1° Congreso Provincial de Agroecología

Bueno, buenos días. Gracias, muchas gracias. Buenos días a todos, a todas. En primer lugar, agradecer a nuestros dos anfitriones, empiezo por el lugar concreto en el que estamos, en la Universidad Nacional de Luján. Agradecerle a Walter, además, por el reconocimiento, por los presentes, valgan estos reconocimientos como una sociedad mutua, donde venimos hoy a una universidad pública de la provincia de Buenos Aires, es nacional pero en la provincia de Buenos Aires, a luchar también por la universidad pública, gratuita, masiva y de calidad para toda la Argentina y para nuestra Provincia. El pueblo no cambia de idea, Milei, vamos a defender la universidad pública.

En el día de ayer, en UNSAM, en la Universidad de San Martín, se reunieron 20 rectores, ¿no, Walter? 20 rectores, porque ustedes saben que el Gobierno nacional además de ahogarlas financiera y económicamente, además de recortar de manera criminal sueldos, salarios de docentes, investigadores, de interrumpir los programas de becas, de atacar al Conicet, al INTA, al INTI, además de las universidades nacionales. Además de todo eso, paró las obras en las universidades. Nosotros no podemos, de ninguna manera, financiar el sistema universitario nacional en materia de gastos corrientes, es imposible que lo haga un Gobierno provincial, ahora tampoco podemos permitir que se paren las obras que van a ampliar la universidad pública en todo el territorio de la Provincia.

Por eso, en el día de ayer anunciamos la continuidad, con fondos provinciales, de obras en todas las universidades nacionales con asiento en la Provincia. Y lo decía muy bien el rector, no es una medida de marketing o una intención de marcar un contraste y una diferencia con el gobierno de Milei el interés que tiene el Gobierno provincial por el sistema universitario que funciona en la provincia de Buenos Aires. Cuando llegamos, y retomo un poco lo que contaba recién el rector, cuando llegamos a la Provincia encontramos que en nuestra inmensa Provincia, 17 millones de habitantes, 300.000 kilómetros cuadrados, obviamente es donde mayor presencia hay de las universidades nacionales. Y, sin embargo, había una relación de mutua, llamémosla, indiferencia entre el sistema universitario que depende del Gobierno nacional y el Gobierno de la Provincia, no así el pueblo y la sociedad que, obviamente, necesita las universidades públicas, asiste. 

Pero bueno, el Gobierno de la Provincia, entendía yo, se estaba perdiendo una enorme oportunidad, una enorme posibilidad, estábamos desperdiciando la posibilidad de integrar el trabajo científico pero, también, de extensión. Eso que hacen las universidades nacionales y las universidades también bonaerenses en cada uno de sus territorios. No es solo investigar, pensar cuestiones generales, universales, sino que todas las universidades públicas tienen también un fuerte trabajo territorial, de extensión, de presencia en las comunidades donde se desenvuelven y donde se desarrollan, conocen la problemática porque conocen a los alumnos y alumnas, a sus familias, a su situación social, productiva, pero también hay muchos proyectos de investigación que las universidades públicas desarrollan en torno a las problemáticas locales. 

Lo voy a decir de otra manera, las universidades que se desenvuelven en el territorio bonaerense conocían el territorio, la población, las problemáticas a veces mejor que el propio gobierno. Y la verdad que era un desperdicio, la verdad que era irracional, así que desde el comienzo de aquel primer mandato, resolvimos comenzar a darle continuidad a una política desde el Gobierno provincial de cara al sistema universitario que funciona en la Provincia. 

No es algo que inventamos ahora, no es algo que hacemos porque Milei ataca a la universidad pública argentina, es algo que venimos desarrollando y acumulando desde el primer mandato. Pero digo yo, se ve más ahora, porque mientras Milei abandona y ataca a las universidades, el Gobierno de la Provincia las respeta, las incluye e invierte en el sistema universitario, comprendiendo que ahí se juega un modelo de país, un modelo de desarrollo y el futuro de nuestros pibes y pibas. Así que, muchísimas gracias por recibirnos hoy acá. 

