Discurso de cierre de la Semana Tranqueras Abiertas en Rojas

Miren, empiezo por lo que estoy sintiendo, el agradecimiento que expresé recién a Carlos, a Ramiro, a los compañeros y compañeras, al Intendente, a todos los que hoy nos acompañan, bueno, a todos los que hoy nos acompañan, pero quiero decir algo, Rojas, por fin, por fin pudimos venir, la tercera es la vencida, dicen, muchas ganas tenía de estar acá y hoy estamos en una visita que es un poco de colado porque es un evento que luego va a presentar el Ministro Javier Rodríguez y yo tenía hoy un itinerario, empecé en La Plata con varios encuentros, después tenía que ir para Zárate, pero por eso, que tal vez para algunos es un defecto, para mí es algo que tiene que ver con la forma en la que uno se toma su actividad de gestión o como decía Ramiro, su actividad de militancia, que es esta obstinación por estar presente en el pueblo de la provincia de Buenos Aires y se nos había frustrado dos veces por cuestiones del tiempo.

Ustedes ya saben, por cuestiones meteorológicas, no pudimos venir en dos oportunidades, así que hoy es muy cortito, les agradezco que me escuchen, voy ahora a exponer, pero no podíamos dejar de venir a Rojas, así que bueno, lo insertamos y acá estamos. Muchas gracias por recibirnos entonces así y por escucharnos.

Primero con respecto a la reunión que hoy se tiene, a estas jornadas, ustedes saben que se trata de una exposición en una jornada de la semana de Tranqueras Abiertas. Tranqueras Abiertas es una actividad que se lanza en toda la provincia de Buenos Aires, que tiene que ver con las chacras experimentales que tiene el Ministerio de Desarrollo Agrario.

Las chacras experimentales de la provincia de Buenos Aires existen hace mucho tiempo, pero la verdad es que las encontramos tremendamente abandonadas, por no decir directamente destruidas. Las chacras experimentales tienen su razón de ser en que el gobierno de la provincia de Buenos Aires, en diferentes zonas, en diferentes lugares de la provincia, tiene estas chacras donde se llevan adelante políticas de extensión, pero además políticas de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que, bueno, que son una de las funciones centrales que debería tener el gobierno provincial y que había dejado de tener.

Esto, obviamente, ahora en detalle lo va a contar Javier, me tocó visitar varias de estas chacras experimentales. El estado era, como decía, deplorable, el pasto crecido, la infraestructura rota y, sobre todo, lo más importante. Ah, y los trabajadores y trabajadoras absolutamente a la buena de Dios, pero lo más importante que tenía que ocurrir ahí precisamente era lo que no ocurría, que era que en cada una de esas chacras se llevaran adelante políticas vinculadas con la ciencia, el desarrollo, la tecnología, el avance en un sector que tanto necesita de nuevas tecnologías, de mejoras en términos de capacidades, de experimentación.

Bueno, todo eso que es algo indelegable del Estado, la verdad es que se había extinguido. Hoy no solo tenemos en cada una de las chacras experimentales, tenemos un funcionamiento, tenemos diferentes proyectos que se están desarrollando, tenemos inversión realizada, sino que además hemos venido aquí, con Javier lo planteamos desde el principio, a expandir esta política. Eran 13 chacras cuando iniciamos, hoy tenemos 16, entre ellas la de Rojas. Y además tiene la particularidad de ser una chacra que está en el corazón, digamos, de la productividad agropecuaria de nuestra provincia, en zona núcleo como se dice, así que muy contento, muy satisfecho también de que esta semana de las tranqueras abiertas tenga una de sus sedes acá en Rojas. Una nueva chacra experimental en un sector crucial de la producción agropecuaria de la provincia, en zona núcleo, donde ahora aparece el Estado con política pública.

Así que creo que es importante también para dar visibilidad a lo que venimos haciendo desde el Ministerio y desde el Gobierno. ¿Por qué es importante que haya chacras experimentales? Por lo mismo que es importante que exista una política de cara al desarrollo científico y tecnológico que provenga del Estado. Y esto lo quiero decir porque las tecnologías que han generado un salto de productividad, no solo industrial, sino particularmente en el sector agropecuario, por ejemplo la siembra directa, los transgénicos, el uso de nuevos fertilizantes o el uso de nuevos agroquímicos.

