Nuevo espacio para el cuidado de la salud mental en el ámbito policial

Muchas gracias a todos y a todas. Gracias particularmente a Agustina, a Juli, a Javier. A todos los presentes. Bueno, a los profesionales, a los profesionales que trabajan en este edificio.

Yo quiero decir que sí, que es una jornada histórica. Obviamente cuando nosotros iniciamos la tarea de gobernar la provincia de Buenos Aires, me acuerdo, en las primeras veces, era ministro Sergio en aquel entonces. Estaba Javier en el equipo. El equipo continúa hoy encabezado por Javier, pero yo decía que ante la policía, ante los efectivos que se estaban graduando decía que esperábamos tener, por supuesto que, una policía más profesional, más eficiente, más equipada, mejor paga. Decía también más honesta, más honrada, pero también más humana. Y ese planteo se entendió en aquel momento, que yo escuché comentarios, en términos del vínculo entre los efectivos, los agentes, la Policía de la Provincia como institución y cada uno de los individuos que la componen, y la comunidad y la sociedad. O sea que la humanización tenía que ser de la policía para afuera y en su vínculo con el pueblo de la provincia de Buenos Aires.

Yo decía que la policía había perdido, de alguna manera, nuestra policía, históricamente, un lugar de, a veces podríamos llamar, casi de prestigio, que había una distancia entre la Policía de la Provincia y el pueblo de la Provincia. Y que había que marchar hacia una reconciliación, hacia  un hermanamiento y que eso no debía ser tan difícil porque la Policía de la Provincia, con todo lo que esto significa, la bonaerense, etcétera, no es más que un conjunto, un colectivo, de trabajadores y trabajadoras que son ciudadanos, habitantes de la provincia de Buenos Aires. Es decir, que no es tan difícil reconciliarse con un pueblo del que se es parte, pero que para eso había que torcer, romper y destruir algunas barreras simbólicas, históricas, culturales, cognitivas prácticamente, pero que en ese trabajo de humanización de la fuerza policial, cuya expresión final es volver a que haya una confianza, que haya una confianza mutua, que se lo vea como parte.

Obviamente, nosotros tenemos un pueblo que recurre a la policía cuando tienen alguna dificultad, pero teníamos el problema de que esa policía había perdido el prestigio y entonces se la denostaba todos los días hasta que se la necesitaba y bueno. Toda esa situación incómoda y compleja que fue producto de una construcción histórica que nos precede.

Para torcer esa situación, para mudarla había que hacer muchos esfuerzos. Entre otros, lo decía yo, que es paradójico. En general los gobiernos más asociados con la derecha, con el neoliberalismo son los que más hablan del orden, de prestigiar a la policía, pero los que después cuando les toca ejercer, y pasó en la provincia de Buenos Aires, la verdad que inician sus políticas de ajuste generales, pero terminan afectando con más rigor al cuerpo policial.

Eso es algo muy llamativo que yo no dejo de destacarlo porque a alguno le puede llamar la atención. Fue presidente en Mauricio Macri, en aquel momento, gobernadora María Eugenia Vidal, estaba Ritondo a cargo de la policía. Gente que siempre tiene en la boca y en la lengua, el discurso de la seguridad y todo lo que hay que hacer, y después cuando uno observaba lo que ocurrió en concreto en la provincia de Buenos Aires, nuestra policía provincial, no tenía instrumentos de trabajo, no tenía equipamiento. Abastecíamos a los 100.000 agentes de policía y estos 307.000 kilómetros cuadrados con 790 patrulleros. Y son números objetivos. Después yo puedo decir o dar un diagnóstico mucho más sombrío y oscuro desde el punto de vista político, ideológico, lo que sea, pero vamos a los hechos y a los números y a lo objetivo: 790 patrulleros para toda la policía de la provincia de Buenos Aires. La mayor parte de los móviles con cientos de miles o un millón de kilómetros de recorrido, con lo cual imposible, imposible exigirle a la Policía de la Provincia que dé respuesta si no tiene vehículos, pero peor que eso. No tenían… Y nos encontramos con que los chalecos antibalas estaban todos vencidos, destruidos, había que…Yo lo veía, porque lo veía en las comisarías desde el comienzo, que tenían que ir pasándose el chaleco porque no había disponibilidad de chalecos. No había munición. Las armas estaban en pésimo estado, las armas que tiene que emplear la policía eran un peligro en sí, por la falta de reposición pero también por la falta de mantenimiento permanente, por la falta de cuidado. Todas expresiones, síntomas dijo Javier, síntoma de un descuido de la propia policía. Que venía acompañado, sin patrulleros, sin chalecos, sin armamentos, sin munición, sin prácticas de tiro ni siquiera periódicas. Con lo cual, se recibía, como pasó en algún momento, salía a la calle vestido de policía y con la responsabilidad que eso significa, con los riesgos, con el peligro, que atraviesan, con seis meses de preparación a veces. Y luego sin una periodicidad de prácticas y de acompañamiento en lo profesional tampoco. Así que, ese era el estado de la policía.

