Plenario “Unidad, Lealtad, Comunidad Organizada” en San Vicente
Compañeros, compañeras, muchísimas gracias. Primero agradecerle a la corriente peronista 13 de abril. Me invitó Walter, entre tantas actividades, la verdad que tanto esfuerzo, tanta recorrida, tanta presencia, tantas batallas que se están librando. Son épocas complejas pero en las que ya podemos identificar algunas batallas que hemos librado y varias de ellas que hemos ganado.
Pero aún en estos momentos, precisamente cuando nuestro pueblo se pregunta para dónde ir, qué hacer, cómo pararse, cómo organizarse, creo que es todavía más importante reunirse, encontrarse, reflexionar, pero sobre todo darnos cuenta, mirando a los costados, que no vamos solos, que no nos han dejado, que no nos abandonaron, sino que somos parte de un movimiento. Ese movimiento es el peronismo. Así que ¿cómo no iba a venir hoy, Walter, a acompañarlos en este día? ¿Cómo no iba a estar acá, donde uno se siente abrigado, donde uno se siente impulsado a no bajar los brazos?.
En momentos tan particulares igual, lo escuchaba recién a Walter que nos decía que hay que acordarse de la historia, que nosotros estamos acá en base y sobre los hombros de gigantes que nos trajeron y en base a una enorme traición, a una enorme historia de lucha. 13 de abril, un día lluvioso como hoy. Acababa de ganar el neoliberalismo en la Argentina y ya estaba buscando encarcelar, proscribir, perseguir, terminar con Cristina como dirigenta del campo popular. Ya estaba buscando en ese edificio de la vergüenza condenar por actos de corrupción, como habían hecho antes con Yrigoyen, como hicieron con Perón, a quienes conducen al campo popular.
Y ese día, un día de lluvia, forzado por la fecha de la agenda burocrática y judicial se dieron cita miles y miles de compañeros de todo el país. Acababan de ganar, decían que iban a gobernar veinte años, treinta años, que el peronismo no volvía más al poder. Y se vinieron a enterar y anoticiar de que el pueblo peronista, el pueblo trabajador, que aquellos que son humildes pero sobre todo aquellos que nunca dejan de pensar en el que más necesita, en el que está al lado, existían, existíamos y éramos una verdadera multitud que iba a dar batalla. ¿Por qué lo recuerdo hoy? Porque hoy hay una multitud en la provincia de Buenos Aires y en la Argentina que busca dar la misma señal y que va a dar la misma batalla. No nos van a arrebatar ni nuestra historia, ni nuestra tradición, ni nuestras banderas, ni nuestra soberanía, menos todavía nuestro futuro y de nuestros pibes.
Por eso, ese 13 donde se sorprendieron de que fuera tanta gente, por eso la referencia también a ese 17 de octubre, hay momentos donde quienes gobiernan desde la perspectiva de la oligarquía, desde la perspectiva del poder, a veces se marean, se obnubilan y no comprenden lo que viene pasando por abajo. En este período, donde vemos que quieren refundar la Argentina, donde nos dicen que no van a poner reparo ni en pasar por encima de la Constitución, del Congreso, del federalismo para llevar adelante su proyecto, ahora que nos vienen a decir que nosotros como país, como tradición, como clase, no valemos nada, que hay que ir a buscar en ideologías, en escuelas de pensamiento del siglo XIX de Austria, extranjeras, marginales, que no existen, la respuestas a los problemas que tenemos. En esta circunstancia, en esta situación, donde presentaron un DNU que es prácticamente una reforma constitucional encubierta, una Ley de Bases, ahora un Pacto de Mayo, donde quieren hacernos ir a firmar una capitulación de las banderas del pueblo argentino, la privatización de la jubilaciones, todo lo que hemos hecho para demostrar que ese no es el camino, lo quieren hacer borrar de un plumazo. Es ahí donde la única respuesta que les puede torcer el brazo y hacer comprender que este pueblo ni cambia de idea ni está entregado, el único lugar donde se da esa batalla es en la organización, es en los barrios y es en la calle. Es en las fábricas, es en las universidades y es en las escuelas. Es ahí donde se forja esa unidad. No es una cuestión de acuerdos dirigenciales o de cúpula. La unidad que tenemos que forjar es la unidad de aquellos que estamos dispuestos a arriesgar todo lo que haga falta, a luchar y a aceptar que del otro lado buscan terminar con un país que veníamos construyendo y queremos construir. Y que entonces va a ser con agresión, con agravios, con ataques y eventualmente, como vemos ya, represión, persecución.
¿Cómo les decimos que no van a pasar con esas ideas? Mostrando que lo que hacemos simplemente es representar un pueblo trabajador, representar una industria nacional, representar un sentir soberano, representar a los estudiantes, representar a las pymes, representar a los trabajadores, representar al verdadero país. No un invento de pizarrón que nos quieren imponer como salida.
