Encuentro de la Comisión Provincial para la Erradicación del Trabajo Infantil
Muchísimas gracias a todos y a todas. La verdad que un placer y un privilegio poder asistir a esta plenaria de la COPRETI. La verdad que una responsabilidad enorme, si es el único ejemplar lo voy a cuidar mucho. Espero que no se me pierda.
Pero bueno, algunos comentarios sobre lo que ya se ha dicho. Gracias, también, por cambiar un poco el cronograma que tenían previsto. La verdad que sí, estamos con una agenda recontra exigente, pero no podía faltar hoy en esta plenaria.
Venimos trabajando muy intensamente, yo les quiero agradecer a todos y a todas, al Ministerio, a Walter, también a Javier y a todos los equipos, porque la verdad es que me ha tocado participar de algunas actividades allá en Chapadmalal, recuerdo alguna vez, pero bueno, ir siguiendo los esfuerzos que se están haciendo en relación a la erradicación del trabajo infantil y la verdad que me parece que es una de las acciones, llamémosla, más complejas por las características que tiene y más sofisticadas en términos de coordinación de diferentes áreas del Estado provincial.
Me parece que es muy destacable que tengamos resultados para mostrar, muy destacable que tengamos programas e inversiones en ejecución, muy destacable también que tengamos asociada la cuestión sí, de los vehículos, de los drones, todos los instrumentos destinados a la inspección, en lo que estamos invirtiendo, estén dirigidos con especial atención a la cuestión del trabajo infantil, porque evidentemente es dentro de las calamidades que uno podría señalar y la vergüenzas que subsisten a nivel social, a nivel histórico, bueno, una de las más atroces y que más esfuerzo requieren.
Y paradójicamente, bueno, dos cuestiones para decir con esto. Primero, que los sectores donde anida y donde prolifera, el sector ladrillero, agricultura periurbana, recolección de residuos urbanos, trabajo en la vía pública, trabajo doméstico intensivo, bueno, el trabajo agrícola en general, ponemos acá periurbano para destacar, pero son sectores donde al Estado siempre le ha costado mucho penetrar, regular, participar, controlar, porque son sectores que además viven muchas veces en la informalidad, sectores que los economistas dirían de baja productividad, alta informalidad, bajos salarios y no es raro que una cosa esté combinada con la otra. Pero el sólo hecho de indicarlo muestra que es uno de los núcleos más densos, más rígidos, más sólidos y más impenetrables desde el punto de vista de la política pública.
Así que, hay un desafío realmente muy grande del orden del diseño de las políticas. Y obviamente, una de las cuestiones que salta a la vista es que el combate, la erradicación del trabajo infantil excede con mucho al Ministerio de Trabajo ¿no?, es algo que el Ministerio de Trabajo puede abordar pero que requiere políticas coordinadas y articuladas con diferentes ministerios, por la naturaleza productiva de cada uno de los sectores y por lo que se mencionaba recién, ¿no?, que siempre hay derechos vulnerados preexistentes que dan lugar luego a la manifestación como trabajo infantil. Nadie, ningún niño, ninguna niña que esté debidamente escolarizado, con su derecho a la educación, a la alimentación, a la vivienda digna, obviamente a condiciones de vida dignas en general, es propenso, no está exento, pero no es propenso a ser víctima finalmente de las prácticas del trabajo infantil.
Así que, creo que es una política que debe ser transversal a muchas áreas, ¿no? a muchas áreas. A ministerios vinculados con lo productivo, al Ministerio de Ambiente, por ejemplo, y después a políticas de género, a políticas educativas. No hay, prácticamente, área del Estado que no pueda hacer una contribución a la erradicación del trabajo infantil.