Y, lo que tal vez lo expresa mejor y para que quede claro de una vez, los que se llenan la boca hablando de que hay que tener fuerzas de seguridad y que todo es la seguridad, la seguridad, le bajaron 30% al sueldo a la policía. Se lo bajaron a todos los trabajadores y trabajadoras del Estado, con ese precio que vemos hoy por el empleado público, porque finalmente los agentes policiales son empleados públicos, como lo somos nosotros también, como lo son los trabajadores de la salud, los maestros y las maestras. Pero, le bajaron el sueldo a todos los empleados públicos, pero a los que más se lo bajaron fue a la Policía de la provincia de Buenos Aires, que tenía desalineado su salario con las fuerzas federales, por ejemplo. Entonces, en una misma esquina y a veces en operativos conjuntos, trabajando codo a codo Policía de la Provincia con Policía Federal, y los salarios prácticamente el doble.

O sea que, una situación muy incómoda desde el punto de vista del sentido común, desde el punto de vista también de la máxima normativa que tenemos nosotros cuando uno se pone tan, a veces, riguroso en el cumplimiento de la normativa. Bueno, hay una normativa que involucra el funcionamiento del Estado, de la sociedad que es la Constitución Nacional, y dice: ‘igual trabajo, igual remuneración’. Más claro que eso, es incumplimiento de la Constitución Nacional, imposible.

Entonces, nosotros empezamos un trabajo, como decía yo, lo planteamos desde el principio, una tarea de reconstrucción de la Policía de la Provincia. De su vínculo con la comunidad, con el pueblo de la Provincia, pero también en su formación, en el equipamiento, en la cuestión de la tecnología y de otros elementos que nadie ve y nadie observa. Cómo funciona al interior desde el Ministerio la Policía de la provincia de Buenos Aires. Una verdadera caja negra, ¿no?, para el resto de la sociedad. Pero que se vive y se sufre y me involucro, obviamente de una manera ligera pero me involucro, al interior del Gobierno de la Provincia donde estas cosas ocurren, pasan, todo el tiempo. Si hay un desprecio, desde el punto de vista presupuestario, si hay un desprecio desde el punto de vista del equipamiento, si hay un desprecio desde el punto de vista de la formación, no se puede congeniar esto con una enorme exigencia desde el punto de vista del desempeño. Y eso a mi me parece claro, obvio y transparente.

La terrible paradoja es que los que generan estas situaciones son los que se llenan la boca hablando de lo importante que es el sistema de seguridad dentro de la sociedad. Entonces, yo creo que venimos en una tarea de reconstrucción que se viene llevando adelante y que tiene muchísimas derivaciones, muchísimos elementos, muchísimos componentes y este, probablemente, sea uno de los menos visibles para afuera. Pero tiene que ver con la convivencia cotidiana y tiene que ver con el cuidado de los que nos cuidan.

