Mil nuevas aulas – Malvinas Argentinas

¡Qué lindo! ¡Qué lindo! Bueno, muchas gracias a todos y a todas.

Primero, agradecerte Leo, doblemente, triplemente porque estamos de vuelta visitando Malvinas Argentinas. Un municipio que tiene, sin lugar a dudas, uno de los mejores intendentes de toda la provincia de Buenos Aires. Sin lugar a duda, un tipo que tuvo la generosidad de dejar su distrito durante un tiempo para acompañarnos en el gobierno provincial, en el Ministerio de Infraestructura. Así que, Leo, para vos, una sola palabra: muchas gracias, muchas gracias. Leo Nardini, un ejemplo para nuestra Provincia.

Y, bueno, hoy estamos celebrando en esta escuela, en la 12, estas dos aulas nuevas que hay en la escuela y todo lo que comentaba Alberto recién que permite, ¿no?, tener más espacio, permite, entre otras cosas, lo hablábamos recién con Leandro, mejorar la distribución y la posibilidad de esto que va a ser una realidad, nos vamos a encargar de que esta escuela secundaria tenga el laboratorio que necesita y se merece. Así que, esto, muchos dicen ‘gracias’, la verdad que uno tiene que decir ‘perdón’ porque, seguramente, hacía falta hace tiempo y, bueno, son procesos, es un crecimiento del sistema educativo.

Yo tengo que hablar, hoy voy a tratar de no irme por las ramas, porque la verdad que son momentos donde en la Argentina y, estamos enfrente chicos y chicas, pibas y pibes del secundario, de la provincia de Buenos Aires, de nuestra escuela pública, y a mí me da ganas de compartir ideas que a veces, no a veces, son polémicas, ¿no? Porque son puntos de vista que tenemos y es lógico, natural, razonable que haya discusiones en una sociedad, en cualquier sociedad y en la nuestra. Así que, que nadie se asuste de posiciones contrapuestas, de bueno, de controversias, de discusiones. Hay que discutir, hay que pensar, hay que reflexionar. Hay que ponerse de acuerdo, pero antes de ponerse de acuerdo hay que expresar las diferentes posiciones porque si no, si todos pensáramos exactamente igual y lo mismo, se habla mucho del consenso, bueno, pero si hubiera consenso absoluto no iríamos a elecciones tampoco, ¿no? Porque estaríamos todos de acuerdo naturalmente.

Yo creo que seríamos una sociedad mucho más pobre en lo intelectual si no tuviéramos posiciones diversas y ponernos, intentar ponernos de acuerdo sobre esas miradas distintas.

Quiero hablar del aula 1.000. Quiero hablar de, muy brevemente, de cómo recibimos, ya hace un poco más de 4 años, la provincia de Buenos Aires en materia educativa y de infraestructura escolar. La verdad que veníamos de una gestión anterior a la nuestra, ya parece la prehistoria por todo lo que ocurrió, pero tengo que marcarlo porque esto es en todos estos años de gestión. Es decir, es un trabajo que hemos venido desarrollando. Cuando nosotros asumimos, justamente una de las grandes discusiones era el estado de las escuelas y la educación pública en la provincia de Buenos Aires, porque había un gobierno, en aquel momento eran Vidal y Macri, lo digo, son datos reales, Vidal en la provincia, Macri en la nación, que tenían una opinión muy mala de la escuela pública y de la universidad pública en aquel momento. Muy mala. Pensaban que no, decían ‘te caes en la escuela pública’. Y esto proyectaba también a la universidad pública, porque opinaban que a la universidad no van los hijos de los trabajadores, ¿no? Que la universidad no tiene que ser pública y gratuita, sino que como no llegan los hijos de los trabajadores, entonces la universidad tiene que ser privada y arancelada, ¿no? Garpa.

Y la verdad que nosotros en aquel momento, que éramos oposición, nos dedicamos a decir lo contrario, lo contrario, yo pienso lo contrario con todas las letras, eh. Yo creo que en sociedades tan desiguales, uno puede decir como la de la provincia de Buenos Aires, como la del conurbano. Pero si uno abre un poco la cabeza, la desigualdad no es patrimonio de la provincia de Buenos Aires. La desigualdad es un hecho de la sociedad contemporánea, de la sociedad actual. Pasa en la provincia de Buenos Aires, hay desigualdad, es decir, quienes tienen una situación económica buena, o muy buena, y quienes tienen una situación económica mala, y a veces muy mala, y mucho en el medio. Pero la verdad que no es algo privativo, exclusivo y sólo de la provincia de Buenos Aires, de la Argentina. La verdad que uno mira nuestro continente, sale del termo y mira lo que pasa en Brasil, o lo que pasa en Paraguay, o lo que pasa en Uruguay, o lo que pasa en Chile. Mira más allá, Centroamérica, pero me animo a ir más lejos, mira a Europa, mira a Estados Unidos, mira a Asia.