Así que ahí está el gran desafío, me parece que por eso es importante que tome la forma de una Comisión Provincial, por eso es importante que bueno, que esto que hacemos hoy, yo creo que si hoy nos estuvieran filmando y estuvieran viendo dirían ‘bueno, miren cuántos ñoquis del Estado’, ¿no? Gente sentada, tomándose un mate y charlando, pero creo que también muestra lo, a veces, lo sofisticado y ajeno a la comprensión de quienes atacan al Estado en todas sus formas cuando nos proponemos abordar problemáticas tan complicadas y tan multicausales y tan abarcativas de prácticas sociales tan diversas, ¿no?
El Estado suele estar afuera y lejos de estas cuestiones y para que pase a estar cerca y tenga alguna injerencia, y bueno, el Estado tiene que ganar en grados de eficacia, en grados de presencia, en grados de vigilancia, en grados de participación.
Y además, creo que otra de las enseñanzas que nos deja, lo más exitoso que se ha hecho en este tiempo desde la COPRETI, es que no es desde la tarea coercitiva y punitiva que lo vamos a resolver, ¿no? En todo caso lo podemos suspender, aplacar u obligar, finalmente, a que se esconda, se oculte y dejemos de verlo, ¿no? Cuando simplemente se aborda desde una perspectiva del control y de la punición, no se resuelve con multas.
Entonces, creo que estamos ante una problemática muy, muy compleja, así que cada uno de los logros que podemos, desde lo que se expresa, los reconocimientos, a los logros como resultado de tareas que a veces parecen ajenas, ¿no? Cuando vamos a Chapadmalal y llevamos a los pibes y pibas dice uno ‘bueno, se los está por un momento, en un recreo, llevando a otro lado y después vuelven a la práctica habitual’. Me parece que no es así, y que el Estado bien entendido y el Estado presente, tiene estas complejidades y sofisticaciones que escapan completamente a esa mirada del Excel o del ajuste y del Estado como una criatura necesariamente boba, tosca, burda, que hace, que levanta edificios o lleva adelante rituales.
Me parece que acá hay un desafío muy importante en general. Así que vengo primero a valorar lo que se ha hecho y después a hacer algún comentario sobre la coyuntura, o sobre el contexto que hace a nuestra tarea, lo decía Javier, lo decía también Walter, mucho más complicada, mucho más complicada, en esta situación. Porque, evidentemente, es en los momentos de retroceso de la clase trabajadora, del desarrollo nacional, en el retroceso de los derechos, en la ausencia de derechos, en la deserción del Estado nacional, donde, y en el deterioro de las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto, donde aparece terreno fértil para la proliferación de las formas más atroces de la explotación, que tienen que ver con esto precisamente, ¿no?
Y hablaba creo que Javier, usó la palabra naturalización, que es el riesgo que tenemos, que se naturalice, es cierto que en determinados espacios, en determinadas formas de la cultura bonaerense, en determinadas formas de la organización familiar, laboral, en determinados entornos, está naturalizado y sigue naturalizado el trabajo infantil y se lo refiere con otros nombres, ¿no? Uno a veces no sale de la sorpresa cuando ve que te comentan cómo qué simpática anécdota que en determinado emprendimiento familiar, o en determinada actividad, los chicos ayudan, colaboran, o bueno, así aprenden las labores del campo o lo que fuera y no hay ni siquiera un registro de que esto no tiene que ver ni con el juego, ni con las costumbres, sino con la privación de determinados derechos a quien está totalmente vulnerable y sometido y que no tienen elección ni decisión, pero muchas veces se romantiza, ¿no?, se romantiza, casi se caricaturiza o simplemente para no seguir ahondando en lo que ya saben, se naturaliza.