Es importantísimo, lo comentaba recién Javier, nuestro ministro de Seguridad, que tiene claramente esta mirada. La tiene también el jefe de la Policía, hoy le decía a Julieta que cumplo años, el mismo día que el jefe de la Policía, así que feliz cumpleaños Javier también. Pero consiste, justamente, en realizar inversiones también. Además de una mirada tienen que estar los recursos, y tiene que estar la acción cotidiana, los programas y después por supuesto, esto que vemos acá, que parece hoy moneda corriente pero que era absolutamente impensado, la coordinación entre ministerios, la apertura de la información, de las miradas. Porque esto es algo también de las organizaciones tan jerárquicas, tan cerradas, y sometidas a tanta dificultad, tanta decía yo recién exigencia, pero también tanta violencia, como es el caso de la policía. Bueno, se tiende a cerrar, a guardar y a esconder, entonces esto que haya una apertura, que haya una coordinación entre los ministerios, lo venimos haciendo en materia de tantísimos programas del Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Yo creo que es un nivel todavía superior, una fase, una etapa superior, cada ministerio que ande bien, cada ministerio que coordine con los demás ministerios, que mutuamente colaboren, cooperen, articulen. Bueno, eso debería generar la tan famosa sinergia de la que tanto se habla, lo hablaban del gobierno anterior, de los retiros espirituales esos que hacían. Pero en la práctica nada, cero, negativo, y retroceso permanente.

No es cuestión simplemente, el contraste hay que mostrarlo para valorizar lo que se está haciendo y en una etapa como la actual donde hay una diferencia tan clara de orientación y de mirada entre el Gobierno nacional y el Gobierno de la Provincia. Salta a la vista que estamos en veredas opuestas y vamos para el lado contrario, además. Con respecto a la mirada del Estado que tiene el Gobierno nacional.

Imagínense que estamos hoy inaugurando un nuevo edificio, que es obra pública, que es denostada por el Presidente de la Nación. Además, que se auto percibe como un topo que está destruyendo el Estado. En la provincia de Buenos Aires tenemos una realidad muy distinta, que no es la que nosotros llevamos adelante, impulsamos o no es sólo la que impulsamos desde nuestra perspectiva, sino que además es la voluntad del pueblo de la provincia de Buenos Aires porque fuimos a elecciones y creo que se discutió en estas elecciones si el próximo Gobierno de la Provincia tenía que destruir, achicar, restringir la acción del Estado, o por supuesto mejorarla, pero al mismo tiempo ampliarla y tener más llegada. Esta mirada es la que predominó de ese ejercicio tan importante que tiene la democracia, que es cuando los pueblos eligen en las urnas.

Así que lo que estamos haciendo, además cuenta con la legitimidad, con una legitimidad que yo considero que hay que seguir marcando, porque sino parece que… Por supuesto, no quiero dar ahora una discusión política, pero ayer escuchábamos al Presidente de la Nación en las Naciones Unidas votando con Corea del Norte, unos poquitos países, Rusia, todos países que odia. Algo raro le está pasando al Presidente, no sé si del orden de lo que estamos tratando hoy en este edificio, pero de algún orden que habrá que comprender porque veíamos esta situación.

Yo creo que unos discursos agresivos, violentos, de la máxima autoridad de los argentinos y argentinas, obviamente tiene también, permea, llega y se transfiere a la sociedad en su conjunto, porque habilita y permite el insulto, la denigración a veces, la violencia verbal. Y esto cómo no va a estar admitido en una escuela o dentro de una institución policial o dónde sea si el Presidente de la Nación la ejercita cotidianamente con cualquiera que no piense igual que él. Por eso uno trata a veces, hace esfuerzos muy grandes por no perder ni la compostura, ni el respeto, a veces ante tanta agresión y tanta confusión. Y tanta confusión.

Así que hay que brindar en estos casos, yo creo desde la palabra, pero sobre todo desde los hechos. En ese sentido creo que es un momento histórico para la policía. Obviamente en momentos donde está tan difícil lo económico para los gobiernos, donde continuar con la obra pública, inaugurar un edificio y que ese edificio sea para la promoción de la salud mental y del bienestar policial, tiene significación en cualquier momento, tiene importancia y resalta en cualquier momento, en la historia misma de la institución policial y en nuestro Ministerio de Seguridad. Pero lo hace en contraste con la línea que se baja desde las más altas autoridades del Gobierno nacional.