La verdad que si uno tiene que describir históricamente al mundo actual, desigualdad es una palabra que le queda bien. Desigualdad en todo el planeta, aun en los países más desarrollados y especialmente. Ustedes vieron, y bueno, vienen al secundario y no los quiero aburrir con esto, prometí no irme por las ramas, pero habrán visto que ahora hay situaciones bélicas, guerras, que hace un tiempo no había de esta magnitud. Guerra en Europa, guerra en Medio Oriente y que hay mucho problema… ¿Escucharon hablar de los problemas en Europa de la inmigración, no? ¿Escucharon hablar? Hay mucha gente que viene de las que eran colonias, algunas en África, y se van a vivir a Europa porque tienen, en realidad, la ciudadanía o la necesidad, y después los desplazamientos. Hay grandes, grandes problemas hoy en la economía mundial, pero una palabra que lo describe es mucha desigualdad. En los países centrales, en los países más ricos, más desarrollados, también.

Si ustedes tienen la posibilidad de investigarlo y de mirarlo van a ver que pasa eso, que hay gente que vive muy, muy bien y gente que vive muy, muy mal. Gente que tiene laburo, que tiene riqueza, que tiene perspectivas, posibilidades y mucha, mucha gente que tiene grandes dificultades en su vida cotidiana, y sobre todo, para su futuro. Así que la desigualdad es un hecho mundial, y también argentino y bonaerense.

¿Por qué me quejaba yo del gobierno anterior al nuestro? Porque si hay un factor, si hay un elemento, si hay un instrumento, si hay algo que sirve para combatir la desigualdad es la educación. Es la educación. Pero no la educación en abstracto y en el cielo. La educación en la tierra, la educación en cada uno de los barrios, la educación en cada uno de los pueblos de la provincia de Buenos Aires. Y eso, lo que significa es que el que quiere estudiar, el que su familia, a veces con mucho esfuerzo, se ocupe de que los pibes y pibas puedan ir primero al inicial, al jardín, después a la primaria, después a la secundaria y después a la universidad. Y bueno, aquello que era desigualdad, se empieza a equilibrar un poco más. Porque alguien que nació en condiciones, en un barrio popular, con dificultad en la vivienda, qué se yo, si después tiene oportunidad de prepararse, y bueno, va a tener una oportunidad de vivir mejor. Eso en lo individual.

Y después para nuestra provincia, la educación para nuestra provincia. ¿Qué provincia vamos a tener si no tenemos una educación masiva? No es sólo individual, eh, lo entiendo, el esfuerzo, el mérito, la meritocracia, que a cada uno le vaya mejor. Eso si estuvieran solos, pero no están solos. Forman parte de una familia, de un barrio, de una comunidad, y forman parte de una provincia, de un país y de una sociedad. Y a la sociedad le interesa que cada uno de los pibes y pibas puedan tener un futuro mejor. Claro, claro. Por supuesto, es un tema colectivo y solidario. Dejémonos de joder un poco, dejémonos de joder un poco con que todo es individual y egoísta, hay algo más general que nos impacta a todos. Ahora, ¿cómo se logra eso? Hay educación privada. O sea, yo digo la educación, perfecto, hay educación privada, la educación privada no es una crítica. Una escuela privada, un colegio privado, una universidad privada, privado-privado, sin subsidio del Estado, sin ayuda del Estado, ¿de qué vive? De la cuota que pagan los estudiantes, y evidentemente ¿para qué lo hace? Puede tener una visión del mundo, puede tener un compromiso, todo eso por supuesto, porque si no pondría una verdulería, una juguetería, poné una escuela, poné una universidad. Hay un proyecto en esa decisión que tiene que ver con lo educativo, pero escuchen bien: tiene que haber un negocio rentable porque si vos invertís para poner una escuela privada después -excepto que sea beneficencia, que sea algo totalmente- pero bueno, tiene que sostenerse y tiene que devolverte por lo menos la inversión, ¿se entiende? ¿Se entiende? O sea, que tiene que ser negocio, tiene que dar rentabilidad, ganancia o devolver. Si da pérdida, y bueno, como empresa privada no puede sostenerse y ¿qué problema hay? Que el valor de la cuota, no sé si ustedes chicos, chicas, saben cuánto está la cuota de una privada. No de las parroquiales, porque la mayoría de las parroquiales son con subsidio del Estado, pagamos nosotros desde la Provincia los sueldos de los maestros. No es, no es un negocio puro. Pero las que son negocios puros las cuotas están carísimas. Están carísimas, yo no me estoy quejando, ¿está bien o está mal? Y bueno, está bien que si alguien puede pagar una cuota muy alta y para alguien es un negocio y una buena idea poner una escuela, un colegio, un establecimiento educativo lo haga, ¿saben cuál es el problema que tenemos? Que nosotros decimos que para que la sociedad esté mejor todos tienen que tener acceso a la educación. Y si es privado solo tienen acceso a la educación los que pueden pagar la cuota.

