Obras de restauración de la Escuela Normal 1 de La Plata

Buenos días a todos, a todas. Primero, agradecerle por recibirnos así, a las autoridades, a los directivos, pero sobre todo quiero decir que desde aquella ventana, cuando saludé y vi esta multitud me sorprendió, porque no sabía cómo se iba a realizar el acto, vi esta multitud de pibes y pibas que aman la escuela pública. Me quedé sin palabras. Muchísimas gracias.

Quiero empezar comentando un poco la importancia que tiene para nosotros esta obra. Es una obra que, como tantas obras en la provincia de Buenos Aires, es necesaria, imprescindible, pero postergada por mucho tiempo. Que se llueva el techo, que las cubiertas, la parte que no se ve de esta obra, porque hoy recorrimos laboratorio, recorrimos un poco el salón de actos, recorrimos los pasillos, donde todavía falta obra, así que empiezo por el final, como dice el Indio, y lo que quiero hacer es anunciar que vamos a seguir en una segunda etapa de reparación del edificio. Porque ahora hicimos probablemente lo más difícil, lo que no se ve, reparar los techos, pero que tanto molesta, tanto perturba, tanto obstaculiza el laburo de todos los días. Así que la restauración, también estábamos con la empresa que lo hizo, con los trabajadores, la restauración de un edificio histórico, del patrimonio cultural de nuestra provincia, de nuestro sistema educativo, siempre es importante.

Pero quiero enmarcarlo dentro de una cuestión, un proceso más general que tiene que ver con nuestro gobierno. Después, comentar un poquito, tratando de ser breve, sobre la etapa actual que estamos viviendo en relación al sistema educativo de la provincia de Buenos Aires. Empiezo, entonces, ahora, por lo que significa esta obra y qué lugar tiene dentro de nuestro plan de gobierno, dentro de nuestras tareas de gobierno.

Ustedes saben que cuando asumimos, allá por el final del año 19, veníamos de una etapa de un gobierno neoliberal, de un gobierno de ajuste. En ese momento no se llamaba, como se llama hoy, motosierra, destrucción del Estado, pero era un gobierno en la provincia de Buenos Aires y a nivel nacional, de ajuste.

De ajuste quería decir de reducción de las partidas vinculadas a prácticamente todo, menos el pago de la deuda externa. Eso siempre, para los gobiernos neoliberales, es sagrado, es intocable, recortan todas las partidas vinculadas con lo social, con lo educativo, con la salud, pero el pago de los intereses, el sector financiero, siempre está preservado.

Ahora, ¿eso qué significó en la provincia de Buenos Aires? Significó que las escuelas, y lo digo acá para que tengan una dimensión, ¿no? Las escuelas de la provincia de Buenos Aires son 22.000 y asisten a las escuelas, como acá al Normal 1, pero asisten a las escuelas de la provincia de Buenos Aires, 5 millones de pibas y pibes. 5 millones. A veces se pierde dimensión, ¿no?, porque la Ciudad de Buenos Aires, la capital federal a veces tan famosa por lo que ocurre ahí en términos políticos, comunicacionales, televisivos, tiene 3 millones de habitantes. Nosotros solo en la escuela bonaerense, todos los días, tenemos prácticamente el doble de pibes y pibas que van a izar la bandera en alguna de nuestras escuelas.

O sea que tenemos una dimensión gigantesca, somos 17 millones de bonaerenses, 5,2 millones van a la escuela en la provincia de Buenos Aires, y lo hacen en 22.000 escuelas. El porcentaje privado, el porcentaje de escuelas privadas donde las familias, donde cada uno de los alumnos se pagan completamente la cuota, que no tiene subsidio, no tiene acompañamiento del Estado es ínfimo, será 4 o 5%, es muy pequeño. Es decir que el sistema educativo de la provincia de Buenos Aires es mayormente público y cuenta con más de 12.000 edificios.

Perdón que los llene de números, pero quiero poner esto un poco en cuadro, en contexto, porque si no es una escuela que arreglamos, y no es así. Tenemos 12.000 edificios y esos edificios, cuando llegamos, estaban en un estado de abandono calamitoso por políticas de ajuste, como las que hay hoy, a nivel del Estado nacional. Se ahorran la guita, se ahorran el presupuesto, no lo ponen en el mantenimiento, no lo ponen en la obra pública, no lo ponen en las escuelas y así las escuelas estaban no sólo con goteras, no sólo en mal estado del edificio, a veces con problemas de transitabilidad, sino también con riesgo de vida.

