Kicillof: “Sin ciencia y tecnología es imposible sostener un modelo de desarrollo con inclusión social”

“Buenos días a todos y a todas. Gracias por acompañarnos hoy en nuestra Casa de
Gobierno, en nuestro salón dorado, en la capital de la PBA, en La Plata. Se que para
muchos ustedes venir a La Plata, por sus trabajos, es una decisión que a veces interfiere
en las agendas. Pero era muy importante para nosotros hacer este acto aquí. Es un acto
simbólico, hemos firmado una carta de compromiso. Un compromiso entre el Ministro y
nuestro gobierno, con respecto al apoyo de las políticas científicas. Alguien dirá ¿para qué
se juntan para firmar esto? Es una firma simbólica pero tiene como objetivo poner blanco
sobre negro, recapitular, todo el trabajo que se ha hecho en manera conjunta en apoyo a
las políticas científicas, tecnológicas, universitarias, desde el gobierno nacional en
conjunto y articulación con el gobierno provincial. Hoy firmamos una carta, que es un
compromiso futuro, pero lo hacemos parados sobre hombros de gigantes. Sería todo el
trabajo que se ha hecho hasta el presente y que tenemos para demostrar y para también
recorrer, como lo venimos haciendo a lo largo y a lo ancho de la PBA. No sé si hay una
época donde se haya trabajado tan bien en coordinación con el gobierno nacional, donde
se haya incluido políticas del Ministerio de Innovación, Ciencia e Innovación
tecnológica, pero creo que cada uno de los Ministerios de la PBA tiene hoy programas y
elementos para aportar al sistema científico-tecnológico en la PBA. Tanto en la
infraestructura como la inversión directa en investigación, en trabajo científico y
universidades. Hoy firmamos esta carta, que es a la vez una promesa y un balance de
todo lo que se ha hecho. Muchas gracias por acompañarnos hoy.
Empiezo por lo que pasaba por mi recién. Veía cada vez que Daniel hablaba, tenía que ir
tachando temas de los que pensaba hablar. Y tal vez sea, porque le decía a Daniel, que
fuimos compañeros de banco en el Congreso. Épocas infaustas, cuando nos tocó
combatir contra las políticas neoliberales y Daniel, desde su experiencia previa, a mi
desde mi experiencia previa como Ministro de Economía, y además siendo parte del
sistema universitario y científico. Soy investigador del CONICET, soy profesor titular de la
UBA, y he luchado durante toda mi vida desde que tengo recuerdo porque estas políticas
se llevan adelante. También, en un día que nos permite evaluar y considerar lo que pasó
con la ciencia en Argentina y con la universidad, en este día, creo que con muchos de
ustedes nos vamos a volver a ver en el Teatro Argentino. Porque también, la
vicepresidenta va a hablar de esto, va hablar de la importancia que tiene la educación, la
ciencia y la tecnología en el desarrollo pero también en un modelo de país donde no es
solo el modelo de desarrollo industrial o productivo, sino que es un modelo de inclusión.
Es imposible pensar en un desarrollo que considere también la importancia de la inclusión
social, si ese desarrollo no tiene un fuerte componente vinculado a la ciencia y la
tecnología. Parece remoto, parece extraño, parece injusto, pero es imposible pensar que
la economía va a crecer y al mismo tiempo a distribuir si no lo hace bajo un modelo en
particular. En Argentina se llamó, si uno mira el desarrollo histórico, en Argentina ese
modelo que tiene muchos nombres a escala internacional, se llama a veces desarrollismo,
a veces keynesianismo. Pero es imposible pensar en Argentina en un modelo con
inclusión, y llamémoslo bien, justicia social, si no pensamos en las etapas del peronismo.
Así que hoy es un día propicio para poner todas estas cosas en la mesa, además
sabiendo que es un año propicio para dar estas discusiones porque todo esto se va a

dirimir, como corresponde, a través de un acto democrático donde va a haber que definir
un montón de cosas, unas son las que se discuten en la tele, bastante más coyunturales,
superficiales, porque a veces se crean agendas superficiales y eso impide que
discutamos los profundos problemas, las profundas decisiones que hay que tomar cuando
se va al cuarto oscuro que tienen que ver con estas cosas.
