5° Jornada Provincial de Salud Mental
Buenos días a todos y a todas. Muchísimas gracias. Primero, agradecerle a los dirigentes gremiales, sindicales que también son un poco anfitriones. A los directivos del hospital, a la directora y a todo el equipo directivo del hospital, porque rápidamente tuvimos la necesidad de reorganizar y acá estamos y, por supuesto, a nuestro ministro de Salud, a la subsecretaria. La verdad que estar de nuevo en un encuentro provincial de Salud Mental y ver que hay cada vez más gente, cada vez más trabajo, cada vez más experiencias, cada vez más entusiasmo a pesar de la adversidad, la verdad que me llena de alegría porque y acá no puedo, creo que no puedo agregar demasiado a lo que contaba Julieta, una descripción sé que sintética y no exhaustiva tampoco, además de corta, que salteó… Porque a mí me dieron una relación, un inventario de todas las políticas que tendríamos hoy para contar, pero muy precisa de algunos de los rasgos centrales de lo que tiene que ver prácticamente una refundación, ¿no?
Porque acá en la Provincia de Buenos Aires, la salud mental era tabú dentro del sistema mismo de salud, no solo como un hecho social, sino como un hecho estatal, como un hecho político. Así que creo que lo que estamos haciendo es una revolución en salud mental en la provincia de Buenos Aires y, por tanto, en el enfoque y en el abordaje de la salud en general de nuestro pueblo. Donde hay una mirada, Nico, que tiene que ver con aspectos metodológicos, pero también, recién recordando a Testa, yo leí a Testa, le decía recién a Julieta que, esto es un renglón autobiográfico, pero cuando empecé a investigar en economía empecé con economía de la salud, obviamente me interesó toda la escuela, llamémosla, sanitarista. Así fui a dar en Carrillo, en Testa, en todos los que son hoy inspiración, no solo como figuras teóricas conceptuales de la historia del pensamiento de la región, del país, sino que hoy creo yo que el mejor homenaje que le podemos hacer es poner en práctica lo que enseñaron.
Hay muchos elementos para destacar porque decía recién revolución, alguien dirá bueno, es mucho, ¿no? Pero cuando uno recuerda en qué condiciones encontramos el sistema de salud en general de la provincia y, en particular, el abordaje de salud mental creo que nos quedamos cortos. Porque lo que había era un Estado que tenía absoluta indiferencia, por no decir aversión, desinterés, eso acompañado por desinversión, por falta de ningún plan. No digo, como hoy tenemos planes quinquenales para llevar adelante, ningún plan de nada, simplemente el cierre, la deserción y el abandono sobre lo que ya existía. Y si esto hubiera sido simplemente el gobierno de Vidal, ¿no? Porque uno puede… También hay que hacer memoria, también hay que hacer memoria. Yo, ustedes saben que con Vidal intento no discutir porque ya lo hicimos en una elección y ya quedó claro quién para el pueblo de la provincia de Buenos Aires tenía el abordaje correcto. Así que no, no voy a destinar aliento a esta cuestión. Pero sí, en Vidal representar algo que llevaba mucho más tiempo, que llevaba mucho más tiempo, ¿no? La falta de proyecto, la falta de norte para el sistema de salud de la Provincia, agrego, para el sistema de educación, para la misma seguridad. Había siempre ideas esporádicas, una política, esas políticas, la palabra no se usa más, pero como una manifestación, una vedete, ‘vamos a hacer la guardia de los hospitales, vamos a hacer tal cosa’, y todo lo demás en un estado de desidia, de abandono, de falta de idea, de falta de compromiso.