Dicho esto, quiero volver sobre algo que forma parte de nuestro proyecto de transformación de la Policía de la Provincia. Hablaba recién de reconstrucción. No sé si las palabras son del todo adecuadas, por eso le doy una pequeña explicación. Yo hablo de reconstrucción cuando simplemente lo que había y que rompieron en base a la desinversión, en base a veces a la falta de política, o las políticas inadecuadas, o al abandono y al ajuste, se fue rompiendo. Si nuestras comisarías están deterioradas, si el sueldo está destruído, si no hay equipamiento, bueno a eso llamo reconstruir. Pero después es transformar y transformar es cambiar el enfoque. Ahí me parece que es muy importante esta mirada novedosa y estos hitos. Yo digo histórico porque es un hito lo de hoy, pero como nos gusta ser, nosotros somos más de contar lo que hicimos, que de anunciar lo que vamos a hacer. Yo creo que eso tiene que ver también con recuperar la confianza con la sociedad, la política del Gobierno, de la acción pública.

Estuvimos acostumbrados en otros momentos a gobiernos de mucho anuncio, de mucho marketing y poco resultado y poca realidad. Entonces, esto viene a ser una conclusión a un momento, a un mojón, dentro del proceso que se viene llevando adelante hace mucho tiempo. Pero que está bueno ahora es poder contarle a la sociedad, a la institución, al Ministerio, al Gobierno de la Provincia, al resto del gobierno, qué es lo que se viene haciendo.

Así que hay mucho de nuevo, pero sobre todo lo que decía Agustina varias veces como cambio de paradigma. Un cambio de paradigma. Que dentro del Ministerio de Seguridad haya un interés y una prioridad sobre las cuestiones que tienen que ver simplemente, porque además está el tabú y está el miedo y está la mirada del otro sobre manifestar, darle algún nivel de conocimiento a los demás de situaciones de sufrimiento, de padecimiento que pasan los trabajadores y trabajadoras del cuerpo policial. Es difícil, es difícil a nivel… O en prácticamente en cualquier ámbito. No es fácil decir ‘estoy sufriendo’, ‘tengo dificultades’, ‘tengo problemas’. Debe serlo. Yo he mirado y representado de afuera de la institución, debe serlo mucho más dentro de la institución policial. Por eso creo que se trata de romper un prejuicio, romper una barrera que viene hacer juego con algo que está pasando en la sociedad en su conjunto.

Muchas hablaban de la pandemia, pero yo lo puedo narrar como algo que está ocurriendo en muchos ámbitos de nuestra sociedad, entre los pibes y las pibas, entre los jóvenes que antes era una vergüenza decir que estabas sufriendo, o era un problema personal, o después, el efecto que generaba manifestarlo y darlo a conocer era el inverso al que se buscaba. En lugar de conseguir ayuda había más aislamiento, porque bueno… Incluso, el hecho de encarar e involucrarse en algún tipo de tratamiento, o de acompañamiento era visto como ‘bueno, esta persona está loca, está mal, tiene problemas’. Bueno, apartarlo, segregarlo. Esto pasa en una secundaria de la provincia de Buenos Aires, eso pasaba usualmente. Dentro del cuerpo policial debe ser mucho más difícil, más complejo.

Por eso tiene que haber un trabajo, probablemente más intenso, de estos que llamamos humanización, tender la mano, abrir la posibilidad, prestar la oreja, dar la escucha y esto tiene que emanar desde las más altas autoridades para que quede claro que es una política que, de manera consistente, de manera comprensiva, de manera metódica, llevamos adelante. Y que entonces esto le permite, abre una compuerta que tal vez antes estaba cerrada.

Yo quería plantear que, tener, contar con una estrategia integral que se conozca, que esté también corporizado, materializado en nuevas instalaciones, que haya consultorios, cosas que faltaban tal vez, que hayan lugares de capacitación, de formación, que haya una inversión también en términos de trabajo sobre la información. Esto de que las famosas carpetas, las famosas licencias sean analizadas con una perspectiva no de castigo, o de búsqueda de una avivada, por llamarlo así. O mirada desde la perspectiva del incumplimiento y de la pereza, sino tratar de comprender la problemática. Ya es todo un cambio de perspectiva, por supuesto.

