Acto Día de la Policía

Estamos hoy celebrando el aniversario número 202 de la policía de la provincia de Buenos Aires. Hoy es el Día de la Policía y como lo hacía recién, el recientemente designado nuevo ministro de Seguridad Javier Alonso, tenemos mucho pero mucho para destacar de lo hecho durante los últimos cuatro años.

Recibimos una fuerza policial devastada. Y cuando digo esto, me refiero por un lado a sus capacidades logísticas, a sus recursos materiales, a su instrumental de trabajo, a todo el equipamiento tanto vehicular, como el vinculado a las tareas de seguridad en general, que se encontraba, en algunos casos, obsoleto en otros casos deteriorados y en su mayoría directamente destruidos.

A este problema en el equipamiento de la policía, se agregaba la cuestión de los ingresos. Los cuatro años pasados, donde gobernó una fuerza política acostumbrada a hablar de la seguridad como una de sus principales prioridades, lo que hicieron, en concreto, lo que hicieron en la realidad, fue con un guadañazo quitarle casi 30% al salario de los y las policías de la provincia de Buenos Aires. Ajustaron todos los salarios públicos, pero se enseñaron con el salario de los agentes policiales. Esto no es ni una afirmación de propaganda, ya terminó el periodo electoral, ya los y las bonaerenses se expresaron en las urnas y nos dieron esta reelección por un periodo de cuatro años más. Esta es la verdad reflejada en los recibos salariales de los efectivos de nuestra fuerza, 29% de pérdida a lo largo de los cuatro años anteriores. Deliberada.

Otro tanto ocurrió con la cantidad de agentes activos de la provincia de Buenos Aires. Se perdieron durante aquel tiempo más de 5.000 efectivos, que dejaron de actuar en las calles de nuestra Provincia. Por último, todo este deterioro, todo este abandono, toda esta desidia, todo este doble discurso que por un lado, hablaba de valorar a quienes trabajan en la seguridad, y por el otro lado los despreciaba con acciones concretas de pérdida en todos los frentes. Todo esto redundó en un deterioro del prestigio de nuestra fuerza policial.

Cuando asumíamos la responsabilidad del gobierno de la Provincia, acompañados por alguien que quedará en los anales de la historia, tanto de la fuerza policial de la Provincia, como del gobierno de la Provincia, por haber recibido una policía destruida, arrasada y haberla puesto en marcha, me refiero al hoy senador que nos acompaña pero también rector del Instituto Universitario Juan Vucetich, Sergio Berni. Recibió la fuerza desprestigiada, destruida, con pérdidas en sus capacidades, con pérdidas en su formación, con pérdidas en cantidad de agentes, con pérdidas en su capacidad operativa y material, con los patrulleros de la provincia de Buenos Aires convertidos en un depósito de chatarra, con el armamento en mal estado, sin prácticas tanto en tiro como el manejo, sin chalecos; compartiendo los chalecos, en esa situación se encontró la fuerza.

Y resolvimos, junto con su equipo del que todo se formaba parte también nuestro actual ministro de Seguridad, Javier Alonso, nos propusimos una reconstrucción de la policía de la provincia de Buenos Aires, pero sabiendo que la policía es un engranaje dentro del mecanismo capaz de garantizar mayor seguridad, mayor tranquilidad, mayor paz, mayor certidumbre a los vecinos y vecinos de la Provincia. Reconstruirla, sí. Invertir en aquello que se había abandonado, pero también, y sobre todo, emprender un camino de profunda transformación de la policía de la provincia de Buenos Aires. Objetivo: recuperar el prestigio. Objetivo: recuperar la eficacia. Objetivo: recuperar la confianza del pueblo de la provincia de Buenos Aires, después de tanto tiempo de abandono.

