Kicillof en San Antonio de Areco: “El arraigo es gobernar la provincia para todos los y las bonaerenses”
“Muchas gracias a todos y a todas. Ustedes saben que yo entro a una Universidad y me transformo,
es un problema, no? Me convierto en Clark Kent, superman, y me transformo. Fueron tantos años
de ser docente universitario en varias universidades de la provincia de Buenos Aires. Obviamente,
bueno, a Carly lo conocí ahí dando clases en la Universidad de Quilmes. Fui también profesor,
docente en la Universidad de General Sarmiento. Y fui profesor también en otra Universidad de la
provincia de Buenos Aires que hoy está un poco disputada y creo que hay un poco de estafa con
esto, que es la Universidad de Buenos Aires. Se llama Universidad de Buenos Aires, que quede
claro, porque es una universidad que fundó la provincia de Buenos Aires. Que luego, como varias
universidades provinciales, también se nacionalizó. Pero es una universidad de nuestra Provincia. Y
originalmente es así. No es una universidad federal en su nacimiento, y menos todavía de una
ciudad. Una ciudad que por otro lado, ya que estamos hablando de federalismo, que por otro lado
tiene esa envergadura y esa importancia por dos cosas. No lo tiene por ser un municipio, lo tiene por
ser una capital. La Ciudad de Buenos Aires fue, por mucho tiempo, la capital, bueno, del Virreinato,
pero después de la provincia de Buenos Aires. La capital de una provincia. Y luego en combate,
hablábamos de Vuelta de Obligado, pero en combate fue cedida, podríamos decir, por nuestra
provincia, dejó de ser nuestra capital, con indemnización, la indemnización fue `construirnos una
capital´, que es la ciudad de La Plata, y fue un compromiso en el marco de la federalización de la
ciudad de Buenos Aires.
Pero la cedimos no para que sea ni un municipio, ni un bastión de un partido político, la cedimos
para que sea también nuestra capital, para que siga siendo nuestra capital de nuestro país, pero
también de todas las provincias que lo componen. Es decir, que yo creo que hay una confusión muy
grande, una confusión por eso digo, una estafa, una equivocación, una gran equivocación que es
pensar que la Ciudad de Buenos Aires tiene esa importancia, esa envergadura, ese lugar, por ser un
municipio, aún autónomo. No lo tiene por eso, lo tiene por haber sido la capital de nuestra provincia,
toda su infraestructura la ganó ahí, y luego por ser la Capital Federal. Todos contribuimos a que ahí
haya 33 hospitales, todos contribuimos a que ahí todas las calles, yo viniendo para acá, todas las
calles están asfaltadas, hay gas en todos lados, hay fibra óptica por todos lados. Toda la capacidad
que tiene la infraestructura, no es por ser un municipio gobernado de cierta manera hace un tiempo,
de hecho viene perdiendo fuerte desde que lo es así, sino por ser la capital de todos los argentinos y
argentinas. Lo digo simplemente porque cuando va un bonaerense a atenderse a un hospital de la
capital de la Argentina, parece que fuera un intruso que va a pisar un municipio ajeno. Y si uno mira
todos los países del mundo, es normal que la mayor tecnología, que la mayor concentración
universitaria, esté en su capital. Pero no en un municipio, en la capital del país. Entonces, lo que
quiero decir en aras de un federalismo un poco mejor entendido, es que lo que hay en la Ciudad de
Buenos Aires es nuestro. Es la capital de todos los argentinos y argentinas, y era nuestra capital.
Y ahora me voy a sentar, porque vengo de caminar todo lo que decía Paco. Estuvimos en Giles,
estuvimos en Carmen, estuvimos inaugurando escuelas. Menciono brevemente, porque también es
un poco… Paco, yo te quiero agradecer por tu presentación y quiero reconocer también que uno en
la preparación para llegar a un cargo de estas características, que quiero decir que no hay carreras
universitarias para ser gobernador, y tampoco hay una sola forma de ser gobernador y tampoco uno
podría aprender cómo ser gobernador porque una cosa es ser gobernador en los `90, en los `80,
durante los gobiernos de Néstor y Cristina. Me decía un intendente hace poco, `muy fácil`, Dani
Stadnik, de Carlos Casares, me decía: “es muy fácil ser gobernador ahora porque hay un plan, otro”.
Él venía de la época con Walter Torchio de ser gobernador cuando no había presencia, intendente,
perdón, cuando no había presencia del gobierno provincial. Me decía eso, y bueno, también viendo
las situaciones y las coyunturas políticas, hay que ver si todo esto que estamos haciendo ahora se
puede sostener con un gobierno nacional de otro signo y de otras características, que venga con ese
discurso de que el Estado no sirve para nada. La provincia de Buenos Aires necesita Estado, ahora
voy a hablar un poco de eso. Pero quería decir que hoy estuvimos ahí en Giles inaugurando dos
escuelas. Una secundaria rural en Carlos y un jardín de infantes. En Giles y el otro en Cucullu, una
pequeña localidad. Pero me decía el intendente que hacía 45 años que no se abría una escuela
nueva. Hace 45 años. Abrimos dos el mismo día. Y no es que no hicieran falta. Ese es el punto. No
es que no hicieran falta. Al revés. Luego estuvimos distribuyendo computadoras, estuvimos
recorriendo obras en escuelas, muchas obras en escuelas. Esas dos escuelas que inauguramos nos
permitieron llegar a 155 nuevos edificios escolares. No sé, porque es difícil ver si es mucho o es
poco, estos números que a veces, porque el gobierno anterior decía que iba a ser 3.000 jardines de
infantes, entonces capaz de hacer 150 y 5 escuelas nuevas, parece que es poco con respecto a los
3.000. El problema es que no hicieron ninguno. Entonces, ya uno es mucho.
Y después estuvimos recorriendo un Centro de Atención Primaria de la Salud, era el número 137 que
inauguramos. Estuvimos recorriendo también un centro de salud mental. Tenemos 18 ya
inaugurados, 14 en obras. Hay un movimiento de obra pública muy, muy importante en todos los
renglones. Las escuelas, 155 nuevos edificios escolares, pero hay 430 escuelas re inauguradas con
obras mayores, que hubo que incluso cerrar para volver a inaugurar, pues no se podía seguir
laburando, dando clases mientras se hacían las obras. Veníamos de una época en donde por
desidia, por desinterés o por desinversión, explotaban las escuelas. Explotaban las escuelas. Y
bueno, es este el punto Paco. Me encantó la introducción, obviamente me llena de halagos, espero
estar a la altura de tus halagos y además creo que es un desafío muy grande gobernar esta
provincia, muy grande en todo sentido, pero hay un tema de la mirada. Y en esa mirada tuvo que ver
mucho Paco Durañona, porque él venía con el tema del arraigo, que obviamente proviene… Estaba
en el aire, ¿no? Obviamente. Pero Paco insistía mucho con la cuestión del arraigo. Y la verdad que
me hizo falta recorrer la provincia, darle una vuelta entera, después ahora ya vamos por la tercera,
ya casi cuarta en algunos lugares hemos ido más que eso. Pero creo que es difícil querer y
comprender lo que uno no conoce. Muy difícil. Y a veces me dicen, bueno, acá estuvo el anterior
gobernador, o tal tipo, tal vez, ¿y cómo estuvo? Y bueno, vino, bajó el helicóptero, cortó una cinta y
se tomó el palo. Y a mí me parece que ahí también hay un estilo de gobierno, obviamente, que es
más esforzado. A mí me gusta, yo lo disfruto, la verdad que me parecería más esforzado intentar
gobernar la provincia de Buenos Aires, de la ciudad de Buenos Aires. Más esforzado porque seguro
iba a ser gobernar a ciegas, fallido y todo iba a salir mal. Así que yo creo que es un esfuerzo que
además de gustarme vale la pena, pero es una cuestión de concepción. Entonces, quiero hablar
primero del arraigo, primero mínimamente porque no me voy a extender tanto, pero primero sobre la
problemática, una cuestión general, un diagnóstico, una mirada general de qué estamos hablando. Y
quiero ahí basarme en un par de cosas más sobre la Provincia en general y sobre algunos
elementos, llamémoslo al interior de la Provincia.
