nacional, de hecho la capital es territorio bonaerense, nosotros no hemos cedido el territorio que hoy ocupa la Capital Federal, sino que fue un arreglo de federalización en el marco de las batallas históricas que forjaron la unidad nacional, pero lo que quiero decir es que la capital es la capital y después las provincias, son el interior. ¿Qué es la PBA? Y ahí yo creo que el punto de partida para esta construcción y para esta construcción a futuro, es decir algo que aparece también un mero, un mero juego de palabras, pero para mí es central en la concepción y en la comprensión de qué provincia queremos, por lo menos quienes gobernamos hoy la PBA y es que la PBA hay que considerarla como parte del interior de la Argentina. Nosotros somos parte del interior federal de la República Argentina; y estamos en pie de igualdad con el resto de las provincias, no estamos ni por encima ni somos distintos. Estamos en pie de igualdad por más que la complejidad, la heterogeneidad, el tamaño nos ponga en una situación particular y la cercanía a todo lo que concentra en lo económico, en lo político y lo histórico la capital del país. Pero si me parece que el punto de partida es que Buenos Aires es parte del interior. Yo me siento cómodo con esa explicación y me parece que a partir de ese momento y a partir de ese mojón se puede construir una nueva identidad de nuestra provincia que no parta de la superioridad, no parta de la diferencia, sino que parta también, de una profunda idea de un país federal del que formamos parte.

Luego, hablar de este ciclo y algunas cuestiones. Primero me voy a referir al ciclo. El ciclo es una idea que tuvimos allá por principio de año, creo que empezamos en abril… A ver, el 17 de abril hicimos la primera reunión. Sabíamos que este año íbamos a tener un año de campaña. Y como es habitual durante los años donde hay elecciones, parece que hay un estado de discusión general, hay polémicas, hay peleas, hay confrontaciones, pero el riesgo que veíamos, era que en este fragor de la batalla electoral se perdieran algunas discusiones para nosotros muy importantes y definicionales. Como bien dice Carli, tanto para explicar, catalogar, referenciar a todo lo que se ha hecho, como y especialmente para dar una perspectiva de camino a lo que tenemos que hacer. Así que nos planteamos esta idea primero desde la perspectiva de los derechos, ¿no? No organizamos ni estas jornadas ni tampoco organizamos la publicidad ni tampoco la folletería, ni tampoco las discusiones sobre lo que hace el gobierno provincial en la típica clasificación de ministerios o de áreas de gobierno. No quisimos decir, bueno en tal ministerio hicimos tal cosa, en tal ministerio hicimos tal otra, hicimos tantas cosas; sino que la idea era tomarlo desde la perspectiva de los derechos, hablar desde la perspectiva de los derechos. Entonces, ordenar la tarea del gobierno desde una perspectiva de derechos que nosotros creemos que están consagrados y derechos que deben ampliarse. Y nuevos derechos, de alguna manera, si., nuevos derechos, no porque sean nuevos, sino porque se han formado, se han convertido en cuestiones de discusión pública, en tarea política, como los derechos específicos de igualdad de las mujeres, que bueno, por primera vez Estela nos acompaña, tenemos un ministerio de las mujeres en la Provincia de Buenos Aires… Pero de nuevo, no tenemos ministerios porque está bueno burocráticamente clasificar las acciones de gobierno en programas por esas típicas clasificaciones, sino también y especialmente mirarlo desde la perspectiva de los derechos que queremos proteger, derechos que queremos proteger, y, al mismo tiempo, derechos que necesitamos ampliar. Es por eso que aun en plena campaña electoral seguimos con estas jornadas que seguimos al principio, ordenadas por derecho a la salud, derecho al arraigo, derecho a la producción, derecho a la educación, derecho a disfrutar, esta fue en Mar del Plata, derecho a la soberanía, derecho al desarrollo energético, a la ciencia y universidad pública y gratuita, hoy derecho al desarrollo que es un poco una síntesis, y nos falta una de derecho al hogar y a la vivienda. Fíjense que los nombres no son tan convencionales por esto, porque es un poco transversal a todas las políticas. Esta lista que hice no es exhaustiva, pero son derechos que hay que defender desde todos los ministerios. Y tiene que ver también con una concepción del gobierno, no como compartimentos estancos, no con tareas focalizadas a determinada problemática, a determinada demanda, a determinado grupo, a determinada audiencia, sino más bien una visión integral de lo que debe hacer el gobierno. No tiene sentido que nosotros el derecho a la salud se lo entreguemos al equipo de Nico Kreplak y se ocupen del derecho a la salud, porque si lo vemos como derecho, no como política, batería de políticas o programas, entonces el derecho a la salud es algo que hay que garantizar desde las escuelas, hay que garantizar desde las cárceles, hay que garantizar desde la cultura… Es decir que se empiezan a convertir en políticas transversales, en metas colectivas, y en acciones cotidianas vinculadas a una batería de cuestiones. Siempre ha sido muy difícil, no voy a hablar mucho de organización, de organigrama de gobierno, pero siempre ha sido muy difícil esto de coordinar entre los ministerios, de abordar políticas que atañen a varias dependencias ¿no?. Y nosotros creo que hemos hecho una experiencia muy pero muy importante en muchas materias. Tomo lo del Plan Qunita, por ejemplo, porque hoy que estábamos hablando un poco de la cuestión penitenciaria, me acordaba cuando empezamos a hablar del Plan Qunita. El Plan Qunita, ustedes saben, esta es Qunita Bonaerense; el Plan Qunita es ese plan famoso que lanzó Crisitna, tan importante, tan relevante, y con el que se ensañaron de una forma como solo lo sabe hacer la derecha. A veces se la agarran con las cosas más simples y más básicas y creo que aunque da un poco de bronca porque es por la negativa, también a veces a mí me da satisfacción, ¿no? Como cuando se la agarraron con los viajes de egresados. Pensaron que era una forma de entrarnos. Dijeron por todos lados ¿en qué gastan la plata?, hoy lo tienen es una política consagrada, como las universidades en el interior de la PBA. Parece que nos ganan y si uno se acobarda o se asusta o está en la retranca, ¿no?; porque lo atacan de todos lados, dicen esto y tratan de generar indignación, entonces tal vez con esa peligrosa manía que tienen algunos dirigentes de todos los espacios, de guiarse por una agenda que no es la del pueblo, entonces bueno, te dan por todos lados y decís y bueno, en esta la escondo, no la digo, no la hago o lo hago disimuladamente, ya no lo puedo parar. Entonces, creo que eso tiene que ver con convicciones también; tiene que ver con estar en sintonía. Por eso, recuerdo cuando empezaron con lo de los viajes de egresados que me decían: ´no, bueno lo de los viajes de egresados ya lo mataron, dijeron que es horrible´ y yo creo que, no sé, son una de esas cosas que uno no tiene que pensar a hablar, ni que explicar.