Se avanzó en todos los frentes. En el caso del conurbano bonaerense, donde se encuentran los problemas de inseguridad, por lo menos con mayor densidad de nuestra Provincia, como lo es en términos habitacionales y poblacionales, no solo recuperamos la cantidad de agentes activos; casi 12.000 nuevos agentes, con una nueva formación, con una formación profunda, distinta, moderna, con medios tecnológicos. De esa manera, con una inversión sin precedentes, 12.000 nuevos agentes se incorporaron a nuestra policía, pero también se generó una nueva forma de intervención en territorio que recuerda las prácticas más queridas, más caras, a nuestra Provincia. Fundamos, en el Conurbano bonaerense, 16 bases de la UTOI, de la Fuerza Barrial de Aproximación. Con cerca de 8000 efectivos preparados, capacitados, equipados y además concientizados de cuál era el nuevo enfoque y la nueva tarea. Un cambio copernicano en el abordaje de la cuestión de la inseguridad en los barrios más vulnerables, más humildes y hasta entonces más desprotegidos.

Recuerdo, Sergio, recuerdo, Javier, cuando inaugurábamos la base de la UTOI. Ahí en el municipio de San Martín, que el actual intendente, y anterior intendente también, Gabriel Katopodis, hoy ministro de Infraestructura de nuestra Provincia, nos hablaba de barrios en los que no entraba la policía. Barrios en los que no entraba la educación, el cuidado de la salud, una ambulancia, y que a partir de la instalación de la base de la Fuerza Barrial de Aproximación volvió a la policía a caminar esos barrios, volvió la salud, la educación, volvió el Estado, volvió la sociedad a abrazar esos vecinos y vecinas.

En la provincia de Buenos Aires no va a haber ningún barrio, ningún distrito, donde el Estado no pueda entrar porque se lo impidan o no entre porque no ponen los recursos. La presencia del Estado de la provincia de Buenos Aires se extenderá por cada centímetro de nuestra Provincia. Nada, y menos todavía el delito, o el narcotráfico, va a impedir que el Estado resuelva los problemas de los vecinos y vecinas.

La Fuerza Barrial de Aproximación volvió a esta vieja tradición, volvió a esta vieja práctica, que no es ya que pasen muchas veces un patrullero, que a veces llega tarde, que se sabe que viene, que se lo esquiva, sino caminando. Con presencia, charlando, interactuando, compartiendo con los vecinos y vecinas su inseguridad, sus preocupaciones, la vida de nuestro pueblo.

Este cambio, que se realizó en base a una fuerza que cuando asumimos era un cuerpo especial con 636 efectivos, la UTOI, hoy cuenta con 7.943 efectivos preparados, capacitados, profesionales, con vocación para hacer su trabajo. Esto es un cambio, que ya no remite a ponerle recursos a más de lo mismo, sino que remite a novedades, a modificaciones, a transformaciones, en el modo en el que actúa nuestra policía según la fisionomía del delito, según las características del terreno, según las condiciones socioeconómicas y demográficas con la que se enfrenta.

La naturaleza del delito no es homogénea a lo ancho y a lo largo de una provincia que tiene 17 millones de habitantes y 300.000 km2 de territorio, 135 municipios, ámbitos urbanos, sectores medios, sectores vulnerables, sectores carenciados, y ámbitos rurales. Para resolver y responder a la problemática del delito y la inseguridad en ámbitos rurales se creó el cuerpo de la Policía Rural, otra novedad que atiende a las particularidades concretas que tiene el delito en zonas agrícolas, en zonas rurales.

De esta manera, creamos una escuela especial para la formación de la Policía Rural. Creamos un nuevo método, para buscar esos nuevos agentes en cada uno de los distritos. Enseñar, capacitar, explicar cómo es la vida en los distritos rurales, aquel que no proviene de esos ámbitos, lleva tiempo. Necesitábamos, por decirlo así, baquianos que se hicieran cargo del policiamiento en zonas rurales. Y así el reclutamiento se hizo en conjunto con las organizaciones de aquellos pueblos, de aquellos municipios, en conjunto con la sociedad para que los agentes reclutados luego se quedaran en el territorio.