La primera cuestión tiene que ver con el papel que ocupa la provincia de Buenos Aires, el papel
político, económico, social que ocupa la provincia de Buenos Aires dentro de la República Argentina.
Yo creo que la provincia de Buenos Aires ha sido históricamente, obviamente, un factor protagónico,
pero ha sido un gran problema. Un gran problema histórico en la conformación de nuestro país en
tanto Nación. Un problema que tiene que ver, tal vez, bueno, hay algo que se dice para el sector
financiero y para la banca, ¿no? Hay una frase espantosa porque nunca funciona, pero dicen, too big
too fall. Que quiere decir algo así como que hay determinadas instituciones financieras que no van a
fundir y no se van a caer porque son demasiado grandes para que se caigan. Entonces es como que
está asegurado que van a seguir, son tan grandes que no se pueden caer y además no van a dejar
que se caigan. Eso nos decían hasta que se cayó Lehman Brothers, se cayeron tantas cosas en el
sistema financiero que un poco fracasó por las guerras interiores. Que esto tiene que ver con
algunas de las cosas más íntimas de la realidad Argentina actual también. Pero bueno, es un tema
que viene de hace demasiado tiempo, pero sin extenderme lo quiero enmarcar en esa cuestión. La
provincia de Buenos Aires fue un problema en el sentido de que es tan grande y su importancia
relativa es tal que era muy difícil armar un país con una provincia tan pesada y tan fuerte.
Entonces yo creo, me animo a decir, que buena parte del proceso de integración nacional se trató de
limitar y disminuir el poder y la importancia de la provincia de Buenos Aires. Que se hizo a costillas
de la provincia de Buenos Aires. No digo que esté bien o que esté mal, ni lo digo con nostalgia de un
pasado, ni siquiera con interés contrafáctico, de decir, tendría que haber sido distinto. Porque es
cierto que, por ejemplo, fíjense que el federal más renombrado y más importante, no el único, Juan
Manuel de Rosa, un tipo que además es porteño, nació en la Capital Federal, en la capital de la
provincia, luego se fue a vivir al interior de nuestra provincia, bueno, ahí por Monte, y después tuvo
una expansión por toda la provincia de Buenos Aires. Era un asendado, un poderoso asendado, pero
era un federal y venía del centro del país. Y además era un potentado, digamos, era uno de los
terratenientes más importantes. Entonces son esas paradojas que tienen que ver con la formación
de la Argentina y uno de los unitarios más importantes es un cordobés por mencionar al Manco Paz,
¿no? que desde Córdoba vino a darle poder unitario. Entonces fíjense estas grandes paradojas… Sí,
me parece que estuvo preso en Luján. Bueno, y acá en Navarro nos asesinaron a Dorrego, del que
no hablamos mucho, pero que deberíamos hacerle más de un homenaje a Dorrego por también la
importancia que tuvo en la conformación del federalismo y de una mirada de Argentina.
Y obviamente que está anacrónica la discusión unitario – federales. No es difícil hoy decir tal tipo es
un unitario. Está difícil decirlo, pero que los hay, los hay, eh. Porque no es un tema ni de nacimiento,
por lo que digo de Rosa, ¿en qué clínica? Porque puede haber gente con pensamiento muy
centralista, habiendo nacido en la periferia, y una mirada muy federal, habiendo nacido en el centro.
No depende, realmente de la cuna, es una concepción, una construcción, me parece. Pero, ¿a qué
me refiero con esto? Con que Buenos Aires tuvo que ceder su capital y su puerto para que se pueda
conformar la unidad nacional. Tuvo que serlo y probablemente era la única solución. Por eso a veces
da pena que hoy haya un partido muy centralista pensando que eso es suyo, porque esa ya
pasamos. Y terminó horrible. Y dificulta una mirada distinta, pensar todo desde 20 manzanas, donde
están los bancos, donde están los vínculos, las embajadas, donde está esa cosa que parece
cosmopolita, pero a veces es cipaya simplemente, más que cosmopolita, es antinacional. Entonces,
yo lo que digo es que el papel de la provincia de Buenos Aires es una cuestión a discutir y a redefinir
de la provincia de Buenos Aires. Y yo creo que está sometida a mucho menosprecio también la
provincia de Buenos Aires, que proviene de una mirada muy porteño-centrista. De hecho, cuando
uno piensa en la provincia de Buenos Aires, o cuando uno mira cuál es la representación de la
provincia de Buenos Aires, miren este lugar precioso en el que estamos, hermoso, idílico, una
universidad pública en el interior. Si uno le pregunta a alguien que se informa por los canales
porteños, qué es la provincia de Buenos Aires, creo que le das una foto de esto y diría, esto será
Holanda. Pero no es la Provincia. La provincia de Buenos Aires es basura amontonada. La provincia
de Buenos Aires son problemas, problemas y problemas, que también tenemos, que también forman
parte de los contrastes. A mí me gusta decir que la provincia de Buenos Aires es la más rica de la
Argentina, porque obviamente concentra el, digamos, 40% de la producción, de la población, grosso
modo, pero es también la más desigual, porque tiene todos estos contrastes. Y a veces nos tratan
como la más rica y se olvida lo desigual. Porque si uno busca dónde están la mayoría de los pobres
y… están en nuestra provincia. Dónde está la mayoría de todo, digamos de las industrias también,
de las universidades también. Tenemos 25 universidades en el territorio de la provincia de Buenos
Aires. Ustedes aplauden, yo creo que son pocas. Tenemos que tener más universidades, son pocas.
Tienen que haber muchos más, claro.
Pero esto que estoy diciendo, obviamente, digamos, todo esto, hablo un poco a boca de jarro y
confrontativamente, hipotéticamente, para poder pensar algunas cosas, pero creo que el papel de la
provincia de Buenos Aires está sometido a cierto menosprecio. No solo por esa representación,
cegada por cuestiones políticas muchas veces que es ir a buscar los problemas, repito que los hay, y
ponerle un zoom de este tamaño, casi un telescopio para que todo problema que hay se vea
inmenso y parezca que lo es todo. Voy a hablar de un tema incómodo y difícil de hablar, pero voy a
decir, por ejemplo, cuando yo estaba en campaña y vine acá, que esto no estaba terminado, y no era
esta belleza que es hoy, que los quiero felicitar de nuevo. Tienen una universidad, además, de todo,
hermosa. Pero cuando vine acá, en 2019, había… De las estadísticas de seguridad es difícil de
hablar porque uno dice bueno, no anotan las denuncias, o alguien no se anima a hacerlas, o no la
hace porque igual no pasa nada. Es difícil hablar de estadísticas de seguridad. Hay una sola
estadística de seguridad que es dura, blanca, digamos que es imposible fraguar, se mide en todo el
planeta y se compara en todo el planeta cuando hay que ver problemas de inseguridad. Que es
incómodo porque obviamente los hechos de inseguridad, cada uno de ellos es tremendo. Entonces
ponerle un ciego promedio, estadística, queda como medio desalmado cuando no lo es. Pero para
diseñar políticas públicas, aunque uno se preocupe, le duele acá, de cada hecho de inseguridad
también hay que mirar un poco la evolución, porque si no, estas cosas no se pueden hablar. Cuando
yo recorrí a la provincia en el 19, había en nuestra provincia de Buenos Aires completa homicidios
dolosos, hubo ese año 905. Que es, repito, la única estadística de seguridad o inseguridad que no se
puede falsificar, que se mide en todo el mundo porque tiene un registro fehaciente por tratarse de un
homicidio. Bien, el último año que pasó, ahora lo confirmó la Procuración General de la Provincia de
Buenos Aires, cuya cabeza es Conte Grand, que era funcionario de María Eugenia Vidal, o sea,
insospechado de ningún tipo de favoritismo en esto, bueno, nos dio que de esos 905 bajó a 750.