Muchas de nuestras escuelas con riesgo de vida para los que van a laburar ahí, para los que van a enseñar y para los que van a aprender. Tuvimos hechos trágicos, dramáticos, vinculados a la falta de mantenimiento de escuelas. El gas, la electricidad, los techos que se caían, era una situación realmente muy calamitosa. Y estoy hablando de los edificios, no del proceso educativo y lo que pasa adentro. Pero les quiero comentar esto porque ni bien asumimos, lanzamos un programa, uno de los primeros programas que lanzamos fue en el Ministerio de Educación para arreglar las escuelas, para arreglar las escuelas que estaban rotas, que estaban destruidas.

Ese programa se llamaba, se llama, Escuelas a la Obra y tiene hoy terminadas más de 8.500 obras en toda la provincia de Buenos Aires. Miren, si las escuelas se caen a cachos, si no se puede entrar sin riesgo de que se te caiga un techo, te quedes electrocutado o explote una instalación de gas, ¿de qué escuela pública podemos hablar? Así que lo primero, arreglar las escuelas. Pero también teníamos otro problema que es la ampliación del sistema educativo.

¿Cómo hacer para que la escuela pública llegue más lejos y llegue a todos y todas? Yo sé que estamos en un momento donde el discurso oficial del Gobierno nacional es otro. El discurso del Gobierno nacional, del Presidente de la Nación es otro. Pero les voy a hablar primero de nuestras preocupaciones.

Primero, sin confrontarlo tanto, simplemente contar lo que nosotros vinimos a hacer. Arreglar las escuelas, ampliar el sistema educativo. Entonces, hay lugares donde no hay ciudades de la dimensión, de la infraestructura que tiene La Plata, con todas las dificultades que puede tener. Hay lugares que son distantes, remotos, pequeños parajes en la provincia de Buenos Aires. Fíjense, tenemos 300.000 kilómetros cuadrados. Tenemos, como decía, 5 millones de alumnos.

Hay lugares donde los pibes, las familias viven y lo único que puede haber es una escuela rural de pequeña matrícula. Las habían cerrado. Habían cerrado 36 escuelas de pequeña matrícula porque decían ‘es muy caro sostener una escuela ahí en una localidad, en un paraje, en un pequeño pueblo diminuto donde van pocos pibes’.

Claro que es caro si uno lo mira desde la perspectiva económica. Pero desde la perspectiva de la provincia de Buenos Aires, imagínense ustedes alguien que vive en un pequeño pueblito del interior rural de la provincia de Buenos Aires, o ahí en las islas del Delta, si no hay una escuela, y lo privado es casi imposible que llegue ahí, imposible, si no hay una escuela pública, no se puede vivir, porque no podés mandar a los pibes a la escuela.

 

Entonces, había que reabrir las escuelas cerradas, reparar las escuelas rotas y ampliar el sistema educativo para llegar más lejos, para llegar a más lugares. Yo sé que ahora muchos se han sumado a este discurso ‘hay que destruir el Estado’, dice el Presidente de la Nación, ‘yo soy el topo que viene a destruir el Estado desde adentro’. Yo les digo, para que quede muy claro qué es el Estado, porque si no hablar del Estado es como algo de teoría política, algo de filosofía, algo abstracto, algo que flota en el aire, no es así.

El Estado es esta escuela. El Estado son los maestros y maestras, los docentes que dan clases. El Estado son los pizarrones, los laboratorios.

El Estado, para que quede claro, son los pibes y pibas que van a estudiar. Por eso, destruir el Estado, ¿qué significa? Lo que hacen tantas veces, lo que hacen tantas veces, dejarnos sin inversión pública, sin escuela pública, sin salud pública, y dejar a muchísima gente afuera. Entonces decía, reparar las escuelas, y quiero hablar de este edificio, ahora sí, en el marco de qué programa está.

Esto es más grande que reparar una escuela. Cuando yo decía reparar una escuela, la instalación de gas, estamos hablando de una obra de casi 4.000 millones de pesos, 4 millones de dólares. Ahora que les gusta hablar de dólares, 4 millones de dólares. Es una obra muy significativa.

Yo el otro día estaba inaugurando, era como un supermercado ahí por Ruta 2, enorme, de esos grandísimos, esas grandes superficies, casi un mayorista enorme en el medio de la Ruta 2, me dicen ‘una inversión enorme del sector privado va a dar tantas fuentes de trabajo’. Es cierto, yo lo valoro, había salido 2 millones de dólares.

Hoy estamos invirtiendo en esta escuela algo que probablemente pocos privados puedan invertir, pero es para mejorar la escuela pública. Tiene un valor enorme para nosotros, aunque es difícil de mensurar, es difícil de medir y de entender con la lógica del negocio, es difícil de entender.

