Acto con Gildo Insfrán en Formosa
Buenos días a todos, a todas. En primer lugar, el agradecimiento inmenso por esta recepción, iba a decir ‘tan calurosa’, pero justamente fue un día donde la temperatura ayudó para que pudiéramos hacer ayer un paseo. Pero esta recepción tan afectuosa, tanto a mi como a los ministros que me acompañan, por parte de Gildo, el Gobernador de la provincia, por parte de los ministros, las autoridades, de los trabajadores y trabajadoras de la provincia. La verdad que para mi, si me permiten un breve párrafo personal, esto más que una visita es un reencuentro.
Yo viví acá en esta capital, en esta provincia, durante el año 1998, así que muchos de los funcionarios, muchos de quienes me han recibido hoy son también viejos amigos con los que nos hemos reencontrado. Es un viaje importante, una visita importante en materia de gestión porque venimos a firmar un convenio con el que se viene trabajando desde el Ministerio de Seguridad. El convenio específico, pero también un convenio marco, parte de los considerandos fueron leídos recién, pero un convenio marco al que yo le atribuyo una inmensa importancia. Recomiendo que se lo lea porque no es, como muchas veces ocurre, una cuestión formal, de rellenar espacio, sino una verdadera declaración, un verdadero manifiesto que habla de la situación política, económica y social grave, de crisis, que atraviesa el país y ofrece una respuesta que yo creo que es contundente y necesaria, que es buscar no convenios, no simplemente documentos, sino un verdadero pacto entre provincias argentinas para devolverle a la Nación lo que hoy le falta que es una mirada federal.
Así que, decía, una visita protocolar, una visita de gestión, una visita con hondo e importante contenido político, pero también en lo personal con un contenido afectivo, ¿no? Me he podido cruzar con antiguos compañeros y amigos, que veo algunos de ellos acá, conocidos de aquella época, del año ‘98. Con algunos me pude cruzar en todos los años que transcurrieron. Con Julio, con Jorge, con el otro Jorge. No lo pude ver a Antonio Ferreira, yo trabajaba con, si me permiten, ‘Pomelo’, con Clarisa, con Mirca, con sus colaboradoras, con sus secretarias. Así que, la verdad que me invade una emoción, un recuerdo, pero también vengo a dar testimonio de una enorme transformación que experimentó la provincia de Formosa, la capital. Desde que aterrizamos, desde que pusimos un pie en territorio formoseño me encontré con el aeropuerto, con las rutas, y yo atesoro el recuerdo de cómo estaba Formosa en aquella época, no tenía la costanera, no tenía los magníficos edificios, no tenía, bueno, tantas cosas, creo que no tenía prácticamente nada. Prácticamente nada de lo que tiene hoy en materia de desarrollo, en materia tecnológica, en materia de bienestar.
He podido ver por afuera, algunos de estos avances y por dentro, y tengo, la verdad, que una impresión muy impactante con el Centro de Medicina Nuclear, con este edificio, con este polo, con el politécnico, bueno, todas cuestiones que transformaron de raíz a Formosa. Lo he seguido a distancia, pero hoy, lo puedo atestiguar. Formosa es otra, Formosa se ha transformado, Formosa hoy tiene el orgullo de participar del desarrollo de punta y eso, y además de una mirada desde la vivienda, porque había barrios enteros que no existían en aquel momento, hasta lo educativo, lo que tiene que ver con la salud, lo que tiene que ver con la ciencia y la tecnología. Entonces, si hay educación, si hay salud, si hay inclusión, si hay ciencia y tecnología, hay desarrollo. Pero, sobre todo, hay justicia social. Y esto, que tanto me ha impactado, que tanto me ha impresionado, es como esa foto de antes y después que marcan un contraste.
Yo estuve en el año ‘98, Gildo había asumido en el año ‘95. Así que, a poco de asumir, había colaborado yo, te acordarás Gildo, con la campaña electoral, con los planes de gobierno. Cuando uno escribe un plan de gobierno, la verdad que escribe una promesa, escribe una perspectiva, pero bueno, yo puedo decirlo en primera persona: soy testigo presencial de que aquel plan de gobierno, de aquella época, se ha cumplido y se ha superado.