Uno dice viaje de egresados gratis y la gente aplaude en toda la PBA, todos los sectores sociales, todas la geografías; y el Plan Qunita hablando de políticas transversales. Hay muchas, porque la cuestión de género también, pero el Plan Qunita decidimos largarlo, se acuerdan que antes Bonadío había no solo actuado contra los funcionarios responsables, que hoy creo que la gran mayoría sino todos son parte de este Gobierno, orgullosamente, pero había empezado, procesado, que ¿cómo se había hecho?, bla, bla, bla. Entonces decidimos que el Plan Qunita se iba a hacer, pero que además íbamos a doblar la apuesta. No solo se iba a hacer, sino que se iba a producir en una fábrica en el interior del Servicio Penitenciario. La primera fábrica al interior de una cárcel de la Argentina produce la Qunita bonaerense para toda la Provincia y la verdad que esto es salud y después se armó, para contar brevemente, se armó con el Ministerio de Producción porque es una planta productiva, es fordismo, ¿no?; uno la ve y tiene carpintería, tiene pintura, tiene bueno, una serie de pasos que tienen que ver con un proceso productivo. No es un taller de artesanías al interior del Servicio Penitenciario. Es una fábrica. Y creo que también esto nos permitió después hacer un paso más, que es abrir otra fábrica, una de muebles escolares dentro de otra unidad penitenciaria; otra fábrica, una de guardapolvos para las escuelas. Pero tenemos, de nuevo, que en el Qunita, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Producción, ayudame Julio, bueno, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Salud, claro, también la parte de Cultura porque también trae un libro; el Banco Provincia. Bueno hemos hecho, Mujeres, por supuesto. Hemos hecho de estas políticas transversales, una especie ya de gimnasia, donde no hay compartimentos estancos. Por eso esto. Creo que es una clave central para obtener varios resultados, más allá de los que hemos podido obtener, más allá de las dificultades obvias que hay en la función de gobierno y en esta etapa.

Entonces el derecho a la salud, al arraigo, a la producción. Yo, ya lo hemos repasado, estas son jornadas, vuelvo a decir, donde hacemos reuniones. Yo participo en general, solamente de la mesa de cierre y me llevo no todos pero buena parte de los aplausos. Yo quiero agradecer de nuevo, porque cada una de estas jornadas es una jornada. Es decir, hay varias mesas, participan expositores, hay gente que se inscribe, se hace una discusión y la verdad que el resto de la mesa, la mía suele ser una exposición de síntesis, ¿no?, para cerrar, pero creo que lo más importante de estas jornadas pasa en las mesas previas a las de cierre. Así que muchísimas gracias. Hoy estuvo el Ministro de Economía; estuvo el Presidente del Banco Provincia; estuvo Daniela Vilar, la ministra de Ambiente; estuvo Estela; estuvo el ´Cuervo´; estuvo el compañero Roberto Salvarezza. Por una cuestión cacofónica ¿no?, de rima, Salvarezza hace dos días le caí de sorpresa en la fábrica de baterías de litio. ¿Sabés el odio que deben tener todos los que decían que YPF Argentina no iba a poder fabricar baterías de litio?, lo que costó. Así que no los veo a los gorilas, no los veo a los cipayos reconociendo el enorme esfuerzo y que esas son las cosas que solo una empresa energética de bandera, una empresa pública puede hacer porque un privado en general hace una inversión de riesgo y está asociado a otros intereses. Si decían por geopolítica que las baterías de litio solamente se van a hacer en dos o tres países, no vas a encontrar posibilidad siquiera de hacerlo en un país periférico, por más que tengas el recurso. Así que la idea, ´hagan, pongan valor agregado´ es algo fácil de decir, pero después como en todas las teorías, las teorías suelen expresar además, intereses, conflictos, esto de que la política es todo consenso, de que la receta para resolver los problemas son el diálogo y el consenso. Me permito ya que estamos disentir con eso. Me permito disentir, me permito disentir. Diálogo sí, diálogo sí; consenso no siempre. Consenso no siempre porque la verdad es que tenemos un sistema democrático, vamos a las urnas, tenemos partidos políticos, organizaciones políticas que expresan ideas distintas, no iguales. Si hubiera consensos en todo posible, no sé para qué tendríamos que dirimir en elecciones, ¿no?, porque sería un rato de charlar y después nos pondríamos todos de acuerdo. Me parece que hay miradas diferentes sobre la Argentina, que algunas de ellas parecen irreconciliables. Yo no le tengo miedo al disenso, eh. No le tengo miedo porque, no porque uno no tenga vocación de diálogo o de convencer y de expresarse, pero si es con respeto, si es sin agresión, ahí está el problema. El problema del disenso que tenemos es que en lugar de disentir, discutir, debatir y en todo caso mostrar las ideas y las propuestas, en vez de eso, el disenso lo expresa con persecución judicial, con atentados contra la vida de Cristina, y yo todavía estoy esperando, todavía estoy esperando que Bullrich, candidata a Presidenta, eh, no solo con lo del atentado de Cristina, que bueno, no creo, dudo ¿no?, lo decía Sergio Massa el otro día de que se llenan la boca. Milman todavía diputado, no lo echaron, presentó un teléfono que no era el que usó; más tramposo, más sucio que eso no se consigue. Tremendamente sucio. Pero por lo menos que si hablan de diálogo y de consenso y que pretenden resolver algo así, que no digan que su principal, sino única idea política es exterminar al que piensa distinto, ¿no?, porque parece bastante contradictorio, pero la verdad que nosotros no a la violencia política, no queremos exterminar a nadie, no perseguimos judicialmente, no queremos erradicar, echar, no queremos nada de eso. Queremos poder discutir libremente, expresarnos libremente, decir nuestras ideas, organizarnos políticamente, conquistar voluntades y ganar elecciones. Es así. Entonces, lo digo porque tiene que ver con esta cuestión de los derechos. Cuando empezamos a organizar esta jornada y organizamos la exposición de las políticas del Gobierno en derechos, no sabíamos, la verdad es que no anticipamos, esas cosas que no se anticipan.