Todo esto, todo lo que ocurrió en la Argentina, particularmente con la soja transgénica, todo lo que tiene que ver con el salto de productividad, la posibilidad de generación de divisas, la mejora en la rentabilidad, tiene que ver con el uso y la aplicación de tecnología. Y buena parte de esa tecnología, por no decir toda, pero seguro buena parte de esa tecnología está vinculada a políticas públicas, a lo que se hizo desde el INTA, de lo que se hizo desde el aparato de investigación argentino.

Es decir que la mejora de la rentabilidad agropecuaria, de la productividad agropecuaria, tiene un fundamento en políticas públicas vinculadas a la ciencia y la tecnología. Esto es así desde hace muchísimo tiempo, así que creo que hay que volver a ponerlo de relieve en una época donde nos dicen que el Estado no sirve para nada, que el CONICET no sirve para nada, cuando venimos de una época, gobierno anterior, donde INTA, INTI fueron desfinanciados.

Y la verdad que lo que se pone de manifiesto con las chacras experimentales es que el Estado no está en guerra con lo privado. Es decir que no tenemos que tomar esa decisión dilemática, que no hay una especie de contradicción o de puja entre lo público y lo privado. Si uno se pone a mirar la historia de la producción a escala internacional, cada vez que surge una nueva tecnología, cada vez que aparece un salto técnico, cada vez que se revoluciona el modo de producción, estuvo por detrás la ciencia y la tecnología, y detrás de la ciencia y tecnología enormes inversiones que provienen de los sistemas públicos y estatales.

Esto pasa no solo en Argentina, sino en el mundo entero. Hay algo que a veces se pasa por alto. Hay una divulgadora hoy, que es científica, pero es divulgadora, que tiene apellido Mazzucato, no sé si oyeron hablar de ella, pero pueden encontrarlo en las redes. Es muy interesante porque agarra un teléfono celular, su teléfono celular, y dice ven, acá se muestra que el sector privado, el sector empresarial es el que lleva adelante las tecnologías de punta, el que lleva adelante las innovaciones, el que nos cambia la vida.

Y dice sin embargo este teléfono celular que tengo en la mano tiene varias innovaciones tecnológicas que están sintetizadas y están incluidas en cualquier teléfono inteligente, moderno, y que parece que es resultado de una inversión privada. Bueno, no es así. La pantalla táctil, que bueno, todos sabemos que usamos celulares sin pantalla táctil, lo que representó el salto en la capacidad de uso de cada uno de los teléfonos por la pantalla táctil. La pantalla táctil es un desarrollo científico del Estado.

Internet, que es lo que permite conectarnos y que los teléfonos tengan las aplicaciones, los teléfonos tengan el WhatsApp, que tengan Internet. Bueno, todo esto de Internet es un desarrollo del Estado con inversión pública, en ese caso militar. El GPS, que nos permite ahora todos con los teléfonos ubicarnos y navegar y entonces poder movernos por lugares que no conocíamos, un desarrollo estatal.

Y así sigue los semiconductores, las plaquetas, todo, bueno, la informática misma. Desarrollo estatal, científico, tecnológico, sí, pero de origen estatal. ¿Y por qué? Porque cuando se dan esos saltos tan importantes en materia de innovación tecnológica, las inversiones para llegar a ese resultado son enormes y tremendamente riesgosas. Esto tiene que ver con la ciencia básica, con la investigación básica y son tremendamente riesgosas porque cuando se inician esas investigaciones que abren nuevas fronteras, que van por caminos inexplorados y se decide investigar en esas posibles nuevas tecnologías, obviamente, por tratarse de novedades absolutas, el riesgo que hay en la inversión es altísimo.