Creo que el sistema de salud, además, precisamente en la provincia de Buenos Aires, donde a diferencia de lo que ocurre en otras jurisdicciones, me refiero específicamente a la ciudad de Buenos Aires, a nuestra Capital Federal, porque yo sé que tratan de establecer una especie de confrontación entre la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Yo voy a decir algo para que quede muy claro, esa provincia que hoy administra un Gobierno, un Jefe de Gobierno, esa, perdón, esa ciudad que hoy administra de la que es Jefe de Gobierno Jorge Macri es nuestra, es nuestra Capital Federal, tiene que administrar la sede del gobierno federal y tiene que hacerlo con una perspectiva nacional y federal. No es cuestión de abrazarse, decir, comparar, me parece que estamos hablando de otra cosa pero cuando uno mira la composición económica, social de la ciudad de Buenos Aires, que a veces se la compara y en pandemia, Dani, Nico, era habitual. Bueno, voy a decir números exagerados e imprecisos, pero más o menos pasa en educación, pasa en salud, el porcentaje es muy alto, es muy alto de lo que se resuelve por privado en la ciudad de Buenos Aires, comparado con la provincia de Buenos Aires. Digamos, 80-20, 20-80 más o menos, el peso del sector privado.
Eso fue muy importante marcarlo en pandemia porque en la provincia de Buenos Aires tuvimos que afrontar desde el Estado, desde el Estado, desde el sistema público una situación sanitaria que tal vez en otras jurisdicciones, y acaso en nuestra Provincia también, en algunos lugares geográficos, en algunos lugares puntuales, se resuelve de otra manera. Bueno, acá fue el Estado. Y yo quiero decir que es importantísima, importantísima la perspectiva con la que se aborda la cuestión, el tema de la salud desde el punto de vista del Gobierno, ¿no? Y creo que el estado en el que encontramos los hospitales, la falta de insumos, el ataque a los salarios de los trabajadores y trabajadores, hoy lo escuchamos de nuevo en otra experiencia neoliberal, con otros matices, con otro vocabulario, pero que en el núcleo es más o menos lo mismo, me animo a decir, es más o menos lo mismo, es el ajuste como única bandera de gobierno. Y después, como subproducto del ajuste el abandono, la pérdida, la crueldad que decía Juli, que decía Nico, como política de Estado.
Pero en concreto es que no había nada en los hospitales provinciales, que había problemas de todo tipo. Y lo dijo muy bien Nico, estamos muy lejos de haberlo solucionado, muy lejos. A veces uno siente que toma determinaciones importantes, pone presupuestos relevantes y es como una especie de una gota en el océano de tanto que habría que hacer.
Pero yo creo que lo central acá, habiendo ya recorrido un trecho, cinco años de gobierno, donde hay efecto visibles, donde ya son categóricos, donde ya son generalizados, donde se observan a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires, puedo decir lo que creo desde el principio: que lo más importante es marcar una orientación, un propósito, una dirección, un camino y, en lugar de sentirse agobiado, de decir ‘miren todo lo que es, ¿cuándo lo vamos a poder hacer?’, empezar a caminarlo y a transitarlo. Eso es lo que creo que hay que marcar hoy, estamos caminando en la dirección que hemos resuelto, y que con la reelección de diciembre creo que ese camino y esa dirección hoy está legitimado y es un mandato para la provincia de Buenos Aires.
Y hay varios elementos que tienen que ver con el congreso de hoy. No voy a dedicarme a hablar de Provincia libre de manicomios, de todo esto que cada una de esas externaciones, cada una de esas casas que armamos es el esfuerzo conjunto y colectivo de muchas dependencias del Estado provincial y es la tenacidad, es la obstinación, prácticamente, casi la palabra que me sale es medio de Silvio Rodríguez, pero casi de necios, ¿no? De necios lo que hay que empujar para que ocurran las cosas y se produzcan, llegamos a esa conclusión, las grandes revoluciones las hacen necios, ¿no?