Luego, agradecerle al intendente de Luján, a Leo Boto. Miren, recién cuando comentaba rápidamente algunas de las cosas que estamos haciendo en Luján, yo lo recuerdo a Leo viniendo con su carpetita de necesidades para el distrito y había necesidades relativamente sencillas, fáciles de alcanzar y otras que parecían absolutamente imposibles. Centrales, nodales para el desarrollo y para el Municipio de Luján y que, sin embargo, postergadas durante décadas, siempre esperadas, siempre reclamadas, pero nunca conseguidas. Una tenía que ver con el hospital acá en Luján, que es un hospital que en un ida y vuelta pasó a ser municipal, pero que tiene lógicamente un papel estratégico regional y que era obvio y natural que el hospital de Luján tenía que tener una presencia mayor provincial. Sé que hay muchos hospitales en la provincia que siendo municipales, siendo locales, están buscando alguna forma de integrarse al sistema provincial. Por supuesto que queda mucho por hacer, pero por supuesto también, Leo, que quiero agradecerte el pedido, el reclamo que expresaste de tu pueblo de que el hospital de Luján sea provincial, era algo que parecía imposible, que era muy difícil, hoy lo tenemos. Así que, un enorme orgullo haber marcado una recuperación para la Provincia de algo tan importante. 

Luego, por lo que decía también el rector, el complejo museográfico, el complejo de museos acá de Luján, particularmente el Udaondo, pero también el Museo del Transporte y cuestiones que no quiero revelar, Leo, porque son planes que tenemos todavía. Pero Luján, además de tener la Basílica, además de ser un centro turístico, religioso, espiritual de la provincia de Buenos Aires, conserva y tiene buena parte del patrimonio histórico de la provincia a través de su Cabildo, de sus museos. Yo la verdad que estoy tremendamente orgulloso de estar poniendo en valor, después de tanto tiempo, a los museos de la provincia. Y más orgulloso todavía de que con una carpetita acá decidimos hacer una carrera y que esa carrera va a funcionar, son cambios para nuestro futuro como provincia. Nadie, ni Milei, ni nadie nos va a borrar nuestra historia.

Y digo, para ese pensamiento a veces porteñocéntrico, unitario, centralista, Luján ha sido y es, y nuestra provincia es cuna del federalismo. Así que si van, como dijo el rector, a visitar el museo, no dejen de visitar la sala federal donde hay un homenaje a Juan Manuel de Rosas, a todos nuestros caudillos. Y si todo sale bien, Leo, lo que me planteaba recién de poner en valor acá en Luján nuestra historia, nuestra historia federal, pronto va a ser una realidad. 

Y bueno, qué hablar y qué decir del Río Luján. Hay dos obras que es casi incomprensible, imperdonable que se hayan esquivado, demorado, atrasado en materia hidráulica en la provincia de Buenos Aires, una es la del Río Salado. Ustedes saben que el Río Salado, la profundización, el dragado del Salado tiene que ver con las inundaciones, pero tiene que ver con lo que comentaba Javier, con la producción en provincia de Buenos Aires. Había campos, había mucha producción que estaba imposibilitada por las inundaciones periódicas del Río Salado. Tengo el orgullo de decir que en nuestro Gobierno, en los años que llevamos, somos el Gobierno que más hizo por el Río Salado en la historia de nuestra provincia, en kilómetros, en volumen.