Creo que es la bajada más grande, de toda la serie que yo he visto. La única estadística en donde no
puede haber polémica como 6 homicidios cada 100.000. El otro día estuve en San Pablo, hay casi
10. Y las ciudades de América Latina… Las ciudades de América Latina, bueno, si uno dice Bogotá…
20, 30. No sé exactamente, ahora después lo chequeamos, pero… Muchísimo más, sin duda, incluso
todas las ciudades de América Latina. Eso no quiere decir que estemos bien, porque lo óptimo, lo
mejor sería que haya cero, pero claramente, claramente, en términos relativos, y si uno observa
Chicago, si uno observa el Bronx, Manhattan también mucho más alto, homicidio, Rosario, bueno
Rosario creo que estaba en 30, algo así. Entonces bueno, obviamente tenemos problemas, pero eso
es lo que decía yo de cómo se muestra, cómo se retrata la provincia de Buenos Aires. Porque
parece que es contra un partido político, que es contra el peronismo. Créanme, los peronistas y
sobre todo los no peronistas, que no es contra un partido político, es contra una provincia. Mostrar
así, mostrar a la provincia de Buenos Aires como el lugar donde anida lo feo, lo sucio y lo malo, y
olvidarse de todas las cosas hermosas, excelentes, buenas, los esfuerzos que pone nuestra gente
creo que es un programa político. Pero bueno me parece también que hay cuestiones sobre la
provincia de Buenos Aires que tal vez no tengan que ver -porque no quiero referirme a
conspiraciones, ¿No?- pero tal vez no tengan que ver con eso sino representaciones incluso de los
propios bonaerenses. Fíjense que cuando uno dice cómo se divide el país, a grande rasgo, se divide
entre capital o capital y gran Buenos Aires y el interior. Obviamente esta es una forma grosera,
sintética, caricaturesca de dividir un país. Pero fíjense, los argentinos o son de capital o son del
interior. Ahora, ¿Nosotros de qué somos? Los bonaerenses, las bonaerenses. Porque no somos de
Capital y tampoco somos del interior, porque se suele llamar al interior a todas las demás provincias
menos a la provincia de Buenos Aires. Es como que habitamos una especie de no lugar. Una
especie de limbo en la representación. Estoy dando indicios, indicios que tienen que ver también con
otra cosa, por ejemplo, cuando le preguntan a un bonaerense de dónde es, te dice yo soy de Merlos,
yo soy de Areco. Cuando uno le pregunta fuera de su provincia a un entrerriano de dónde es, te dice
‘soy entrerriano’. O sea que hay una pertenencia colectiva a esa unidad política, social, histórica.
Mientras a los bonaerenses, ahí nos falta un cachito. Nos falta un cachito, que para mí es un
síntoma, obviamente, no es la enfermedad, es el síntoma, que yo digo con respecto al diagnóstico y
a las cosas que quería tratar hoy y de las que quería hablar hoy. Yo creo que para un porteño
porteño que nunca salió de la General Paz, capaz de un country, qué sé yo, la provincia de Buenos
Aires es a lo sumo el conurbano. Y lo que le muestran todo el tiempo. Pero el interior de la provincia
de Buenos Aires es un doble no lugar. Entonces creo que hay un problema que tiene que ver con…
Para sintetizar esta cuestión con estas dificultades históricas de nuevo, la provincia de Buenos Aires
era tan importante que hubo que sacarle cosas, menospreciarla, menoscobarla. Ah, perdón, y una
más que a mí me parece interesante, la famosa maldición del gobernador de la provincia de Buenos
Aires. La famosa maldición, que ahora me estaría afectando a mí. Están hablando con un hombre
maldito. Pero yo rechazo esta visión.
Obviamente se la llamó maldición de Alsina, creo que todos los de acá la llamaría maldición de
Alsina. En nuestra capital, en La Plata, se la llama la maldición de Dardo Rocha, porque como Dardo
Rocha tenía esa intención y no pudo. Pero fíjense, históricamente remite, creo esa maldición sería
que no llega a presidente, en el caso de Dorrego no llega vivo, pero no llega a presidente… Pero
quiero decir, ¿cuál sería esa maldición? Para mí tiene que ver con este problema que marco, que es
tan importante. Somos la madre de toda la batalla. Miren, nos menosprecian tanto, pero después
cuando viene la elección se dan cuenta que somos 17 millones. No tienen ni la más pálida idea de
qué hacemos esos 17 millones. Pero votamos. ¿Ese día votamos? No, ese día votamos. Entonces,
la maldición esa tiene que ver con estos conflictos que yo digo históricos, que además ocurren desde
la época de Rivadavia, ocurren desde la época previa a Caseros y después de Caseros, Urquiza,
hay que mudar la capital y se queda afuera, pero después ocurre también en la época de Rosas, en
términos de que Rosas arma una alianza con diferentes caudillos del interior, pero se queda con el
puerto, se queda con la representación internacional, con las relaciones exteriores. O sea, es una
suerte de presidente que no es, pero que tiene un rol rector. Así que, bueno, estas cosas, como ven,
limban en toda la historia nacional. Y después aparece como la maldición, como si fuera una
cuestión individual y de interés político, de ambición política, el tipo quería ser presidente, era
gobernador y le cortaron las piernas, no lo dejaron. Y no lo van a dejar y no van a dejar a ningún
gobernador llegar a presidente. Pero yo creo que es más profundo el problema, más profundo. Por
eso digo síntomas que me permito hacer un poquito de análisis sobre esto. El problema no es ese. El
problema es que si la provincia de Buenos Aires cobra identidad, gana volumen, tiene un proyecto,
no nacional, provincial, que a veces no coincide del todo con el proyecto nacional. Y creo, también
por las características particulares, peculiares que tiene nuestra provincia.
Nuestra provincia, que quede muy claro, porque es algo que quiero dejar de mensaje, así que lo digo
ahora: nuestra provincia es una provincia productiva, no es una provincia de timba, no es una
provincia… productiva en lo industrial, productiva en lo agropecuario. Así que cada vez que viene
algún trasnochado a poner en marcha la bicicleta, hace un desastre en el país, porque a nosotros
nos parte al medio. Entonces, el proyecto de provincia, el proyecto político, el proyecto de desarrollo
de la provincia, a veces choca con algunas miradas nacionales que a veces son porteño-centristas.
Entonces, vuelve a renacer, bajo otra forma, metamorfoseado, modificado, el problema unitarios y
federales, si quieren, y el papel de la provincia dentro del concierto nacional. Entonces, ¿Qué es esto
de la maldición? No es una maldición del gobernador, termina siendo una maldición de Argentina.