Parece obvio, uno regresa a un lugar en el que estuvo hace décadas, parece obvio que va a haber cambios, que va a haber diferencias, pero no es tan evidente para qué lado van a ir esos cambios y esas diferencias. Hay sitios a los que uno retorna mucho tiempo después y lo ve decadente, abandonado, obsoleto, destruido. Bueno, yo veo una Formosa moderna, pujante, una Formosa que ha cumplido sus sueños en buena medida, que ha renovado esos sueños y esa transformación, esa mejora, tienen en este caso un nombre y un apellido, que es Gildo Insfrán.
Y nadie me lo contó, lo vi, lo experimenté. Así que, Gildo, mis felicitaciones, a vos, a tu equipo, a tu gobierno, a todos los que te acompañan. Y sobre todo, mis felicitaciones, si me permiten decirlo al revés, a quienes te han puesto tantas veces en la silla que ocupás: al pueblo de Formosa.
Es Gildo, para quienes estamos haciendo nuestros pasos, ya no primeros, porque hoy contaban un poco una trayectoria política, pero nuestros pasos en la gestión pública, en la cosa pública, bueno, Gildo para nosotros no sólo es una figura central, sino que es un ejemplo y un maestro. Gracias Gildo.
Dicho esto, y para no extenderme, porque tengo la costumbre de extenderme pero tenemos una cantidad inmensa de actividades y quiero seguir recorriendo, conociendo, sorprendiendome y admirandome, con lo que ocurrió y lo que ocurre en Formosa. Quiero decir que estamos atravesando una etapa difícil para gobernar, me animo a decir en el planeta, pero en cada una de las provincias argentinas, una etapa muy difícil. Hoy las provincias argentinas estamos sufriendo el abandono, estamos sufriendo la ausencia, estamos sufriendo, a mi me gusta llamarla más técnicamente, la deserción del Gobierno nacional. Algo está abandonado, hay una ausencia, cuando hay un componente, un elemento, una persona, una función que no está. Pero en el caso actual, tenemos un Gobierno nacional que abandona determinadas áreas, determinadas inversiones, la obra pública, determinadas funciones, determinadas responsabilidades. Pero yo lo llamo deserción porque son obligaciones las que abandonó Milei. Son obligaciones, están escritas, que constan en leyes, en presupuestos, cuando nos dejan una obra sin terminar, como las tantas que tenemos plagadas por toda la República Argentina, también en Formosa.
En mi provincia de Buenos Aires hay 1.000 obras que abandonó el Gobierno nacional, 1.000 obras, 80 escuelas. Estoy hablando de obras de cloaca, de agua, rutas, caminos, obras portuarias, obras de energía, de ingeniería. Ha dejado todo, obras en universidades. Han dejado todo sin terminar, han interrumpido y parado todo. Esto, ya de por sí, es una denuncia política de lo que está ocurriendo en el país. Sólo en interrupción de obra pública, pero es mucho más que eso.
Porque terminar esas obras no es una cuestión de voluntad, de vocación, de inclinación o de ideología. Son compromisos, son leyes que se están incumpliendo. Me animo a decir que el principal problema que tenemos hoy es que el Gobierno nacional está incumpliendo, no cualquier ley o cualquier marco normativo, está incumpliendo la Constitución Nacional, que en su artículo primero dice que tenemos un régimen federal Y el Gobierno nacional de hoy, bajo la conducción de Javier Milei, es probablemente una de las experiencias más centralistas y unitarias que le tocó vivir a la República Argentina. Hoy, quienes gobernamos las provincias, nos vemos obligados a extender nuestras funciones, a extender nuestras posibilidades, más allá muchas veces de los recursos menguantes con los que contamos.
¿Por qué esto? Porque el Gobierno nacional, obstinadamente, abandona a los pueblos de la Argentina, abandona a las provincias argentinas y eso lo quiero decir. No es una denuncia política solamente, es ilegal y es inconstitucional. No es optativo que el Gobierno nacional se ocupe de la educación pública, de la salud pública. No es optativo que haga obra pública, no depende de las ideas de quién preside la Nación. Es mucho más que eso, es una forma de gobierno, es una forma de organización.
