Jornada con murgas en Vicente López

Pensé que no andaba el micrófono, pero andaba. El tema es que hay… Hay demasiada alegría, demasiada energía como para que se escuche lo que es producto de la electricidad y la tecnología. Lo que se está escuchando son sus manos, sus bocas, sus bombos que representan todo lo que es un movimiento… Pero miren. Miren.

Bueno, quiero comenzar obviamente agradeciendo. Voy a empezar por los anfitriones de acá del club que estaban recién. Sigo por allá, el club del Banco. Quiero agradecerle a la Bancaria, al compañero Palazzo. Así que muchas gracias, siempre recibiéndonos. Quiero seguir agradeciéndole al dirigente que nos va a representar en la boleta de UXP, a Lucas Boyanovsky, compañero que da una lucha en un distrito complicado. Después a Patricia, escuché con atención tus palabras Patricia. Y me parece que lo que le da fuerza a esas palabras, lo que para mí le da absoluta legitimidad y por tanto valor de verdad, no solo a lo que dijiste con respecto a lo que ocurre, sino a lo que mencionaste que todavía falta: es el enorme cariño, el enorme afecto, el reconocimiento y el aplauso de tus compañeros y compañeras. Y luego, por supuesto, al compañero Federico Fagioli y al compañero Juan Grabois por sus palabras y acompañamiento y también por poner blanco sobre negro lo que piensa, lo que cree. Y sí Juan, nos ayudan a ser mejores, por supuesto. Y ahora… Y ahora si me dan, si me dan un segundito porque quiero ponerme, si me permiten un segundito, un poco más serio y solemne. Pero quería compartir unas palabras con ustedes en la línea también de lo que dijo Florencia además de lo que planteaba Juan, Fede, Pato.

Pero quiero decir algo que me parece que es importante, serio y le debemos prestar un poco de oído. Hace poquitos días, el día domingo, escuchamos en el debate a los candidatos a ocupar un puesto tan relevante, tan trascendente como la Presidencia de la Nación. Y escuchamos a uno de los candidatos decirlo explícitamente, pero a otra de las candidatas, una candidata. Los dos candidatos de la derecha, más o menos en la misma dirección. Pero quiero pararme sobre uno de esos discursos. Discursos que vuelven sobre temas que pensamos que estaban ya discutidos, procesados, asumidos y resueltos en la República Argentina. Pero se ve que no. Se ve que no es así. Que no es así. Escuchamos de nuevo discursos negacionistas. Escuchamos de nuevo hablar de los dos demonios, de que en la Argentina hubo una guerra, de que lo que ocurrió en la dictadura militar fueron excesos en el marco de una guerra. Y creo que hay que prestarle oído, hay que prestarle atención porque es tremendamente grave y tremendamente serio. Escuchamos a un candidato a presidente, en el marco de un acto institucional, porque es por una ley, discutir si habían sido o no 30 mil los desaparecidos en la Argentina. Pero casi, casi discutiendo que hubieran sido desaparecidos. Casi directamente negando los crímenes horribles, los crímenes espantosos, los crímenes trágicos que llevó adelante la dictadura militar desde el Estado con una política sistemática, planificada de persecución, desapariciones, robos de bebés, torturas.

Y creo que tiene una gravedad inmensa y le pone todavía más importancia a lo que decía Fede que se va a discutir este 22 de octubre, por suerte en las urnas. Por suerte en las urnas. Así que quiero llamar la atención, quiero llamar la atención sobre la importancia. Y lo quiero hacer acá, en este encuentro de murgas. Primero decir para que quede muy claro, para que quede muy claro. Quiero decir desde acá, desde este encuentro que no solo los que estamos acá reunidos sino creo yo, la inmensa mayoría de nuestro pueblo, tiene muy en claro que no estamos discutiendo un número. Estamos discutiendo algo tremendamente más importante por eso repetimos que son 30 mil. Y lo digo porque ni fue una guerra, ni hubo excesos. Ese es el discurso de Massera, de Videla, de Agosti. Es grave que un candidato en democracia a la presidencia de la Nación, no se le ocurre mejor idea que repetir textualmente el alegato de los milicos en el juicio a las juntas. Nunca más esas ideas, nunca más esa doctrina. Y parece, parece mentira con lo que costó recuperar la democracia, con lo que cuesta llevarla adelante que hoy tengamos que discutir de nuevo estas cuestiones a días de unas elecciones.