Porque si la provincia de Buenos Aires, aunque sea bajo su representación política, anda peleada
con el Gobierno Nacional y con el país entero, y bueno, va a andar todo mal. Algunos lo llaman la
maldición del gobernador, yo creo que es más la maldición del presidente. Porque se entra a
confrontar en proyectos, en políticas con el gobernador de la provincia y bueno Pero se hablaba de
esto, pero pasó también para otro que no es de nuestro partido, Frondizi y Allende. Otro que sí es de
nuestro partido, pero es mercante. Podemos seguir, eh? Menem Duhalde. No, no, cada… Son
episodios históricos, es difícil ponerlos, pero miren cómo se repite un patrón. Miren cómo se repite un
patrón. Pero para mí, eso remite a un problema nuestro, de nuestra provincia, que no tiene bien
plantada su bandera y que no tiene bien plantado su proyecto político, su proyecto económico, su
proyecto social, el de la Provincia de Buenos Aires, que no es contra el interior, no es contra las
demás provincias. Sí puede ser contra los intereses foráneos, extranjeros, concentrados, que
muchas veces hacen nido allá en la Ciudad de Buenos Aires. Contra eso sí. Pero entonces va esto,
mi punto de arraigo. Hay un primer problema, para mí de diagnóstico, que tiene que ver con esto del
lugar de la Provincia de Buenos Aires. Cuando yo empecé a tener esta mirada, me empecé a
preguntar, bueno, ¿cómo lo expresamos en política pública? Y bueno, hay varios puntos que tienen
que ver con eso, que tienen que ver con la planificación, con tener planes para la Provincia de
Buenos Aires, y poder discutir no en base a hoy, ayer, mañana, o las próximas dos horas, sino más
allá de la situación cíclica, coyuntural, de las dificultades, de los problemas. Decir: este es nuestro
plan para la Provincia de Buenos Aires. Plan de infraestructura, plan de educación, plan de salud,
plan de producción en la Provincia de Buenos Aires, plan para los puertos, plan para la vía
navegable, planificación. No porque uno piense que es el planificador central, omnisciente, que
puede resolver todos los problemas, pero por lo menos para poner algo sobre la mesa para discutir.
Yo lo llamo plan.
Déjenme decir qué es lo que queríamos poner sobre la mesa: el destino de nuestro pueblo, poder
discutir colectivamente y fijar colectivamente el destino de nuestro pueblo. Y para eso, una de las
cuestiones centrales es lo que sintetiza, lo que planteaba antes, es el problema de personalidad de
la Provincia, llamado de otra manera el problema de identidad de la Provincia. La identidad de la
Provincia, somos o no somos bonaerenses. ¿Qué significa ser bonaerense? Yo sé que ser de, qué
sé yo, Virrey del Pino Matanza, no es lo mismo que ser de Giles, haber nacido, vivir. Pero bueno,
somos bonaerenses. ¿Cómo construimos y reconstruimos esa identidad común? Que es una
identidad en la diversidad, pero una identidad que para mí es de vida o muerte construirlo, porque si
no vienen esas voces ridículas trasnochadas a decir ´hay que dividir la provincia Buenos Aires´, y
parece que nadie está dispuesto a defenderla. Peor que eso, es inviable. Que eso no es que hay que
dividirla, hay que dinamitarla. ¿No? Fantasías. Pero, de nuevo, que las hay, las hay.
Entonces yo digo, hay un problema de identidad, pero para forjar esa identidad común tiene que
haber un proceso concomitante, paralelo, simultáneo, de integración. De integración de la provincia
de Buenos Aires. Y a eso voy con el tema del arraigo. Integración de la provincia de Buenos Aires.
¿Qué es integración? Bueno, tiene muchísimas aristas, algunas simbólicas, pero muchas materiales,
reales. ¿Cómo integramos la provincia de Buenos Aires? Y en esas cosas veníamos reflexionando y
ahí aparece la cuestión del conurbano interior y algunas cosas que hemos dicho en la campaña, que
me parece que algunos la recuerdan, ¿no? Que no hay bonaerense de primera, hay bonaerense de
segunda, con una forma de sintetizar que es bastante caricaturesca porque en realidad alguien que
vive en el conurbano, en zonas pobres del conurbano, tampoco te va a decir yo soy de primera y el
otro de segunda. Pero, ¿en qué sentido digo yo que no el primero y el segundo? Que el gobierno
tiene una mirada federal sobre la Provincia. Federal no a nivel nacional, sino federal interna dentro
de la Provincia. Que los 135 municipios son las partes integrantes de la provincia de Buenos Aires, lo
cual también lleva a la discusión de la autonomía municipal y otras discusiones, pero para mí
derivadas y, si quieren, posteriores a esto. Antes de hablar de la autonomía, o sea, qué parte hace
cada uno sin mirar al otro, pensemos qué hacemos todos juntos. Entonces, sobre la cuestión de la
autonomía digo esto. Bienvenidos, discutamosla, primero discutamos el problema de la integración y
de la identidad de la Provincia. Carro adelante los caballos. Antes de dividirnos, juntémonos y
veamos qué les toca a cada uno. Porque a veces en esos sueños aparecen cosas como lo que
hemos visto de autonomías europeas, que más bien, más que quiero manejar mi presupuesto y
hacer ciertas cosas yo con mi criterio, quiero separarme y olvidarme de todo lo demás. Y eso va en
el camino de desintegración de nuestra Provincia. Repito, tal vez son cosas que en un estudio de
televisión viene algún ignorante o algún prepotente o algún mediático a decir que hay que dividirla,
que se yo, y parece que está diciendo algo re interesante, re pulento. Presentan un proyecto
legislativo, entonces en los proyectos dicen en cuánto las dividimos, no sé si tiran un dado y les sale
un número porque siempre son cosas arbitrarias y absurdas, o cómo las dividimos, entonces vienen
a dividir todo. Yo cuando me dicen hay que dividir la provincia de Buenos Aires en 3 por ejemplo,
escuché uno en 3, cuál es mi respuesta: no, no, no, no hay que dividir en 3 a la provincia de Buenos
Aires. Hay que multiplicar el presupuesto y hay que multiplicar el Estado de la provincia de Buenos
Aires. ¿Qué dividir? Porque si me van a dividir las carencias que tenemos, bueno, es más, si me
dicen la dividimos en tres, pero hay tres veces más presupuesto, y esa es la condición, charlémoslo,
pero no, es con lo mismo dividirlos, pensando que por partir un problema lo resolviste, no lo
resolviste, tenés dos problemas donde tenías uno.
Entonces integrar la provincia de Buenos Aires. Y en apariencia, a primera vista, la provincia de
Buenos Aires se divide en conurbano e interior. También falso, porque lo que nosotros llamamos
conurbano, o los 35 o a veces 25 municipios del conurbano de la Provincia de Buenos Aires, tienen
producción agropecuaria, tienen frutihortícolas, pero también ganadera, muchos de esos municipios,
tienen industria y tienen agro. No es verdad. No es verdad que se pueda partir paisajísticamente,
además. Y además hay problemas transversales. Por ejemplo el problema de la vivienda, para
sorpresa de muchos, no es privativo y exclusivo del conurbano. El problema del acceso a la vivienda
digna. Es un problema en el interior de la provincia de Buenos Aires. Muchos se sorprenden porque
dicen, ah no, La Pampa inmensa, infinita, entonces cómo va a haber problemas de acceso a la tierra.
Y no hay tierra urbana. O es carísima. Quiero decirle a los defensores del mercado, que las cosas
que son inaccesibles.