Me parece que esto pasa a nivel de nuestro sistema educativo, si me permiten contar,  porque esto que decía Julieta, que es transversal, es verdad que hay licencias médicas en nuestro sistema de salud, pasa también en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en la policía, y que a veces aparecen como un pedido de licencia y se sospecha que haya por detrás un comportamiento oportunista. Y, bueno, y nos vamos a quedar a ese nivel tonto, a ese nivel, la verdad que, superficial del prejuicio y, a veces, de una mirada también punitivista y del control cuando, más bien, tenemos una oportunidad enorme de comprender qué es lo que está ocurriendo al interior de diferentes dependencias del Estado, que tampoco son ajenas a las problemáticas sociales.

Cuando uno observa la etapa actual, la del actual período de gobierno, uno mira cualquier estadística y ve crecimiento en la pobreza, crecimiento en desempleo. Ahora se empieza a ver en materia subjetiva, ¿no? En esas encuestas, en esos relevamientos que preguntan ‘¿cuál es tu preocupación?’, ‘¿Cuál es tu expectativa sobre el futuro?’ Y, bueno, la verdad que preocupaciones muchas, ahora vinculadas a elementos vitales como perder el trabajo o como que no alcance el sueldo. Cosas que tienen que ver con el desenvolvimiento cotidiano y familiar de cada uno de los 17 millones de bonaerenses. Entonces, cómo no esperar que esto aparezca, surja y emerja dentro de instituciones tan críticas como es el caso de la policía. Lo decía muy bien Javier, les pedimos que nos cuiden, bueno, ¿en qué condiciones y con qué elementos, y con qué instrumentos? ¿Y en qué situaciones subjetivas y personales?

Alguno pensará: ‘bueno, están haciendo un abordaje de salud mental en la Policía de la provincia de Buenos Aires’. Ya decirlo así es todo una novedad. Si bien existe históricamente, bueno, le estamos tratando de dar visibilidad, dar mayor importancia y también mostrarlo para adentro y para afuera que esto existe y que, del otro lado, del otro lado del espejo pasan cosas, ¿no? Pasan cosas. Y que la policía también es un espejo de lo que ocurre en la sociedad.

Si estamos en un momento de sufrimiento, de zozobra, además de mucha agresión desde los más altos estratos de la autoridad política, bueno, esto evidentemente tiene efecto, tiene consecuencias a nivel de la sociedad en su conjunto.

Así que yo creo que es un día muy importante. Esto tiene que ver con prevención de suicidios, con los casos de heridos, con los gabinetes psicotécnicos, con los trabajadores sociales y también con las demandas espontáneas en salud mental. Bueno, todo este paquete de cuestiones que se trabaja en conjunto con Salud, con el Ministerio de Salud, con IOMA, con todo lo que tenga el Estado provincial al servicio de que tengamos una policía que esté lo mejor posible en términos de profesionalización, de formación, de capacidades. Que esté lo mejor posible en materia salarial en un momento muy complicado. Que esté lo mejor posible en términos de la moral y el ánimo. Y eso implica también tener una mirada que, a cada uno de los 100.000 trabajadores y trabajadoras de la Policía de la Provincia, del Ministerio de Seguridad, darles el mensaje de que estamos acá, también para suministrarles una atención, un acompañamiento y un cuidado en materia de su estado emotivo, de su sufrimiento, de su padecimiento para acompañarlos y evitar estas situaciones tan dolorosas y límites como son los suicidios en los policías que se habla mucho, y yo podría decir, y creo que no exagero, hasta ahora, hasta que cambiamos esta mirada y este paradigma, se hacía muy poco para evitarlo.

Entonces, bueno, aquí hoy estamos dando ese paso. Así que aprovechar para agradecerle, particularmente, al Ministro, el Jefe de la Policía, porque esto implica cambiar, por eso, cambiar mucho hasta cómo se formulan y cómo se dicen las cosas. Así que importantísimo en materia de la cultura policial de la provincia de Buenos Aires. Así que, bueno, muchas gracias.