Que insisten, que perseveran y, por eso, describir cada una de las políticas sería mucho tiempo, pero sí quiero decir una cuestión, quiero hablar de una cuestión, que es metodológica, que es del sistema que estamos aplicando en esta área, por supuesto, salud. Señera en esto, Nico, porque son de una escuela conceptual y política que siempre se planteó la planificación como un modo de gestión, ¿no? Porque hay una forma que es responder a los problemas cotidianos, que ya es un montón, si uno da una respuesta adecuada. Pero si a eso se le agrega tener un guión, tener una preparación y saber hacia dónde se está transitando, bueno, es una cosa distinta porque entonces ya no se convierte en haber resuelto un problema puntual, sino en una cuestión acumulativa y en una cuestión que va dando fruto a lo largo del tiempo. Nosotros nos planteamos la planificación como un sistema de gobierno, ¿no? No decir ‘bueno, tenemos tres quilombos, lo vamos a resolver’, sino que queremos llegar a este lugar, esta es nuestra meta y está lejos, es difícil, requiere un montón de condiciones, que a veces lo acceden a uno, de contexto, ¿no? Nosotros cuando terminamos, o estábamos terminando el primer periodo de gobierno, por supuesto, que voy a decir algo que proviene de otro ministerio pero que tiene mucho que ver, también, escuelas, habíamos hecho en dos años 200 escuelas o 150, más o menos, centros de atención primaria de la salud. Y uno fantasea conseguir con ese ritmo, ¿no? A 100 escuelas por año, 70 y pico de centros de salud por año y dice ‘bueno, en cuatro años más vamos a poder cumplir un objetivo cuantitativo fantástico, inmenso, inmenso’. Y sin embargo, hay condiciones contexto, también.
Los hombres hacen su historia, las mujeres ¿no? La humanidad hace su historia, pero eso lo hacen determinadas condiciones, que no determina y que no gobierna. Y esto nos ha pasado con un Gobierno nacional que patea en contra. Patea en contra. Muchas de las políticas que hoy estamos haciendo, lamentablemente, no tienen que ver exclusivamente con continuar con nuestra política, seguir desarrollándola, sino atajar, atajar el desastre que está generando un Gobierno nacional que interrumpe medicaciones, programas y tratamientos de psicofármacos, pero también de cuestiones como el cáncer. Bueno, es una cosa, y lo quiero decir porque se llama así, no es un tema ‘charlémoslo, veamos cómo es, digamos las cosas con delicadeza’, lo que están haciendo en términos de deserción y abandono es criminal. Es criminal. Y es una decisión política que toman, porque si la guita que ponen en la timba financiera la pusieran en la gente que necesita asistencia sanitaria, más educación, estaríamos en un país distinto con las mismas cuentas públicas. El tema es a quién se favorece, este no es un programa de ajuste, es un programa de transferencia de los más pobres a los más ricos, de los sectores medios a los sectores transnacionales, de la producción a las finanzas.
Y si no lo empezamos a decir con todas las letras, van a seguir mintiendo todos los días y tratando de convencernos que estabilizar las finanzas y los mercados externos es hacerle bien a nuestro pueblo. ¿Por qué no se ocupan un poco de la realidad cotidiana de millones de personas a las que ignoran y desconocen?
Y evidentemente, voy a seguir hablando, discúlpenme, ya estaba para… No, muchas gracias, pero, muchas gracias, muchas gracias. Me voy a tomar un traguito de agua.
No, pero está bien, si no nos sublevan. Y fijense que se pueden decir cosas duras y realistas sin andar puteando a nadie, sin andar denigrando ni descalificando a nadie, porque si vamos a devolver a esa violencia verbal con más violencia, ahora, la verdad no es violencia, así que esto es lo que está ocurriendo en todo el país, en toda la Argentina y en la provincia de Buenos Aires, un Gobierno nacional que actúa con indiferencia, y que a mí me gusta el término desertar más que abandonar, es un abandono pero es una deserción, porque se abandona algo que se deja de hacer, se deserta cuando es una obligación a la que se le da la espalda, no es que es optativo para un Gobierno nacional asistir, acompañar, concurrir en la política pública de salud, de educación, son derechos.