No teníamos idea, que a esta altura, a pocos días de la elección, íbamos a estar discutiendo si existe tal cosa como los derechos. ¿Si existen los derechos? Fíjense que atrás estamos, ¿Si existen los derechos?. No es una discusión, parece una cuestión folklórica con la frase de Evita de la necesidad y los derechos, pero es mucho más profundo. Es la idea, lo escuchaba también a Milei el otro día hablando, parecía y supongo que fue así, atrás de… con un alambre en el medio. ¿No sé si lo vieron? circuló un video, que estaba hablando con un tipo que parecía productor rural o de áreas rurales no sé de qué provincia ni de qué lugar y le decía ´Bueno…´ hasta a mí me dio la impresión de que lo había votado a Milei. No lo sé, pero me parecía que lo había votado porque se lo decía no solo con respeto sino como ´Che tirame un centro, tirame una soga´ y le decía algo así, versión libre eh, ´Acá hace falta un camino´ y yo entendí que ese camino solo se puede hacer si viene alguien, un privado, y pone un peaje o encuentra un negocio. Osea que ese camino que necesitamos para que exista tiene que venir un privado, hacer la inversión y después cobrarnos. Y le decía ´Vos fijate que acá no va a venir ningún privado a hacer eso, no es negocio este camino´ fíjense, necesidad y derecho, el tipo estaba diciendo es necesario, la entrada a nuestro pueblo, a una escuela, o la entrada a un establecimiento productivo, aún a otras empresas privadas pero no da la magnitud, no da el volumen, no dan la guita, y menos todavía el ingreso y la rentabilidad para que ese camino lo haga un privado. Porque sino diría ya lo hubiera hecho, pavimentar eso es algo que ya hubiera ocurrido porque nadie lo prohibió si fuera un buen negocio. Evidentemente no era un buen negocio y acaso era un pésimo negocio hacer ese camino desde la perspectiva de la rentabilidad privada individual. Y sin embargo la gente que estaba ahí lo necesitaba, miren ahí tenemos una necesidad y la respuesta fue ´Mirá, si no hay ningún privado que esto le dé plata entonces esto no existe directamente`. Ese camino no va a existir y está muy bien que no exista porque si no hay negocio y no hay beneficio, no hay negocio, entonces no hay nada´. En donde no hay negocio no habrá nada. (Le dicen algo del público sobre Píparo) Claro, confundió un pozo con una obra, te puede pasar si nunca en tu vida viste una obra.

Pero vuelvo a lo conceptual de esto, miren que idea, recién hablamos del ´Qunita´ hablábamos de la salud, hablamos de algunas cuestiones medio superficialmente pero decíamos que está en duda si hay derechos Porque ¿qué le tendría que haber dicho esa persona al candidato? le tendría que haber dicho ´Mire esto se necesita, y por qué, por qué otro puede acceder a su pueblo´. No es que tenemos que vivir en el interior, en toda la Argentina, que nuestra constitución dice que todos son bienvenidos, que ninguno es más que otro y por qué si ninguno es más que otro, uno tiene un camino y otro no tiene un camino. La respuesta sería: el que tiene un camino es porque es negocio. Y ni siquiera, porque la mayor parte de la red ferroviaria Argentina no era negocio, vinieron acá empresas privadas porque le garantizaban una ganancia que pagaba el estado. La mayoría de las cosas que existen cuando empezaron a existir no eran negocio. Tal vez se convirtieron en negocio, caso por ejemplo del petróleo en la Argentina. Fue el estado, encontró, hizo la rutas, hizo los gasoductos, hizo los oleoductos, después vino un privado y abrió un negocio. Así que ni siquiera es contradictorio con el sector privado, ni con el interés privado el hecho de reconocer los derechos.

Por eso yo creo que estamos en un momento donde se ha retrocedido la discusión a niveles que no esperábamos, no la vimos venir. No vimos venir que íbamos a discutir si tener una escuela rural era o no un derecho de alguien que nació en zonas más despobladas, en zonas agrícolas. No vimos venir que nos iban a decir que para tener una atención de salud había que pagar siempre y si no te alcanzaba para pagar entonces no había un derecho ahí en cuestión, no había nada. Es algo preconstitucional y nuestra constitución es una constitución liberal. Pero es preconstitucional, derechos consagrados en nuestra constitución en épocas donde además gobernaban sectores más bien liberales, bueno eso ya no existe más. No existen los derechos laborales, no existen los derechos a la salud. Es muy grave, es un retroceso muy grande como sociedad, veremos a donde vamos, a donde nos lleva. Decía el otro día, porque me preguntaban sobre estas cosas, bueno cualquiera que lleve un arma y uno ve los tiroteos dentro de las escuelas en los Estados Unidos y dice ¿te parece? si, porque hay una teoría económica que dice entonces que se va a distribuir de manera eficaz, eficiente, entonces mejor que todos tengan un arma, que vendan los órganos, ¿No? si es negocio dale vendé los órganos total la libertad pasa por ahí por hacer lo que se te cante. Decía el otro día, no se ha hablado suficiente, decía ´¿Por qué le van a impedir a un pibe o a una piba con problemas suicidarse?´ Miren que tremendo. Si es su libertad, hace lo que quiere ¿Cómo me voy a meter en su vida? Estamos muy atrás, es un atributo de la derecha contemporánea, de esta ultraderecha contemporánea.

El otro día me preguntaban sobre esto y le decía que es como un terraplanismo, es como que te dicen que lo básico no es así. Pero un terraplanismo llamémoslo multidisciplinario, aplicado a todos los órdenes de la vida. Contra todo, no digo nuestros valores, nuestro ideales, nuestra doctrina, contra cuestiones re contra arraigadas. Lo que tiene de bueno Argentina tiene que ver con que incluso exponentes históricos de la derecha como Sarmiento, lo admiran a Roca. Lo admiran a Roca, uno puede cuestionar montones de cosas de Roca, pero lo que tiene que decir es que Roca y Sarmiento son la educación pública, universal, y gratuita. Nos obligan a reivindicar estas ideas porque tan atrás parece estar que se discute lo básico, lo obvio. Que alguien es libre de morirse sin atención médica. Porque si no tienen la guita en el bolsillo y si no apreció un privado que esa guita le resulte suficiente para darle ese servicio de salud que se muera, claro es libre de morirse. Es libre de ser analfabeto quien te lo puede negar, es libre de vivir en un pueblo aislado y que llegue nadie, que no entre la autobomba, es libre, cada uno es libre de hacer lo que quiere. Me encontraba el otro día un poco con la trayectoria intelectual de estos exponentes. Porque justo son economistas entonces uno que daba en épocas universitarias clases de historia del pensamiento económico, bueno la escuela esta de los Austriacos. Que vendría a ser el fundamento éste de que cada uno hace lo que quiere, cualquier cosa, sin importarle nada y si es negocio y si lo quieren entonces va a existir, sino no va a existir y perecerá todos lo demás o vaya a saber qué.

