Nueva Escuela Secundaria N° 8 en San Andrés de Giles
Muchísimas gracias, buenas tardes a todos y a todas. Gracias, Miguel, por recibirnos de nuevo en Giles. Gracias, Marina, también, de nuestro gobierno, de la comunidad. Estábamos con tus maestras de la primaria.
Bueno, la verdad que es siempre, siempre, en cualquier momento de nuestra gestión, de estos ya 5 años y algo de gestión, venir a inaugurar una nueva escuela, siempre es un acto de alegría, es un acto también fundacional, ¿no? Es un acto fundacional.
Estamos inaugurando un edificio donde muchísimos pibes y pibas, sus maestras, sus maestros, sus directivos, van a pasar mucho tiempo de su vida y, bueno, por lo menos los que venimos escuchando esto y los que lo experimentamos, sabemos que uno nunca se olvida de su escuela.
La escuela es un momento de la vida realmente fundacional, pasan cosas de todo tipo, lindas, feas, se generan afectos, enojos, se aprende, se crece. Así que, bueno, inaugurar una escuela no es simplemente cortar la cinta de un montón de ladrillos, cemento, vidrio y fierro, ¿no? Es mucho más que eso.
Y hay una diferencia inmensa sobre la que yo quiero llamar la atención, porque a veces pareciera que con los vientos que corren desde el Gobierno nacional, con los discursos de Milei, con los discursos que está instalando Milei, a veces se pierde un poco la noción. Porque se escuchan en las redes sociales, se escuchan en TikTok, son formatos bastante adecuados para redes sociales, ¿no? Formatos cortitos, a veces con enojo, a veces con insulto, a veces con show y entonces pareciera que eso le da un valor de importancia o un valor de verdad, pero yo me permito preguntarme ¿Cuáles son las reales, las efectivas consecuencias de esas palabritas y de esas ideas? Porque ya las estamos viviendo.
Entonces, yo quería llamarles a ustedes un poco la atención y la reflexión sobre la diferencia que hay entre tener una escuela en condiciones, digna, que esté bien, en tamaño, me decían ‘nos acostumbramos a convivir con la… A vivir apretados, a vivir en espacios pequeños, y bueno, nos acostumbramos y lo pudimos hacer’. Pero qué diferencia que hay entre dar clase, entre convivir, entre divertirse, jugar en espacios que tengan estas dimensiones, esta magnitud, yo decía, escuelas dignas, escuelas lindas, escuelas de calidad o como es el caso este, Miguel, a toda la comunidad, una escuela hermosa, preciosa, una escuela que da ganas de quedarse. Así que, qué diferencia que hay.
¿Cuál es la distancia en la experiencia cotidiana y en la vivienda, en la vivencia entre una escuela que tenga los espacios que corresponden, los lugares que corresponden, los laboratorios? Más como esta, que es una escuela donde se hace arte, donde no es lo mismo estar apretados o estar… En ninguna, ¿no? Pero especialmente acá.
Y digo, bueno, ¿se puede entender esa diferencia? ¿Se puede entender que no es simplemente un TikTok, que no es simplemente la palabra motosierra, el topo que va a distribuir el Estado, cero obra pública? Y no quiero hacer un discurso partidario, pero quiero decir, ¿se entiende la diferencia entre terminar una escuela, tenerla, vivirla, disfrutarla y no tenerla?
Miren, ¿cuál es mi impresión? Pareciera que hay una parte de nuestra sociedad, que hay un sector que no lo entiende, que no lo entiende, que pareciera que le da lo mismo. Porque nosotros hoy en la provincia de Buenos Aires tenemos 80 escuelas paradas porque el Gobierno nacional ponía los fondos, como le corresponde por la ley, la Constitución y porque se retiene una parte importantísima de los recursos, de la recaudación, tiene 80 escuelas paradas. Cambió el gobierno, 80 escuelas paradas.
Tenemos 1.000 obras, montones de rutas. Yo venía para acá y les va a parecer extraño, medio bizarro, pero no saben la alegría que me da a mí y la esperanza que me da a mí ver las máquinas funcionando, haciendo la Ruta 41, haciendo el bacheo de la 193, la alegría que me da. Porque entiendo el valor que tiene la obra pública.
