Cierre del Congreso Nacional de la Unión Obrera Metalúrgica
Muchísimas gracias, muchísimas gracias a todos y todas, gracias Abel, gracias compañeros, compañeras, secretarios generales de todas las seccionales de todo el país, de la UOM. La verdad que observaba hoy un poco la historia de mi vínculo con la UOM y lo veía a través de las presencias que hemos tenido siempre invitados en estos congresos. Este es el cuarto congreso consecutivo al que vengo, en calidad de diputado, vine también en calidad de ministro de Economía de Cristina entonces. Estoy hoy como gobernador en segundo mandato de la provincia de Buenos Aires. Con esa responsabilidad pienso hablar.
Así que, trabajadores y trabajadoras metalúrgicos, ustedes saben que estar acá no es simplemente estar acompañando un congreso sindical, no es cualquiera. La UOM tiene una enorme historia vinculada a lo que es la Argentina. Lo que es la Argentina históricamente desde Juan Domingo Perón, y sobre todo, estoy acá porque la UOM es parte importante de la Argentina que queremos y merecemos para adelante.
El sector metalúrgico es un sector industrial, decía, muy particular. Estamos hablando de casi 250.000 puestos de trabajo. Estamos hablando de 14.000 empresas. Estamos hablando de que de esas empresas, la enorme mayoría, un 94%, son pequeñas y medianas empresas. Estamos hablando de un sector industrial, pero además, nacional. Es industria nacional, y es pequeña y mediana industria.
Esto lo digo para que quede muy claro. La UOM, el sector metalúrgico, es industria nacional, es industria argentina, es trabajo nacional, es trabajo argentino. ¿Cómo no vamos a venir a acompañarlos? Porque además, este sector representa 23%, casi un cuarto de la industria nacional. Casi un cuarto de la industria nacional. Ese es el peso relativo y absoluto. Y hoy estoy acá, en calidad de gobernador, porque ustedes sabrán que cuando se habla de industria nacional, de todas ellas, pero del sector metalúrgico también, estamos hablando de la provincia de Buenos Aires.
La provincia de Buenos Aires contiene 40%, aproximadamente, de la población de nuestro país. Por eso celebro también que estén representantes de toda la Argentina. Pero la provincia de Buenos Aires representa, prácticamente, la mitad de la industria nacional.
Cuando a mí me preguntan por qué en la campaña electoral, y por qué desde el primer día del actual gobierno de Milei, estuvimos manifestando nuestra oposición y estuvimos en la calle acompañando a los que luchan, yo les respondo que esto es porque la provincia de Buenos Aires es provincia de producción y de trabajo y estamos ante un modelo que ataca a la producción y al trabajo. No es contra este gobernador, es contra el pueblo de la provincia de Buenos Aires.
Hablé de un sector productivo central, medular en la Argentina que tenemos, por la que luchamos y la que queremos. Pero quiero hablar también de la UOM y, a través de ella, Abel, del valor y la importancia del sindicalismo argentino. Podría decir, explayarme muchísimo, dar muchas consideraciones sobre lo que representa el sindicalismo en la Argentina. Pero basta con decir y con mostrar que hoy, acá, están dando conclusión a un congreso con 400 delegados, donde se analizó, se pensó, se discutió y se resolvió democráticamente qué hacer ante esta situación.
Miren, sin sindicatos, el obrero, el trabajador está solo y desprotegido. Con sindicatos, está unido, está coordinado, pero además tiene la herramienta para pensar, para debatir y luego para tomar las medidas para defender los puestos de trabajo. El sindicalismo argentino tiene un valor enorme, lo ha tenido en los momentos más duros.
Recién lo conversaba con Naldo, en los momentos en donde quien dio lugar y dio origen a nuestro movimiento, al peronismo, estaba proscripto, estaba prohibido pronunciar su nombre, el nombre de Eva Perón, usar los símbolos. Estábamos sometidos como peronismo a persecución, a cárcel, a muerte, exilio. En esos momentos, con Perón proscripto, el partido peronista tenía su sede en los locales de la UOM. Fue la UOM la que mantuvo vivo al peronismo en sus peores momentos.
La vez pasada, Abel, la anterior, la otra, nos explayamos ya sobre este modelo de país que está llevando adelante, intentando imponer Milei. Lo hicimos desde la perspectiva de la macroeconomía, desde la perspectiva de las variables fundamentales, de las políticas de Estado.
Hoy ya van, ¿qué son?, 16 meses de este gobierno, ya no hace falta teorizar, analizar. Estamos viendo los resultados y las consecuencias nefastas de este modelo económico. Y lo voy a decir en pocas palabras. Es un plan de desindustrialización de la Argentina. Milei le declaró la guerra a la industria nacional, al trabajo nacional y, por supuesto, a la soberanía nacional. ¿Cómo no vamos a estar acá reunidos para ver cómo cuidamos lo que tenemos y lo que queremos? ¿Cómo llevamos un salario digno a las casas de nuestras familias?
