Entrega de diplomas a estudiantes universitarios del Programa Puentes en La Matanza

Buenas tardes a todos, a todas. Empiezo por felicitar a quienes hoy reciben su diploma, a ella que me saluda todo el tiempo, hija de Victoria, ahí está. La verdad que es un día de alegría, de felicidad, en un marco en donde lamentablemente buena parte de lo que estamos haciendo hoy, Fernando, está en peligro y está en riesgo. Esto está en peligro y está en riesgo.

Yo quiero comenzar explicando muy brevemente, ya se ha dicho lo que es el programa Puentes, lo que era el programa Puentes. El programa Puentes surge porque en el interior de la provincia de Buenos Aires, como decía Carli, como decía Vero, nosotros tenemos prácticamente 100 distritos, muchos de ellos pequeños. Mirá, Fer, algunos de 10.000 habitantes, otros de 20.000, 30.000, pero bueno, es como vive… Catán, 410.000 solo Catán. Bueno, eso junta 40 pueblos del interior de la provincia. Pero quiero decir, el interior de nuestra provincia, que es una provincia de 17 millones de habitantes en total, que es una provincia de 300.000 kilómetros cuadrados, que cuenta con 135 municipios. Bueno, aproximadamente 100 de ellos del interior, más pequeños, tenían una dificultad, un problema, a veces oculto y solapado, a veces naturalizado. Como pasa a veces con las cosas más graves y más injustas, que por el hecho de existir hace tanto tiempo, se vuelven costumbres, se naturalizan y, prácticamente, después se vuelven invisibles. Nadie se da cuenta de la injusticia en la que se vive. En el interior de la provincia de Buenos Aires, cuando uno recorre, con Vero lo hemos hecho, con el Ministro, con Alberto, con Carli, cuando uno recorre las secundarias del interior de la provincia de Buenos Aires, secundarias públicas mayormente, como todo que es público en el interior, todo: la salud, la educación, la seguridad. Pero cuando uno recorre las secundarias y le pregunta a los pibes qué quieren hacer cuando terminen la secundaria, me animo a decir que la mayoría, por no decir todos, porque es mucho, pero una enorme mayoría, quieren seguir estudiando después de recibirse. Eso es un deseo, me animo a decir, una necesidad, un sueño, un anhelo, una aspiración, pero bueno, eso es lo que le pasa a los pibes de la provincia de Buenos Aires, a las pibas de la provincia de Buenos Aires: están por terminar la secundaria, se ponen a pensar qué quieren ser, como se dice: ‘qué querés ser cuando seas grande’, y piensan, bueno, en tener una carrera universitaria. Es un hecho, es una realidad, no es algo que pueda discutir Milei, ni la Escuela Austríaca, ni el anarcocapitalismo. Los pibes, las pibas de nuestra provincia hacen el secundario y muchos de ellos, la enorme mayoría, quieren seguir estudiando después. Y lo he preguntado ‘¿Qué quieren hacer después?’, ‘Bueno, seguir estudiando’, ‘¿Qué querés ser?’ y alguno te dice médico, otro te dice abogado, otro te dice economista, contador, ingeniero, y empiezan. En el interior, esos pueblos están a veces, no a dos horas de una universidad, están a 200 kilómetros, 300 kilómetros, 400 kilómetros, 600 kilómetros, es lejísimo. Hay que ir a La Plata, hay que ir a Mar del Plata, hay que ir al conurbano, hay que ir a la Ciudad de Buenos Aires, hay que ir a Bahía Blanca, a las grandes ciudades que a veces quedan lejos, de lejos, de lejos. Entonces, fíjense, parto de ahí, ¿qué quieren hacer, qué desean? Quieren seguir estudiando. ¿Y qué les pasa? Muchas veces no pueden. Y a mí, si me permiten, esto me remite, me lleva a pensar en esa idea, que hoy se pregona desde el Gobierno nacional, de libertad. La libertad, que tanto gritan, dicen ‘carajo’, ahora vamos a casos concretos, pibes y pibas que quieren seguir estudiando, que están dispuestos a lo que significa. No les voy a explicar a ustedes, porque dice el Gobierno nacional que los que estudian tienen un privilegio. Saben ustedes que estudiar, hacer las materias, ir aprobando los exámenes, es un enorme esfuerzo y una enorme inversión de tiempo, de cabeza, de dedicación, de nervios, de cerebro, de músculo. A veces es dejar de trabajar, dejar de ayudar en casa, te lleva la vida. Y de inversión económica también, aún siendo gratuita, la universidad no es gratis. Ir a la universidad representa los apuntes, representa los viajes, representa comer fuera de casa, bueno, representa un montón de inversión.