Hoy existe un discurso que dice ‘cero Estado, cero obra pública’, y lo festejan. El ajuste, cero remedios para los que tienen cáncer. No es solo un discurso, es la realidad, ahora es la realidad que estamos viviendo a lo largo y a lo ancho del país, cortaron las vacunas, cortaron un montón de cosas, y dicen ‘bueno, está bien’. ¿Por qué? Porque hay una idea, una teoría económica que sostiene que todo lo resuelven los privados, que todo lo resuelve el individuo, y que no tiene que haber Estado, ya no es un Estado más chico, ahora es destruir el Estado, cero Estado.
¿Y cuáles son las consecuencias? Escuelas paradas, rutas sin hacer, jubilados que se quedaron sin los remedios, jubilados que ayer los agarraron a bastonazos. Porque leía hoy el diario, y en el diario de hoy decía que la canasta básica para un jubilado es de 1.200.000 para el jubilado, su familia, y la jubilación son 279.000 pesos más o menos. Entonces, obviamente, que si pasa eso y no alcanza hay que reclamar y al que le reclamas… Entonces, son cosas básicas, pero no las estamos, para mí, dimensionando y entendiendo. ¿Cuál es la diferencia entre una ambulancia que salva una vida y que no haya ambulancia? ¿Cuánto vale? ¿Cuánto cuesta, Miguel? ¿Cuánto cuesta que tanto tiempo esté la escuela sin terminar? ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto sale? ¿Cómo le ponemos un numerito de cuál es el valor de tener o no jardín de infantes como el que hicimos? ¿Cuál es el valor de tener un parque ambiental que tenga las instalaciones que corresponde? ¿Cuánto vale? ¿Cuánto cuesta? ¿Cuál es el valor económico? ¿Y cuáles son las trayectorias, las vidas, las cabezas, que no disponer de la escuela, o no disponer de la ambulancia, o saber que no tenés donde desarrollar tu conocimiento, y tu futuro y tu carrera en un centro universitario? ¿Cuánto vale eso? Bueno, la verdad para mí el valor es infinito. Las viviendas, no tener vivienda. No digo, el valor es infinito, no tiene número. Olvídense los liberales, los libertarios, no tienen número, no se mide en guia. No se mide en guita. Se mide en dignidad. Se mide en esperanza, se mide en ganas de hacer las cosas.
Así que yo quería hablar de esto un poquitito porque esta escuela, este edificio refleja también la historia del país. Cortito, pero la historia del país. Alberto era ministro de Educación, y yo ministro de Economía en los años 2014, 2015 que estábamos, Cristina presidenta, construyendo escuelas en toda la Argentina.
Cambió el gobierno, vino un gobierno que ni siquiera era de la motosierra, eh. Era del serrucho o era del martillo, era algo para romper, pero no era de la motosierra. No era tan profundo el ajuste, no era tan duro el discurso y cortaron la obra. Y ustedes la vieron, porque yo la vi. Yo la recorrí, una escuela que se quedó como las 80 escuelas que pararon ahora, sin terminar.
Entonces, estaba esta secundaria estudiando en un lugar que no era el apropiado, viendo que eso que representaba una posibilidad de estar mejor, alguien había decidido pararlo, interrumpirlo y no estuvo. Durante todo este tiempo, no estuvo. Hoy estuvimos inaugurando una escuela técnica también.
Y cuando inaugurábamos la escuela técnica en Ramallo, estaban los exalumnos que no habían podido ir al laboratorio y les decía yo que ahora nos cortaron todos los fondos de una ley de la época de Néstor Kirchner, también, para equipar los laboratorios de la escuela técnica. Entonces, no es solo discurso, no es solo idea, no es solo ir y votar un minuto. Son todas las consecuencias que eso tiene. Es tener escuelas o no tener escuela. Es tener o no tener ambulancia, es tener o no tener la vivienda. Son esas cosas las que estamos discutiendo.