Y ahí se va a ver de qué madera están hechos los hombres y mujeres que quieren dirigir ese proceso. La pregunta es quién está dispuesto a dejar de lado la especulación o dejar de lado todo tipo de deliberación, aparte de los problemas y conflictos reales, para ponerse a la cabeza de los reclamos de los que sufren, de los que están perdiendo todo, de los que no tienen perspectiva, de los que los amenazan con reformas laborales, con baja de salario, con pérdida de laburo, con cierre de universidades. Ahí se va a ver, en la cancha se ven los pingos, en la calle los dirigentes.
Por eso creo y agradezco de nuevo a Walter haberme invitado, decían en la presentación, primer ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires que viene de la dirigencia sindical. El problema no es, sin embargo, de dónde viene, sino a qué es leal y qué hace cuando ejerce un cargo. Hemos visto algunos que tienen los pergaminos o la trayectoria y después cuando les toca ejercer las funciones abandonan todo, cambian de idea o se someten a otras lógicas.
Hace pocos días desde la provincia dimos una de las batallas más importantes que caracterizan a esta situación y cuál va a ser su desenlace. Vienen a quebrar la fuerza de resistencia del movimiento obrero argentino. No es simplemente un problema macroeconómico de qué pasa con los sueldos. Lo veíamos el otro día, no queriendo aceptar y homologar una paritaria, la de Camioneros, entre los trabajadores y los empresarios. Dicen que todo tiene que resolverse por acuerdos entre privados, que la libertad es eso, y entonces dejan que los laboratorios pongan cualquier precio a los remedios, que los prepagas cobren cualquier cosa, que los conglomerados que producen los alimentos pongan el precio que se les cante. El único precio al que no le dan libertad y que vinieron a controlar es al salario de los trabajadores. Qué liberales son. Libertad para explotar, libertad para abusar al consumidor y al laburante, pero en los salarios techo, límites, restricciones. Y se juega ahí el núcleo de la etapa y del programa económico. Quieren conseguir que los precios bajen sin mirar, sin importar, ganancias extraordinarias de sectores extranjeros, de sectores concentrados. Para eso no hay techo. ¿Cómo quieren hacer para que los precios se estabilicen? Manteniendo, pisando y congelando los salarios. Ese es todo el plan económico que nos traen. Y entonces no querían homologar una paritaria ya firmada con acuerdo salarial de un gremio entre sus empresarios y los trabajadores. Y ahí apareció Walter, que me llama y me dice ‘mirá, Axel, si el gobierno nacional no homologa la paritaria que es libre, que fue centrada y formada entre las partes, entonces lo tiene que hacer el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires’.
Es central al programa económico. Vienen a derrotar la capacidad de resistencia y de lucha y la represión del salario es el único programa y plan económico que tienen. Y eso es fundar una estabilidad presunta en el hambre de los trabajadores. Es la carencia de los más humildes. Porque atrás de las paritarias libres y los acuerdos salariales vienen después los jubilados, vienen los sectores informales. Es importantísimo cuando dice que admira a Thatcher, cuando la pone a Thatcher ahí arriba. Ya lo hemos repudiado, porque para nosotros Margaret Thatcher es la asesina de nuestro pueblo y nuestros jóvenes con el hundimiento ilegal. Pero no es eso a lo que hace referencia. Hace referencia que cuando le tocó gobernar a Margaret Thatcher en Inglaterra y a Reagan en Estados Unidos, su obra de arte para ellos mismos es la piedra basal y el fundamento de todas las reformas neoliberales, de la desarticulación del Estado de bienestar, de la pérdida de derechos, tuvo su eje central en haber derrotado la lucha de los trabajadores.
En el caso de Thatcher, una huelga de mineros, los mineros ingleses que tenían una tradición de organización, que tenían una enorme fuerza, fueron a una huelga por salarios dignos contra las privatizaciones, contra el cierre de fuentes de trabajo, y aquella Primer Ministro fue en contra y tuvo represión y tuvo permanente obstinación en que no se pudieran mejorar esos salarios. Y le atribuyen haber roto esa resistencia, haber impedido la recuperación salarial, el origen del neoliberalismo no sólo en Inglaterra, sino en el mundo entero.
Ahí la importancia de lo que se viene. Y quiero decir que al haber homologado en la provincia de Buenos Aires un acuerdo que no era más que un acuerdo ya alcanzado entre las partes, hicimos algo que está teniendo enorme trascendencia en la discusión nacional porque desde acá vengo también a saludar la decisión de la Confederación General del Trabajo, que ante la negativa de aprobar paritarias, que ante la búsqueda de quitar derechos, de nuevo se planta con una marcha y un paro general el día 9, que marca el camino de que podemos discutir estabilidad de precios, economía, pero no sobre la espalda, el hambre y la sed de los laburantes. No sobre los derechos del pueblo humilde y del pueblo trabajador.