Este modelo tiene como eje central, yo te escuchaba Abel, lo que discutieron, lo que analizaron y lo que resolvieron. No es una casualidad, no es un error, no es un descuido y no es un detalle. El eje central de ese proceso de desindustrialización son los salarios bajos, son las jubilaciones de hambre, son eje central de este modelo.
La consecuencia es la pérdida de la capacidad de compra del salario, la consecuencia es la destrucción del mercado interno, del mercado nacional, de la posibilidad de consumo, de la demanda. Visto así, sin mercado interno es muy difícil, imposible que se instale, que prospere inversión en la industria argentina. Si a eso se agrega la apertura indiscriminada de las importaciones, donde ya vemos esa catarata, ese aluvión de productos importados que pueblan las góndolas, los negocios, y al mismo tiempo con ventas a la baja, producen la caída y los cierres de las industrias, las empresas.
Es un modelo de salarios bajos, dije, de apertura, de endeudamiento y financiarización. Lo dijo muy bien Abel, en economía es prácticamente imposible destruir de un día para el otro la riqueza y los ingresos. Lo que estamos viendo no es solo un modelo de ajuste y salarios bajos, estamos siendo testigos de una inmensa transferencia de recursos y de ingresos desde los sectores populares, desde los sectores productivos, hacia el sector financiero, hacia las grandes fortunas, hacia las empresas extranjeras.
Esto no se trata solo de un achicamiento de la economía, se trata también de una expoliación, de un saqueo y de un robo al bolsillo del trabajador y del pueblo, digámoslo con todas las letras. Y para coronar esta situación nos quieren vender, en el día de ayer y estos meses, que al país le va bien porque le presta plata el FMI. Miren, no hace falta ser economista, tener un doctorado, tener demasiado conocimiento, basta con mirar la historia argentina, la reciente y la anterior. Basta con comprender un poco de qué se trata ese organismo, el FMI. Es un organismo conocido como el prestamista en última instancia a nivel internacional. Es el que tiene la escupidera, es donde van los países que están desahuciados, los países que ya no consiguen crédito de nadie.
Y esto tiene que ver con un modelo que absorbe dólares y los mete en una bicicleta financiera, en una creación de recursos a través de intereses que requieren y tienen hambre de dólares permanentes. Ya lo vimos a este mismo ministro que tenemos hoy, durante el gobierno de Macri, que es Caputo. Nos vienen a decir, decía Milei en campaña, ‘nada puede hacerse distinto con lo mismo de siempre’. Y ahí los tenemos, a Caputo, a Bullrich, a Sturzenegger, exactamente los mismos de siempre llevando adelante el saqueo de siempre. Es muy grave, es prácticamente insoportable que un gobierno festeje endeudar al pueblo argentino con el Fondo Monetario y, además, que toda la discusión sea cómo esos recursos van a la timba.
Quiero decir acá que esos recursos, esos dólares que están pidiendo de rodillas y que quieren emplear para la especulación, se van a ir como entraron. Esa es la verdadera puerta giratoria que le viene haciendo perder recursos y reservas a la Argentina durante todo este tiempo, que se esfumó a través del endeudamiento y la fuga en el gobierno de Macri. Decenas de miles de millones de dólares, los dólares se van, la deuda queda y queda en la espalda del pueblo.
Por eso, quiero decir que las medidas de fuerza, las discusiones, tienen que dejar bien en claro que este pueblo está en contra de pedir plata al Fondo Monetario Internacional. Que este pueblo no admite un modelo de endeudamiento y fuga.
Por eso compañeros, compañeras, sé, escucho, recorremos junto con los ministros, junto con funcionarios, funcionarios que quiero dejarlo bien en claro porque lo dije ni bien comenzamos nuestro gobierno. Un funcionario en el gobierno de la provincia de Buenos Aires es, antes que nada, un militante del pueblo y para el pueblo.
Por eso sé lo que están sufriendo los trabajadores a lo largo y a lo ancho de nuestra Provincia.
Este es un modelo y un gobierno que, como pocos, implementando planes parecidos, pero como pocos, plantea como el objetivo desindustrializar al país. Por eso digo que no es ni un error ni un detalle, es el objetivo. Le ha dicho Milei, Abel, en el Día de la Industria si no me equivoco, a industriales argentinos, que él considera que ‘la industria nacional es parásita del campo’, dijo Milei. Pero luego se reunió en La Rural con productores rurales, con gente del campo, y le dijo ante sus protestas, porque tampoco en este modelo, con este dólar le va bien a los pequeños productores, medianos productores, y ¿qué le dice? A la industria, que es ‘parásita del campo’, y al campo le dijo que ‘si tienen problema pongan la plata en el carry trade’, o sea, en la bicicleta financiera. Más claro, echale agua. Es un gobierno de las finanzas, es un gobierno de la timba, es un gobierno de las cripto estafas, y es un gobierno que está en contra de la producción y del trabajo, en la industria y en el campo.