Hubo un viraje, escuché cuando Milei contaba porque se pasó, él no era austríaco, por qué se pasó a la escuela austriaca en un momento, hizo su conversión, su involución digamos. Venía ya de una escuela de pensamiento bastante de derecha, pero fue más atrás. ¿Por qué? dice él ´A mí no me hacía ruido que la escuela ortodoxa, convencional, el mainstream económico, la escuela neoliberal, neoclásica, está en contra del monopolio´ ¿Ustedes vieron que aún el pensamiento marginalista, neoliberal, aun en los países centrales, no está a favor del monopolio? Está en contra, está en contra del cartel, está en contra del monopolio. Entonces tienen normativas en defensa del consumidor, la oficina pública, una de las más grandes de Estados Unidos es la de defensa del consumidor y antimonopolio. Ahora lo agarraron a Google y le empezaron un juicio como ya hicieron con Microsoft, para decir que había abusado de la posición dominante. Ahora en estos días. Porque con su motores de búsqueda, con sus algoritmos, favorece negocios privados y entonces excluye y no pone a otras empresas. Osea le molesta que haya un monopolio, a los economistas, aún neoliberales, el monopolio le molesta, y Milei contaba que a él le hacía ruido eso. Entonces fue a buscar a la única escuela marginal, no tiene nada de nueva, vetusta, es austriaca del siglo XIX Son soluciones austriacas del siglo XIX para problemas contemporáneos de la PBA. No hay forma, no hay manera. Por más modelito, por más derivada, por más pizarrón, por más autores de nombres raros que nos citen, dale, no puede ser.

Y él dice ‘bueno, me hacía ruido esto de que los monopolios eran cuestionables’, y entonces fue a buscar a la única escuela que defiende al monopolio. Yo no encuentro otra, no conozco otra, no sé, Carli, Bati. Bueno, un poquito Schumpeter, pero para la innovación, pero muy poquitos, son poquitos, se cuenta, no sé, con un dedo de una mano. Una escuela que defienda el mono… Hay que defender el monopolio eh, hay que defender el monopolio. Entonces, yo haciendo cuentas digo: ¿saben por qué tenía esta inquietud de defender el monopolio? Porque trabajaba en Aeropuertos Argentina 2000, que es un monopolio, que es un monopolio regulado por el Estado, que hay una sola empresa, que se la entregó en los 90´ al menemismo y él era empleado. Entonces seguro tenía que ir a defender algo que no tenía en la teoría. Miren cómo acomodó, y ahí se enamoró de esta teoría que tiene estas posiciones.

Y lo digo acá porque tiene que ver con esto de los derechos y tiene que ver con las discusiones y con una estrategia, si me permiten, con una estrategia. Porque esto de tener que discutir todo, hasta lo obvio. Por eso decía terraplanismo. ¿Qué tiene el terraplanismo de complicado? Que no se sostiene… Es difícil, es difícil discutir eso. No sé, es tan básico que, y voy a perder el tiempo explicándoles que la tierra es redonda, es como… ¿Se dan cuenta? Con tantas cosas importantes para discutir. Y no, piensan que la tierra es redonda, piensan que el monopolio es bueno, perdón, que no es redonda, que el monopolio es bueno, que las armas las tienen que tener los nenes y que se pueden comprar libremente; piensan que no hace falta educación pública y gratuita, piensan que no hace falta salud pública, piensan que no hubo 30.000 desaparecidos, piensan que el Papa es el enviado del maligno. Y vos decís: ¿eso vamos a tener que discutir? Discutamos si el Papa puede hacer tal cosa o tal otra, no si es enviado…. Se dan cuenta que es un terraplanismo, pero que es una estrategia también, es una estrategia. Estamos en una elección y tenemos que explicar el vínculo entre el Papa y el diablo. ¿Se dan cuenta? En vez de discutir cómo quieren fundir todas las empresas argentinas, como quieren fundir la producción, como quieren endeudarnos de nuevo, dejarnos sin soberanía, dejarnos sin moneda; como le van a sacar a los pibes la escuelas, como le van a cobrar cuotas para ir a una sala de salud, como van a parar la obra pública.

En vez de explicar y discutir lo que quieren hacer, el proyecto nefasto que tienen para la argentina, tenemos que discutir si el papa es o no enviado del diablo. Y tenemos que discutir, yendo ya a este tema, algo básico, no porque lo diga la constitución, porque ese tipo que hablaba en la tranquera con el candidato dejó claro que tenía una necesidad. Tenía una necesidad, él y su comunidad, de que el camino que entra a su localidad, o donde fuera que estuviera, fuera reparado; y le parecía muy claro y obvio que no lo podía hacer ningún privado como un negocio, que eso con peaje no iba a andar, circularan los habitantes del pueblo. Eso no es negocio y él tenía claro que lo necesitaba. ¿Cómo termina si no se hace ese camino? Por decir, ¿no? ¿Cómo termina esto? Y bueno, que se tienen que ir, cómo termina si le cierran la escuela rural, cómo termina si no hay salud, cómo termina si no hay conectividad a internet, cómo termina…

Entonces es mentira, también, que los negocios son una cuestión estática como piensa el sector privado, sino que una vez, y recuerdo por ejemplo a Obama diciéndoselo -Obama, eh-, diciéndoselo a los empresarios norteamericanos, que le decían no sé qué cosa del estado y qué se yo. Y el tipo les decía a una audiencia de empresarios les decía, ‘miren, ustedes están acá, están en contra del Estado, quieren bajar todos los impuestos a cero; perfecto, pero ustedes llegaron por una ruta que hizo el Estado, a una universidad que subvenciona el Estado; hablando en un teléfono, cuya tecnología hizo el Estado; bajando en un aeropuerto con su avión privado que puso el Estado con una autoridad aeronáutica que maneja el Estado, que no les tiraron un misil porque había defensas que maneja el Estado ¿Entonces no van a pagar impuestos y todo lo va a hacer el privado?’ No tiene goyete, no tiene goyete.