Y antes de eso, el día 23 tenemos por delante, ante el embate despiadado sobre las universidades nacionales, y uno dirá por qué van a hablar de las universidades nacionales, cuál es la importancia. Miren, las universidades nacionales, la escuchábamos a Cristina hablar de Yrigoyen y Perón en aquel momento, ese Yrigoyen estuvo relacionado con la reforma del ‘18, una reforma que hizo abierta a la universidad, pero no alcanzaba con hacerla abierta y democrática, llegaban sólo los sectores medios y acomodados. Faltaba un paso para que la universidad argentina se convirtiera en la universidad del pueblo argentino,era lo que hizo el general Perón en el año 49’, cuando decretó la gratuidad del estudio universitario. Y miren, Perón mismo, consultado después sobre cuáles fueron entre todas las reformas que se llevaron adelante en esos años, de las más maravillosas, dijo que con el ‘49 y la gratuidad, las universidades se llenaron de hijos de obreros. Por eso defendemos las 25 universidades nacionales y provinciales que le abren la puerta gratuitamente a nuestro pueblo en la provincia de Buenos Aires. Es una lucha propia. Por eso vamos a estar el 23 acompañando la defensa de las universidades.
Trabajadores, universitarios, tenemos que sumar también a los sectores productivos nacionales que también ven amenazados sus empresas, nuestras fuentes de trabajo. Este plan es un plan de desindustrialización masiva y acelerada. Y eso significa pérdida de empleo, de calidad, pero significa algo también muy profundo y que tiene que ver con nuestro proyecto histórico y con el futuro que queremos, con universidad, con trabajadores organizados, pero también, sobre todo, con una industria nacional que opere bajo la lógica de dar trabajo, inversión, desarrollo al pueblo argentino. La provincia de Buenos Aires, por supuesto que se opone a estas ridiculeces que plantean, pero lo hacen porque somos el corazón productivo, somos la cuna del movimiento obrero, somos la cuna del peronismo, de Perón, de Evita. Vienen de acá. Tenemos la vocación, tenemos el coraje pero tenemos la obligación de defender como pueblo estas banderas. Quieren convertir a la Argentina en un país sin derechos. Quieren convertir a la Argentina en un país primarizado y precarizado.
Creo que ya a esta altura, aún los que votaron por este presidente, se están dando cuenta que el ajuste no era para la casta o para un grupo pequeño que vinieron por los ingresos del pueblo, de los trabajadores, que vinieron en contra. Y quiero hacer un párrafo del federalismo argentino. La provincia de Buenos Aires muchas veces ha sido considerada parte como si fuera suplementaria, complementaria o subordinada a la Capital Federal, porque esa era nuestra capital y parte de nuestro territorio. Quiero decir hoy y más todavía ante el ataque que hay al federalismo, que la provincia de Buenos Aires, orgullosamente forma parte del interior de la República Argentina. (Cantan “Axel Presidente”)
Compañeros, compañeras, miren, yo escucho, agradezco, pero digo: nos esperan muchísimas tareas, muchísimos desafíos. Por eso quiero agradecer a todos los que me acompañan en este escenario, porque nunca en todo este proceso que describía Walter, de triunfos, de derrotas, de altas y de bajas, nunca dieron el brazo a torcer, nunca dejaron de representar, nunca dejaron de luchar, nunca dejaron y abandonaron sus ideales, sus convicciones y su historia.
Nos esperan grandes luchas. Creo que este país, cada vez que tuvo una experiencia como esta, dura, complicada y difícil, no para quienes dirigimos sino para nuestro pueblo y para la gente, cada vez que tuvo episodios como este, logró armarse de nuevo, fortalecerse de nuevo. La unidad que pedimos, la construcción que necesitamos, es aquella que nos dé también la fortaleza necesaria para mostrarle a nuestro pueblo, a nuestro país, a nuestra patria cuál es el norte.
Desde la provincia de Buenos Aires, con producción, con trabajo, con derechos, con dignidad, con salud, con educación, con lucha, queremos mostrar que vamos a dar todas esas peleas y sobre todo que queremos construir una perspectiva para el futuro de los argentinos que sea una de dignidad, que levante las banderas de Perón y de Evita, que lleve adelante con todos y con todas cada uno de los reclamos. Pero luego y más importante, que dé respuesta a cada una de esas necesidades y que nos permita comprender que el horizonte, por más lejano que esté, solo se alcanza caminando, con decisión, todos los días. Así que, compañeros, muchísimas gracias, felicitaciones, fuerza.