Entonces yo voy a eso, vuelvo, quieren estudiar, desean estudiar. ¿Pueden todos? ¿Pueden? No, no pueden. Es más, yo diría, en el interior nos pasaba que de esa proporción enorme de todos los que querían estudiar, una partecita muy pequeña lo iba a lograr. Uno sabía y le daba esta sensación con las estadísticas. ¿Quieren estudiar? ¿Quieren seguir estudiando? ¿Quieren ir a la universidad? ‘Sí, sí, sí’. Y uno los miraba con la estadística y decía, ‘de estos 100, de estos 200, van a terminar recibiéndose poquitos. 15, 20, 30’. Y todos los demás, y se iban a frustrar. Obviamente, esto no quiere decir que iban a ser infelices, que van a tener una vida triste y oscura, pero lo que deseaban hacer, no lo iban a poder hacer. Y no lo iban a poder hacer por una restricción real, material, objetiva, un obstáculo, un techo, una muralla, un paredón que se los impedía, que era la distancia o el dinero.

Fíjense que en esos mismos pueblos, aquel que nacía hijo de una familia pudiente, y seguramente, le iban a poder pagar el viaje, alquilar el departamento viviendo lejos de la casa, les iban a poder pagar los estudios, que ya para una familia de cualquier lugar de nuestro conurbano es caro. Bueno, si uno vive en el interior es mucho más caro. Entonces, me permito pensar primero sobre esa necesidad. ¿Por qué querían estudiar? ¿Por qué quieren seguir estudiando? ¿Por qué tenían esos sueños, esos deseos? ¿Por qué? Bueno, ustedes lo vivieron, un día decidieron. ‘¿Qué voy a hacer? Quiero seguir estudiando’. Se lo comunicaron a su familia, tomaron la decisión. ¿Por qué lo querían hacer? ¿Es eso egoísmo? ¿Es una cuestión individualista? ¿Es el sálvese quien pueda? No. No. Saben que es un gran esfuerzo, saben que muchos no lo logran y quieren estudiar. ¿Están dispuestos a abocarse a algo complicado por ustedes? Sí, por supuesto. Por su familia también, por su barrio, lo dijo Fernando, por su ciudad. Yo me animo a decir, aunque ustedes no tengan conciencia, por su provincia y por su país. No es lo mismo una provincia o un país que tiene pocos médicos, pocos ingenieros, que tiene pocos arquitectos, que tiene pocos enfermeros, que tiene pocos diseñadores web, pocos especialistas, que una que tiene muchos. Es distinto, es un país distinto, una sociedad distinta.

Así que, quiero empezar por ahí. Cuando un pibe o una piba de nuestra Provincia decide estudiar, hay un elemento individual, pero hay un elemento colectivo y solidario. Estudian para nosotros, para los demás, para los que vienen después, para el desarrollo de su Nación, para la soberanía. Claro, claro, no lo pueden entender los libertarios, no lo pueden entender. Como no pueden entender tampoco que si por restricciones arbitrarias, porque a ver, dos pibes, un pibe y una piba, iguales en su edad, iguales en su momento de desarrollo, iguales, pero con diferente billetera, uno lo va a poder hacer y otro no. No es que uno tenga más ganas o uno tenga más esfuerzo que empeñar. No es esa la diferencia. Es de guita, es de ingresos, es de plata, es de distancia. Así que yo le recuerdo a Milei,  esa libertad que nos venden, de que cada uno se salve solo, cuando tiene guita puede y si no tiene no, no es libertad, es una estafa como las criptomonedas. Es una estafa a la enorme mayoría que con ganas, con intenciones, con esfuerzo, no va a poder llegar por una situación económica.