Hoy contamos con 3.667 efectivos de una Policía Rural, que igual que la policía que desempeña funciones en ámbitos urbanos, en zonas carenciadas, que cuentan con sus motos, sus patrulleros específicos, también hay equipamiento específico para la Policía Rural. De nada sirve que los móviles que operan no puedan transitar por zonas, muchas veces anegadas y que impiden el desplazamiento y que impiden por tanto desempeñar la función policial.

Entregamos 470 camionetas 4×4, recambiamos por completo el parque automotor de los 106 comandos de la Policía Rural. Pero, además, en un hecho histórico la policía de la provincia de Buenos Aires en conjunto con este Poder Ejecutivo, a través de su Ministerio de Seguridad adquirió 10 drones. 10 drones de largo alcance, de alta autonomía, de última tecnología, para realizar funciones vinculadas a la seguridad, vinculadas al combate del delito, pero vinculadas también a la prevención en ámbitos rurales, con bases móviles que los acompañan y nos permiten desplegar esa fuerza donde sea necesario.

La capacitación de quienes manejan y pilotean los drones, el cambio en la reglamentación nacional para permitir su operación adecuada. Todo ello es producto y emblema, también, y símbolo de una policía que ya no actúa en la improvisación, que ya no se dedica a atajar los problemas con lo que tiene, sino que se ha modificado la concepción y el modo de operación de forma tal que el principio que hoy guía a la policía de la provincia de Buenos Aires, es aquel que remite a sus mejores prácticas: la planificación integral, los planes de seguridad en cada uno de los distritos, y para la provincia de su conjunto, la integración del accionar de nuestra policía con otra fuerza de seguridad y el trabajo mancomunado con cada uno de los intendentes de la provincia de Buenos Aires.

De esa manera, también, en los municipios, por decisión de este gobierno, se destinaron recursos al Fondo Municipal de Fortalecimiento de la Seguridad, y en ese caso se transfirieron casi 20.000 millones de pesos para que los ejecutarán según su necesidad, según su percepción, según su comprensión, según su conocimiento del territorio, los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires. Esta integración, esta articulación, entre el gobierno provincial y gobiernos municipales, es la clave para que el accionar pueda ser articulado, conjunto y eficaz.

Compramos en equipamiento y suministro, en una inversión que no tiene y cuenta con precedentes en la historia de esta policía de la Provincia: adquirimos 4600 patrulleros 0 km, reemplazamos casi por completo una flota que estaba absolutamente por fuera de las condiciones operativas necesarias para funcionar, 400.000 nuevos uniformes, 77.948 chalecos de protección balística adquirimos de forma tal que, hoy cada uno de los agentes, lo veíamos recién en este día entregando los premios, cuenta con su chaleco reglamentario, que no está vencido, que está en condiciones y que protege y salva a las vidas de quienes con arrojo la arriesgan en su quehacer cotidiano. 3 aviones que estaban fuera de servicio, 2 helicópteros restablecimos también, que estaban parados y en la tierra, abandonados. Y así, nuestra Provincia, en manos de aquellos que hablan de la eficacia, del ajuste, formó parte del negocio de alquiler de una flota que no necesitaba si llevaba adelante las reparaciones correspondientes. Y así, apareció para desgracia, para humillación de nuestra fuerza, un helicóptero pintado con los colores de la policía de la Provincia en un galpón allá en la vecina República de Paraguay, vinculado a tareas de narcotráfico. Así estaba la policía cuando la recibimos.

Cuadruplicamos también el grupo de prevención motorizado, el GPM. No solo en sus 681 efectivos sino en motos, voy a mencionar la marca BMW. Y la menciono porque hubo que realizar una operación de importación directa porque las motos que había, no solo estaban viejas y dañadas, sino que no servían para las tareas en las que los necesitábamos. Estas motos de alta cilindrada, de una performance adecuada para el trabajo en las condiciones más complejas urbanas, fueron adquiridas en esta cantidad de 500, en una inversión, de nuevo, sin precedentes en el parque vehicular de nuestra policía. Esto sin hablar de los camiones, de los móviles, no teníamos micros para desplazar a la policía, no podíamos hacer la logística. Trabajábamos sin bases, y de prestado. Todo esto se reconstruyó en el plano del equipamiento.