De cada 1.000, 2.000, 10.000, 100.000 investigaciones que están buscando romper con la capacidad tecnológica actual y buscar un nuevo camino de cada 100.000, una probablemente llegue a buen puerto. Eso pasó, por ejemplo, con las vacunas durante el COVID. Ustedes saben que buena parte de las vacunas fueron vacunas de una tecnología nueva, estas de ARN mensajero ¿Quién lo desarrolló? El Estado. Luego de que el Estado desarrolla una nueva tecnología, su adopción, su transformación en un producto vendible, en una mercancía, y probablemente parte del lucro que sale de esto lo desarrolla un privado.

Pero buscar nuevos horizontes, romper las fronteras, son inversiones enormes que en general, a nivel mundial, hace el Estado. Más todavía en un país periférico, más todavía en un país en vías de desarrollo como el nuestro. Hay muy pocas empresas privadas que tengan laboratorios de envergadura en materia de investigación, porque el nivel, el volumen de producción, de ventas, el nivel de rentabilidad que tiene que haber para montar un laboratorio, que es inversión de altísimo riesgo.

Porque cuando se prueba una nueva semilla, una nueva tecnología, obviamente, hay altas chances de fracasar. Es por eso que a nivel mundial, todos los Estados del mundo, hacen inversión, y sobre todo los más desarrollados, enormes inversiones en materia de investigación, en el desarrollo de la ciencia básica, y muchas veces, de la ciencia aplicada. Es el Estado el que tiene que hacerlo ¿Para qué? No para después montar una empresa en base a esa nueva tecnología, y tener después los frutos de esa investigación. Sino para colaborar y contribuir al desarrollo nacional, que más adelante puedan poner en práctica empresas privadas, productores privados, laboratorios privados, pequeñas empresas, medianas y grandes empresas.

Lo voy a decir de otra manera. Sin inversión pública en investigación y desarrollo, no hay soberanía productiva. No hay soberanía en materia de semillas, no hay soberanía en materia genética, no hay soberanía en materia fertilizante, y después nos ocurre lo que, por ejemplo, veíamos en una de estas chacras, que estamos trabajando con genética de tomate. Fíjense la historia de las semillas de tomate. El tomate es una planta originalmente americana, pero hoy los cultivos de tomate en América, semillas que originadas en las semillas silvestres, silvestres no hay nada, nativas y luego mejoradas por la acción en cientos de años o miles de años a veces de acción humana, después se fueron al extranjero, se modificaron genéticamente y hoy el tomate que consumimos en América y en Argentina se produce con semillas que vienen de Europa y del exterior y por el uso de cada una de esas semillas estamos pagando royalties, es decir, derechos de autor.

¿Quién puede ser tan necio, quién puede ser tan tonto de pensar que en Argentina no tenemos que investigar, no tenemos que invertir en tener semillas propias de tomate para no pagarle más derechos de autor a una empresa extranjera por una planta que era originalmente americana? ¿Quién lo puede hacer las empresas privadas si tienen determinada envergadura? Es posible que ninguna lo pueda hacer. ¿Quién lo tiene que hacer? El Estado Nacional para que eso sea soberanía también alimentaria, productiva de la Argentina.

Eso es lo que ocurre en nuestras chacras experimentales. Así que, dicho esto y para terminar, porque como dije estamos en medio de una recorrida muy exigente, pero para terminar quiero hablar un poco de Rojas. Comentaban los compañeros sobre la presencia del Estado Provincial en Rojas.

Primero una cuestión general. Nosotros hemos abordado en aquella campaña que recordaban donde recorríamos la provincia, hemos abordado una lógica política en la provincia de Buenos Aires bastante distante a la que nos precedió. Nosotros creemos que contribuir, que aportar desde el gobierno provincial a cada uno de los distritos de la provincia no puede verse solamente con una óptica partidaria y voy a explicar por qué. Porque cuando desde el gobierno de la provincia, alguna de las cuestiones que mencionaba, distribuimos computadoras, pretendemos que esas computadoras lleguen a los pibes del último año de secundario de toda la provincia de Buenos Aires, de todos los municipios de la provincia de Buenos Aires, porque la cuestión es contribuir con el futuro, con los estudios, con las posibilidades, con la igualdad de oportunidades de los pibes y pibas de toda la provincia de Buenos Aires, más allá del municipio en el que vivan. No hay municipios de primera y de segunda, dijimos, no es que vamos a trabajar o para el conurbano o para el interior, no es que vamos a trabajar para las grandes ciudades del interior y no para las pequeñas. Tenemos que trabajar para toda la provincia de Buenos Aires, porque nuestro objetivo son los y las bonaerenses, más allá del color político de la intendencia.