Así que, hoy también, cuando quieren hacer pelear al peronismo con el campo que hablen de los hechos reales, de la producción, de los caminos rurales, que hablen de la agroecología, que hablen de los pequeños productores, que hablen del crédito al Banco Provincia, que hablen del Río Salado, que hablen de las obras históricas que hemos llevado adelante y, sobre todo, de un campo que no es solo un objeto de deseo para la especulación financiera, para las grandes cerealeras, sino que es un campo, una producción rural que tiene que pensar primero en el productor, primero en la familia y primero en el arraigo, ese es nuestro proyecto. Por eso hablaba del Salado. Agrego, la monumental, decíamos con Leo, nos gusta decir faraónica, cuando uno mira la obra que se está haciendo en el Río Luján, cuando uno piensa que no es solo la cuestión de las inundaciones, sino el entorno del río, el agua, el saneamiento, las cloacas, una obra integral, un parque lineal, que tiene que ver con el aprovechamiento del río, los proyectos que van a venir después, muestran que Milei está equivocado en casi todo. Pero si tengo que señalar algo donde salta a la vista que lo que dice son puras cuestiones absurdas, inaplicables y ridículas es en torno a la obra pública, si no hace el Estado las obras públicas estructurales no las hace nadie, no las hace nadie y quedan postergadas, quedan olvidadas. Y ahí está la gente mirando un río como amenaza, un río que se va a incluir, incluye, así que, Leo, obras históricas, obras históricas en Luján. 

Y luego, el encuentro, el Congreso Provincial de Agroecología que estamos llevando adelante. Recuerdo ese año 2020, un año de mucha angustia con la pandemia, efectivamente seguíamos pensando planes de gobierno que traíamos, pero era muy difícil lanzarlos, ponerlos en funcionamiento y Javo me dice, nuestro ministro, ‘mirá, tenemos que lanzarlo ahora porque esto tiene que funcionar por sedimentación, por acumulación, tiene que ser un trabajo en el que desarrollemos, con tiempo, una línea o varias líneas y programas de política para que la provincia de Buenos Aires sea líder en agroecología’. 

Y ahí estábamos, JAvo, si no me equivoco, en Tapalqué con los barbijos, ¿no?, lanzando objetivos en agroecología para la provincia de Buenos Aires. Algo que evidentemente no existía, porque veníamos de un gobierno anterior que había tenido vacante el Ministerio de Producción, que había hecho cualquier cosa, que no le importaba nada, como siempre al neoliberalismo, no le importaba nada de la vida real de la gente, de su alimentación, del ambiente. Entonces, lanzamos entonces, ahí en Tapalqué en 2020, nuestras políticas de cara a la agroecología. Yo no puedo creer, Javo, y quiero felicitar el inmenso trabajo que ha hecho el Ministerio, el inmenso trabajo que han hecho todos estos actores, actrices de la agroecología, cómo hemos posicionado en la Argentina, en la región, a la provincia de Buenos Aires, como referencia y todo lo que nos falta hacer. 

Pero este Congreso es un paso importantísimo, es un verdadero orgullo estar hoy presentando el Congreso, dándole apertura, porque vamos hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, ¿no? Para esto, para desarrollar inversión y política pública en esta materia, primero lo que hay que hacer, primero que nada, además de buscar esos cinco principios que decía Javo, ¿no?, más productores, pequeña producción, arraigo en base a la producción, obviamente que ese modelo sea de valor agregado, que ese modelo sea con sustentabilidad ambiental, que ese modelo incluya la ciencia, la tecnología, la innovación tecnológica, y que ese modelo cambie, también, el modelo de alimentación y, como bien dijo Javo, una cuestión de soberanía tecnológica, alimentaria, una cuestión de soberanía nacional. Pero para todo eso, lo primero que hay que hacer, que creo que es una clave, es no ser terraplanista. Es no ser terraplanista.

Yo no puedo creer, porque uno aprende la tele y pasan los canales del mundo, ve en las redes y en todos lados, situaciones, eventos climáticos absolutamente sin precedentes, lo hemos visto con tornados en Bahía Blanca, lo vemos con inundaciones, no sé qué falta, qué evidencia falta, para que esta gente que hoy gobierna a nivel nacional comprenda que el cambio climático es un problema que tenemos que abordar entre todos y todas, que no podemos ser indiferentes, no podemos ser obtusos, no podemos ser tontos, tenemos que tomar esa agenda. Lamento tanto que el Presidente de la Nación quiera hacerse famoso yendo a contramano de la historia, de la región y del planeta, la verdad que es incomprensible. Es incomprensible. 