El otro día me tocó ir a un municipio con Daniel, a Punta Indio, pero yo no había podido ir
a Pipinas para ver esa verdadera joya que tenemos. Tenemos dos bases de lanzamiento
de cohetes en nuestra PBA. Parece una distopía y ahí está producto de inversiones
multimillonarias llevada a cabo por los gobiernos de Néstor y Cristina y reanudadas ahora
por los gobiernos de Alberto y Cristina y acompañado por el gobierno de la PBA.
Es un año que tenemos que discutir para dónde queremos seguir avanzando y a dónde
no queremos retroceder y volver. Es interesante porque hay muchísimo en riesgo. Más
allá de las discusiones a futuro que tienen algo de probabilístico, de nebuloso, de incierto.
Entonces discutir sobre proyectos de país, de áreas de gobierno, resulta una tarea un
poco vinculada a lo utopía, quimeras, ideas. Pero tenemos este año una enorme ventaja
en la discusión electoral, en la discusión de modelos. Más allá de todas las dificultades de
la presente etapa que vivimos, una pandemia, guerra, sequía. Además bien dramáticas e
indiscutibles. A veces uno puede decir que tuvimos tal dificultad pero la pandemia hace
100 años que no había. A veces es un poco ficticio comparar el covid, lo que fue, lo que
significó en un mundo globalizado con la gripe española, que no fue ni gripe ni española.
Se tiene que ir  hasta ahí para hacer comparaciones. Lo mismo que la guerra en Europa,
hay que ir a buscar un conflicto bélico con potencias involucradas hasta la Segunda
Guerra Mundial y obviamente esto tiene otra naturaleza. Ahora hay una sequía que es la
peor en las últimas décadas. Tuvimos que atravesar con este gobierno, más allá de todas
las discusiones sobre lo que se podría haber hecho, sobre lo que no y los contrafácticos.
Discutir el futuro nos pone en ejercicios analíticos pero tenemos una gran ventaja donde
hace poco más de 3 años vivimos una Argentina neoliberal, una provincia sometida a
políticas neoliberales. Así que el contraste no tiene que  ver con épocas remotas, sino que
lo vivimos en la sociedad, la provincia atravesó una época. Nuestro sistema tecnológico y
científico sufrió las políticas neoliberales, y ahí estuvo un colectivo que no se expresa a
veces, que le cuesta organizarse para ir a la calle, pero me acuerdo de Roberto y Dani
yendo a la calle del polo científico discutiendo los ingresos al CONICET que se cortaron.
Hoy nuestra sociedad tiene para dar estas discusiones pero tiene grandes peligros. Para
mostrar modelos de país, lo que se puede venir, hoy lo tenemos bien cerquita, lo vivimos.
Estuvo al borde de ser 8 años, pueden ser 20 o infinitos, como dicen muchos, políticas
neoliberales. Lo tuvimos muy en concreto. Por eso quiero hablar de los modos en que se
desenvuelve el ajuste en la educación y en lo científico.
Las políticas del Estado, acá tenemos una particularidad, que todos los partidos políticos,
puedo marcar alguna salvedad, pero todas las fuerzas políticas en el discurso, se llena la
boca, está entre los ejes centrales de lo que pretenden defender de la educación, ciencia
y tecnología. Las políticas neoliberales tienen esa dificultad, que su propio discurso no
suele ser sincero sobre cuál es el destino que le va a tocar a las políticas de educación,
ciencia y tecnología porque a veces en clave modernizadora, a veces en clave mesiánica
nos dicen que la salvación está en la educación, que lo que tenemos que hacer es
apostar, no sé cuánto o siempre pierden cuando van a apostar, a la ciencia, la tecnología
y la educación. Después cuando gobiernan se caen los maquillajes, se caen los
decorados, se caen los libretos, se cae todo y vemos la realidad. Como a mi me tocó vivir
y experimentar dos épocas de neoliberalismo, en los 90’ y está reciente de Macri. He
observado que el ataque a la educación pública, a la ciencia pública, se hace de una
forma a veces oblicua, que es a través de los recortes presupuestarios. Digo oblicua porque está en el extremo está la privatización, el cierre en la liquidación de la educación
pública, de nuestro sistema científico-tecnológico.