Decían, recién, que hay funciones que son propias, otras funciones que son delegadas y otras funciones que son concurrentes entre los distintos niveles de gobierno. Hoy la que le corresponden al Gobierno nacional no las desempeña y no las cumple. Entonces, tenemos que encargarnos de complementar, de sustituir, muchas veces de responder a cuestiones que no nos corresponden. Nosotros, en la provincia de Buenos Aires, decimos que el Gobierno provincial es un escudo y una red ante la ausencia de políticas públicas abandonadas por el gobierno de Milei. Pero no alcanza. No alcanza.
Hay alcances, hay dimensiones, hay magnitudes que escapan a las posibilidades de una provincia. Cuando el gobierno de Milei dejó de distribuir medicamentos oncológicos, cuando dejó de distribuir material pedagógico, cuando abandonó, incluso, de una manera dolosa la distribución de alimento, la distribución de asistencia, el acompañamiento, bueno, la verdad nos dejó desamparados, desamparados. Por eso es tan importante el convenio que venimos a firmar hoy. Como el Gobierno nacional no está, como el Gobierno nacional se borró, entre las provincias argentinas que somos provincias solidarias y que somos provincias hermanas, tenemos que darnos una mano.
Es allí donde hoy estamos culminando un trabajo tanto con un convenio marco que va a posibilitar la firma de convenios en diferentes áreas, como lo específico vinculado y referido a la seguridad. En seguridad, el Gobierno nacional ha desfinanciado y ha comenzado una tarea que tiene que ver con el vaciamiento y con no disponer ni de inversiones ni de equipamiento para las Fuerzas federales. ¿Quién cuida entonces las fronteras argentinas si el Gobierno nacional se desentiende, si el Gobierno nacional lo desatiende, si el Gobierno nacional lo desinvierte? No lo podemos dejar, esto, al arbitrio de las fuerzas del mercado o de aquello que ocurra por casualidad o por iniciativa privada. Tiene que haber un Estado.
Por eso, yo le quiero agradecer especialmente al gobierno de la provincia de Formosa que ante la ausencia del Gobierno provincial (sic), con recursos propios y con fuerzas propias está cuidando nuestras fronteras nacionales. Es una cuestión de soberanía. Allá, en la provincia de Buenos Aires, a más 1.000 kilómetros sufrimos cuando las fronteras no son protegidas de la forma que corresponde y se vuelven un colador, no sólo por el contrabando sino por cuestiones criminales, delictivas, de crimen organizado como el narcotráfico. Cada vez en los medios mal llamados nacionales, los medios de comunicación mal llamados nacionales porque son medios porteños, que responden a intereses porteños y concentrados, hablan de problemas tan graves y tan delicados como el narcotráfico con una absoluta liviandad, nosotros le respondemos que para que los narcóticos lleguen a nuestra provincia de Buenos Aires tienen que haber, primero, recorrido 1.500 kilómetros o más, haber cruzado sin control una frontera.
Y aquí, ¿quién es el que falló? ¿Quién es el que no estuvo? ¿Quién es el que no respondió cada vez que se vende y se compra droga en la provincia de Buenos Aires? Les doy la respuesta: el Gobierno nacional que no cumple cabalmente con su función. Por eso, y no en el afán de denunciar sino en el afán de resolver entre la provincia de Formosa y la provincia de Buenos Aires, seguimos estrechando vínculos, seguimos articulando acciones, seguimos trabajando en formación, en capacitación de manera conjunta.
Quiero decir, y ya para terminar, algo que parece de naturaleza filosófica o de naturaleza teórica o de una cuestión casi conceptual y económica, nos viene a decir la actual máxima autoridad del Estado nacional que hay que resolver y que nuestros pueblos y nuestras sociedades tienen que decidir de manera tajante y dicotómica si todo lo va a resolver el Estado, a lo que ellos llaman comunismo, socialismo, colectivismo, o si todo lo va a resolver el mercado, a lo que ellos llaman ya no liberalismo, sino ideas libertarias y lo llaman entonces mano invisible, libre albedrío.