Por eso creo que hay una trampa en ponerse a discutir, qué se yo, yo por mi formación puedo discutir Böhm-Bawerk, Von Mises, Hayek, todos los austriacos, pero me parece que estamos discutiendo cosas más concretas, más reales y por eso le evaden a la cuestión de la propuesta, por eso le evaden a la experiencia histórica de cuando se aplicaron esas propuestas. Creo que ahí hay una tarea para hacer, que tiene que ver con los derechos, que tiene que ver con cada uno de los derechos y que tiene que ver con confrontar estas ideas, pero no en la tele, porque no da ni el tiempo. Empezar a explicar que las funciones de utilidad de la teoría de Böhm-Bawerk no sirven o discutirlo así a nivel básico, teórico creo que es alejarse 600 km. Creo que hay que decirle muy claramente a cada uno de los sectores, a cada uno de los grupos, a cada bonaerense hay que decirle y hay que explicarle lo que significa poner esa boleta en la urna. La de Bullrich o la de Milei, la del ajuste o la de la motosierra. Las dos van al mismo lugar, es quitar derechos, es achicar, excluir, es poner en riesgo la producción nacional, es poner en riesgo la soberanía nacional, es poner en riesgo memoria, verdad y justicia, que no es cualquier cosa.

No es que defendemos la memoria, la verdad y la justicia, sino porque sabemos lo que costó, sabemos lo que costó, y sabemos también que es el cimiento sobre el cuál se edifica la democracia Argentina. Estos 40 años existen porque se peleó y se pelea por memoria, verdad y justicia. Es la democracia, no son los derechos humanos, ¿no gitano? Los derechos humanos como componente esencial para una vida democrática, pacífica. Entonces, creo que de nuevo volver a discutir 2 demonios, volver a discutir la guerra sucia, volver a discutir los errores y los excesos es llevarnos al terraplanismo, es llevarnos al terraplanismo. Son discusiones saldadas, son cuestiones que además ya están juzgadas, ya están condenadas. Vamos a discutir lo que sea, pero me parece que el debate presidencial gire en torno de cuestiones tan obvias, tan básicas, que son consensos. Hoy si tienen consensos generales, no si tenemos que tener mas industria o más finanzas, sino si somos un país; y que, como decía Sergio Massa, que además tenemos un reconocimiento internacional por eso. Es constitutivo hoy de los argentinos y de las argentinas la lucha que se dieron por la memoria, la verdad y la justicia.

Por eso…. Por eso a mi me parece también, a mi me parece también que hay que salir al encuentro, que esa es la predisposición. Salir al encuentro de los que se vieron seducidos, tentados, entusiasmados, con los que han encontrado ahí una expresión de su bronca o de su enojo o de su decepción. Que es todo válido, no tenemos porque enojarnos, son situaciones que nosotros mismo experimentamos, cosas que existen. Lo que pasa es que hay que ir a discutir con una familia que manda al pibe a la escuela y explicarle que le van a cobrar, que después esta todo lo demás, vestirse de una manera particular, gritar, putear, decir yo voy a terminar con todos, ser violento, ser agresivo en tik tok. Bueno, esta bien, pero no es que ahora el 22 de octubre tenemos que ir a expresar bronca o enojo, no es que esté prohibido, pero yo creo que se puede explicar muy bien que no vamos a tener una expresión de bronca y enojo y eso es lo que se va a ver. Lo que vamos a hacer el 22 de octubre es decidir nuestro futuro, ese es el proceso democrático. No son los 10 segundos de poner el sobre en la boleta, son las décadas que vienen después de políticas, de políticas que además ya vivimos, ya aplicaron. Han encontrado una forma de expresarlo distinto, de una manera distinta.

Quiero decir algo más sobre estas políticas, porque hoy no voy a hablar de ninguno de los derechos de los que ya han hablado y ya hemos hablado. Sí quiero hablar de una cuestión más general, de método, digamos. De método, no de trabajo, sino de método, digamos, expositivo. Nosotros siempre hablamos que las tareas del gobierno, en punto a la salud, al arraigo, a la producción; tiene dos elementos. Un elemento, que tiene que ver con la reconstrucción, y lo explico brevemente. Escuelas: cuando llegamos, Claudia, la educación estaba, en la PBA, estaba desfinanciada, ajustada, la infraestructura escolar estaba destruida, abandonada. Bueno, tuvimos el hecho, que todos recordamos, de Sandra y Rubén. O sea que no había mucho que decir. No pusieron un mango en las escuelas, cerraron escuelas, cerraron 33 escuelas, dicen que inauguraron 65, yo no las ví, pero de todas maneras es claro el deterioro, el abandono, la desinversión, la falta de interés en la infraestructura escolar. Bueno, arreglar todas las escuelas era una tarea que nos propusimos desde el primer día, y lanzamos un programa en enero: Escuelas a la Obra, que se proponía, por lo menos para empezar, que ir a la escuela no tuviera peligro de vida, ni de salud. Digamos, que no se te cayera un techo, no te quedes pegado a una pared, una instalación eléctrica, o no te explotara una instalación de gas. Bueno, mínimo. ¿Y qué pasó? No había en el gobierno de la PBA un inventario, nosotros lo llamamos censo, pero un inventario del estado de la infraestructura escolar.

La PBA tiene 5,2 millones de alumnos, cada día recibimos en nuestras escuelas 5,2 millones de pibes que no pueden pagar ni un voucher, ni una escuela privada. Además de eso, 5% es arancelado no subsidiado, todo el resto es, o gratuito, o subsidiado, con cuota subsidiada. 5,2 millones de pibes, 22 mil escuelas, 12 mil edificios escolares; y no sabíamos cuáles estaban rotos. Eso tiene que ver con la reconstrucción, lo que llamamos reconstrucción, pero los pasos en punto a la organización, al funcionamiento del gobierno que había que dar siquiera para reconstruir, porque parecía fácil: tengo la plata o la sacaré de algún lado, vamos a arreglar todas las escuelas. Bueno, ¿cuál hay que arreglar? No sé. Ese es el estado de cosas, ese es el estado de desidia. Y eso tiene que ver con el gobierno de la provincia, que creo que es uno de los corolarios de todo esto que estamos hablando: las capacidades del gobierno de la provincia. Uno diría la eficiencia, la eficacia, pero digo las capacidades del gobierno, del Estado. No alcanza con tener Estado, tiene que tener capacidades. Capacidad de ejecución, capacidad de acción, capacidad de análisis.