Por eso nosotros queríamos arreglar las escuelas y había que construir nuevas escuelas.

El día de ayer que empezó la secundaria en la provincia de Buenos Aires, estuvimos en Castelli, una localidad relativamente pequeña de la provincia de Buenos Aires, inaugurando la escuela secundaria. Escuchen, no tenían edificio para la única secundaria que hay en Castelli. Estábamos abriendo la escuela secundaria y fue el edificio número 242 que inauguramos en la Provincia.

Y esto tiene el carácter de reinauguración, edificios antiguos que hay que construir en sus techos, en sus paredes, en sus fachadas, casi de nuevo. Como este, como el Normal 1 de La Plata, 500 edificios que reinauguramos en la provincia de Buenos Aires, que hicimos con enormes inversiones. Así que 242 nuevos, 500 reinaugurados, después 1.200 aulas nuevas en colegios donde pudimos agregar aulas que permiten aumentar la capacidad. Si uno los reúne como si fueran edificios, son como prácticamente 200 edificios más. Así que vamos hoy, después de 5 años de gobierno, sumando todo eso, haciendo el equivalente a la inauguración de 930 nuevas escuelas, nuevos edificios escolares en la provincia de Buenos Aires.

Quería compartirlo con ustedes porque hay algunos que dicen ‘cero obra pública’. La obra pública es esto, es arreglar los edificios, abrir las escuelas, generar rutas, hospitales para aquellos que no se lo pueden pagar por privado, pero que tienen tanto derecho como el otro a poder ir a una escuela que esté bien, que esté linda, que esté funcionando. Así que, bueno (suenan las campanas de La Catedral)… Así sea. Así sea. Así que, bien, esta cuestión de la infraestructura escolar.

Luego, la cuestión que ustedes saben porque hay hoy muchísimos pibes y pibas del secundario. Ustedes saben que estamos cambiando el régimen de los secundarios. Ustedes saben que estamos discutiendo cuestiones históricas como la de la repitencia. Saben que cuando presentamos este cambio de régimen nos dijeron que era para facilitar, para que se hiciera más sencillo, menos esfuerzo, menos estudio.

Acá lo que venimos a hacer es a mejorar los planes de estudio, a esto, agregarle los cambios en los regímenes escolares, a cambiar también los métodos de enseñanza, porque hablé ya bastante de lo que es mejorar la infraestructura escolar, las enormes inversiones que hicimos para mejorar y ampliar el sistema educativo. Ahora quiero agregar algo. Estamos trabajando también en la forma en la que se aprende y se enseña adentro de las escuelas.

Cuando les digan que es para hacerlo más fácil, díganle la verdad. Es para hacerlo más justo. Para el que no puede pagarse, tal vez, un profe particular, para el que iba a dejar la escuela y abandonarla, tenga más enseñanza y más acompañamiento, pueda aprender según sus ritmos, según sus posibilidades y pueda llegar al objetivo que es terminar la secundaria y que más pibes y pibas de la Provincia tengan completa su segunda etapa de enseñanza, su tercera, y entonces tener una provincia con más educación pública.

Yo, con respecto a las discusiones que hay hoy, permítanme ser brevemente polémico en esto. Nosotros creemos en la escuela pública. ¿Por qué creemos en la escuela pública? Porque cuando se escucha a gente de cualquier orientación política decir que para mejorar el país hay que tener mejor educación, pero después, cuando les toca gobernar, no ponen los recursos, sino que por el contrario, recortan, ajustan, achican y atacan a la educación pública.

Acá, en nuestra provincia de Buenos Aires, la gran mayoría de las familias, para poder mandar al pibe, a la piba, a los hijos al colegio necesitan contar con una escuela que sea pública, gratuita y de calidad. Necesitan que haya un Estado que acompañe, que haya un Estado que invierta, que haya un Estado que tenga como premisa que todos puedan acceder a la educación. Para mí es un enorme privilegio estar acá, porque en la provincia de Buenos Aires hemos enviado una ley para que los pibes de 3 años tengan la sala de 3 obligatoria.

Lo que queremos es que todos los chicos y chicas de la provincia de Buenos Aires puedan empezar a los 3 años en el jardín. Después vayan a la primaria, después vayan a la secundaria y después puedan ir a una universidad también pública, gratuita, de calidad. Con un Estado presente que les garantice la posibilidad de formarse y de estudiar.

Y esto tiene que ver con algo que pasa en toda la Provincia, tiene que ver con algo que creo que en las discusiones de hoy ignoran, que es que nuestros pibes y nuestras pibas se quieren esforzar. Están dispuestos a hacer los sacrificios, a postergar otras cosas para estudiar. Uno pregunta en la Provincia y la mayoría de los que van al secundario, me animo a decir, la mayoría, después quisieran ir a la universidad. Y no todos se la pueden pagar. No todos podrían pagarla por privado, como no todos podrían pagarse una prepaga, la salud pública, el resto es verso.