Nosotros vamos a seguir desarrollando estas políticas, tenemos muchos resultados para mostrar. Este Congreso es una exhibición de eso pero, también, decir que esto no se logra, realmente no se logra, sin un Estado presente. Sobre esto quiero ser tremendamente claro, por eso es una discusión que tenemos que dar una y mil veces. El mercado por supuesto que existe, por supuesto que lo privado, las transnacionales, el sector financiero, existen, son una realidad del capitalismo, nadie lo niega, ni siquiera vengo acá con una mirada crítica. La gran pregunta es, ¿qué queda afuera de ese modelo? Cuando uno dice ‘privaticemos la salud’, rápidamente tienen que comprender que de lo que están hablando es de que el acceso a la salud solamente esté en manos de aquellos que tienen los recursos para pagarle a una empresa que, a su vez, tiene que hacer de la salud un negocio. 

No lo digo con perspectiva crítica, está muy bien que haya importantes clínicas privadas, de última tecnología, está muy bien que algunos puedan comprarse medicamentos o tratamientos o aparatología tremendamente sofisticada, pero debo decir que la enorme mayoría del pueblo de la provincia de Buenos Aires si recae simplemente en el negocio privado se queda sin atención de salud, y que esto pasa en buena parte de la región y del mundo. Así que es la realidad que tenemos, la desigualdad, la inequidad, las diferencias y que cuando esto es así, si no hay Estado lo que estamos haciendo es condenar a millones de personas a privarse de salud, de alimentación, de educación y, por supuesto, de modelos productivos que tengan en cuenta otra mirada. 

El mercado funciona, sí, pero tiende a la concentración, es una ley general del funcionamiento de los sistemas privados, tiende a la concentración. Lo que es concentración en las empresas, en las ramas productivas es exclusión social, porque geográficamente, económicamente y productivamente van quedando afuera y atrás millones de personas. Por eso, tiene que haber políticas de capacitación, tiene que haber políticas de crédito, tiene que haber políticas de acceso a los mercados. 

Los mercados, las vías de expendio también tienden a concentrarse. A veces no es que el producto no sea mejor o más barato, sino que no tiene la escala y no tiene la posibilidad de llegar a los grandes comercializadores y, por tanto, se queda sin espacio, se queda sin demanda, se queda sin posibilidades.

Yo estoy tremendamente, a esta altura del partido, tremendamente orgulloso de que en la provincia de Buenos Aires tengamos una mirada que es la mirada de la inclusión, del desarrollo productivo, de la agroecología, de la soberanía alimentaria. Y tengo que decir también, Javo, que las ferias bonaerenses, que los mercados bonaerenses, que la política también de las PUPAAs, de los pequeños productores con reconocimiento del Estado, que los frigoríficos estatales municipales, las usinas lácteas son políticas sin las cuales nuestro gobierno estaría también o siendo indiferente o participando de esos procesos de exclusión que hemos atestiguado durante tantos años. 

Así que, con estas palabras, viendo que cada vez participan más, viendo que hay interés, que hay también una vocación de progreso, que por ser individual, por tener que ver con la vida propia, con la familia, con lo cercano, ese progreso es un progreso que no se piensa pisándole la cabeza a nadie, dejando a nadie afuera, no es una competencia a ver quién gana y cómo asesino al otro, sino que se trata de un progreso colectivo, conjunto, social y que es la búsqueda de un pueblo, de un destino mejor, con desarrollo sí, con inclusión también y con soberanía, por supuesto. 

Así que, doy así por inaugurado este Congreso. Muchísimas gracias, gracias por su trabajo, gracias por acompañar, a pelearlo cada uno, la dirigencia política por consiente que esté no resuelve este problema, lo que hacemos en Buenos Aires tenemos que tratar de que llegue a toda la Argentina. Muchísimas gracias.