Esto que tiene que ver también con las universidades, con el vínculo entre el Estado. Lo que decía Néstor: las universidades públicas son las consultoras del gobierno, las consultoras naturales del gobierno. Bueno, nosotros necesitamos también ir un paso más allá en esa dirección, que es que las universidades públicas que actúan en el territorio de la PBA sean parte articulada y permanente del gobierno de la provincia. No puede ser… No es que el gobierno tiene que contratar, sino que los programas de investigación, las acciones de extensión tienen que estar vinculadas a las necesidades del gobierno, y las necesidades del gobierno y la oferta académica también incorporada dentro de la diagramación del sistema universitario de la PBA.

Entonces, reconstrucción. ¿De qué se trataba la reconstrucción? Escuelas todas rotas, por eso digo que empezamos muy atrás, había que hacer el censo edilicio del estado de todo ese sistema. Luego, obviamente, el equipamiento escolar: nada, sin libros, lo que ya se imaginan. Luego, el salario, eso es parte de la reconstrucción. Los trabajadores y trabajadoras de la provincia habían perdido 20 puntos de salario real durante el gobierno de Macri y Vidal. Por eso, no era arreglar los edificios. Algunos me dicen ‘bueno, construyen más escuelas, pero tienen muchos empleados’. ¿Y cómo quieren que demos clases? Necesitamos tener más trabajadores y trabajadoras a medida que se amplía la llegada, el acceso, el alcance del Estado. Pero bueno, reconstruir ediliciamente, reconstruir salarialmente. Muchísimos trabajadores y trabajadoras en condiciones laborales irregulares, el Estado como empleador en negro. Imagínense con qué legitimidad vas a pedirle a un privado que regularice, ¿no?, la situación de sus empleados si el Estado provincial tenía miles, y miles, y miles de trabajadores en condiciones de precariedad laboral. Precariedad en sus contratos, en sus condiciones de trabajo. Y esto puedo ir ministerio por ministerio, lo hago con educación porque quiero ir a lo metodológico.

Entonces, la reconstrucción es mejorar los salarios, el equipamiento, la infraestructura. Después, dentro de reconstrucción, yo agrego abrir las escuelas que habían cerrado; dentro de reconstrucción, ampliar el sistema. Nosotros… Decía, Vidal dice que abrió 65 nuevos edificios escolares, nosotros el día antes de la veda terminamos de inaugurar la escuela n° 201. La nueva escuela… 3 veces más… Más del triple en materia de nuevas escuelas. Pero la ampliación forma parte de esa reconstrucción, los establecimientos que faltan, también. Pero después, ese es un renglón, un área o una línea de trabajo: la reconstrucción del sistema tal cuál debía estar, pero no está, ¿no? Partiendo siempre de la base, también, metodológica de este gobierno, que es no esconder los problemas. Yo creo que hay quiénes entendieron que gobernar es hacerse el tonto o el distraído sobre lo que no anda bien. Lo que no anda bien no lo mencionemos, no hablamos de eso; si lo dicen, cambiamos de tema, lo negamos; y si son gobierno de derecha, pagamos mucha pauta para que nadie hable de lo que anda mal. Pero es una trampa eso. Es un error y es una trampa, que creo que nos deja tremendamente vulnerables, también. Creo que es un tremendo error. Y que, además, nos pone en una discusión bastante descabellada, ¿no? La derecha critica la educación pública, entonces viene, hace un examen y dice ‘en los exámenes no les fue bien’. ¿Cuál es la conclusión? ‘La educación pública es un desastre, hay que tirarla toda a la basura, cerrarla, arancelarla, venderla, privatizarla y detonarla’. Entonces, ¿cuál sería la defensa de eso? ‘No, la educación pública es perfecta’, ‘no se metan con la educación pública que es perfecta’. ¿Se dan cuenta lo vulnerable que es el argumento? ¿Se dan cuenta que no nos fortalece? Porque nos pone en una posición donde todos estamos incómodos porque sabemos que hay dificultades, que hay problemas, sabemos que falta un montón y no tenemos por qué negarlo.

Entonces, ese es el otro renglón: la transformación. No la reconstrucción, sino la transformación. La transformación es otra cosa, no depende de más edificios, ni de edificios más lindos, no depende de mejoras salariales, no depende de condiciones de trabajo, de instrumentos de trabajo, de materiales, no depende; depende de cambiar de raíz el sistema. De hacer un diagnóstico, hacer un plan, un programa y cambiarlo de raíz, transformarlo. Y esto de la transformación, que, bueno, que tiene una palabrita de la que es más afecta la derecha, pero que me parece que se usa en este sentido que digo, que es la reforma. Hay que reformar la educación. Cuando la derecha dice que hay que reformar la educación, es que hay que cerrarla, que hay que ajustar, desfinanciarla y cerrarla. Esas son las reformas neoliberales, las reformas del FMI. Reformar la educación. El sistema de seguridad social, ¿qué es?, la reforma del sistema. Es pagarle menos a los jubilados, que no se puedan jubilar, extender la edad jubilatoria. Es una reforma regresiva, digamos. Por eso, la llamo transformación, pero no le tengo miedo tampoco a la palabra reforma, siempre y cuando la recuperemos y le pongamos contenido. Lo que hacía falta y lo que hace falta, y lo que, como dice Carli, no es lo que hicimos, es lo que empezamos a hacer y tenemos que seguir haciendo, y va a llevar tiempo, es esa transformación más profunda. Que es discutir la educación pública, cambiar la pedagogía, cambiar los contenidos, cambiar los regímenes -los regímenes de asistencia, los regímenes de repitencia, todo-, cambiar todo. Poner en discusión todo, no partir de atrincherarse en que lo que es, está bien, está perfecto, dejalo así. Al revés. Ir a fondo, modificar, si los que transformamos somos nosotros, ellos son los que dinamitan, los que cierra, los que ajustan, los que rompen, los que persiguen ¿Qué problemas tenemos? Reconocemos lo que falta y en lugar de decir ‘está todo bien’’ no, ‘esto anda mal’ pero ¿saben qué? No se arregla con menos Estado, se arregla con más Estado.

Yo creo, que es lo que planteaba Cristina el otro día en la UNMET, cuando decía ‘tirar el bebé con el agua sucia’ ¿no? permitirse, animarse a la capacidad crítica, al pensamiento crítico sobre lo que defendemos también, para mejorarlo, porque sino la sociedad nos ve a nosotros atrincherados en que ‘bueno, lo que es está perfecto’ y creo que no, creo que nos hacen débiles. Y que no tenemos porqué tampoco porque en buena medida lo que pasa, la realidad actual, porque uno ve esos famosos ‘70 años de peronismo’ otro tema que a mi me tiene loco, vienen con 70 años de peronismo, claro loco, vienen con 70 años de peronismo hace 10 años, ¡Por lo menos decí 80! ¡Por lo menos decí 80! ¿No? Se ve que… son esos números, pero bien. Después uno dice quién gobernó esos famosos 70 años de peronismo, 18 años de proscripción, la dictadura, el radicalismo, la alianza ¿no? y muchas experiencias neoliberales, muchas experiencias neoliberales.