En el plano de la formación 11.853 policías formados en cuatro años. Dos de los cuales hubo que prácticamente interrumpir el trabajo de formación por la pandemia. Tuvimos que capacitar a más de 43.000 efectivos que se encontraban privados de su capacitación continua y permanente y hasta de sus cursos de ascenso.

En el Instituto, aquí en la Escuela Vucetich, que hemos convertido en un instituto universitario, se dictaron carreras, diplomaturas, seminarios, que cursaron 3.037 alumnos durante este periodo. Hemos hecho también un plan de obra y puesta en valor, incluso aquí en la escuela, de instalaciones que estaban destruidas.

Por último, quiero decir que además de la recuperación salarial, que era un deber y que hemos hecho en todas las dependencias del Estado, cumplimos con un hito histórico para la policía de la provincia: por primera vez se equipararon los salarios de los efectivos policiales de la provincia de Buenos Aires con los de las Fuerzas Federales. No solo injusto, sino diríamos contrario a valores a la propia Constitución Nacional que deja en claro que igual trabajo requiere, necesita y merece igual retribución.

Sobre estas modificaciones, sobre estas inversiones históricas, sobre este trabajo de recuperación de la formación, del profesionalismo, de los medios tecnológicos, de la innovación. Lo hacíamos el otro día en el 911, por primera vez cuando alguien hace un llamado al 911 de la policía de la Provincia, no solo los operadores que atienden cuentan con las computadoras, no solo cuentan con condiciones dignas de trabajo, sino que también por acuerdos con las compañías telefónicas, el mero llamado ya nos permite localizar por medio satelitales desde donde se ha realizado. Se ahorra tiempo, se da eficiencia y esto integrado completamente con quienes dan las órdenes de respuesta a cada uno de los llamados de emergencia.

Se ha hecho, Sergio, un trabajo histórico. De haber recibido ruinas de una policía, hemos hecho las inversiones necesarias pero sobre todo el cambio en la filosofía y en el modo de organización y despliegue de la policía en el territorio bonaerense. Cuando llegamos había una policía local que se había lanzado pero nunca se había permitido, podido integrar con la fuerza policial. De forma tal que se encontraba, ese cuerpo, sin mandos medios, con aquellos que habían ingresado estancados en su función sin posibilidad de ascenso. Realmente un error. Tuvimos que integrarlo a nuestros cuerpos policiales, pero también en cada uno de los distritos, dependencias la policía de las mujeres, la DDI, y el comando de patrullas, la policía local, que actuaban con bajo grado de coordinación, clave central para una eficacia, efectivo accionar de la policía. Hubo que reunir a todos esos miembros dispersos, que actuaban en conjunto en cada territorio, pero de manera paralela y casi sin comunicación, lo cual generaba un despilfarro de recursos. Ausencias a veces y a veces también medios que actuaban de manera apilada, sin dar la respuesta adecuada.

Se crearon las estaciones de policía, en cada una de los distritos. Con la función de coordinar a cada una de las partes y porciones de la policía que actúan en ese distrito. Un solo jefe para la estación de policía. De esta manera, en este cambio fundamental, profundo histórico, en la organización, en territorio, en la coordinación con cada uno de los intendentes municipales y su secretarios de Seguridad, en la integralidad del enfoque, en la preparación de los planes de seguridad para cada uno de los distritos, se ha dado vuelta como un guante y lo que antes era de coordinación, falta a veces de inteligencia, falta de planificación, se ha convertido hoy en un camino de reconstrucción y de transformación de nuestra policía.