Bueno, decía que esta es la situación general y es la lucha permanente, pero en contextos como este de ajuste, de programas de precarización laboral en general donde se quieren plasmar retrocesos tan fuertes en materia de derechos laborales de los adultos y de los colectivos de trabajadores de todo tipo, sean registrados o no registrados, esta cuestión, bueno, se pone en el centro del problema porque todo lo que hemos podido avanzar y lo vemos peligrar de forma muy rápida por condiciones imperantes que lo fomentan, ¿no?, que lo fomentan. O sea, que creo que, muy lejos de tomarse esta adversidad como algo que nos excede, creo que al revés, creo que es uno de los momentos más tácticamente importantes para poner en el centro de la escena la cuestión del trabajo infantil, porque empezar por este, o señalar o enfatizar y poner en el centro de la escena esta problemática, creo que nos permite, con la Ley Bases o con lo que está ocurriendo en la esfera general de la economía, mostrar las peores manifestaciones de lo que quieren hacer y de lo que se habilita y se permite con esos discursos, ¿no? Así que, creo que al revés de lo que pareciera, estamos en una situación adversa y compleja y no hay momento más adecuado para señalar la problemática, para denunciarla y para combatir el trabajo infantil. Esto lo puedo decir de otra manera, en condiciones como las actuales es más importante que nunca, y bueno, y esa sería la invitación, no sólo a no bajar los brazos, sino a redoblar nuestros trabajos y redoblar nuestras denuncias.
Hablábamos de naturalización, ¿no? Lamentablemente, quiero aprovechar que estamos acá porque lo tengo como un entripado y ya que estoy lo manifiesto. Voy a citar a un diputado nacional actual que dijo ‘yo no creo en la obligatoriedad de la educación, la libertad es también’… Perdón, tenía la palabra, lo quiero citar textual, lo quiero citar textual para que sea más claro el repudio. Dice: ‘yo no creo en la obligatoriedad de la educación, la libertad también es que si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, puedas hacerlo’, esto dijo un diputado nacional, creo que se llama, el nombre no sé si será Bartolo, Alberto, pero conocido como Bertie, dijo esto y bueno, yo quiero acá circunstancialmente encabezando este plenario, repudiarlo.
Y quiero decirlo con todas las letras, esto no sólo es una aberración de corte ideológico, oligárquico y todo lo que quieran agregarle, sino que además es una invitación al retroceso hacía el régimen de esclavitud, porque está puesto como la voluntad del adulto de abusar laboralmente y abusar en sus derechos, además derechos consagrados por nuestra Constitución o con rango constitucional, pero abusar de los niños de manera abierta y con total desparpajo. ¿Por qué digo esto? Porque hoy no sólo estamos combatiendo en la práctica y como resultado de determinadas políticas con el trabajo infantil, sino que además hay una incitación, y hay una especie ya de naturalización en el discurso, en lo simbólico, que me parece que también hay que señalar. No contentos con generar estas desgracias, las fomentan, las naturalizan y prácticamente se burlan de ellas, ¿no? No sé ni por dónde agarrar la frase, porque me parece aberrante, así que, pero quiero decir que indica un poco en qué situación estamos, ¿no? De retroceso.
Y entonces, decía recién que en condiciones de trabajo, de empleabilidad, en condiciones salariales, de retroceso como lo que estamos viviendo, es muy importante, más importante que nunca, el combate contra el trabajo infantil, pero también quiero decir que en condiciones discursivas de este tipo, y llamaba recién a no bajar los brazos, a no acobardarse, o a no pensar que porque avanza tan rápidamente el deterioro en diferentes campos y en campos mucho más masivos, entonces hay que descuidar esto. Sino, al revés, me parece que es un punto nodal sobre el que hay que actuar y sobre el que hay que reforzar el trabajo. Bueno, lo mismo digo con respecto a este tipo de frases, de declaraciones, porque las diga, porque haya y cuente con determinada habilitación a nivel mediático, ¿no? Uno creería que, desde la Asamblea del año ‘13, ya ni siquiera por una cuestión del trabajo infantil, desde la Asamblea del año ‘13, si querés mandás a tu hijo porque lo necesitás al taller como si fuera un objeto. Por eso, es prácticamente una cuestión esclavista, ni siquiera asociada, bueno, a costumbres como se hace habitualmente para legitimar el trabajo infantil en otras áreas, sino acá directamente, bueno, a ver, ¿cómo le saco un mango?, ¿cómo me sirve?, ¿y dónde lo quiero tener a mi objeto?, que vendría a ser un niño.