Los tipos de urbanizaciones, pero específicas para el interior de la provincia de Buenos Aires. Que
eso es lo que englobamos dentro de lo que llamamos derecho al arraigo, que lo englobamos dentro
de una batería de derechos: derecho a la educación, derecho a la salud, y uno podría decir, bueno,
derecho a la vivienda, derecho a la diversión, al esparcimiento, son también derechos. Yo sé que
odian, odian, piensan que eso es solo para la gente que tiene la tarasca. No. Nuestros sectores
populares, humildes, también tienen derecho a pasarla bien. Mirá si nos van a correr con que no se
pueden ir de viaje egresado, porque si se va de viaje egresado es un rico, está muy bien, cierra un
ciclo, si se va alguien que no tiene los recursos, ‘están todos locos’. Eso es un papel igualador del
Estado. Quiero decir que nosotros empezamos a pensar políticas específicas para el interior de la
provincia. Que además, siempre lo digo, porque mucha gente se sorprende, nosotros tenemos 17
millones de habitantes, 13 viven en el llamado Conurbano Gran Buenos Aires, 4 viven en el interior,
o sea, si el interior de la provincia de Buenos Aires solito fuera una provincia, también sería la
provincia más grande de la Argentina. También. Entonces, no es que el interior es un problema
secundario. Y por otro lado, con una mirada como la que tenemos nosotros, no hay mucha duda.
Porque me decían ‘bueno, vos venís del peronismo, no te vas a ocupar del campo’. ¿Perdón?
Vamos a decir, ¿what? ¿Cómo no? ¿Cómo el peronismo no se va a ocupar del interior? Yo recorro
la provincia de Buenos Aires y vos ves un plano de catastro y de pronto ves todos los terrenitos
iguales. Pequeños terrenos iguales, pequeñas parcelas. Peronismo. Hoy capaz y no quiere decir, –
porque yo les decía hoy a los chicos cuando les daba la computadora del Conectar Igualdad
Bonaerense- les decía, ‘les van a decir que esto es clientelismo, que se las doy para que no voten’.
Les dije, ‘voten al que quieran, pero sepan que otros no se las darían nunca’.
No estoy mintiendo, porque se la sacaron. 5 millones de computadoras que no se distribuyeron, y
después vino la pandemia, y no teníamos dispositivos. Criminal. Claro, capaz que en la planilla de
Excel del presupuesto te ahorrabas unos centavos. Por eso, políticas específicas para el interior.
Pero por qué digo que el peronismo no tiene ningún problema, porque nosotros queremos una
provincia productiva: producción y trabajo y en todo caso lo que sí podríamos decir es que no
queremos un modelo primario exportador extractivista, sino un modelo que tenga producción
primaria, sea agropecuaria, sea minera, sea petrolera, pero que eso genere valor, que genere
trabajo, que la riqueza, lo voy a decir para que quede claro, que no se la lleven.
A mí a veces me gusta decir que bueno, Vaca Muerta, qué lindo tener Vaca Muerta. Y me imagino
algún pueblo originario que vivía en las minas de Potosí antes de que llegaran los españoles.
Decían, ¿qué problema podemos tener? Si acá en el subsuelo está lleno de plata, todo el mundo
quiere plata, y vino el conquistador, los esclavizaron, los mataron y se llevaron la plata. No alcanza
con tener los recursos naturales. Hay que usarlo para el desarrollo del pueblo. Hay que usarlo para
el desarrollo Nacional. Porque si no, enclave exportador. Sudáfrica tiene un montón de diamantes,
¿o no? Riqueza puede haber de a montones. El problema es qué hacés con esa riqueza y cómo se
distribuye el producto de esa riqueza. No alcanza incluso… Antes teníamos Vaca Muerta, la tuvimos
un montón de veces, muerta, dormida y enterrada, cuando YPF estaba en manos de una empresa
extranjera. Después se recuperó YPF, digo para todos los que festejan Vaca Muerta, un párrafo para
Cristina que la recuperó, ¿no? Parrafito. No duele, no duele decirlo. Prueben, no duele. El interior
bonaerense es una fuente de riqueza, es una fuente de valor, es una potencia productiva de la
Argentina. Somos la principal provincia industrial, somos la principal provincia agropecuaria. Era
imposible pretender gobernar la provincia de Buenos Aires contra una de sus patas productivas más
importantes. Era imposible, no tiene ningún sentido, además. Entonces, había que darse una política
provincial, que eso era lo que no había. Quiero decir, el gobierno anterior, pro campo, teóricamente,
era anti-producción. Entonces, el Banco de la Provincia de Buenos Aires, banco de desarrollo, banco
de fomento, banco de la producción, banco de las pymes, banco del interior de la provincia. Vieron
ustedes que uno va a un pueblo del interior de la provincia, la plaza tiene la municipalidad, la catedral
y el banco, la iglesia y el banco. Bueno, pero se convirtió en una mesa de dinero, O sea que no
alcanza con declamar que te interesa determinado sector, sino que después hay que tener política
pública. Y las políticas públicas son difíciles de diseñar, de implementar y de comunicar. No es así,
no es que vamos a abrir universidades por todos lados y se abren, por decirlo. Es más, no alcanza a
componer la línea de presupuesto. Hay que laburar, hay que ejecutar, hay que caminar, hay que ir,
hay que conocer, hay que empujar la lapicera, hay que empujar el expediente, hay que ser
obstinado, hay que ser terco porque es cuesta arriba., El gobierno de la provincia de Buenos Aires,
en su estructura burocrática, es un despelote. Es un despelote. Está mal diseñado y es antiguo.
Entonces va a haber que pensar la estructura organizativa y burocrática del Estado porque todos
decían ‘no se puede hacer nada’ o para hacer algo, a ver es providencial, vos decís ‘acá voy a poner
una maceta’, el gobernador ordena que aparezca una maceta, y si tenés suerte en un año aparece…
Si tenés suerte es una maceta, capaz que aparece otra cosa, o nada, pero es providencial. Yo quiero
decir que el Estado de la Provincia de Buenos Aires por su diseño, hay que discutirlo, es un tema a
discutir, es un tema a discutir y modernizar. Todo eso es verdad, tan verdad como que en la
provincia de Buenos Aires trajimos 30 aviones de China en medio de una pandemia, vacunamos 44
millones de personas en emergencia. O sea que también hay que ponerle ganas.
Que un gobernador o gobernadora pretende gobernar nuestra Provincia desde un lugar que no sea
su Capital, ¿no? Porque también hace al orgullo y la identidad de nuestra provincia de Buenos Aires
que pongamos en valor la plata. Sé que también es un municipio, pero es la capital de la provincia de
Buenos Aires. Ahí reside el gobernador, pero sobre todo, el gobierno de la provincia de Buenos Aires
tiene que residir en la provincia de Buenos Aires, en la capital de la provincia de Buenos Aires. No
digo la residencia, pero digo la casa de gobierno, le crecían plantas en las paredes, estaba todo
horrible. Uno va a cualquier provincia, más pequeña que la nuestra, no menos importante, más
pequeña, y la Casa de Gobierno es la Casa de Gobierno. Va a la provincia de Buenos Aires y era
una ruina, un escracho, siendo una obra arquitectónica preciosa, hermosa, histórica. Y bueno, esas
cosas hacen a la identidad. ¿Cómo gobernar integrando la provincia de Buenos Aires? Y bueno, eso
es lo que se estuvo discutiendo acá. El problema del arraigo es eso, finalmente. Es gobernar toda la
provincia de Buenos Aires. Y para todos los y las bonaerenses, no importa donde hayan nacido, no
importa a qué distancia estén, no importa qué dificultades haya, y eso implica hacer algo que creo
que no era lo que se hacía históricamente, que es reconocer los enormes problemas que tenemos.