Fui exhaustivo, aunque no mencionando cada uno de los puntos, cada uno de los detalles, de lo que se ha actuado en este tiempo, para dejar en claro que con el cambio en el Ministerio de Seguridad, y con el cambio también en la cúpula policial, que me permito saludar y felicitar tanto a quienes se van, a nuestro jefe de policía Daniel García, su subjefe, como los que entran a Villar y a Cisneros, que toman una responsabilidad y como ellos mismos me dijeron, lo hacen con la conciencia de que la vara queda alta, con respecto a lo que esperamos y a lo que tenemos que seguir haciendo.

Una primera etapa, Sergio, que se ha cerrado. Quiero decirte: misión cumplida. Y hoy Javier asume la continuidad pero también una etapa de profundización y una etapa de institucionalización de estas transformaciones. Hay una ley que presentamos a la legislatura, que es una ley del régimen para el personal policial, que permite consagrar, mejorar, jerarquizar la formación de suboficiales, de cuadros medios, de los ascensos. Necesitamos que en este periodo, luego de haber sido elegido por el pueblo de la provincia de Buenos Aires, con contundencia, que la legislatura apruebe la ley que envió el Ejecutivo. Pero necesitamos también para seguir avanzando, que en el marco de una de las problemáticas más graves, más preocupantes en todo el planeta, en países desarrollados y en vías de desarrollo, en ciudades a veces de ámbito urbano y de ámbito rural, el problema del narcotráfico. Saben ustedes que el tratamiento de los delitos vinculados al narcotráfico sufrió a una modificación, una disgregación, una ruptura, cuando se desfederalizó en incumbencia el delito del llamado narcomenudeo.

¿Hoy cómo estamos? Se han iniciado en estos cuatro años 98.000 causas vinculadas a delitos, detectados por nuestra policía, asociados al narcotráfico. 98.000 causas. De esas hay resultados en 9.200. 98.000 iniciadas, 9.200 con resultados. Es decir, hay 82.600 causas en espera, en manos de la justicia. Esta situación es por demás compleja y nos deja en un estado de indefensión y vulnerabilidad. Hemos hecho ya el pedido de que el tratamiento de los delitos vinculados al narcotráfico, aquellos que tienen que ver con el delito complejo y los que tienen que ver con el narcomenudeo, se vuelvan a integrar. Es el ámbito Federal el que tiene que hacerse cargo de algo tan complicado y que no admite separación. Y es de sentido común, una investigación que cae bajo la órbita de la justicia de la Provincia, más allá de estas demoras que hemos observado, una investigación de venta, no de consumo, de venta de estupefacientes, necesariamente puede solucionar el problema de raíz si se eleva hasta los eslabones superiores de la cadena, aquellos que tienen que ver con el delito, hoy federal y complejo del narcotráfico. Hay que volver a unificar el tratamiento de los delitos del narcotráfico en la esfera Federal.

Por eso vamos a trabajar con los instrumentos que sea preciso hacerlo, para que esto vuelva a ocurrir. De otra manera los problemas que hoy tenemos, más allá de los ingentes esfuerzos de nuestra fuerza policial, de nuestro Ministerio de Justicia, nos acompaña también y lo vamos a hacer aquí porque ha sido ejemplar la coordinación entre el área de Justicia y el área de Seguridad cuando era Julio Alak el ministro, y va a seguir siéndolo con nuestro nuevo Ministro que hoy nos acompaña, Juan Martín Mena.

Pero por más esfuerzo que se hagan, esta separación, esta ruptura en la cadena de investigación, en el tratamiento judicial de un delito que al final es el mismo, porque nada tendría que hacer el narcomenudeo si no estuvieran esas organizaciones, muchas veces internacionales, que movilizan los recursos, las finanzas, que movilizan también los narcóticos y que de otra manera quedan en otro ámbito y se interrumpan las investigaciones.