Yo sé que no le gusta la palabra derecho, no le gusta el término justicia social pero, bueno, lamentablemente todo eso está en nuestra Constitución Nacional, se decidió hace tiempo y está para cumplirse. Y nosotros nos tenemos que dedicar, también, a señalar estas cuestiones.
Pero estaba hablando de la planificación como método de gobierno, pero una nota adicional a la cuestión de la planificación de la que hoy venimos hablando en varios encuentros, jornadas, congresos como hoy. La planificación no es un hecho de la torre de marfil, del escritorio, de sabios, por supuesto que hay saberes involucrados, pero hoy lo charlábamos circunstancialmente y me quedé con eso. Así que quiero hablar de nuevo del tema de la planificación y la modalidad que estamos aplicando, una planificación a la que nosotros llamamos participativa, democrática. Quiere decir que no es que viene un plan que baja de alguna oficina, de algún burócrata, o algún sabio, sino que el proceso de planificación primero es un camino, no es simplemente un producto terminado que se inserta dentro de la política y que se ejecuta ciegamente. Para que la planificación tenga éxito tiene que ser el resultado, un resultado, no el final, sino un resultado de un proceso. Por supuesto que va teniendo borradores, que va teniendo versiones, pero que se tienen que ir permanentemente adecuando, permanentemente rediscutiendo, permanentemente mejorando. Y eso implica que el proceso de planificación sea en sí una construcción y un proceso de aprendizaje colectivo.
¿Y dónde están saberes más pero más valiosos del sistema educativo, del sistema de salud, del sistema de seguridad de la provincia de Buenos Aires, del sistema productivo de la provincia de Buenos Aires? Todos saben que esto es un mundo, es un país, 40% de la Argentina es la provincia de Buenos Aires en población, en producción, en producto bruto, en lo que quieran, en agro, en industria es un poco más, pero bueno, y además es 300.000 kilómetros cuadrados. ¿Dónde están esos saberes? No están en ningún libro, no están en ninguna cabeza, no están ni siquiera en una universidad, todo esto participa, pero el verdadero conocimiento está en el territorio, está en el terreno, está en la práctica. Lo tienen los trabajadores y trabajadoras, lo tiene el pueblo, lo tiene la comunidad, lo tienen los usuarios, está ahí, hay que ir a buscarlo ahí. Cualquier otra cosa, además de ser equivocada, no va a funcionar.
Y vuelvo a esto, hay que apropiarse de las políticas, por supuesto, hay que apropiarse de las políticas públicas para que sean eficaces. Entonces, la política hay que apropiársela para que sean eficaces y para que se apropien tienen que estar explícitas, tienen que estar claras.
Hoy hablábamos de esto por una cuestión que tiene que ver con la obra que estamos terminando acá. Ustedes saben, yo compañera, lo que les quiero decir es que, a los gobiernos provinciales, en este momento los están sometiendo a… Lo ha dicho el Presidente de la Nación, ‘voy a fundir a las provincias’ y nos han cortado los recursos a todas las provincias argentinas, así que es un momento donde hay que tener realmente mucha claridad en lo que se quiere hacer y en lo que se quiere defender porque el neoliberalismo tiene esta inclinación, mirar algo que no anda del todo bien, porque claramente las cosas no andan del todo bien ni son como queremos, entonces decidir que eso anda mal y que hay que destruirlo, que hay que cerrarlo y que hay que terminarlo, que hay que sustituirlo por alguna quimera, por algún invento, como por ejemplo, que todo lo va a resolver el mercado y el sector privado, entonces así cerrar universidades, cerrar hospitales públicos, cerrar escuelas.