Hay algunos que piensan que gobernar es esconder los problemas, o pagarle a los medios para que
no los muestren. Más allá de la desproporción que puede haber, para mí no está mal. Que los
problemas afloren, porque quién me va a decir que, qué sé yo, que el problema de la vivienda en la
provincia de Buenos Aires es culpa de este gobernador. No, no hay que tenerle miedo. Nosotros
encontramos una provincia de Buenos Aires con un déficit histórico de vivienda en el interior y en el
conurbano, en su capital, bueno, un déficit muy grande de vivienda, no tengo ningún problema en
decirlo. Y que no se puede solucionar en 10 minutos, chasqueando, tal vez con un sobre nadie habla
de eso. Pero que está, está. Y que lo experimenta nuestro pueblo, es lo que pasa. Entonces no se
pueden esconder los problemas, hay que mostrarlos. Y en esa línea, hay que mostrarlos, pero para
qué. Problemas de vivienda: la provincia de Buenos Aires, raramente construía 200, 300 viviendas
por año. Obviamente, el déficit es enorme, parece imposible. Pero bueno, hoy en día hay que
empezar. Hoy tenemos 12.000 viviendas en construcción, solo desde la provincia de Buenos Aires
36.000, por eso tuvimos hoy 400 viviendas en Carmen. Esta gestión. O sea, Provincia. Porque en
otro momento venía de Nación. Pero que el gobierno de la provincia de Buenos Aires encare ese
problema, y lo encare en el conurbano, y lo encare en el interior. Y son distintos, resulta ser distinto
el tratamiento, el problema le podemos poner la misma etiqueta. Y hemos diseñado una serie de
programas que tienen que ver con carencias, con ausencias, con faltas, con desigualdades del
interior de la Provincia. Porque además hay una mirada a veces del interior de la provincia un poco
idílica, ¿no? Porque es verdad que tiene mucha belleza, que bueno, que comparado a veces, y lo
vimos mucho en pandemia, vivir en grandes aglomerados, conglomerados urbanos, vivir hacinados,
bueno, trae millones de problemas, pero bueno, vivir en el interior de la provincia de Buenos Aires es
vivir lejos. Pero es vivir lejos si no se hace lo que hay que hacer. Y entonces diseñamos una serie de
programas que tienen que ver, yo acá me anotaba algunos, con déficit histórico que estaban y que a
veces, por ese chistecito de la autonomía, se resolvió que eran problemas del intendente. Por
ejemplo, los caminos de tierra de la provincia de Buenos Aires, llamados caminos rurales, son
problemas del intendente. Los asfaltados son problema del gobernador o del gobierno. Y bueno,
pero los intendentes por más esfuerzo que hagan, hay lugares donde hay cuestiones innovadoras,
hay lugares donde se gestiona más y mejor, pero está fuera del alcance la red caminera, son
100.000 kilómetros de caminos rurales.
Entonces, y a mí me sonaba porque lo vi en la propaganda, pero recorriendo toda la provincia no lo
encontré, que el gobierno anterior había anunciado 12.000 kilómetros de caminos rurales. ¿Saben
cuántos kilómetros hizo? Cero. Entonces nosotros lo que hicimos fue también cambiar el método,
mostrar las dificultades, plantear los problemas para que se puedan abordar socialmente, y después,
bueno, es un viejo apotema, refrán, forma de hablar del peronismo, que mejor que decir es hacer,
pero lo que quiero decir es que yo no prometí en campaña, no lo prometí, hacer ni un kilómetro de
caminos rurales. Tenemos 6.000 kilómetros de caminos rurales terminados. Y tenemos, Javo, el
próximo tramo ya anunciado y en licitación. Caminos rurales, un problema. Que hace a la
integración, que hace al arraigo. Porque hay gente… A ver, para alguien que vive en la Ciudad de
Buenos Aires es incomprensible que llueva y no podés salir de tu casa. Es muy difícil de explicarlo.
Que no entra la ambulancia, que no entra la autobomba. Que estás desconectado del mundo. Y
bueno, es una situación que se reproduce. Empezamos por aquellos caminos rurales que tienen que
ver con que también hay establecimientos educativos o que hay un pueblo aislado, o sea, hicimos
una priorización. Eso es planificar, sabíamos que no íbamos a poder resolver todo junto y acaso por
los problemas económicos que heredamos, a lo que después nos encontramos pandemia, guerra,
dificultades, de todo tipo, bueno, no sabíamos cuánto íbamos a poder hacer, lo que dijimos por una
vez, escribamos qué es lo que hay que hacer y después le vamos cargando nafta, sabemos que hay
que ir para ahí, queda muy lejos, pero no nos acobardemos antes de empezar, y menos todavía no
dejemos la cuestión sin saber hacia dónde vamos. Yo creo que es muy importante en este sentido
una tarea que se está haciendo, discutiéndola en nuestra legislatura, discutiéndola en cada uno de
los territorios, hacia dónde queremos ir, a ver si nos podemos poner de acuerdo y generamos esto
que todos dicen, políticas de Estado, y después vienen y hacen cualquier otra cosa. Entonces
comenzamos a completar la cuestión de los caminos rurales.
Después dijimos, policía rural. ¿De qué parte la idea de una policía rural? Una división de policía
rural. Es comprender que la seguridad en un ámbito rural no es lo mismo que la seguridad en un
ámbito urbano. Es distinto. El tipo de delito, la naturaleza del delito, el terreno, las dificultades, la
forma en la que se conoce y se llega, todo es distinto. Entonces generamos un cuerpo especial de
policía rural. Tampoco lo anunciamos antes. ¿Lo íbamos a hacer? No lo anunciamos. Armamos una
escuela de policía rural en Olavarría, comenzamos a entrenarla, comenzamos a trabajar en cada una
de las localidades para que los agentes de la policía rural sean hombres y mujeres que nacieron en
ámbito rural, baqueanos, llamemos. Entonces hablamos con las instituciones, con los dirigentes para
seleccionar porque alguien que viene de otra realidad le iba a costar mucho comprenderla. Y bueno,
compramos patrulleros, todos nuevos porque tenían que ser 4×4 con particularidades. Hoy hay un
cuerpo de policía rural por primera vez en la provincia de Buenos Aires. Y eso es arraigo.
El programa puentes surge primero de un enojo, como todas las grandes ideas. Porque pasamos
una época donde nos decían que había demasiadas universidades en la provincia de Buenos Aires.