(Cantan)
Por supuesto, por supuesto. Gracias compañeros. Por eso sé de las penurias, y como bien dijo el compañero Secretario General de la UOM que es, por un lado, que el sueldo no alcanza, pero por el otro lado que está en riesgo la fuente de trabajo.
Nos enteramos no solo de las problemáticas para concretar una paritaria digna, una paritaria decente, recuperar lo perdido en el sueldo, sino también que nos enteramos y sabemos que crecen las suspensiones al calor de la desarticulación de la industria nacional que está llevando adelante Milei. Por eso celebro y festejo que la UOM se pone de pie, sigue caminando y lucha. Es la mejor tradición que estamos defendiendo. Este no es un pueblo que se resigne, no es un movimiento obrero que naturalice salarios de hambre y ante eso no se responde ni con resignación ni con indiferencia.
La lucha no es sólo por el propio sector sino también por los jubilados, por los científicos, por los otros trabajadores, por la construcción, por los artistas. Así que fíjense esto que está ocurriendo en el país, lo decía recién Abel, ocurre en el medio de un mundo convulsionado, de un mundo en transformación, prácticamente de una nueva etapa en la economía y en la geopolítica mundial. Lo vimos hace pocos días al presidente de Estados Unidos anunciando una política arancelaria cuyo único objetivo era sostener a su industria nacional, era sostener el trabajo nacional.
No me van a escuchar elogiar a ese presidente pero sí me van a escuchar decir que lo de Milei, en medio de una guerra arancelaria para ver dónde se producen las cosas y dónde es, como dijo Abel hace ya mucho tiempo, la localización del trabajo más calificado, de la tecnología, de la mejor industria. Mientras eso pasa en el mundo, Milei entrega nuestras fábricas y entrega los puestos de trabajo por alianzas incomprensibles y anteojeras ideológicas. En una palabra, dijo Abel, funciona a contramano el gobierno de Milei. Agrego, parece un corso a contramano que entrega lo que tenemos y lo que es nuestro. mientras los demás lo cuidan, lo retienen, lo protegen. En una época de políticas proteccionistas industriales, donde se habla de mejorar los salarios, un gobierno entreguista y que está en la pelea por paritaria cero, nada en contra de los despidos. Ha retirado al Ministerio de Trabajo nacional de la función de proteger a los trabajadores y hacer cumplir los derechos laborales. Estamos viviendo esa crítica situación. Así está el mundo.
En la provincia de Buenos Aires podemos decir que nada de eso, ni la motosierra, ni el ataque a los derechos de los laburantes, ni el ataque a la salud y a la educación pública, nada de eso entra a la provincia de Buenos Aires. Y lo digo así porque no es solo mi convicción, mis ideas del peronismo, es lo que votó el pueblo de la provincia de Buenos Aires, en la última elección Milei perdió las PASO, perdió las generales y perdió el balotaje en la provincia de Buenos Aires. Para mí es convicción, pero es mandato también. Por eso, la provincia de Buenos Aires durante el mandato anterior, y por supuesto que en un contexto de un Gobierno nacional declaradamente contrario al federalismo, seguimos sosteniendo las políticas de ampliación de derechos.
Estuve el otro día en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires inaugurando una Escuela Técnica. Y es el edificio número 252 que inauguramos en nuestra provincia. Estuvimos hace poquito inaugurando un Centro de Salud para que cada uno de los barrios que no tienen posibilidad, que no tienen acceso al sistema privado, comprenderán ustedes que cuando les venden que hay que privatizarlo todo en la provincia de Buenos Aires, 85 o más distritos, tienen un solo prestador de salud, un solo prestador de educación y es el Estado. El Estado que quiere Milei destruir, es el Estado que nos piden en cada pueblo y en cada barrio que ampliemos con más salud pública, más educación pública y eso estamos haciendo con más parques industriales, con más infraestructura y eso estamos haciendo. Cueste lo que cueste y en condiciones tan desfavorables, pero también la provincia de Buenos Aires es una provincia que respeta la Constitución y las leyes. Y es una provincia donde los derechos consagrados por nuestra carta magna y por las leyes y, entre ellos, especialmente los derechos laborales se respetan.