Dicho esto agrego que si hay una prueba de que no fue en aquel momento una guerra entre bandos ni que la represión, ni las desapariciones, ni los vuelos de la muerte fueron excesos. Si puede quedar claro de una manera muy sencilla es que una de las cosas que hizo la dictadura, y que formó parte de las mismas políticas, de las mismas decisiones y del mismo plan, sí, las desapariciones, los campos clandestinos de detención, la política económica y prohibir la fiesta popular, prohibir las murgas, prohibir la organización popular, dejar al pueblo sin sus expresiones de diversión, de organización pero sobre todo de manifestación y de lucha, son todas partes de un mismo plan. El mismo plan exactamente que prohibió las murgas fue el plan que desapareció a 30 mil compañeros. Y fue el plan que dejó al pueblo sin democracia, sin derechos, sin trabajo. Es todo parte y componentes de una sola y misma política. ¿Y por qué? Por qué ensañarse con algo que parece que no tiene esa peligrosidad, como es el movimiento murguero, como son los carnavales, como es la organización en cada uno de los barrios. Por qué y para qué. La verdad es que todo el tiempo se la pasan bajándole el precio a lo que representa en nuestra provincia las agrupaciones de carnaval, las comparsas y las murgas. Les bajan el precio, compañeros y compañeras. Es muchísima la tarea que hacen, es una tarea que surge de manera espontánea, autoorganizada.

Por supuesto que desde el Estado provincial hemos hecho varias cosas, por supuesto que podemos hacer más, pero lo importante, lo relevante, lo trascendente, lo histórico, es que el movimiento de murgas es un movimiento desde abajo, de los barrios, es una manifestación de una necesidad que tiene nuestro pueblo que es la de divertirse, pero que es también la de luchar.

Tiene razón Juan, tiene razón Fede, son expresiones de lucha. Y es como decía Florencia, nosotros luchamos, nosotros combatimos, el movimiento popular ha resistido las peores persecuciones, hoy todavía las resiste porque llegamos a una elección con la compañera Cristina Fernández de Kirchner prohibida, proscripta, perseguida y acusada.

Y por qué a las murgas la toman como enemigos, por qué si parece algo tan inocente, algo prácticamente vinculado a la fiesta y el carnaval. Porque no es solo eso, porque expresa la unidad de factores que tienen que ver con el sentimiento, con la tradición y con la historia de nuestro pueblo. De las luchas más antiguas, pero luchas que se lleven adelante con alegría, con amor, una manifestación que es expresar lo que el pueblo siente con el tambor, con el baile.

Y no lo soportan, no soportan que seamos así, que luchemos sí, que resistamos sí, pero siempre organizados solidariamente y con alegría abrazando al otro y con amor. Con música, con diversión, así lucha el pueblo.

Así que muchas gracias por invitarnos hoy a este encuentro. Muchas gracias también por expresarnos lo que nos falta y sus necesidades, porque las conocemos y porque vamos a dedicarnos todos los días, Juan, todos los días Pato, a resolver los problemas que faltan. Así que muchas gracias.

Y quiero decir para terminar que hay también una función social, permanente, un papel que cumple el pueblo cuando se organiza a través de las agrupaciones, de las murgas, de las federaciones, que tiene que ver con nuestro pibes y nuestras pibas.

Nos dicen todo el tiempo que hay que sacar a los pibes del abandono, de las esquinas, que hay que sacarlos del delito, del crimen, que hay que sacarlos de la droga y del narco. Cómo lo podemos hacer: lo hacemos con educación, lo hacemos con trabajo, pero lo hacemos también apoyando y acompañando al movimiento murguero.

Ahí están… ahí queremos que estén nuestros pibes y pibas. Queremos que estén en la escuela, queremos que estén con la familia, queremos que estén en los clubes, y queremos que estén también en las murgas y el carnaval. Así que, ese papel, y por eso que hacen, tenemos que agradecerles como pueblo de la provincia de Buenos Aires. Es ahí, son ustedes los que dan una mano enorme con aquellos que necesitan contención, acompañamiento.

Y por último para los que permanentemente acusan a la cultura popular de acompañar la estigmatización, la discriminación, el prejuicio, la persecución. Yo creo que todo eso viene desde arriba, yo creo que todo eso le hace juego al negocio de la moda, de la vestimenta, que todo eso le hace el negocio también a aquellos que lucran con la discriminación, con elegir figuras o formas que son las que deberíamos seguir.

Aquellos que lo acusan a nuestro pueblo de todo esto, por qué no van a ver lo que pasa en los barrios con las murgas. No importan los estándares de belleza que mandan desde la tele, no importan los prejuicios, están todos y todas con sus cuerpos, con sus diversidades, con sus culturas, sin discriminar, sin excluir.

Y es un ejemplo que debemos seguir, así que para terminar, decía Juan que alguien debía estar anotando. Estaba anotando el Gobernador de la provincia, y para todos ustedes quiero decir que en nuestra provincia de Buenos Aires si no hay políticas de reconocimiento de derechos, si no hay un Estado presente, si no hay educación pública, si no hay derecho a la salud, por supuesto que quedará muchísima gente afuera.

Pero si no hay además derecho a la cultura, derecho a la diversidad y derecho al disfrute, no vale la pena nada. Es la felicidad del pueblo el objetivo de nuestro gobierno.