Como vos decís, tiene la particularidad de que se lleva buena parte, por no decir casi el
total, la inversión en ciencia y tecnología la realiza el Estado, en otros lados hay un
proceso compartido con el sector privado y hay una subsidiariedad de lo público con lo
privado. Pero en Argentina, y me animo a decir que en la mayor parte del mundo en
desarrollo, es así, sino no lo hace nadie. Entonces, ¿cómo se aplican las políticas
privatizadoras? Primero con un vaciamiento encubierto, es una privatización encubierta,
porque al mismo tiempo que lo defienden lo desfinancian. Y cuando lo definancian lo
deterioran y lo vacían. Y después, post festum, viene el momento donde hacen la
evaluación de las ruinas de lo que ha quedado y ahí vienen y dicen ‘esto anda muy mal,
esto es horrible, espantoso, pésimo’ y ahora sí hay que privatizarlo. Entonces es en dos
pasos. Primero viene dejar de regarlo y después decir que está seco, y más. Porque uno
de los efectos, tanto sobre la educación como de la ciencia y la tecnología, del
desfinanciamiento es la privatización espontánea, autoinflingida. Pasó mucho en los 90’,
como no había plata para investigar, tal vez pagaban el sueldo pero no había plata para
un libro, una fotocopia, un reactivo, concurrir a un congreso, no había becas, y bueno se
fue dando una privatización espontánea. De supervivencia. Donde quienes estaban
dentro del sistema, para poder conseguir llevar adelante sus procesos de investigación
acá apareció el FOMEC, financiamiento externo que venía a suplir la falta de
presupuestos nacionales, entonces se iba a buscar financiamiento externo como una
estrategia de supervivencia. Pero ese financiamiento no suele ser un benefactor,
compañero e incondicional, sino al revés. Ahí te empiezan también a condicionar la
investigación: qué se investiga, cómo se investiga, la acreditación. Entonces, termina
funcionando un sistema donde el Estado termina pagando casi todo, pero la parte que no
paga es esencial y a través de ese financiamiento complementario se termina dirigiendo a
todo el sistema vinculado a caminos externos y ajenos a las necesidades nacionales.
Algo que no sé si me puede explicar, creo que los que experimentamos eso lo conocemos
y lo sufrimos. Luego viene el golpe de gracia que es el arancelamiento en la universidad,
la privatización total y el vaciamiento en la ciencia y la tecnología. Durante los 4 años de
neoliberalismo que vivimos se vio esto a una velocidad bastante considerable. Pero de
nuevo, una contradicción en el discurso entre lo que se dice y lo que se hace y lo que se
oculta. Entonces el único sector que tiene capacidad de contarlo es quién lo sufre. Esto
convierte y recarga el papel de esos 100 mil investigadores de la Argentina que tienen la
clave, el conocimiento, el saber que hay que transmitir acerca de cómo son estos
procesos.
Después viene los números, los procesos, las estadísticas porque una reducción del 0,3%
al 0,27% parece que estamos hablando de números decimales, de números
despreciables. Explicar todo lo que esto significa, explicando aún todo lo que falta, tiene
un solo protagonista que son los propios trabajadores y trabajadoras del propio sistema
científico tecnológico que son los que han sufrido todas estas sucesión de etapas tan
difíciles de contar y comunicar.
Miraba con mucha satisfacción esta inversión que va a llevar el gobierno nacional en la
PBA, que es abrir y hacer una suerte de museo ahí en Pipinas para mostrar la pequeña
NASA, salvando las distancias, que tenemos en la provincia. Otro de los factores
complejos para comunicarlas y luego para defenderlas. También sumar a otros para
defenderlas porque entre 100 mil son cosas que no vamos a poder defender y sino se
convierten en cosas de grupos, que están defendiendo lo suyo y entonces pierden
legitimidad.
Entonces, en primer lugar, mostrar lo que se consiguió, es algo que tenemos que
involucrarnos fuertemente. Es importante en valor el acervo en capacidades, en

producción nacional, en investigación, los resultados. Si yo no conocía lo que tenemos en
materia aeroespacial, por mi trayectoria me interesa, soy colega, y sin embargo no sabía.
Entonces tenemos una tarea en la que venimos de atrás, creo que la pandemia fue una
gran vidriera. Pero surgieron las voces que buscaban socavarlo, decían: “gobierno de
científicos”. Parecía algo negativo. Todos los que estamos en la mesa acá somos
investigadores y docentes. Vero es profesora de matemáticas y química. Decían gobierno
de científicos para menospreciar lo que se estaba haciendo.