Tenemos acá en Rojas, miraba el número, porque se distribuyeron 302 computadoras en 8 escuelas, pero también, no sé si ya se fueron o se van a ir a Mar del Plata, 320 estudiantes con los que habían regresado, que hace la provincia de Buenos Aires. Son políticas que tienen que llegar a todos los distritos y a todos los pibes y pibas. Me decía la señora, acá decía yo soy peronista y ponía la marcha peronista. Bueno, yo quiero decir que yo soy peronista y entonces por eso nuestro objetivo es que los únicos privilegiados sean los niños y los jóvenes, más allá de cualquier otra consideración que pueda haber.

Es decir que hemos asistido a los municipios de la provincia con políticas que van más allá del color político del intendente. Creo que eso es distinto a lo que se ha hecho en otra época, decía que no había ni un vaso de agua para el opositor y creo que eso tiene como resultado que, por ejemplo, miraba lo de la cuenta DNI, 25.000 habitantes más o menos en el municipio. ¿Saben cuántos usuarios? ¿Alguien tiene la cuenta DNI? ¿Saben cuántos usuarios hay en Rojas? 14.000, más de la mitad. ¿Y por qué esto? Porque necesitamos que la inclusión digital, que la primer billetera digital de la Argentina, sea patrimonio de todos los y las bonaerenses, más allá del municipio en el que hayan estado.

Lo mismo con los créditos del Banco Provincia, lo mismo con los créditos del Banco Provincia. Fíjense, el presupuesto del municipio son más o menos 6.000 millones de pesos, repasaba recién. En créditos a productores, a pymes, emprendedores, en Rojas, el Banco de la Provincia de Buenos Aires, hoy principal institución de crédito productivo. Recibimos un Banco de la Provincia que se dedicaba a la especulación con títulos.

Hoy la cuenta DNI da descuentos, reintegros, pero también da crédito a emprendedores, pequeños productores. ¿Saben cuánto hemos dado? Acumulando todo, 18.000 millones de pesos. 18.000 millones de pesos, por eso digo, es apuntalar y acompañar la producción y el empleo en la provincia. Hemos realizado obras en las escuelas de toda la provincia de Buenos Aires. Hemos hecho una inversión en salud en toda la provincia de Buenos Aires.

Hemos, los cuatro años de gobierno, distribuido el Fondo de Infraestructura Municipal, el que hoy se conoce en municipios a la obra, en todos los municipios de la provincia de Buenos Aires. ¿Qué es lo que queremos hacer? ¿Qué es lo que buscamos? ¿Qué es lo que perseguimos? Mayor bienestar para los y las vecinas, las familias de toda la provincia de Buenos Aires. Mayor producción, mayor nivel de empleo, mejores salarios y, por supuesto, más salud pública y más educación pública. Hoy se está discutiendo si el Estado sirve o no sirve.

Hay unos que dicen que todo se va a solucionar por lo privado. Imagínense si para atender a tu pibe, a tu piba, si para atender a nuestros mayores hubiera que pagar un bono, un voucher, un peaje para transitar por todas las rutas, un arancel en todas las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires. Yo creo que esas ideas del ajuste de Bullrich, de la motosierra de Milei podrán sonar bien en la televisión, pero si se aplican vienen a destruir nuestra provincia de Buenos Aires.

Así que lo quiero decir porque es así como lo siento, como lo pienso y como lo hemos hecho durante estos cuatro años. Nosotros necesitamos más salud, más educación, más producción, más trabajo y eso, compañeros o compañeras, es con más Estado, no con menos Estado. Así venimos trabajando, así pretendemos seguir haciéndolo. Derecho al futuro. Muchísimas gracias.