Yo parado acá, en este estrado, en la provincia de Formosa, mirando a mi alrededor el producto de la inversión pública, de la planificación estatal, la posibilidad de que haya un politécnico, la posibilidad de que haya un polo científico, y mirando un poquito más allá y viendo empresas privadas que a partir de una iniciativa y de una inversión estatal pudieron llevar adelante sus inversiones, inversiones que nunca se podrían haber hecho si no estaba la infraestructura, pero sobre todo si no estaba la decisión de formación de los cuadros técnicos, de las jóvenes, de los jóvenes que se han formado en base a una enorme inversión del Estado, jamás podrían haber hecho esa inversión. Vengo a decir, desde acá, que no tenemos que hacer en falsas antinomias, que acá nadie, y me animo a decir hoy de manera contemporánea, en ningún lugar del planeta deciden por blanco o por negro si todo Estado o todo mercado. Que acá y hoy, en Formosa, en nuestra provincia de Buenos Aires donde también hacemos enormes inversiones en nuestro sistema universitarios, en nuestro sistema científico-tecnológico. Una pequeña pastilla, el Gobierno nacional acaba de interrumpir las subvenciones y las becas vinculadas a proyectos científicos de la agencia. los famosos PICT. Interrumpir los que se habían otorgado estos últimos días, los que ya estaban evaluados, ya estaban designados, y también interrumpirlos para adelante. Dejó de financiar proyectos de investigación, proyectos de extensión, proyectos de aplicación científico tecnológicas. Nuestra provincia de Buenos Aires, al igual que el Gobernador, decidió financiar a sus universidades, incluso universidades nacionales, con asiento en la provincia de Buenos Aires, contamos con 25 universidades a las que les cortaron las obras, los fondos y los proyectos. El Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en estos últimos días acaba de asignar proyectos por 3.000 millones de pesos para nuestros científicos y vamos a concluir las obras abandonadas en nuestra universidades. Seguimos tu camino, Gildo.
Pero yo vengo a decir, y retomo, que es mentira, que no hay una dicotomía, no hay una decisión dual, no hay que definir si es todo Estado o es todo mercado. Va a tener que entender, el Gobierno nacional y quien lo preside, que en ningún lugar del mundo funciona un modelo puramente estatal o puramente privado. Que aun en la sociedades, y especialmente en las sociedades más avanzadas, y particularmente en el plano de la innovación, la ciencia y la tecnología, la productividad, la competitividad, nadie, nunca, decidió una cosa o la otra como si fueran polos antagónicos. Hasta que no lo entienda, la Argentina va a estar condenada.
Aquí nosotros en nuestra provincia de Buenos Aires, y también donde estoy hoy, hemos decidido hace tiempo que no hace falta resolver todo Estado o todo mercado porque es falso. Lo que hay que hacer es buscar una integración virtuosa, sinérgica, una colaboración eficiente, honesta y de calidad entre lo privado y lo estatal. Y en Argentina ese modelo que combina lo estatal con lo privado y lo convierte en un círculo virtuoso, que genera desarrollo con inclusión, en la Argentina ese modelo se llama peronismo. Que piensa en el desarrollo, que piensa en la rentabilidad, pero que piensa también en cómo esa rentabilidad se distribuye en todos los sectores de la sociedad; que piensa en la apropiación privada, pero piensa también en la soberanía nacional; que piensa en la exportación, pero también piensa en el mercado interno y en el trabajo nacional; que aloja y recibe inversiones extranjeras, pero que fomenta y acompaña a la industria local y a la industria nacional, y pero sobre todo, que piensa en el crecimiento, que piensa en la rentabilidad, pero piensa también, en la justicia social. Que no tiene esto como polos antagónicos, ni como dilemas, sabe muy bien que se puede hacer de manera conjunta, colectiva y concurrente.
Yo, para definirlo con simpleza, y Gildo, siguiendo tus ideas, tu escuela, pero también viendo que no son sólo palabras, sino realizaciones, creo que lo que hay que buscar y nuestro objetivo es la felicidad del pueblo y la grandeza de las naciones. Eso no se consigue sin federalismo, y si el Gobierno nacional se borra, acá estamos los gobernadores para trabajar de manera conjunta, porque para que esto funcione, vamos a tener que hacer un enorme esfuerzo, y se hace así, con trabajo cotidiano y con perspectiva de futuro. Muchísimas gracias.