Han pasado cosas a nivel discursivo, el otro día hablaba con el arzobispo de La Plata,
Víctor Fernández, estábamos hablando y me contaba que todas esas ideas neoliberales
de la meritocracia, del sálvese quién pueda, la mano invisible del mercado, ideas
antiquísimas, pasadas de moda. Monetaristas puros hoy solo existen en la Argentina
porque es una aberración científica. Nadie puede ir a decir en la academia internacional,
que se dice en la televisión como verdades reveladas. Pero acá se llegó a decir “caes en
la educación pública” o que también se llegó a mandar a lavar los platos a los científicos.
Se intentó convertir al CONICET, cuna de importantísimos científicos,  de gran renombre
internacional, de reputación, de prestigio, en mala palabra: ‘esos son del CONICET’. Así
que yo creo que estamos en un momento bisagra, delante de un riesgo enorme, un
abismo. Porque no sé si nuestro sistema científico-tecnológico es capaz de aguantar otra
embestida como la que hubo entre los años 16’ y 19’.
Y además, porque entre las cosas que veníamos hablando y que creo que hay que dejar
muy en claro. Primero que sin Estado, porque está en cuestión en términos más
generales, el papel del Estado, siquiera la necesidad del Estado, se está discutiendo eso
hoy en Argentina. Aparece con el BCRA, asociado a fenómenos inflacionarios, pero es
como que ‘viviríamos mejor sin Estado’. Que el impedimento que tenemos es el gobierno,
el Estado, la política para poder expresar toda esa libertad que nos llevaría a la tierra
prometida. Creo que hay discusiones muy profundas, aunque se presentan dichas a boca
de jarro, sin ninguna elaboración, y ante públicos que generalmente son de estudios de
televisión, panelistas, que le parece bárbaro decir estas cosas. Además dentro de un
encuadre, donde los problemas profundos que están en discusión, no se me ocurren
cuestiones más profundas, también celebro que podamos discutir la cuestión del Estado
en vez de estar discutiendo alguna cosa todavía más precaria y coyuntural. Está bien
discutir el papel del Estado, qué tiene que hacer el Estado, cómo tiene que funcionar, me
parece importante discutirlo. Ahora, el encuadre en el cual se discute es que alguien dice
una barbaridad: ‘hay que dinamitar’ dicen unos y otros han dicho que no es para tanto y
que hay que ‘semi-dinamitarlos’. ¿Qué parte semi – dinamitaríamos d los derechos que
tenemos? Porque menos Estados en sociedades en vía de desarrollo es menos derechos,
menos acceso, menos capacidades. Porque el Estado desempeña darle salud y
educación al grueso de nuestra población. Es increíble cómo estas ideas calan. Ayer,
distribuyendo el conectar igualdad, volvió el conectar igualdad y tiene un capítulo
bonaerense.170 mil computadoras para los pibes y pibas. Y volvió el cunita, Dani y Nico.
El cunita bonaerense se fabrica en las cárceles.
Pero bueno, evidentemente frente a las dificultades de transmitir temas complejos, bueno
lo que pasa en ITEC, lo que está pasando con las baterías de litio. Yo digo, no hay más
tiempo. Hay que comunicar y mostrar lo que hay. Y hay que mostrar que está en peligro,
más allá de todo lo que hacemos, está en peligro de extinción si viene lo mismo y más
profundo. Porque ¿qué van a dejar en pie? Si ahora la educación no tiene que ser
obligatoria y vamos a un sistema de voucher. Yo repartiendo estas computadoras, en un
distrito que el intendente es de la oposición pero que acompañó y planteaba la
importancia de esto. Tuvo que acompañar mientras le explicamos a todos los pibes y
pibas de último año no tenían computadora en la casa, muchos de ellos ninguna, menos
todavía una personal. Fíjense cómo se les cortan caminos futuros a un pibe del interior de

la PBA que no tiene la posibilidad de disponer de un instrumento que hoy es básico para el
desarrollo personal. Bueno, no tiene. No hay en la casa, tiene que pedir prestada o no
tiene, o accede en la escuela circunstancialmente. Bueno, no hay escuela privada, hay
alguna pero pagamos los sueldos 100% del Estado, la ficción es de gestión privada. No
hay medicina privada obviamente.