Por otro lado, este tema que vamos a abordar inmediatamente con las nuevas autoridades luego de 4 años de haber trabajado, de haber desmantelado, de haber resuelto muchos delitos en la órbita del narcotráfico, necesitamos hoy dar un paso más institucional. Pero también lo que contaba antes, de la descentralización a través de las estaciones de policía en cada uno de los municipios, de la coordinación con los intendentes, con sus secretarios de seguridad para que el tratamiento de los delitos locales, barriales, comunales, municipales, pueda hacerse de nuevo en coordinación, articulación y con todas las medidas que esto involucra en cada uno de los distritos, nos proponemos seguir avanzando en el proceso de descentralización del accionar de nuestra policía, en lo que refiere lo funcional en cada uno de los municipios. Esto va a requerir seguramente modificaciones normativas. Esto va a requerir, necesariamente, un trabajo mancomunado, todavía más estrecho, con cada uno de los 135 intendentes de la Provincia. Sabemos su vocación de abordar las cuestiones de seguridad, necesitamos seguir descentralizando el accionar de nuestras fuerzas.

Así que lo hecho, lo actuado, lo conseguido, que se refleja también, aunque muchos no lo quieren reconocer pero son estadísticas que lleva adelante, no el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires, lo lleva adelante el Poder Judicial, la Procuración de la Provincia, muestra mejoras en los índices, particularmente en el más complicado, en el más complejo pero también en el que es incuestionable desde todo punto de vista, que es el de homicidios.

Tenemos que seguir por este camino, necesitamos hacerlo. Lo necesita no solo este gobierno sino principalmente a quienes nos debemos y quiénes son los únicos mandantes del gobierno de provincia de Buenos Aires, que son quienes integran nuestro pueblo de la Provincia. Lo he dicho varias veces, necesitamos una policía más profesional, más eficaz, más transparente, por eso mismo más prestigiosa, pero también más integrada, que se haga carne con el pueblo de la provincia de Buenos Aires, por tanto más humana, más cercana, más presente.

Este trabajo hoy nos enfrenta a dos desafíos, uno el que plantié, de una etapa de institucionalización mayor de lo que hemos logrado y de modificaciones producto de un riguroso análisis de lo que todavía nos falta. Pero en segundo lugar necesita también los recursos y esos recursos, lo he dicho cuando inaugurabamos este periodo en la legislatura, estos recursos de la Provincia, estos recursos que son propios, por derecho, de la provincia de Buenos Aires hoy parecen estar en discusión y en cuestión.

Recuerden que las mejoras salariales que tuvo la policía de la provincia de Buenos Aires vinieron de la mano de nuevos recursos que nos otorgó el gobierno nacional, comprendiendo las diferencias, las desigualdades, los desbalances y desequilibrios entre distintas jurisdicciones. Tengan el compromiso en el día de hoy, que vamos a avanzar con paso firme, que ningún obstáculo va a ser suficiente para evitar que sigamos transformando la policía de la provincia de Buenos Aires y con ella la situación de la seguridad en la Provincia. Pero tengan presente también el compromiso absoluto y profundo en que vamos a dar las discusiones que tengamos que dar, las disputas que tengamos que dar para defender los recursos que permitieron dignificar el trabajo de la policía con mejores salarios, con más equipamiento. No vamos a permitir, no vamos a permitir, que montado sobre vaya a saber qué argumento de índole político, no real ni histórica, de índole política y de corto plazo, arrebaten los recursos que son de nuestra policía.

Por eso les digo, por todo lo hecho, por el agradecimiento por el desempeño diario de su tarea en la que arriesgan la vida y en la que también, lo he visto con mis propios ojos recorriendo toda la Provincia, ponen lo mejor de ustedes para que la policía de la Provincia sea parte, como lo es, de nuestro pueblo y sea un orgullo de nuestra historia.

Por eso con lo que hemos hecho y por los desafíos pendientes, tengan ustedes la certeza de que este Gobernador va a seguir peleando porque la policía de la provincia de Buenos Aires siga avanzando, dándole una vida más feliz, en mayor paz, con menos inseguridad, al pueblo de nuestra Provincia. Por eso, por todo eso, por lo que hicimos y por lo que nos falta; feliz día de la policía”.