Así que esta escuela se estaba haciendo, cambió el gobierno, por un gobierno liberal, por un gobierno de derecha y dijo, de nuevo, ‘ajuste, paramos las obras’. Y pararon las obras. Recordaba Miguel lo de los 1.000 jardines de infantes que nunca hicieron.
O sea que cambia la vida, cambia las posibilidades y ni hablar en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde en el interior de la provincia de Buenos Aires, es más fácil de entender que si no está el Estado con las escuelas, no es que… Ni siquiera hay, ni siquiera hay, pero seguramente muchas de las familias de ustedes no podrían pagar una escuela privada sin subvención del Estado. No podrían pagar, muchas familias de ustedes, para que vayan a la universidad en otro pueblo. Así que lo que estamos discutiendo acá, no es solamente una ideología, un TikTok, estamos discutiendo si le vamos a dar o no a los pibes de la provincia de Buenos Aires la posibilidad de acceder a la educación pública y gratuita, desde los 3 a los 23 años, más allá de dónde que nacieron y más allá de cuánta plata tenga la familia.
Porque esto también lo tenemos que entender, lo privado anda, lo privado te da educación, te da salud, te da vivienda, para el que tiene las posibilidades, para el que tiene los recursos, para el que tiene ese nivel de riqueza. ¿Está mal? No, está bien. Hay familias, hay sectores que se lo pueden pagar, pero hay un montón que no se pueden pagar, que no se pueden pagar una escuela privada, que no se pueden pagar una universidad privada, que no se pueden pagar una prepaga, o que por el lugar en donde viven, ni siquiera hay. No hay. Y no es que no haya porque nosotros, el Gobernador o el Intendente, le prohibió, le prohibió a algún empresario abrir una prepaga, una clínica privada o abrir una escuela privada. No hay porque no es negocio. No es negocio hacerlo, ¿quién invertiría en algo que después no vas a recuperar la plata? Está bien.
No me estoy quejando, pero digo, para que esta situación, de que algunos pueden y otros no pueden, no se convierta en una sociedad todavía más desigual, todavía más injusta, sino que le dé la posibilidad a un pibe, a una piba de cualquier rincón de la Provincia empezar en el jardín, ir a un jardín con dignidad, público, gratuito, de calidad, después ir a una primaria, después ir a una secundaria y después poder ir a la universidad. Para poder empezar a resolver esas desigualdades hay algo que se inventó, que ahora lo quieren destruir, que dicen que es el topo, y que sé yo, pero tiene un solo nombre, se llama Estado.
Estado es el mecanismo que tienen todas las sociedades. Después, podemos discutir si lo hacemos mejor, lo hacemos peor. Pero esta escuela la construye el Estado, así que si alguien quiere venir a destruirla, sepan que estamos nosotros, pero sobre todo que están ustedes para cuidarla, para quererla y con un poco más de conciencia. Porque este año, de nuevo, vamos a decidir qué camino queremos tomar. Es como esto de ‘elige tu propia aventura’, qué camino queremos tomar. Si uno que empiece… Si uno que empiece hoy, como lo escuchamos, a destruir lo que tenemos que todavía no alcanza, o un camino que continúe construyendo más igualdad, que continúe construyendo más futuro, construyendo más educación, más salud para todas y todos. Yo creo que es eso lo que estamos decidiendo en Argentina, estos días vimos muestras claras de un Estado presente y de otros que ni siquiera te dejan quejarte cuando la cosas no andan bien.
Así que, yo simplemente, y para concluir, quiero decir que en la provincia Buenos Aires, mientras del Estado nacional no llegan recursos, paran las obras, en la provincia de Buenos Aires estamos acá, trayéndoles la ambulancia para que tengan la salud más garantizada, trayéndoles un camión para que tengan la recolección de los residuos, el ambiente, el cambio climático, que le demos una respuesta, inaugurando una nueva escuela, haciendo las rutas.
¿Falta un montón? Falta un montón, pero en la provincia de Buenos Aires no vamos a parar un solo día, no vamos a parar una sola obra, y no vamos a dejar de defender lo que creemos que es la identidad de un pueblo y el mandato que tenemos. Que es derechos, derechos, y más derechos. Muchas gracias.