No estoy haciendo un juicio de valor, no lo estoy evaluando, estoy diciendo cuál es la realidad. Y ¿qué pasaría? Como que todos pueden querer irse a conocer Europa, yo lo dije, son libres -ahora que se habla tanto de libertad-, libres de irse, pagarse un pasaje y conocer Europa, pero ¿qué problema hay? No todos pueden pagar ese pasaje. Alguien puede querer, no sé, comprarse un barco, son libres de comprarse un barco pero no todos, muy poquitos, pueden tener un barco y sostenerlo. Entonces, ¿qué es lo que digo yo? Que está muy bien que el mercado funcione, que la empresa privada funcione, que los que puedan pagar lo hagan, que los que tengan el establecimiento tengan su beneficio, todo eso está perfecto, pero ¿qué hacemos con los demás? Yo me animo a decir que si vamos a un modelo privado-privado-privado, de mercado, de mercado, de mercado, de mano invisible, liberal, liberal-libertario, como quieran, y cada uno se tiene que pagar su educación en nuestra provincia de Buenos Aires tenemos 5,2 millones, millones, eh. 5,2 millones de pibes y pibas que van a la escuela. Muy, muy poquitos podrían seguir yendo a la escuela. Y dicho muy claramente, para todo el resto, que es la enorme mayoría, la sociedad -que no es indiferente, no le da lo mismo si van o no van a la escuela- se ocupa de algo que es lo que venimos a celebrar hoy: la escuela pública.

Hay escuela pública para que todos los que quieran, los que deseen, los que sus familias y que ellos mismos impulsen, empujen, yo les preguntaba hoy a las chicas, los chicos que me recibieron, que ya están en 5to, ¿no? en 5to, y les preguntaba: ‘¿piensan estudiar después, seguir estudiando?’ y me dijeron que sí. Creo que era bioquímica, me olvidé de uno, creo que medicina o algo vinculado a ciencias de la salud. Bueno, ¿qué necesitas? Estudiar, ¿cuánto sale hacerlo por privado? No es una crítica pero probablemente, y no hablo de casos particulares, hablo del conjunto, la enorme mayoría no podrían pagarse una universidad privada.

Agrego más, muchos no podrían pagar ni siquiera el transporte para ir a la UBA, a la Universidad de Buenos Aires en la Ciudad de Buenos Aires, en Ciudad Universitaria. Necesitan tener una universidad cerca, necesitan que esa universidad sea pública y necesitan que esa universidad sea gratuita. No es un invento nuestro porque lo hizo Perón o porque… es porque lo necesita nuestro pueblo. Universidad pública, gratuita, accesible, para todos.

Privatizar, cerrar va a dejar un montón de pibes con los sueños rotos, con los sueños rotos. Eso es lo que estamos discutiendo hoy. Si los pibes y pibas de nuestra provincia van a poder tener un futuro mejor. ¿Cómo? Haciendo lo que quieren, lo que necesitan y lo que necesitamos todos, que el que pueda, el que tenga las condiciones, el que quiera pueda estudiar y pueda formarse.

¿Saben qué? ¿Qué es lo que más bronca me da? Yo fui profesor, acá, de la Universidad de General Sarmiento muchos años, daba economía en la Universidad de General Sarmiento. Universidad pública, de acá de Malvinas, di mucho tiempo clases. Y yo siempre le preguntaba a mis alumnos si sus papás habían ido a la universidad, o si sus abuelos habían ido a la universidad. Lo preguntaba, y la enorme mayoría no. Pero hay estadísticas, 90%, 85%, 95% de los pibes y pibas que están estudiando en las universidades del conurbano, nosotros en nuestra provincia tenemos 25 universidades nacionales que quedan cerca de las casas, de los barrios, en las localidades para que puedan ir a estudiar. 95% de los pibes y pibas, 90%, 85%, según la universidad, primera generación de estudiantes universitarios. Ni los papás, ni los abuelos, ni nadie en la familia había podido ir a la universidad. Yo creo que eso, que en el gobierno actual no les gusta, o no lo creen, en el gobierno anterior decían que era mentira, la verdad que a mi me llena de alegría y me llena de orgullo. Pibes y pibas que por primera vez, en una familia, pueden cursar y estudiar en la universidad porque es pública, porque es gratuita, porque está en la provincia de Buenos Aires. Y es parte de todo esto.