¿Qué sociedad queremos? ¿Qué nos estamos perdiendo? Si solo va a poder estudiar el que tiene billetera gorda. Por eso yo, Fernando, creo que cuando acá en La Matanza tomaste la resolución en soledad de poner en el sur de La Matanza un centro universitario como este, un centro universitario de innovación en La Matanza, la verdad es que vos creías que estabas soñando algo propio, algo que te salía de adentro, es verdad, pero sabé que tu sueño era necesario para La Matanza y para la provincia de Buenos Aires. Sabé que con tu sueño y con su realización transformaste la vida de miles y miles de pibes y pibas de La Matanza y de la Provincia, que con tu sueño le ampliaste el horizonte, le agregaste posibilidades.

Y yo decía el programa Puentes, porque hoy están quienes se reciben con carreras que tal vez ni lo saben, Milei quiso cortar. Imagínense, imagínense, y no es un fantasma, no es esa campaña del miedo, dicen que… Pasó, pasó, empezó a desfinanciar la universidad pública, el CONICET, el INTA, el INTI, el Instituto del Teatro, el INCAA, el Instituto del Cine. La ciencia, la tecnología, la universidad, la cultura y el arte hoy es un tendal de sueños truncos, de posibilidades reducidas.

El ajuste de Milei está arruinando el futuro y la vida de muchísima gente. Imagínense ustedes, primero, si la carrera que estaban haciendo, porque llega Milei que le paga una millonada, una millonada a los inversores extranjeros en dólares, a los timberos, a los grupos inversores internacionales, una millonada, mil veces más que lo que sale soportar la universidad pública. Todo eso para el exterior, para las finanzas, para esos que lo aplauden cuando recorre el mundo y le dan premios y premios. Pero ustedes, nosotros corrimos el peligro de que con este recorte le dejaran las carreras a medias, porque obviamente La Matanza hizo un esfuerzo con el edificio. Fernando tuvo una brillante idea, pero un municipio no puede soportar una universidad, eso es nacional o a lo sumo provincial. Así que en ese momento, en donde Milei puso en peligro la vida de todos ustedes, la vida, no porque lo fuera a terminar biológicamente, pero imagínense que les plantan las carreras como está pasando hoy, con las obras, con las casas, se cierran, se paran, se interrumpen. Eso pasó, tal vez ustedes no se enteraron. En La Matanza tal vez no se supo, porque La Matanza cuenta con un intendente como Fernando Espinoza, que cuando le cortaron los fondos, los fue a buscar a la provincia de Buenos Aires. Y Fernando, yo te agradezco, porque el programa Puentes, que era para el interior, hoy es también para el municipio más grande de la provincia y de la Argentina. Y porque impediste una tragedia, y lo planteo así porque no estoy ni mintiendo, ni exagerando, es la realidad.

Imagínense si no existiera este centro universitario. Puede ser, claro, es como se dice, un contrafáctico, son cosas que no ocurrieron y uno dice ‘qué hubiera pasado si tal cosa, tal otra’, y entonces son especulaciones. Pero si uno hace una introspección, si uno reflexiona un poco, seguramente muchos de ustedes han podido venir a estudiar porque tenían la universidad cerca, sino hubiera sido mucho más difícil, no sé cuántos, no sé cuántos, pero probablemente muchos de los que se reciben hoy no lo hubieran podido hacer si no estaba el CUDI.

Y esto me lleva a concluir con dos reflexiones. Hablé de la libertad trucha que ofrece Milei, una libertad de hacé todo por la tuya, hacé todo solo y si no te alcanza, no podés, tu familia no llegó, y eso no es producto de la culpa o de la falta de esfuerzo, porque la desigualdad es un problema internacional, pasa en los países más ricos del mundo, que hay quienes pueden y quienes no. Esa libertad es trucha, lo voy a completar: no hay libertad real si no hay igualdad de oportunidades.

Que todos puedan acceder, y lo voy a decir acá en La Matanza de la única forma posible de decirlo y que se entienda bien: no hay libertad real si no hay justicia social. Tiene que haber justicia social, tiene que haber igualdad de oportunidades para que luego cada uno llegue lo más lejos que pueda y no se le corten los sueños, y no le interrumpan su futuro.