Nuestro Ministerio de Trabajo está ocupado por un trabajador, compañero Walter Correa. Por eso no está fácil, no está fácil para nadie. Y tenemos una enorme oportunidad. Dijeron, decía Abel, que han resuelto hacer asambleas con los compañeros y compañeras para analizar, para discutir, para debatir, para comprender, para escuchar, para ponerse de acuerdo. Comparto con la UOM que ese es el camino. Tenemos que abrir una etapa donde recorramos hasta el último rincón de la provincia de Buenos Aires, hasta la última fábrica, la última escuela, el último club de barrio, todos y en todos lados a reflexionar, a discutir, a debatir y organizar. Esto se resuelve no por las redes sociales, se resuelve en la calle, en los barrios, en la fábrica y en la organización.
Por eso tenemos una enorme oportunidad. Se abre, y hemos fijado fecha ya, para un proceso electoral. En ese proceso electoral nuestra propuesta es defender al pueblo de la provincia de Buenos Aires, defender a los trabajadores y trabajadoras, defender a los jubilados, defender la salud, la educación, defender la perspectiva de tener universidad pública y gratuita para todos, defender a la provincia de Buenos Aires, es defender un modelo de país y es defender a la Argentina.
Y por supuesto, compañeros y compañeras, que la unidad que está expresando el movimiento obrero, que avanza cada día más, que se va a ver en el paro de mañana, esa unidad es también el camino para enfrentar a Milei, un gran frente que le ponga freno al gobierno de Milei que contenga a todos los sectores. Y en ese camino, como pasó durante la época de Macri, que nos tocaba recorrer siendo oposición las diferentes localidades, los diferentes municipios y a dónde íbamos los trabajadores y trabajadoras estaban organizados, estaban coordinados para defender salario, fuentes de trabajo, evitar cierres no solo de empresas, sino entonces de escuelas, de hospitales, de centros de salud, pérdida de derechos. En la provincia de Buenos Aires a cada medida que toma Milei restando derechos no podemos, seguramente porque se trata de una provincia con los problemas que tiene, no podemos responder reemplazando completamente y suplantando a un gobierno desertor, pero tengan el compromiso que de ahí donde se retira Milei va a estar el Gobierno de la Provincia. Cuenten con nosotros. Queremos ser un escudo, un acompañamiento y una red ante estas políticas.
Pero también esa unidad nos tiene que dar la fortaleza para mostrarle al pueblo que hay una alternativa a las políticas de miseria, de hambre y de entrega. Construir esa alternativa, hacer el trabajo duro de hablar con todos, de escuchar a todos, como dijo Abel, de cambiar el lenguaje si hace falta pero llegar a todos los sectores, entusiasmar, darle la posibilidad de depositar su confianza para que el futuro sea mejor, eso también es una tarea del ahora. Y eso implica una enorme generosidad, eso implica una enorme entrega.
Compañeros y compañeras, iniciamos una campaña electoral. El único problema grande que tenemos, el único adversario grande que tenemos es el gobierno de Milei y sus políticas. No hay otro adversario.
Compañeros y compañeras, este mundo tan complejo, tan incierto, tan cambiante ofrece enormes oportunidades también que está desperdiciando Milei. Hay oportunidad, con una política exterior de multilateralismo, de buscar las mejores asociaciones, las mejores sociedades con otras con otras naciones, de buscar también el avance en la integración con nuestros vecinos, con nuestros hermanos latinoamericanos. Hay una enorme posibilidad y esa posibilidad es reconstruir, potenciar, dotar de más tecnología, de mayor capacidad productiva a nuestra industria nacional. Esto no funciona sin políticas que cuiden la industria nacional y el trabajo nacional y esa es la posibilidad que venimos a defender. Producción, trabajo, salud, educación, soberanía. Las Malvinas son argentinas.
Y lo que necesitamos como siempre pasó para defender nuestras políticas, para seguir expandiendo aún con dificultades nuestras capacidades de tenderle una mano al que más necesita, de acompañar a nuestra producción nacional. Para eso necesitamos músculo, necesitamos acompañamiento, necesitamos apoyo de todos los sectores y sabemos por lo que nos enseña la historia del peronismo, que la columna vertebral es el Movimiento Obrero. Con el Movimiento Obrero, con las organizaciones tenemos que construir ese freno a las políticas nacionales.
Sepan entonces, compañeros y compañeras, que tienen un gobierno, que tienen un gobernador, que va a apoyar las reivindicaciones y las necesidades que salgan de este Congreso y que va a tomar lo que salga de este Congreso de la democracia sindical, de la democracia obrera como mandato. Así que, compañeros y compañeras, muchísimas gracias. Mucha fuerza. A seguir peleando. Gracias, Abel. Gracias por la lucha, gracias por el compromiso. Muchas gracias.