Entonces, más bien el problema que tenemos, la novedad no es que vengan los ultra liberales a aplicar el plan de destrucción de la industria, la producción, la educación, la salud, la universidad, la ciencia, aplicarlo de nuevo una vez más, endeudarnos de nuevo, siempre ha sido así, ese es el ciclo que tenemos. La novedad sería, cómo decía Néstor, probar con 15 o 20 años una política de expansión de derechos, llevarla adelante, y que no venga la derecha a retroceder 20 casilleros y que tengamos que entonces levantar la deuda, levantar los quilombos, arreglar las escuelas que no arreglaron, arreglar las rutas, que tenemos que lidiar con el FMI, que ya lo habíamos sacados, de vuelta, de vuelta y de vuelta.

Entonces yo me pregunto con respecto a esto de la transformación, es lo que se está encarando en cada una de las áreas, por supuesto que es más difícil de transmitir, por supuesto que tarda más tiempo, por supuesto que requiere transformación entonces en educación, y bueno, cambiar los programas, cambiar, discutirlo, discutirlo, cambiar los regímenes. Además, metodológicamente también ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo hacer la transformación? Porque cuando ellos hablan de reformas, básicamente es el traductor de Google aplicado al documento del Banco Mundial o del FMI, que te explica cómo tiene que ser la educación en un país periférico, subdesarrollado y dependiente cómo el nuestro y aplicar eso. En general involucra un ajuste presupuestario, con lo cual también viene de lado, de que eso, porque tampoco seamos ingenuos, lo del ajuste uno dice ‘es el ajuste porque están enojados con la gente’, no, quieren liberar recursos para pagar la deuda. Quieren sacarle la plata a las escuelas, a los hospitales para pagar la deuda, es la política del acreedor, es ir al almacén con el manual del almacenero lo que están haciendo. Como decía Jauretche, ajuste devaluación, lo de siempre.

Pero yo digo que en términos de transformación lo que comenzamos a hacer es una política de transformación, de planificación participativa que es distinto, y sobre esto también venimos hablando, lleva más tiempo, no se podía hacer antes, no lo haces ni en la oficina, ni en la pizarra, ni en la torre de marfil. Se hace de otra manera la planificación. Creo que ahí hay una clave que ha ocurrido en casi todas las áreas de gobierno, y que tiene que ver, bueno, en educación están los Cabildos Abiertos de la Educación, en salud tenemos la Jornada de Salud y así sucesivamente.

La transformación y el diagnóstico no es un ejercicio de laboratorio, ni se hace desde Marte, ni se hace con un conocimiento superior y omnisciente de los funcionarios, se hace de otra manera, lleva más tiempo. Es ir, recorrer, hacer encuentros, hacer reuniones, hacer jornadas, discutir, abrir la agenda, escuchar las críticas, los enojos, que participen ¿por qué dónde está la clave? Acá yo creo que es estrictamente así, si uno va a transformar la educación y la salud y los agentes, los protagonistas, los laburantes que van a hacer los que tienen que llevar adelante esa transformación, no la conocen, no la comparten, no están de acuerdo y lo sienten algo externo no va a pasar y no va a pasar aunque sea la mejor reforma del mundo. Si además es agresiva con sus derechos, evidentemente va a haber resistencia, aún si uno lo que está haciendo es lo que se supone que debería hacer. Bueno, si no están involucrados, si no lo construyeron… por eso, la planificación no es ni una foto ni una receta, la planificación es una construcción política con la participación de los trabajadores, de la comunidad, de las organizaciones libres del pueblo, de quiénes van a recibir los beneficios de la transformación, de quiénes sufren sus problemas y entonces pasa, pero lleva más tiempo, es una construcción. Por eso creo que está lo de reconstrucción y después la transformación y por último, para terminar un poco lo que sería un paso más global de todo esto porque vamos a transformar la salud, vamos a transformar la matriz productiva de la provincia de Buenos Aires con producción local y agregación de valor en origen. Nosotros le decimos industrializar la ruralidad, que quiere decir que en cada pueblo dónde hay materia prima, dónde hay agricultura, bueno se pueda además generar valor agregado porque además buena parte de las prácticas agrícolas actuales y la tecnología es muy expulsiva en mano de obra. La siembra directa, hasta expulsa a los dueños de los campos, expulsa, expulsa, expulsa.

Entonces ¿cómo generamos arraigo? Bueno, tiene que haber otro tipo de actividad, otro tipo de producción, eso es cadena de valor, pero cadena de valor en origen. Bueno, en cada lugar dónde vamos planteando esta transformación en la educación, bueno en la cuestión energética, son transformaciones. Nosotros dijimos antes de que se supiera que podía haber petróleo acá cerca que éramos una provincia petrolera. Ya lo éramos, 80% del petróleo se refina en la provincia de Buenos Aires, sino habría que vender el petróleo crudo.

Así que la provincia de Buenos Aires tiene una identidad energética y petrolera también, bueno con cada una de las cosas. Pero ¿Cuál es la conclusión de todo esto? Que además de tener programa de transformación en cada uno de los derechos, y en cómo se ejercen los derechos, cómo se cubren los derechos, cómo se responde a los derechos, cómo se atiende a los derechos, además de eso hay una cuestión más general que tiene que ver con lo que hablaba de La Plata al principio. Tiene que ver con lo que originalmente, yo siempre se lo cuento a Flor, porque a mí siempre me llamó la atención recorriendo la provincia en la campaña, pueblo por pueblo, en plena campaña ahí con Clío, llegabas y uno en los actos, en las reuniones se pone a hablar y yo me sorprendía con que había algo que se me ocurrió decir, o me dijo alguien, o me surgió que era empezar a hablar de algo que yo pensé que iba a ser ajeno, sin importancia, que no iba a generar interés, empatía, menos todavía entusiasmo pero lo empecé a probar diciéndolo.