Y recorriendo la provincia y el interior, una problemática, una falta era que los pibes se tenían que ir
a estudiar muy lejos el desarraigo. Me lo decía Agustina hoy, que también nació en el interior de la
provincia. Ahora hablamos de arraigo, pero el problema que le da origen es el desarraigo, que es la
experiencia de tener que irse de donde naciste rompiendo vínculos a veces tempranamente y la
pregunta es cuando alguien se va a estudiar a La Plata o a cualquier ciudad más grande, dicen que
el problema es que va a conocer a alguien, va a formar familia… No vuelve. Entonces eso va
disgregando. Y nos va generando ese problema de identidad también, porque entonces estás
incómodo y no te gusta donde vivís. Y fíjense, parece que los del conurbano quieren vivir en el
interior y los del interior en el conurbano. Entonces, este tipo de cuestiones hay que resolverlas con
políticas públicas. Y entonces el programa Puentes fue no abrir una universidad en cada municipio,
pero sí por lo menos un centro universitario, ya tenemos 37, ¿no? 43, mirá, me quedé corto, 43
convenios firmados, construir la sede, bancar las carreras. Es un centro que además fija la pauta y
después puede crecer. Y entonces muchos pibes y pibas no se van a ir y no se van a tener que ir. Y
además, cómo discrimina. Porque finalmente se va el que puede, el que la familia tiene las
condiciones puede pagarlo. Hoy me comentaba Iván ahí en Carmen que él se fue a estudiar a la
plata y que bueno todas las que pasó Y ya varios intendentes me comentaron historias parecidas,
porque tienen algún título universitario adquirido, conseguido, muy lejos de donde nacieron… Porque
además, a veces, es obstinación o es ceguera ideológica también lo que impide. Por eso, cuando
dijeron, hay demasiadas universidades, recorriendo la provincia, uno dice, no, hay pocas. Hay poca
formación universitaria ahí donde está la gente. Por eso las universidades del conurbano es lo
mismo para los sectores populares irse a estudiar a Ciudad Universitaria, o a Derecho, o a
Ingeniería, o a Económicas, y a veces es prohibitivo. Yo hoy decía, le decía acá el rector, es
exagerado, suena feo, pero es así. Finalmente, capaz, hay un Einstein que no llega a estudiar
porque los padres no le pudieron pagar la universidad. Entonces, después te dicen meritocracia,
esfuerzo, talento y antes te cortas las piernas. Entonces creo que ese camino de comprensión de las
problemáticas no requiere ni siquiera… Estamos dando resultados, pero el tema es marcar una
orientación con el tema de la formación superior. Las casas de la Provincia de Buenos Aires. Fíjense
que raro, siempre lo digo. Casa de la Provincia de Buenos Aires. Estamos construyendo 55 casas en
diferentes localidades del interior. ¿Cuál es la idea? Bueno, ser un edificio que centralice diferentes
dependencias, agencias del gobierno provincial que hoy están dispersas, que además viven de
prestado, en oficinas que se caen a pedazos, o hay que hacer recorrer media ciudad o medio pueblo
para llegar de una oficina a otra, o no hay condiciones. Bueno, entonces, centralizarlo en un lugar
decente, que esté bien lindo, y que sea la cara del gobierno de la provincia de Buenos Aires, y una
presencia. Es algo simbólico también, nos estamos ocupando, no es que no estamos, y los trámites
hay que ir a hacerlo a La Plata, sino que están ahí en tu pueblo, están bien presentados, te tratan
bien. Y me lo criticaron, me liquidaron. ¿Cómo van a gastar la plata? Bueno, pronto vamos a
inaugurar la primera. Y yo sentía que era un poco injusto y que había que empezar a explicar un
montón de cosas bastante obvias, porque además ahorramos plata, en casi todos los lugares
ahorramos plata, porque pagamos alquileres, en lugares además donde hay problemas de alquiler y
de vivienda, así que desalojamos lugares para diferentes cosas. Todo bien, pero no. Pegar, pegar,
pegar. Y un día se callaron la boca después. Yo creo, lo atribuyo a esto. No sé si es así, pero me
imagino, me gusta pensar que es esto. Un día cuando me dijeron, hostiles, agresivos, me dijeron,
vos que estás gastando toda la plata, que tendrías que poner tal cosa, tal otra, tal otra, la estás
poniendo en una casa de la Provincia de Buenos Aires suntuosa, qué sé yo, en el interior. Yo dije,
no, no es así, no inventé nada, ya hay una casa en la provincia de Buenos Aires, hay una casa en la
provincia muy linda, muy grande, la estamos arreglando también. Lo que pasa es que está en la
ciudad de Buenos Aires y es para acercarle el gobierno de la provincia a los porteños. Y ahí nadie se
quejó, ¿eh? Cuando es para los porteños, qué cómodo que es esto, qué linda que está. Ahora si es
para los bonaerenses, qué despilfarro espantoso. Así que bueno, son políticas de integración, son
políticas de presencia del gobierno, son políticas de descentralización que tienen que ver también
con la integración. La integración no es llevar todo al centro, sino ponerlo en todos lados. Esto que
pasamos ahora, la Ruta 41, también forma parte de un plan mucho más ambicioso, que estamos
haciendo hasta donde nos da el cuero. Esa Ruta 41 era PPP. Una de las P debería ser de payasada
y otra no es la P pero de estafa. Debería ir estafa con P. Porque era un sistema para privatizar la ruta
de la provincia, para privatizarlas. Se la daban a un privado a hacer la obra y que después la podía
recuperar del peaje. O sea, si se hacían, se convertía en una ruta que hoy se puede transitar con
peaje. Cobrado por una empresa extranjera, pero además garantizada por el Estado Nacional, con
deuda en dólares. Obras nacionales, con insumos nacionales, pagadas en dólares. Y con deuda en
dólares. No sé si se puede decir que es peor, pero por ahí anda con el préstamo del FMI, con el
endeudamiento de los 100.000 palos. Tremendo. Sí, sí. Y después, cuando se hicieron los números,
eran 3 a 5 veces más caros. O sea que íbamos a pagar 5 veces más en dólares para terminar
privatizados. No sé si por fortuna o por desgracia se hizo el 2% de eso, porque ni siquiera se pudo
hacer así. Esta era una de esas, un lío después para deshacer los contratos firmados con bancos o
empresas extranjeras, una proeza que hizo el Gobierno Nacional para deshacer el sistema de PPP.
Bueno, esta estaba pensada como PPP y decidimos que era una inversión importante y la tenía que
pagar el gobierno provincial. Hoy es una obra provincial de 8 mil millones de pesos. Fíjense cuando
se habla de autonomía, también como determinadas obras, determinadas cuestiones, exceden un
presupuesto municipal. Entonces hay una cuestión ahí que tiene que ver con un plan mucho más
ambicioso, que es hacer varias rutas que vienen a romper el diseño radial que tiene el sistema vial y
ferroviario de la provincia de Buenos Aires. Radial quiere decir que tiene un centro del cual salen
unos rayos que son las rutas, las rutas nacionales, pero las rutas provinciales están muy sometidas a
eso. Entonces la idea es que haya rutas, llamemoslas transversales, para generar un sistema más
equilibrado, más justo, donde para ir… Hoy me comentaba Marina que para ir a La Plata, de acá
tiene que ir primero a la Capital, -que no es la capital de nuestra provincia-, para colmo de ser radial
tiene el centro mal puesto, está descentrado, así que todo mal. ¿Cómo hay que hacer? Bueno,
planificar un sistema un poco más equilibrado, un poco más justo. Por eso lanzamos, por ejemplo, la
Ruta del Cereal. Por eso estamos haciendo la Ruta 6. Por eso estamos haciendo, junto con el
Gobierno Nacional, la Presidente Perón. Por eso la 41, por eso la 51, por eso la 33. Rutas que el día
que sea autopista, capaz nadie se acuerda, porque nos pasa, lo que ya está en un tiempo nadie
sabe quién lo hizo ni para qué, lo disfruta, y después las cosas cambian fuertemente.