Entonces, creo que esto tampoco nos tiene que confundir, esto para mí es muy serio en estos momentos, por eso lo digo acá, no nos tiene que confundir, por más que lo digan con desparpajo, por más que lo digan con liviandad, por más que haya, como decían recién, una complicidad o una habilitación de parte de los interlocutores porque le dejan pasar estas frases y prácticamente les parece ‘miren qué loco las cosas que dice’, como si no fuera algo de tanta crueldad y de tanta violencia, ¿no?, lo que se está diciendo. Entonces, va pasando. Pero la invitación es a no dejarnos confundir por esto, ¿no? A veces, los discursos que circulan, sobre todo a nivel mediático, a nivel de redes, a nivel de, bueno, de las máximas autoridades del país, que circulen o que proliferen o que se repitan, no quiere decir que a nivel de nuestra sociedad, de su conciencia y de su comprensión, se haya retrocedido tanto. Yo de esto estoy muy convencido. No es verdad, por más que haya determinados permisos, que antes no había, y entonces uno dice, ‘bueno, ¿cómo ha avanzado algún pensamiento reaccionario, algún pensamiento conservador o de ultraderecha?’, porque esto se dice y pasa inadvertido, en el medio de una batería de cuestiones de este tipo también aberrantes pero pasa. Entonces uno, a veces, mira con desánimo y dice, ‘bueno, ¿cómo nuestra sociedad que ha sido capaz, históricamente, de tantas conquistas, de tantas luchas, hoy admite y permite estas cosas?’. Yo no estoy de acuerdo con esa mirada. No creo que por más que, en determinados ámbitos y en determinadas esferas eso circule y se permita, a mí no me… no, tengo la certeza de que esto no quiere decir que haya permeado, y que haya perforado determinadas defensas de nuestra sociedad, todo lo contrario, eh. Me parece que son momentos, que son momentos complejos, que son momentos de enormes discusiones, discusiones que hay que dar, pero que no hay que dejarse llevar por esos climas de época, como si, bueno, ahora resulta que tantos años de avance en determinadas cuestiones, está todo en riesgo, o todo perdido, porque un señor como este Bertie Benegas Lynch sale a decir esto y no sea suficientemente criticado y castigado por lo que está diciendo. Me parece que no es así, por lo menos esta es una conjetura pero en la provincia de Buenos Aires tengo certeza de esto que digo. Tengo certeza porque nosotros no sólo hemos, intensamente, durante la campaña electoral, sino y durante los últimos cuatro años, sino incluso ahora, en este momento, recorriendo la provincia de Buenos Aires, la certeza que tengo es que esa sensibilidad, esa mirada y esos anticuerpos están presentes, ¿no? Más precisamente, que el pueblo de la provincia de Buenos Aires no bajó las banderas.
Y que en todo caso, este tipo de discusiones, aunque sean tan descarnadas, tienen que darnos lugar para dar los debates de nuevo para aquellos que tal vez pensaban que cuando uno defendía de forma tan radical o de forma tan, a veces, vehemente determinadas cuestiones y parecía bueno, qué, cómo, por qué se ponen a gritar que los derechos a la educación, a la salud, de qué discusión están participando. Bueno, cuando parecía que era algo un poco o exagerado, o unilateral, bueno, que quede claro que las fuerzas más reaccionarias, que estas corrientes ideológicas, y evidentemente corrientes ideológicas que no flotan en el aire ¿no?, que representan determinados intereses, que representan determinados actores sociales que a veces no dan la cara, o no aparecen tan claramente, pero que todo esto está latente y está a la espera de un momento propicio para avanzar sobre los derechos y sobre las conquistas. Así que me parece que la lucha que se plantea desde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, que se plantea acá en la COPRETI más allá de todas las adversidades, de las dificultades, más allá de lo larga que es y más allá de lo compleja que es, es más necesaria que nunca. Que ahora es más necesaria que nunca. Así que bueno, muchísimas gracias.