Entonces, te hablan de la libertad, de la libertad de ser como quieras, de hacer lo que quieras, pero tenemos que, en la realidad, hay muchísimos, muchísimas que quieren estudiar pero no se lo pueden pagar. ¿Qué libertad es esa? Tenés la vocación de estudiar medicina, arquitectura, economía, ciencias políticas, tenés las ganas, te esforzarías, pero por privado tu familia no lo puede pagar, no lo puede pagar. ¿Y entonces qué? ¿Cuál es la libertad? La libertad es que el que puede pagarlo, lo haga, y el que no puede pagarlo, que es la enorme mayoría, quede frustrado, quede afuera y sea, de esa manera, discriminado. Realmente discriminado.

Esa es la verdad.  Esa es la verdad. Que la libertad, alcanzar la libertad, requiere ciertos requisitos, ciertas condiciones previas. Uno de esos requisitos es que haya posibilidad de acceso, que haya igualdad de oportunidades, que haya posibilidad, el que tiene más o el que tiene menos, si le pone ganas, le pone garra, lo acompaña a su familia, tiene la vocación, pueda estudiar también. Y para eso, en todos los lugares del mundo hay un solo instrumento que se ha inventado, que se llama Estado. Que se llama Estado. El Estado es el que garantiza que, más allá del lugar donde naciste, de la cuna que tenés, los recursos que tienen tus viejos, si tenés vocación, si tenés voluntad, si le ponés garra, puedas llegar todo lo lejos que te propongas.

Así que, yo entiendo ese discurso de la libertad, por supuesto que uno está a favor de la libertad, pero en abstracto se olvidan algo: para que haya libertad verdadera tiene que haber igualdad de oportunidades; para que haya libertad para todos, tiene que haber justicia social; para que haya justicia social, tiene que haber una sociedad y una comunidad que se organice y tiene que haber un Estado que garantice los derechos. Esto que estamos haciendo hoy, que es arreglar una escuela, forma parte de esa mirada, forma parte de esa visión, de la visión de que para que haya realmente libertad, tenemos que avanzar con igualdad, para que haya igualdad, tenemos que tener justicia social. Para que haya justicia social, tiene que haber educación pública, gratuita y de calidad para todos.

Los que están homenajeados en aquel pasillo, y en la entrada del salón de actos también, los que recordamos, estudiantes como ustedes, de acá, la verdad que los reivindicamos y los tenemos siempre presentes, porque estaban luchando, organizándose para conseguir un mundo mejor, un país mejor, una provincia mejor, y lo hicieron poniendo en juego su propia vida. Yo creo que es un ejemplo que quieren que olvidemos, no lo podemos olvidar. Ustedes, los pibes y las pibas saben, para conseguir las cosas, la única forma que hay es tener conciencia, es organizarse y es luchar. Así que mi homenaje a la lucha.

Y termino con esto. A mí me encanta que hoy predican el individualismo, el egoísmo, el sálvese quien pueda. Predican el individualismo, cada uno se salva solo, tiene que encontrar un negocio, algo, y salvarse solo.

A mí, en la provincia de Buenos Aires, me pasa una cosa distinta. En la provincia de Buenos Aires, en todos los rincones de la provincia de Buenos Aires, cuando uno va e inaugura una obra, lleva alguna política pública, el momento de mayor emoción, el momento de mayor aplauso, es cuando decimos que eso que estamos haciendo ahí, lo estamos tratando de hacer en toda la Provincia. Que no es solamente para unos poquitos, para los que están escuchando, que es para todos.

En nuestra provincia de Buenos Aires, y lo estamos viendo hoy con el tema de Bahía Blanca, tan difícil y tan duro, hay un valor que no es el individualismo, no es el egoísmo, se llama solidaridad y es lo que convierte a un montón de gente en un pueblo. Por eso, quiero agradecerles y quiero decirles también que vamos a seguir trabajando en la misma dirección. Tenemos un mandato y ese mandato dice que tiene que haber más derechos. Derecho a la salud, derecho a la educación, derecho al bienestar, derecho a la universidad pública, que no se puede desfinanciar, la investigación científica que no se puede desfinanciar ni cerrar la universidad, y menos todavía, la industria nacional y no se puede vender a nuestra Patria. Así que chicos, chicas, sepan que esto es parte de lo mismo, la Patria no se vende, la escuela pública no se vende, la educación no se vende, se defiende.