Y lo decía bien Paco, el interior, el interior nacional va a la costa bonaerense por esta ruta. Entonces
no es una ruta que solamente va a permitir Areco, Giles, sino que es una ruta productiva, es una ruta
turística, es una ruta que va a generar valor, que va a generar riqueza, que va a dar más federalismo
a la provincia de Buenos Aires y tiene que ver con esto de integrarla. Qué mejor para integrar a la
provincia que empezar a pensar no sólo en las rutas que van a la capital, sino las rutas que unen
nuestros pueblos. Las rutas productivas. Las rutas que tienen que ver con la vida cotidiana de los y
las bonaerenses porque en esa ruta hubo muchos accidentes también. Son programas que van
conectando uno con el otro. Los mercados bonaerenses, mercados concentradores, por ejemplo,
hoy el mercado más importante de carne se fue de Liniers y ya deja de ser Matadero, está en
Cañuela, en la provincia de Buenos Aires. Nos pasa con tantas cosas que producimos nosotros,
laburamos nosotros, hasta contaminamos nosotros, pero después se van a la ciudad de Buenos
Aires, pagan los impuestos ahí, pagan los ingresos brutos y después la plata está allá y los
problemas están de este lado de la General Paz. Y pasa con muchas empresas productivas,
tenemos empresas productivas grandísimas que tienen no sé cuántas sedes en nuestra provincia y
la oficina central en la capital y compartimos ingresos brutos a medio. Yo quiero decir que
compartimos… Bueno, hasta que cortemos ese choreo, eh. Hasta que cortemos ese choreo, porque
después hay que hacer la ruta, hay que poner internet, hay que remediar los problemas ambientales.
Entonces, esta cuestión de producir en origen, de distribuir en origen, tiene otros puntos ahí,
representantes de entidades del campo. Estamos haciendo frigoríficos en el interior de la provincia
de Buenos Aires. Había mataderos, pero como los mataderos se prohibieron y necesitan una cámara
frigorífica, tal vez el mercado, la mano invisible, más invisible que mano, porque no lo hace. Decía yo
y vos Paco, acá también puede estar, puede ser una clínica privada, nadie lo prohíbe, el mercado si
quiere aquí invertir, universidad, no sé, Australia, Belgrano, abrir dos sedes, puede, nadie le prohíbe,
el mercado tiene libertad de inversión, libertad de negocio, puede hacer lo que quiera y no lo hace
porque no es business. Y no me estoy peleando con eso porque entiendo que la sociedad, una
sociedad capitalista funciona de esa manera y es verdad que eso satisface necesidades, que se yo,
solventes, necesidades solventes. Cuando no alcanza, cuando hay poco, ya no hay necesidades.
Decía un juez de la Corte Suprema, que ahora nos enteramos que ‘las necesidades no son
derechos, son costos’. Hay que tener cara para discutir con Eva Perón. Que son costos. Claro que
involucran costos, nadie dijo que no. Pero el otro día escuchaba lo que pasaba en la Comisión de
Juicio Político del Congreso y lo que hicieron con la obra social de la Corte Suprema de Justicia , que
no pasa un psicotécnico, ni te digo una auditoría. Esos tipos que no pueden manejar su obra social
nos van a decir a nosotros dónde tenemos que ir a cumplir con los derechos. No es así. No es así la
democracia. No es así la democracia, eh. No está pensada así la división de poderes.
Cuando me tocó ser Ministro de Economía, hicieron esa causa Dólar Futuro que nadie entiende,
pero era para manejar el tipo de cambio de Comodoro Py. No sé, todo bien, si van a decidir cuánto
cuesta el cable, si van a decidir cuál es el tipo de cambio, si van a decidir dónde hay que hacer una
obra, si van a decidir… Y bueno, a ver, eso no se llama democracia. Cuando se pone a gobernar y
comerse atribuciones del poder,… o si van a decidir encima del Legislativo cómo se determinan los
bloques para después poder elegir los representantes al Consejo de la Magistratura. Estamos en
graves problemas. Por eso digo que estas cuestiones que son los frigoríficos tienen que ver con
estas cosas, ¿no? Porque…Nosotros qué dijimos, cerraron los mataderos, entonces, localidades que
tienen producción ganadera, porcino, aviar, tienen que ir a buscar dónde faenar, pero también
después cómo distribuirlo, de qué forma se comercializa, qué precios, todo eso, lejos del lugar de la
producción. Producción en origen. Hoy hubo una mesa sobre industrializar la ruralidad. Yo quiero
decir que industrializar la ruralidad está bueno, hacemos parques industriales también en el interior,
zonas industriales planificadas, hemos invertido muchísimo para que en el interior pueda haber
producción y generación de valor. También porque hoy tenemos un campo que por las nuevas
tecnologías expulsa mano de obra a través de la siembra directa, donde antes había determinada
cantidad de trabajadores, hay menos. Y donde había una familia viviendo en el campo, muchas
veces hoy, arrasan con los alambrados, unifican todos por la escala y ya no queda nadie. Entonces
hay que pensar estas cuestiones, hay que pensar en la educación, hay que pensar en la salud en el
interior, estamos integrando el sistema de salud, pero hay que pensar en el trabajo. Estamos
haciendo, inauguramos dos, estamos haciendo 18 frigoríficos municipales para que no tenga que
viajar y volver los productos locales y para que haya trabajo en origen. Y son políticas públicas, por
supuesto, es Estado. Por eso yo comparto con vos, Paco, estas ideas ahora que parecen
novedosas. Los austríacos. ¿Quiénes serán? Mira si nos tenía que venir a resolver los problemas un
austríaco… un austríaco… Bueno, a mí me tocó ser profesor universitario, ¿no? Soy titular, regular,
de dedicación exclusiva, bajo licencia, de historia y pensamiento económico. Así que de los
austríacos he estudiado bastante. Es una escuela nueva, novedosa, es una novedad, del año 1870.
Capaz en ese momento, wow, llegaron los austríacos. Esa novedad más vieja. A lo largo de estos
años y años y años que existe, se aplicó unas pocas veces. Una vez se aplicó, ¿saben dónde? Que
estaban fascinados con esto y aplicaron todas esas políticas, y hasta, empezaron con los vouchers y
todas esas cosas. En Chile. En Chile. Llamaron a los de la escuela austriaca. La llamó un señor que
se llama Pinochet y cuando le preguntaron qué hace con una persona que está matando,
desapareciendo bueno, primero la libertad económica, después vemos las otras libertades. Y bueno,
menos Estado, menos Estado, menos Estado, pero a veces para sacar Estado, -yo entiendo, porque
podemos hablar para qué, dónde, con qué eficiencia, con qué costo, todo-. Pero menos Estado. En
sociedades en vías de desarrollo, periféricas, emergentes, en nuestra sociedad menos Estado,
¿Saben qué es? En una palabra: menos derechos. Si hay menos Estado, no hay universidad. Si hay
menos Estado, no hay ruta. Si hay menos Estado, no hay escuela. Si hay menos Estado, no hay
computadora Entonces cuando dicen ‘achicar el Estado, denominar el Estado’, que le pongan
nombre, apellido y víctima. Cuando dicen eso que le van a sacar un derecho, cuando hablan de
ajuste, pregúntense qué le van a sacar de lo que requieran, qué es lo que no le van a dar y lo que le
falta, porque es así: menos Estado, menos derechos. Menos Estado, menos desarrollo, menos
crecimiento, menos trabajo. Nos pueden faltar un montón, podemos creer en una cosa o en otra.
Que no nos mientan, que no nos engañen, tenemos que tener una sociedad más justa y la justicia
sale en plata, la justicia social sale en plata. Así que antes de eso, última cosa que digo, porque se
las dan de rebeldes, son recontra rebeldes, ahí andan rebelándose en el Llao Llao, rodeados de los
empresarios más ricos, de los timberos más grandes, de los que no pagan impuestos. ¡Loco, si
querés rebelarte, rebelate contra el poder económico! ¡Contra los poderes reales! Si te reciben en
Washington con algodones, te llenan de besos, te trata bien Clarín La Nación, dejame dudar que
seas rebelde. Si en TN, te dan un whiskycito, dejame dudar que seas rebelde, porque después
defendés los intereses que quebraron mil veces este país. Y eso no es ser rebelde, eso es ser
cobarde y sumiso. Muchas gracias”.
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