Por supuesto, Leo, Alberto, falta un montón. No es perfecto. Tiene problemas, tiene dificultades en todos lados, pero bueno, si no existiera, para empezar, para ir al extremo, miles, millones se quedarían afuera. Entonces eso de ‘quiero estudiar bioquímica’, tenés que ir a preguntar si se puede pagar, ya ni sé cuánto, ¿$200.000, $300.000 por mes de cuota? Y bueno, la gran mayoría probablemente se quedaría afuera y el futuro de esos pibes y el futuro de esa familia por supuesto que cambia, pero cambia el futuro de toda la Provincia, porque una cosa es una provincia y un país con profesionales, con científicos, con médicos, con arquitectos, con ingenieros y otra es una sociedad sin nada.

Entonces, yo creo que este tipo de cosas son las que tenemos que valorar. Cuando recibimos la Provincia se caían las escuelas a pedazos, explotaban las escuelas. Nosotros hoy estamos celebrando este aula 1.000.

Quiero decir tres numeritos. Cuando llegamos estaban en muy mal estado las escuelas. Tenemos 12.000 edificios escolares. Ya estamos terminando 8.000 obras en la provincia de Buenos Aires para arreglar las escuelas. No es un aula nueva, es la pintura, es el gas, es la electricidad, es la mampostería, son los techos que se caían. Bueno, más o menos 8.000 estamos terminando. Después, nuevas escuelas ahí donde no hay. Veníamos de una etapa donde cerraban escuelas. Cerraban escuelas. Óiganme, nunca se había hecho. Cerraban escuelas porque eran escuelas rurales, o escuelas en las islas. Escuelas en lugares remotos, que van pocos pibes y pibas. Y yo me pregunto, ¿si estudiar es un derecho, por qué si vivís en un lugar lejos no se te garantiza? Y claro, son poquitos, entonces dicen ‘es más caro’. ¿Saben qué hicimos nosotros? Volvimos a abrir las escuelas rurales. Escuelas rurales para que no haya, por haber nacido más lejos o tener otra situación, el que no pueda ir a la escuela y se quede abajo. E inauguramos también nuevas escuelas.

El otro día inaugurábamos, Alberto, si me equivoco, porque el número me encanta, 222 nuevas escuelas. Dos, dos, dos, 222 nuevas escuelas. Edificios enteros nuevos y después esto que estamos celebrando hoy. Hoy celebramos acá. Y yo digo algo más, nosotros en la provincia de Buenos Aires ni el egoísmo, ni en el individualismo, ni en el sálvese quién pueda. Nosotros en la provincia de Buenos Aires lo colectivo, lo que es de todos, la solidaridad. Por eso hoy no sólo festejamos estas dos aulas, sino acá festejamos que en muchas otras escuelas de la provincia hicimos aulas como esta.  Ya van 1.000 aulas. Acá en Malvinas celebramos 1.000 aulas para la provincia de Buenos Aires. Importantísimo porque son como 170 escuelas más si uno las agrupa.

Así que bueno, una inversión muy grande. Yo les quiero agradecer. Me parece que es un momento donde se fomenta que el Estado es malo, que el Estado es horrible, que el Estado es el problema. Por supuesto que hay mucho para mejorar, para solucionar. Pero quiero decir algo, cuando hablan del Estado, uno se pone a mirar para arriba ¿qué será el Estado? ¿Dónde estará? ¿Con qué se come eso, no? ¿De qué se trata? ¿Qué es? Parece algo teórico, metafísico, el Estado, el Estado, el Estado, una organización criminal, hay que destruirlo, hay que dinamitarlo. Bueno, yo les quiero decir qué es el Estado, porque hablan de dinamitar y de pasar la motosierra y esas cosas con el Estado.

Yo les digo qué es el Estado, se los voy a mostrar claramente. El Estado son estas, miren (señala las aulas). Estas dos aulas son el Estado. Esta escuela es el Estado, esas maestras, esos maestros, esos profesores, esos auxiliares, esos directivos, esos inspectores. Les digo más, estos pibes, estas pibas y sus familias también son el Estado. Así que si lo quieren destruir, si lo quieren dinamitar, ¿saben qué? No lo vamos a dejar porque se van a meter con la escuela, con la universidad, con los hospitales, necesitamos más y mejor Estado, pero que no nos quiten los derechos.

Así que muchísimas gracias.