Decía un intendente del interior: “acá no tenemos ni suizos ni alemanes por el hospital
Alemán, por la suizo argentina, nadie quiso venir acá a poner una clínica privada porque
son 3 mil habitantes en todo el municipio”. No da la escala. La mano invisible del mercado
es más invisible que mano. Porque no hay y no está. Estas discusiones estamos dando
de nuevo. Creo que no hay nadie tan capacitado y con tanto prestigio, en una Argentina
donde está atacado tanto lo público, los investigadores, los científicos, los docentes
vivimos una época donde los maestros y las maestras eran mala palabra y se podían
reemplazar por voluntariado. Qué desconocimiento supino de la Provincia de Buenos
Aires porque no va a ningún lado eso. Pero espejitos de colores, milagros presuntos,
novedades que son: vino viejo en vasija nueva pero además vino podrido. Entonces creo
que es el momento de ahora o nunca. Tenemos que hacer un esfuerzo grandísimo.
Creo que hemos puesto la PBA la ciencia y tecnología, las universidades públicas como
una política donde hacemos insignia porque nunca se había hecho desde la PBA. Varios
de los programas que tenemos acá como la SIC, que es el pequeño CONICET. Tenemos
que coordinar con nuestras universidades, tenemos 25 en nuestro territorio entres las
nacionales y las provinciales. Ya que no nos quieren aprobar las universidades
nacionales, vamos a abrir universidades provinciales porque ya hemos presentado los
proyectos.

Estamos ante un año electoral donde estas cosas se podrían plantear y discutir. Vivimos
el otro modelo, que había que remontarse al 2001 y a los 90’, lo vivimos hace poquito con
desfinanciamiento en la educación pública. Me gusta decir que no es que caímos en la
educación pública, sino que ellos hicieron caerse los edificios de la educación pública en
la cabeza de quienes estudiaban. Explotaban las escuelas.
Creo que hay una oportunidad de mostrar todo lo que hay, de por supuesto proponer y
entusiasmar a donde podemos ir, lo que tenemos previsto, mostrar el riesgo en el que
estamos. Yo lo vivo de esta manera como un enorme riesgo y peligro. Al mismo tiempo
tenemos que proponer la discusión, así como las universidades tienen su espacio de
discusión, hacer con las universidades provinciales. Empezar a coordinar e integrar el
sistema tecnológico y universitario con las políticas de gobierno de una manera más
coordinada. En todos los ministerios que aparezcan las necesidades, los proyectos y las
críticas desde nuestro sistema científico y tecnológico.
Lo último que tengo para decir porque es un poco el compromiso, porque es un hito, pero
buscamos reuniones más amplias para seguir con este modelo de ciencia y tecnología y
modelo del país también. Lo único que quiero decir es que se necesitan mutuamente, de
manera vital, el desarrollo, el modelo nacional con un sistema universitario y de ciencia y
tecnología.
No hay, hay pero es un tipo de desarrollo que es un subdesarrollo. Es un desarrollo que
termina en subdesarrollo. Tiene que ver, de última, lo hemos visto en pandemia, y tiene
que ver con qué país queremos es un elemento central, es una de las piezas centrales del

país que queremos. Obviamente bajo ataque, desprestigiada, por algunos, pero
prestigiosa pese a todo. Entonces, creo que defender las políticas científicas de cara al
futuro es una obligación que tenemos. Y hay que hablar con los trabajadores y las
trabajadoras de nuestra ciencia porque creo que hoy tienen más posibilidades, más
capacidad, son emisores más escuchados que a veces quienes estamos en el papel de la
dirigencia política.
Creo que hay que mostrar esa inminencia de una tragedia porque se viene una posible
tragedia. Y si nos perdemos de vista eso, en las discusiones cotidianas y de coyuntura,
hasta de las dificultades que tenemos. Creo que estamos equivocados,. creo que este
año se juega la supervivencia de nuestra universidad, de nuestra educación pública
porque ahora se dice a cara descubierta que el proyecto es terminar con todo esto,
dinamitarlo. Cuando hablan de dinamitar son las universidades, el CONICET, tal vez
hablan más abstracto del Estado pero es eso. Porque van a empezar por ahí, es de lo
más sencillo, lo más rápido, es por ahí. Creo que tenemos algo para entusiasmarnos que
es todo lo que hemos hecho, todo lo que hay que potenciar, todo lo que hay que sostener
y del otro lado tenemos un abismo en el que no tenemos que dejar caer aún a los que no
saben porque los llevan con los ojos vendados. Muchas gracias”.