Pero fíjense cuál es el discurso ‘no anda bien, cerrémoslo’. Y fíjense que buena parte, y lo quiero decir, de lo que no anda bien o de estas cuestiones, un sistema hospitalario con una falta de inversión de 20, 30, 40 años. Todas estas cosas que el neoliberalismo dice ‘hay que resolverlas porque andan mal’, son ni más ni menos que el resultado y el producto de las políticas neoliberales que ellos mismos aplican cada vez que gobiernan. Así que a mí no me extraña lo que están haciendo hoy, después van a venir como de Marte a decir, ‘mirá cómo está toda la ruta rota, porque el Estado anda mal’. No loco, inviertan lo que tienen que invertir, usen la plata para lo que la tienen que usar. Cuestiones tan complejas no se resuelven milagrosamente.
Entonces esto es un proceso y un camino, entonces de esto quería hablarles porque tiene que ver con que estamos haciendo acá un Centro Comunitario de Salud Mental, tenemos en obra 19 en este momento. La verdad que es una política nueva, tiene que ver con la Ley de Salud Mental, son los que antes, yo vengo de una familia de ahí, se llamaba hospital de día o algo parecido, no sé si es preciso el término, pero es un lugar estos espacios intermedios, dispositivos, donde aquel que no le alcanza con tal vez unas consultas y algo que no tengo, una contención mayor, no necesita un tipo de internación, entonces ¿cómo hacemos y cómo le respondemos? El que tiene la plata para pagárselo por privado se lo paga y, ¿qué hacemos con los miles y miles de bonaerenses que no tienen esos recursos y que el mercado ya fracasó y ya falló? Bueno, ahí tiene que estar el Estado.
Entonces por eso estamos construyendo esto, pero lo que digo tiene que ver con apropiarse, tener conciencia y comprensión de lo que está pasando.
¿Qué pasa si inauguramos todas estas obras, volvemos al tiempo y están descuidadas y no están en condiciones? A mí a veces eso me produce una enorme angustia, porque digo, estamos haciendo, estamos avanzando en mucha obra pública en la provincia de Buenos Aires, ahora con la dificultad de que nos han cortado recursos y que paró el Gobierno nacional, pero ¿cómo hacemos? Bueno, yo creo que hay una cuestión central, que es que quienes trabajamos en el Estado, yo uno más, nos apropiemos de aquello que el Estado tiene, nos apropiemos y desempeñemos nuestra función.
Yo creo que para eso hay que tener una comprensión todavía mayor de lo que significa, de lo que involucra, de lo que cuesta. Es mucho más. Implica también comprender hacia dónde se va, apropiarse de un camino, de un destino, de una meta, porque si no, y bueno, todo se va, todo va cayendo en saco roto, porque además todo es complicado, complejo, la realidad, la cotidianidad a veces desborda y entonces da ganas de bajar los brazos.
Yo creo que lo más importante que estamos haciendo, como si esto fuera informática, lo que estamos haciendo no es el hardware, sino el software, es cambiar el casete, es cambiar la comprensión. Yo creo que lo que estamos haciendo es introducir en el Estado de la provincia de Buenos Aires, como parte de un mandato de la sociedad de la provincia de Buenos Aires, de nuestro pueblo, una transformación profunda que no puede parar y que la tenemos que llevar adelante nosotros y nosotras, los trabajadores y trabajadoras del Gobierno de la Provincia, dando una respuesta a nuestro pueblo, poniéndole a todo esto le voy a decir en una palabra, poniéndole además de toda la dedicación, del cumplimiento de nuestras responsabilidades, poniéndole ese plus que se llama amor y que se llama militancia.
Así que esa es la invitación y hoy ante una perspectiva nacional de tanto descuido, de tanta agresión, de tanta violencia, creo que estamos dando la nota, que estamos mostrando que hay otro camino, que estamos mostrando que la provincia de Buenos Aires no va a bajar los brazos, vamos a seguir caminando porque estamos respondiendo al único que le tenemos que responder que es a nuestro pueblo. Ni al Fondo Monetario, ni a Wall Street, ni a las consultoras, ni a las encuestadoras, ni a los diarios porteños. Al pueblo de la provincia de Buenos Aires que es el que nos dio el mandato, muchas gracias.