Empecé a hablar de la identidad de la provincia de Buenos Aires y fíjense que parecía un tema, bueno, un poco filosófico, tema cultural, un tema que hace a sensaciones, sentimiento. Pero sin embargo, cuando empecé a hablar de la identidad de la provincia de Buenos Aires, en todos los rincones de la provincia de Buenos Aires había un interés. No un interés, además un entusiasmo. Yo creo que es un proyecto, es un proyecto, este es el gran proyecto y tiene que ver con cuestiones, por supuesto, materiales, productivas, con cosas, con objetos. Pero tiene que ver también con lo cultural, con cuestiones que tienen que ver con el afecto, con una identidad común. Y esa identidad de la provincia de Buenos Aires tiene que ver a su vez con la integración de la provincia de Buenos Aires. Los dos temas creo que generaron y suscitaron interés porque tenían que ver con dos ideas de la derecha muy arraigadas.

La primera es que a la provincia de Buenos Aires hay que dividirla en pedazos, no sé si vieron. Hay como una especia, yo creo que en algún lugar están haciendo como una especie de remate de quién da más, quién quiere dividir la provincia de Buenos Aires en más pedazos. Entonces en la competencia están ‘yo lo quiero dividir en cuatro’, ‘yo en ocho’, ‘ah bien ahí’, ‘yo en 20’ y siguen las apuestas ¿en cuánto hay que dividir la provincia de Buenos Aires?

Yo la intencionalidad política la veo, y probablemente ahora en la cuestión electoral eso está en juego, qué valor y qué significación tiene la envergadura de la provincia de Buenos Aires, pero entonces la quieren dividir, cortar en pedazos. Nunca dicen ¿no? pero si la cortas en pedazos, pero con el mismo presupuesto en vez de una provincia que le falta coparticipación, harás tres, cuatro, cinco, diez provincias que le falta coparticipación y recursos. No es una solución desde el punto de vista y los recursos. Así que tiene otra explicación, y nosotros viendo que la idea era dividirla nos preguntamos por qué, con qué criterio, todo arbitrario, todo cualquier verdura, pero la idea era dividirla o tupacamarizarla ¿no? Cortarla en pedazos a ver si le quitan su unidad, si le quitan su importancia, y le quitan el peligro que representa la provincia de Buenos Aires.

Entonces empezamos a hablar de lo contrario, que la solución no era dividirla, que la solución era integrarla. Era integrarla porque fíjense que además se cae de maduro, si la provincia de Buenos Aires tiene industria y campo, tiene interior y conurbano, si la provincia de Buenos Aires tiene todo eso ¿A quién se le va a ocurrir partirlo en cachos? Hacerlo con identidad… Lo único que se te puede ocurrir es juntemos el conurbano con el interior, unifiquemos el campo con la industria, hagamos más rutas, hagamos más oleoductos, hagamos más gasoductos, hagamos más autopistas, hagamos más caminos rurales, hagamos más puertos, integremos la provincia de Buenos Aires. Era obvio, era evidente, por ahí pasaba y eso tiene que ver, eso tiene que ver con la identidad.

Porque esa identidad, lo discutíamos con Flor al principio, me decía ‘bueno, pero tiene que ser una identidad en la diversidad’ claro, por supuesto, en la diversidad. Las culturas que tiene la provincia de Buenos Aires, no hay lugar donde uno vaya que no encuentre el centro cultural, que no encuentre el grupo teatral, que no encuentre a nivel cultural todas las manifestaciones del arte, y todas las manifestaciones con su diversidad: en lo productivo, en lo artístico, en lo cultural. Bueno todo eso, generar con toda esa verdad, con toda esa heterogeneidad, una, primero una integración y a partir de esa integración una identidad en esa diferencia.

Creo que es un proyecto, lo más desafiante, pero además lo que más le puede preocupar a la derecha porque mirando bien qué es lo que unifica a la provincia de Buenos Aires, cuál es su valor diferencia, por qué la provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas.. No es por la cuestión del padrón, es la madre de todas las batallas porque la provincia de Buenos Aires es la cuna de la producción y el trabajo de la Argentina, porque acá está la industria y el agro, está un país soberano. Un país que produce, un país con tecnología, con ciencia, un país que necesariamente tiene que tener inclusión, formación, infraestructura, esa es la provincia que tenemos, por eso el escaneo, por eso el enojo, por eso el horror, por eso el miedo con que la provincia de Buenos Aires tenga un proyecto, tenga un proyecto. Yo creo que ese es el desafío, y no es una propuesta ni un eslogan, es una construcción, un proyecto para la provincia de Buenos Aires que recupere su identidad a través de la integración, que tenga en cuenta esa variedad, que todo eso que potencialmente puede ser la provincia de Buenos Aires y bueno, se lo ponga en la mira y lo empiece a construir.

Venimos de épocas de mucha postergación, venimos de épocas de mucha división. Lo digo siempre, es una muestra pero es, cuándo te dicen en cualquier provincia vos sos entrerriano, vos sos cordobés, acá sos de la localidad en qué naciste. En cualquier provincia hay un medio provincial o varios medios que tienen una agenda política de problemática provincia y la provincia de Buenos Aires tiene los medios porteños por un lado, los medios locales por el otro, y todo eso habla de un proyecto de provincia que necesita. No es una acción de gobierno, no se logra con la acción del gobierno, participa la acción de gobierno. Pero este es el proyecto que creo que tiene que hacerse carne, que tiene que formar parte de la discusión, que tiene que formar parte de la lucha común porque, fíjense. El otro día veía ese libro de Pagni. El nudo, el conurbano, el conurbano arruinó todo, se conurbanizó, lo bonaerense, el conurbano. Parecen que fueran adjetivos calificativos negativos ¿no?. Negativos. Y la verdad, que eso se puede decir desde el Obelisco, que eso pueden decir los medios macristas y porteños, pero cuando uno recorre la PBA, está el germen y empieza a surgir, lo vimos en los Juegos Bonaerenses, en los torneos. Lo empezamos a ver. Empieza a surgir eso que tiene que ver con la identidad bonaerense y tiene que ver con algo que es que no se basa en la envidia ni en lo negativo, ni en una discusión. Es lo propio, es lo nuestro, tenemos que pelear por eso, tenemos que ponerlo en valor, tenemos que desarrollarlo, y como es producción y trabajo, como es cultura popular, como es clase trabajadora, como son sectores medios, como es organización, como es lucha, como es peronismo, esto se construye, no de arriba para abajo, sino de abajo para arriba. Así que es un proyecto político, y tiene que ver con la organización popular, tiene que ver con hacer política, tiene que ver con construir, con confrontar y transformar.
Bueno, muchísimas gracias. Derecho al Futuro, Derecho al Futuro, gracias.