Por eso, me parece que ahí hay una reflexión para hacer, la otra tiene que ver con otra mentira que acompaña estos discursos. El hecho de que, lo dijo, estaba en el video esa parte que, siempre que pasamos un video, que el sonido, que la cosa, pero empieza con una declaración de Milei, que es igual que la gobernadora, Vero, anterior a mí, que cortó los fondos y cortó las posibilidades, Vidal, que dijo exactamente lo mismo. Dicen que la universidad pública hay que atacarla, hay que desfinanciarla, porque los hijos de los sectores populares, de los trabajadores, no van a la universidad, que la universidad pública es como un subsidio a los que ya tienen. Lo dicen, eh, aparece en el video, lo pueden buscar en las redes. Vidal y Milei, miren qué casualidad. Ahora parece que van juntos a las elecciones.

Por eso, dicen que los hijos de trabajador, los hijos de sectores populares, los hijos de sectores medios, medios bajos, los hijos de pequeños comerciantes, no van a la universidad, que van los ricos a la universidad pública, como si todos nosotros hacemos el esfuerzo de una universidad pública y gratuita y le estamos regalando a quien puede pagar. No se me ocurre algo más canalla y más mentiroso que eso, y lo siguen diciendo y lo repiten. Y cuando uno se pregunta por qué Milei se la pasa recorriendo el mundo, recibiendo premios y no camina el territorio y no viene a La Matanza, y no viene a la Provincia, es porque no se anima, porque si viene se va a dar cuenta que la universidad está llena de hijos e hijas de sectores populares, de trabajadores, primera generación de estudiantes universitarios. Me saco el sombrero, Fernando, porque les cambia el horizonte.

Y termino con lo que planteaba Fer. Estamos adelante de una elección. Yo les dije, Milei cortó los fondos, acá siguió, acá prosiguió la actividad, porque Fernando, porque con un esfuerzo de toda la Provincia, ahí donde Milei recorta, quita y deserta, nosotros vamos y hacemos el esfuerzo para ampliar, para sustituir, para acompañar, para proseguir. Pero viene una elección ahora en septiembre. ¿Qué se juega en esa elección, que todos dicen ‘nadie quiere ir a votar’? Yo les digo por qué tienen que ir a votar, por qué hay que explicarle a nuestra sociedad, a nuestros bonaerenses que hay que ir a votar, porque lo que está en juego es si esto sigue o no, porque lo que está en juego es si otros pibes y pibas como ustedes van a poder seguir estudiando. ¿Cuánto se creen que vamos a poder soportar la ausencia de un Gobierno nacional entre municipio y provincia? Y no es solo en Buenos Aires, es toda la Argentina. Lo que se va a decidir, las boletas van a tener partidos y nombres, pero una de las boletas va a decir ‘motosierra, ajuste, recorte y no a la universidad pública’, y la otra de las boletas va a decir ‘por más pibes y pibas que puedan ir a la universidad, que puedan cumplir sus sueños, que puedan seguir progresando, que puedan llevarle más dignidad a sus hogares, a sus familias, a nuestra sociedad y a nuestro pueblo’.

No es tan difícil. Más escuela pública o sin escuela pública, más hospital público o sin hospital público, más universidad, más desarrollo, más ciencia, más tecnología, más soberanía para la Argentina o la entrega de los recursos naturales. Bueno, eso es lo que hay que decidir y yo creo que es muy fácil explicarlo acá, es muy fácil explicarlo acá, porque yo también fui a la universidad pública. Porque todos ustedes saben lo que representa un esfuerzo enorme, pero que tiene que tener la disponibilidad y la posibilidad, porque si no se hace imposible.

Nosotros no queremos que tener una vida mejor sea posible para un puñadito de gente. Necesitamos que el sueño de que nuestros hijos, nuestros nietos, que ustedes más jóvenes puedan tener una vida y un futuro mejor que el nuestro. Necesitamos que esa posibilidad esté viva y esté vigente, pero hay que defenderla y eso se defiende con el voto, eso se defiende en las urnas, eso se defiende explicando, teniendo conciencia.

La provincia de Buenos Aires no es ni egoísta, ni individualista, Milei. La provincia de Buenos Aires es soberana y solidaria. Muchísimas gracias. [yotuwp type=”videos” id=”SNLuKFfiN4w” ]

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